En esta nueva entrada queremos recordar
algunos de los edificios más emblemáticos de nuestro Madrid y que por desgracia
fueron objeto de deseo de la temida piqueta.
En el Siglo XIX existía en Madrid el
denominado "barrio de los banqueros" situado en la zona comprendida
por los paseos del Prado y Recoletos, Plaza de la Cibeles y las calles adyacentes.
Era en esta parte de la ciudad donde fijaron su residencia las familias más
pudientes.
Comenzamos nuestro recorrido por el
Palacio de Xifré, que estuvo situado en el Paseo del Prado haciendo esquina con
la calle Lope de Vega.
Palacio de Xifré aproximadamente año 1890 |
El Palacio, una pequeña imitación de
la Alhambra de Granada, fue mandado construir por el empresario José Xifré Downing entre los años 1862 y 1865.
José Xifré Downing era heredero de una
de las mayores fortunas del siglo XIX, conseguida por el padre José Xifré Casas gracias a sus múltiples
negocios en Cuba, Estados Unidos y Europa. José Xifré hijo, vivía grandes
temporadas en París, donde conoció al arquitecto francés Emile Boeswillwald que
le diseño un hermoso Palacio y que fue construido por José Contreras que por entonces era el restaurador de la Alhambra.
Fachada principal del Palacio |
José Contreras, fue un pionero de la
arquitectura neo árabe y antes de iniciar la construcción del Palacio, fue
becado durante seis meses por Xifré para que estudiase la incorporación de los
decorados de la Alhambra en su futuro Palacio.
El desaparecido Palacio Xifré, era uno
de los mejores ejemplos de la arquitectura neomudéjar madrileña. Posiblemente
en su tiempo fue uno de los edificios más suntuosos de Madrid. Desde la verja
exterior, pasando por las fachadas y todo el interior, imitaban de una forma
casi perfecta la época dorada de la arquitectura árabe.
Circulación rodada en las inmediaciones del Palacio en el Siglo XIX |
Xifré, invirtió una gran fortuna en el
acondicionamiento del Palacio, costeando
a un grupo especialistas franceses para que realizasen una expedición a Oriente
Medio con el fin de reunir antigüedades árabes, como tapices, muebles y todo
tipo de decoración.
El Palacio tiene una curiosa anécdota,
Antonio Aguilar y Correa, Marqués de la Vega de Armijo, que fue político y presidente
del gobierno de España entre 1906-1907, felicitó a José Xifré por la
construcción del Palacio con las siguientes palabras: “Ha tenido usted una idea
original, le ha quedado precioso su Palacio chino”. Nos podemos imaginar la
cara que pondría Xifré después de haberse gastado una fortuna en imitar a la
Alhambra.
Vista general del Palacio |
A la muerte de José Xifré Downing, su hijo
José Xifré Hamel, hereda el Palacio. Este hombre de grandes inquietudes
culturales y espirituales, fue uno de los primeros españoles en aproximarse a
las ideas de la llamada Sociedad Teosófica. Se trata de un movimiento
filosófico-religioso esotérico, el cual afirma tener una inspiración especial
de lo divino por medio del desarrollo espiritual. El círculo teosófico que
existía en Madrid se reunía de forma habitual en el Palacio Xifré.
Interior del Palacio |
Tanta dedicación a la espiritualidad,
llevó a José Xifré Hamel a dilapidar parte
de la inmensa fortuna recibida. Durante veinte años, publicó la revista
'Sophia' además de publicar gran número de ediciones y traducciones de textos teosóficos. Esta situación, desencadenó
en la venta del Palacio en el año 1914. El Palacio se convirtió en la Delegación de Méjico siendo propietario del edificio, el embajador Manuel
de Iturbe.
Después de unos años de abandono, el
edificio es adquirido por el duque del Infantado para su propia residencia. El
Ducado del Infantado es un título nobiliario concedido por los Reyes Católicos
el 22 de julio de 1475 a Diego Hurtado de Mendoza, II Marqués de Santillana. En
1520 se le concedió la Grandeza de España de primera clase.
Patio interior |
En el año 1949, el Palacio es
adquirido por una Inmobiliaria que lo derribo un año después para la
construcción del edificio de la Delegación Nacional de Sindicatos actualmente
Ministerio de Sanidad y Consumo.
Interior del Palacio |
Parte de los restos del Palacio se
conservan en la actualidad como: La fachada que fue adquirida por Arturo Ruiz Piña, para
incorporarla a un hotel en el pueblo de
Losa de Riofrío en la provincia de Segovia. La grandiosa y bella escalera del
Palacio fue a parar al pueblo de Chiloeches en la provincia de Guadalajara. La
embajada de Francia adquirió los pisos de madera que como podemos imaginar eran
de una extraordinaria calidad. Los marqueses de Deleitosa compraron aleros, artesanados y para
instalarlas en su finca de Salamanca. El patio central, con sus columnas de
mármol, fue adquirido por José Soto Huerta, para montarlo en una finca de su
propiedad en la antigua autopista de Barajas. La Dirección General de
Arquitectura compró una serie de ventanales para depositarlos en la Escuela de
Arquitectura, pero fueron literalmente expoliados a excepción de las piezas voluminosas que con
el paso de los años, se encuentran muy deterioradas.
Observando la belleza del Palacio a
través de las fotografías, nos preguntamos: ¿Cómo es posible que nadie
impidiese el derribo de tan emblemático edificio?
Con el
derribo del palacio de Xifré, el Ministerio de Trabajo, convoca un concurso
público para levantar la Casa Sindical. El concurso fue adjudicado a Francisco
de Asís Cabrero Torres-Quevedo, por cierto, nieto de Leonardo Torres-Quevedo el
gran inventor. Durante la fase de ejecución de las obras, Francisco de Asís en
colaboración con el arquitecto Rafael Aburto, modificaron algunos elementos de
la edificación primitiva.
Rafael
Aburto fue el arquitecto que construyó el edificio del Diario Pueblo contiguo a
la Casa Sindical o el nuevo Estadio de Chamartin en 1944.
En el año
1978 el edificio de los Sindicatos, pasó a albergar el Ministerio de Sanidad y
Consumo.
Llego a tu blog buscando info sobre el Palacio Xifré (yo acabo de colgar una entrada sobre La Casa Sindical de Cabrero y Aburto) y me ha gustado lo que haces. Estaré atento a tus publicaciones ...
ResponderEliminarxG
Me encantó la Historia, aunque no me parece bien que lo demolieran para hacer un bloque espantoso.
ResponderEliminarQue pena, la de burradas que se han cometido en nombre del progreso
ResponderEliminarLo que hace el puto dinero !!!!!
ResponderEliminarCreo recordar que por los años 50 del siglo XX llamábamos al horrendo edificio ''caja de cerillas''. A ningún madrileño (o casi) le gustó.
ResponderEliminarhttp://www.rtve.es/alacarta/videos/comando-actualidad/comando-actualidad-otra-pasta-antonio/3527012/
ResponderEliminarParte del Palacio Xifré está en una finca de Segovia, su dueño si tuviera un mínimo de pudor y conciencia lo devolvería a sus verdaderso propietarios, los madrileños y en el Prado, donde debe estar y donde jamás debió salir. Recuperemos este palacio!!!!!
Esos señores compraron parte de un palacio que iba a ser demolido. De no ser así, no existiría ni en Segovia ni en ningún lado, formaría parte de una escombrera.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMe ha encantado. Lo describes con todo lujo de detalles. Un gran trabajo
ResponderEliminarEs difícil entender como España, con su extenso patrimonio cultural, especialmente arquitectónico, nunca ha tenido estudios detallados de dicha riqueza. El neomudéjar, como era el Palacio Xifré, es uno de los ejemplos más evidentes. La destrucción de las edificaciones del Prado y la Castellana, son un ejemplo de la falta de inversión en investigación de todo tipo y la poca sensibilidad que tenemos con nuestro patrimonio.
ResponderEliminar"Un palacio romántico", de Pedro Navascues Palacio, Ediciones El Viso, dedica un espacio a este edificio desaparecido y a la dispersión de sus restos.
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