Ermita de la Virgen del Puerto,
Cuartel del Conde-Duque o de Guardias de Corps, Puente de Toledo, Iglesia de
Nuestra Señora de Montserrat, Real Hospicio del Ave María y San Fernando, Palacio
de Santoña, Palacio del Marqués de Perales, Iglesia de San Cayetano y un largo
número de edificaciones, todas tienen un denominador común, Pedro de Ribera.
Pretendemos conocer un poco más la
historia de este gran arquitecto y como no, su obra más emblemática, realizada
casi toda ella en la ciudad de Madrid.
Antes de realizar un recorrido por las
obras de Pedro de Ribera, creemos oportuno conocer algunos aspectos de la vida
de este insigne arquitecto.
Nuestro personaje, nace en Madrid el 4
de agosto de 1681, falleciendo en la misma ciudad en el año 1742.
Ribera, nació en pleno Madrid castizo,
en la calle del Oso en el Barrio de Lavapiés, donde vivían sus padres Juan de Ribera y Josefa Pérez.
El barrio de Pedro de Ribera según el plano de Pedro Texeira de 1656, señalado en rojo el antiguo Convento de Nuestra Señora del Favor futuro San Cayetano |
El padre procedía de Aragón y se vino
a Madrid a ejercer su profesión de carpintero. A pesar del ambiente humilde de
su familia, Pedro de Ribera rápidamente aprendió el oficio al relacionarse con
maestros de obras y arquitectos.
A la edad de 21 años, se casa con
Juana Verdugo de familia acomodada y comienzan a vivir en la calle de San
Cayetano. Poco tiempo después se alistó en el ejército de Felipe V como jornalero en
las Obras Reales. El oficio de su padre le sirvió para trabajar como carpintero
encargado de levantar las tiendas de
madera en la campaña contra Portugal, obteniendo el cargo de “Maestro de
Tiendas de Madera de Campaña de la Real Caballeriza”.
Trabajó junto a Teodoro Ardemans y
José Benito de Churriguera de los que se considera discípulo, formando los tres
el grupo de arquitectos representantes
del llamado Barroco Castizo.
El primer rey Borbón Felipe V y su
mujer Isabel de Farnesio no eran partidarios de la arquitectura hispana de
aquel momento, relegando en cierta medida a los arquitectos españoles de las
obras reales, decantándose por el estilo clasicista que comenzaba a imperar en
Italia y Francia. En las obras reales como el Palacio de la Granja o el Palacio
Real de Madrid intervienen diferentes arquitectos italianos, como
Sacchetti y Felipe Juvara, los jardines
de la Granja, fueron diseñados por el francés René Carlier.
En el año 1711 con treinta años cumplidos, Ribera se casa por
segunda vez, con Juana Úrsula Voiturier que aporto una buena dote al matrimonio.
Los nuevos esposos se fueron a vivir a la calle Mesón de Paredes junto a la Fuente de Cabestreros.
En el éxito de Pedro de Ribera en el
campo de la arquitectura, mucho tuvo que ver Francisco de Salcedo y Aguirre,
más conocido en nuestros días como Marqués de Vadillo. En el año 1715, el rey
Felipe V nombra al Marques Corregidor de Madrid, y este hecho añadido a que Ribera había conseguido el título de Alarife de la Villa permiten a
nuestro arquitecto llevar a cabo sus obras más importantes gracias al apoyo del
Corregidor. El Marqués de Vadillo y Pedro de Ribera, entablaron una buena
amistad, asignándole obras arquitectónicas para la ciudad. La colaboración de ambos se mantuvo hasta la
muerte del Marqués en 1729, siendo enterrado en la ermita de la Virgen del
Puerto, en un sepulcro obra de su gran amigo Ribera.
Calle del Oso y San Cayetano |
Ribera, es nombrado halla por 1718 ayudante
de Teodoro Ardemans, que por aquella época era
el Maestro Mayor de las Obras y fuentes de Madrid, sucediéndole en el cargo a la
muerte de Ardemans. La posición de Ribera en estos años le permitió entrar en las obras de la Corte, y
todo a pesar como ya hemos indicado de la preferencia del rey Felipe V por el
estilo de los arquitectos extranjeros que trabajaban en Madrid en estas mismas
fechas.
El
cargo municipal de Maestro Mayor de Obras y Fuentes de la Villa y sus
Viajes de Agua lo alcanzó Ribera en el
año 1726 con el fallecimiento de Teodoro Ardemans. Con 45 años falleció su
esposa y nuevamente se volvió a casar en el año 1734 con Francisca Vallejo.
Los cronistas de la época, fueron muy
críticos con Ribera. Fernández de los Ríos, refiriéndose a la Fuente de la Fama
utilizó la siguiente expresión: “parecía
dibujar los monumentos apretando un borrón de tinta entre dos papeles”
La relación de Ribera con San Cayetano
siempre fue muy estrecha, tanto él como sus padres pertenecían a la
Congregación de Nuestra Señora de la
Pureza y el Santo Cristo de la
Divina Providencia. Esta Congregación tuvo un importante papel en la
construcción del nuevo templo. El propio Ribera participó en la construcción del templo, como
arquitecto y aportando su propio dinero. En San Cayetano tomaron el hábito
religioso tres de sus hijos, fueron enterrados sus padres, sus dos últimas
esposas y su hermana Matea.
Casa de Ribera en el número 26 de la calle Embajadores |
Como hemos indicado, Ribera siempre
vivió en el barrio, llegando a ser dueño
de varios edificios en Madrid, su casa principal la construyó en la calle
Embajadores nº 26, frente a San Cayetano.
A Pedro de Ribera, se le considera un arquitecto autodidacta, que consiguió
crear un estilo propio y cuyas obras podemos admirar en nuestros paseos por
Madrid. Pedro de Ribera, falleció en Madrid el 19 de octubre de 1742. Fue
enterrado en su barrio de toda la vida, en la iglesia de San Cayetano.
Ahora que conocemos una serie de datos de la vida de Pedro de Ribera, es el momento de pasear por Madrid buscando algunas de sus obras. Comenzaremos nuestra andadura en el Puente de Toledo, una de las obras de Pedro de Ribera.
Ahora que conocemos una serie de datos de la vida de Pedro de Ribera, es el momento de pasear por Madrid buscando algunas de sus obras. Comenzaremos nuestra andadura en el Puente de Toledo, una de las obras de Pedro de Ribera.
De estilo barroco con detalles churriguerescos fue construido entre los años 1718 y 1732 para unir las dos orillas del Manzanares enlazando las glorietas de Pirámides y Marqués de Vadillo.
Puente de Toledo en la mitad del Siglo XIX |
En el Siglo XVII, el rey Felipe IV ordena la construcción de un puente para enlazar Madrid con el camino de Toledo, salvando de esta forma el río Manzanares. El proyecto corrió a cargo de Juan Gómez de Mora siendo construido por José de Villarreal entre 1649 y 1660. Aunque parezca mentira, las aguas del Manzanares derribaron el puente unos años más tarde.
Puente de Toledo año 2013 |
En el año 1671, se proyecta un nuevo puente que se termina de construir en el año 1680. Pero de nuevo las crecidas del río volvieron a derribar el puente. Por tercera vez, se procede a levantar un nuevo puente cuyas obras corren a cargo de José del Olmo y José de Arroyo. En el año 1684, el Maestro Mayor de las Obras y Fuentes de Madrid Teodoro Ardemans, se hizo cargo de las obras respetando los proyectos originales.
Con Felipe V reinando en España y siendo corregidor de la Villa, Francisco Antonio Salcedo y Aguirre, Marqués de Vadillo, se encarga a Pedro de Ribera la construcción de un nuevo puente en el año 1715. El proyecto quedo paralizado hasta el año 1719 fecha en que se reanudaron las obras y que finalizaron en el año 1732.
Año 1860, vieja estampa del puente de Toledo |
El puente, está construido con sillares de granito, con una parte central compuesta por nueve arcos de medio punto sostenidos por gruesos pilares con contrafuertes y tajamares.
En cada extremo del puente se extienden sendas rampas que enlazan con cada una de las orillas. En la orilla correspondiente a la glorieta de Pirámides existen otras dos rampas que antiguamente daban acceso a los lavaderos y huertas situados en la orilla del río. Ribera, diseño dos fuentes en la zona correspondiente a la Glorieta de Pirámides y en el Siglo XIX, el arquitecto Francisco Javier de Mariategui levantó dos obeliscos.
Puente de Toledo año 2013 |
En la parte central del puente se sitúan dos hornacinas o templetes adornados con elementos en estilo churrigueresco y que contienen las estatuas realizadas en piedra caliza de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, realizadas en 1723 por el escultor Juan Alonso Villabrille y Ron con la ayuda de Luis Salvador Carmona.
La decoración barroca empleada por Ribera se concentra especialmente en los templetes centrales. Podemos observar la ornamentación compuesta por: Querubines, vasos y jarrones, volutas de diversos tamaños revestidas de hojas de acanto, guirnaldas florales y otros adornos.
Año 1864, fuente junto al Puente de Toledo |
Con el paso de los años y el tráfico soportado ya en el Siglo XX, el puente pese a la calidad de su construcción comenzó a sufrir deterioros, lo que obligó a las autoridades municipales a tomar medidas de protección. Ya en el año 1952 el ingeniero de caminos Carlos Fernández Casado, gran conocedor de los puentes, elaboró un proyecto para la construcción de dos puentes alternativos con el fin de eliminar el paso rodado por el puente de Toledo, pero el proyecto no se llegó a ejecutar.
Puente de Toledo año 1906 |
En 1956 el puente es declarado Monumento Histórico Artístico. En el año 1972 con la construcción de la vía de circunvalación M-30, se retomó la vieja idea de la construcción de los dos puentes alternativos. La canalización del Manzanares mejoró sustancialmente el aspecto del puente, no obstante la M-30 continuaba pasando bajo los arcos del puente con el consiguiente deterioro del mismo.
En el año 1992, el puente de Toledo es declarado Bien de Interés Cultural. Con José María Álvarez del Manzano como Alcalde de Madrid, el puente es sometido a obras de restauración financiadas por la Fundación Caja Madrid.
Puente de Toledo y Glorieta de Pirámides al fondo |
En el año 2007, se dieron por finalizadas las obras para el soterramiento de la M-30, recuperándose las orillas del río para usos lúdicos de todos los madrileños. Las zonas ajardinadas en el entorno del Puente de Toledo, constituyen una de los espacios más representativos del espacio Madrid Río formando parte del denominado Salón de Pinos.
El paseo ajardinado Salón de Pinos es la solución adoptada por el Ayuntamiento en las zonas del río donde la distancia de separación entre los edificios y el borde del río era inferior a 40 metros. En el Salón de Pinos podemos disfrutar de paseos peatonales y vías para ciclistas.
Hornacinas de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza en el Puente de Toledo |
El Salón de Pinos es una franja ajardinada a modo de paseo arbolado que supera los seis kilómetros
desde el Puente del Rey hasta las proximidades del
Nudo Sur.
Aprovechando el nuevo espacio Madrid Río, nos daremos un breve paseo hasta alcanzar en las inmediaciones del
Puente de Segovia la Ermita de la Virgen del Puerto.
La Ermita, diseñada por Pedro de Ribera,
fue construida entre los años 1716 y 1718, pero desgraciadamente la Guerra
Civil acabó con ella. La Ermita actual es una reconstrucción llevada a cabo con
la declaración de Monumento Nacional en el año 1945. Las obras de
reconstrucción terminan en 1951.
Ermita Virgen del Puerto año 1860 |
Felipe V, encomendó a Ribera la
remodelación de los alrededores del Alcázar. Ribera reordeno el espacio
existente entre el río y el Campo del Moro, abriendo el paseo de la Virgen del
Puerto. En principio existían dos paseos: Paseo Bajo y Paseo Alto, el Paseo
Bajo, también se llamó Paseo Nuevo de la Corte que con la edificación de la
Ermita se refundieron con su nombre.
Ermita Virgen del Puerto en el nuevo espacio Madrid Río |
La Ermita de la Virgen del Puerto se
puede considerar la primera obra de importancia de Ribera en Madrid, la Ermita
fue construida siendo Corregidor de la Villa Antonio de Salcedo y Aguirre, Marqués
de Vadillo quien aporto de su propio capital los dineros para su construcción.
La primera función de la Ermita era facilitar los deberes religiosos a las
lavanderas del Manzanares.
Fachada Virgen del Puerto |
El nombre procede del Puerto de
Lisboa, que fue el primer lugar donde estuvo la imagen de la Virgen y que
posteriormente fue trasladada a Plasencia para recalar en Madrid
en el Colegio Imperial de la calle de Toledo. Seguro que os preguntareis como
llegó la imagen a Madrid, la explicación es sencilla, el Marqués de Vadillo,
era natural de la ciudad de Plasencia. La imagen que llego a Madrid realmente es una reproducción de la de Plasencia.
En época de Carlos III el Paseo es elevado, siendo necesario construir una
escalinata para salvar el desnivel y poder acceder a la Ermita. En 1780 se
inicia la urbanización de la zona con la construcción de diversas casas. Ya en
el año 1789, el arquitecto Juan Durán realizo algunas ampliaciones en el
edificio original y retirando las cubiertas de pizarra de los chapiteles para
recubrirlas con cinc.
Ermita Virgen del Puerto |
En la contienda de 1936, la ermita
quedó muy dañada como consecuencia del asalto de los grupos antirreligiosos y al
hecho de que la ermita se encontraba en pleno frente de la batalla. Solo
quedaron en pie algunos muros y la cúpula de ocho lados. La talla de la Virgen
quedó destrozada y se encargó una nueva al escultor Víctor González Díaz.
Finalmente fue declarada Monumento Nacional en 1945.
La reconstrucción fue llevada a cabo
por Carlos Mendoza. Pasados unos años el edificio fue restaurado de nuevo, se
eliminó el revoco de las fachadas dejando al aire los ladrillos y la sillería de
sus paramentos, asimismo se volvieron a colocar las pizarras en la cubierta.
La Ermita de la Virgen del Puerto, es
uno de los primeros edificios de arquitectura barroca en España. La fachada se
encuentra flanqueada por dos torres con
sus correspondientes campanas y chapiteles. El portal es adintelado, la cúpula
con su chapitel ochavado destaca poderosamente en el conjunto arquitectónico. En el perímetro
del edificio podemos observar una serie de balcones que eran utilizados por los
patrones de la época para disfrutar de las romerías.
Ermita de la Virgen del Puerto bastante cambiada con respecto a la actual |
Si el exterior de la Ermita tiene
aires de la arquitectura del Madrid de los Austrias, el interior todo nos recuerda al periodo
borbónico. En la Capilla de planta ochavada, se puede contemplar el sepulcro
del Marqués de Vadillo, realizado por Pedro de Ribera. Merece la pena contemplar
las decoraciones y las distintas imágenes que embellecen el interior del
edificio, destacando la imagen de la Melonera, nombre por el que es conocida la
Virgen del Puerto. El nombre de la Melonera le viene dado por los puestos de melones que se solían
instalar en las cercanías de la ermita con motivo de las romerías celebradas
principalmente por inmigrantes asturianos y gallegos. La festividad se celebra
el 8 de septiembre.
Antes de abandonar nuestro paseo por
la ribera del río Manzanares, queremos detenernos unos breves momentos en la
Puerta de San Vicente.
La primitiva Puerta de San Vicente de
la que se tienen datos fue construida en el año 1726, cuando el Marqués de
Vadillo, Corregidor de la Villa, encargó al arquitecto Pedro de Ribera la
realización de una monumental puerta que sustituiría a la existente, conocida
con el nombre de Puerta del Parque o Puerta de la Florida, que se encontraba en
estado ruinoso.
Dibujo de la puerta de Pedro de Ribera |
La Puerta proyectada por Pedro de
Ribera, constaba de tres arcos y estaba
adornada con una estatua de San Vicente, por lo que recibió dicho nombre.
También era conocida como Puerta de la Florida por su cercanía al Paseo del mismo nombre. La puerta formaba parte de la antigua cerca de Felipe IV, y su
emplazamiento estaba más próximo a la actual Plaza de España y Palacio Real.
Debido a las obras de la remodelación de la Cuesta de San Vicente, para mejorar
los accesos al Palacio Real a través del Camino de El Pardo, la puerta fue
derribada en el año 1770.
Continuaremos nuestro caminar por la
Cuesta de San Vicente, hasta alcanzar la Plaza de España y posteriormente
acercarnos a la vecina calle del Conde Duque. En el número 9, delimitando con
la calle Santa Cruz de Marcenado y la Travesía del Conde Duque, se encuentra en
antiguo Cuartel del Conde Duque, en la actualidad el edificio está destinado a
Centro Cultural.
Halla por el año 1700, Felipe V llega
a España y rápidamente se ve envuelto en la llamada Guerra de Sucesión contra
el archiduque Carlos de Austria. Finalizada la guerra, se comienzan a edificar
cuarteles en diversas zonas de Madrid. Uno de ellos, el Cuartel del Conde
Duque.
Fachada principal del Cuartel |
En noviembre de 1717 Felipe V ordena al entonces corregidor de
Madrid Francisco Antonio Salcedo y Aguirre, Marqués de Vadillo, la construcción
de un cuartel para sus Reales Guardias
de Corps con el fin de albergar 600 guardias y no menos de 400 caballos.
Como en otras ocasiones, el Marqués de
Vadillo recurrió a Pedro de Ribera, el Maestro Mayor de las Obras y Fuentes de
Madrid. El Concejo, dispuso 2000 escudos de vellón para contribuir al
levantamiento del edificio.
Ribera, diseño el edificio considerado
el más grande de Madrid, en estilo barroco madrileño, de planta rectangular de
224 metros de largo y 82 metros de ancho formando tres patios interiores, el
central de mayor tamaño para permitir la realización de prácticas a caballo. En
las cuatro esquinas del cuartel había unos torreones en forma de L que se
utilizaban como residencia de los oficiales. Las fachadas con dos filas de
ventanas sin adornos pero con gran armonía, destacando la fachada principal del
patio central coronada por un torreón donde se instaló un Observatorio Astronómico
y posteriormente el telégrafo.
El Observatorio Astronómico formó parte del sistema de comunicaciones
mediante telégrafo óptico, ideado en España en el siglo XIX. La torre de
telegrafía era la número uno de la Línea de Castilla, que comunicaba Madrid con
Irún.
Cuartel del Conde Duque a principios del Siglo XX |
Lo más llamativo del Cuartel es su
portada, realizada en estilo churrigueresco, formada por dos pilastras sobre
las que se encuentra el Escudo Real con la siguiente inscripción: “Reinando
Felipe V año de 1720”. No obstante el edificio no se concluyó hasta el año
1730.
La Guardia de Corps, era una guardia
de élite creada para la protección personal del rey y estaba formada por
militares de diversas nacionalidades. En el cuartel se albergaban tres
compañías: La española, la flamenca y la italiana. En tiempos de Godoy, se crea
una nueva compañía, la americana, hasta que en 1807, quedan suprimidas las
compañías extranjeras. Con el reinado de Isabel II, se reformó el cuerpo de
Guardias de Corps, quedando solamente el Cuerpo de Alabarderos y el Escuadrón
de Guardias de la Reina. La unión de los dos cuerpos, dio paso a la actual
Guardia Real.
Patio central del Conde Duque |
En el cuartel del Conde Duque, estuvo
el Colegio General Militar, hasta su traslado a Toledo con el nombre actual de
Academia Militar.
En el año 1869 un incendio destruyó los pisos superiores
excepto la fachada principal y casi hizo
desaparecer la torre del Observatorio. Las reformas efectuadas como
consecuencia del incendio, cambiaron la fisonomía del edificio.
Ya en el año 1969, el edificio deja de
tener usos militares y es adquirido por el Ayuntamiento, que ante el estado de
deterioro que presentaba, en el año 1981 comienzan las obras de restauración
tratando de devolver al edificio su aspecto original. El proyecto corrió a
cargo del arquitecto Julio Cano Lasso. Las obras se están desarrollando por
fases continuando los trabajos a fechas actuales.
Google Maps. Vista aérea del Conde Duque |
El antiguo Cuartel se ha convertido en
Centro Cultural donde se guardan verdaderos
tesoros de la historia de Madrid desde el siglo XI hasta nuestros días. Se
calcula que en sus más de 100 kilómetros de estanterías, junto a los
múltiples pasillos, bóvedas, escalinatas y salas, acumulan, numerosos incunables,
manuscritos, joyas de la música y la literatura. Aquí se encuentra el Archivo
de la Villa, considerado como punto de partida de la Biblioteca Histórica, la
Hemeroteca Municipal, la Biblioteca Musical y el Museo Municipal de Arte
Contemporáneo. Todos estos organismos se encuentran en la actualidad
concentrados en el Cuartel del Conde Duque. Entre los múltiples documentos que
atesora este espacio cultural, se encuentra el Fuero de la Villa de 1202.
El Cuartel del Conde Duque año 1860, a su izquierda el Palacio de Liria. |
Muy cerca del Cuartel del Conde Duque,
en concreto en la calle San Bernardo número 79, se encuentra la Iglesia de
Monserrat, uno de los edificios en los que participo nuestro genial arquitecto
Pedro de Ribera.
La Iglesia y Monasterio de Santa María
la Real de Monserrat como se la conoció en un principio, fue mandada construir
por Felipe IV con el fin de dar acogida a los monjes benedictinos expulsados de
Cataluña durante el levantamiento catalán contra la corona.
El monasterio de Montserrat era el
principal centro benedictino de Cataluña pero bajo la jurisdicción de
Valladolid. El abad era nombrado entre los monjes castellanos, por cuyo motivo,
los monjes catalanes molestos por esta situación, expulsaron a los castellanos
aprovechando la insurrección catalana.
Con el número XXIX en el plano de Pedro Texeira de 1656, aparece el primitivo convento de los benedictinos, en la calle Santo Domingo, actual calle de Quiñones. |
Los monjes expulsados ocuparon un
convento situado en la llamada quinta del Condestable de Castilla situada en
las inmediaciones del arroyo Abroñigal, pero dada la insalubridad de la zona,
Felipe IV encargo a Pedro Valle de la Cerda la compra de unas casas en la calle
Alcalá para la construcción de un nuevo convento, pero el proyecto se vino
abajo por la intransigencia de los Padres Agustinos Recoletos.
Había que buscar otra alternativa, así
que se compraron unas casas en la calle Ancha de San Bernardo y para evitar
problemas se dijo que eran para construir una hospedería. En el año 1704 los religiosos se trasladaron
al nuevo edificio aunque todavía se encontraba en fase de ejecución.
Proyecto de remodelación de la iglesia de Monserrat de principios del Siglo XX |
Felipe IV, falleció en 1665 y las
obras de la Iglesia no comenzarían hasta el año 1668 bajo el reinado de Carlos
II. Las obras fueron encomendadas al arquitecto Sebastián Herrera Barnuevo.
Herrera nació en Madrid en 1619, falleciendo en 1671, siendo considerado un
gran arquitecto, escultor y pintor del barroco español. Curiosamente su primer
maestro fue su propio padre el escultor
Antonio de Herrera.
Como muestra de la importancia de este
artista indicaremos algunas de sus obras más conocidas: El retablo de la
capilla del Cristo de la iglesia de San Ginés, colaboró en la construcción de
la capilla de San Isidro en la iglesia de San Andrés, diseño barroco de los
jardines y fuentes del Real Sitio de Aranjuez, realizó la ochava o chaflán de
la capilla del convento de Nuestra Señora de Atocha y su retablo mayor, el
túmulo funerario para honrar la muerte de Felipe IV y como no, la iglesia y
convento de Santa María la Real de Montserrat.
Poco antes de su fallecimiento, fue
designado supervisor de los proyectos para la construcción del nuevo Puente de
Toledo.
Iglesia de Monserrat en la actualidad |
Al fallecimiento de Herrera en 1671, las
obras las continuará Gaspar de la Peña y otros arquitectos como Juan de Torija
y Pedro de la Torre. Las obras quedaron abandonadas durante unos años hasta que
en el año 1716, Pedro de Ribera se hace responsable de las mismas. Ribera
respetó la fachada inicial aunque modificó la decoración de la puerta y los
ventanales. La diferencia de estilos se puede apreciar comparando el ventanal
clásico del ático central obra de Herrera, con las decoraciones de Ribera a
base de copetes, veneras y otros elementos del estilo de Ribera. Las obras se
dieron por finalizadas en el año 1720, aunque no se habían construido las dos
torres proyectadas.
Año 1982, Monserrat antes de la remodelación. |
Será en el año 1729 cuando comience su
construcción se desconoce si las dos torres se debían al diseño de Herrera. Se levantó
primero la torre correspondiente al lado sur, y en 1731 se comenzó con la
segunda torre, pero quedó inacabada, desconociéndose
los motivos de la suspensión de las obras.
La desamortización de Mendizábal de
1836, suprimía todas las casas religiosas con menos de doce religiosos. La
Iglesia y Convento de Montserrat fue cerrada, y se convirtió desde el año 1837
en prisión para mujeres con el nombre de La Casa Galera. En 1851 una parte del
convento y la iglesia, fueron cedidas a Sor Patrocinio y sus monjas
concepcionistas hasta 1868 año de su expulsión.
Portada de Monserrat |
Sor Patrocinio fue conocida como la
Monja de las Llagas, nacida en San Clemente provincia de Cuenca en el año 1811,
fue una religiosa de la Orden de la
Inmaculada Concepción. Ejerció una gran influencia en la vida social y política
durante la segunda mitad del siglo XIX, debido fundamentalmente a la influencia
que ejercía sobre la reina Isabel II y su esposo Francisco de Asís.
Ya en el año 1918 la iglesia fue
cedida a los monjes benedictinos de Santo Domingo de Silos, que la ocuparon en
el año 1922. Pero llegó la Guerra Civil y los monjes abandonaron el edificio.
Durante la República, el Frente Popular convirtió la iglesia en salón de baile.
En 1939, la iglesia es ocupada nuevamente por los monjes de Silos, pero hasta el año 1953 no se realizaría la entrega
del resto del conjunto que había sido ocupado por la cárcel de mujeres.
En 1892 la Real Academia de San
Fernando realizo un informe debido a que la Junta de Prisiones había conseguido
el permiso para derribar el chapitel por su estado ruinoso. El encargado de
realizar el informe fue Pedro de Madrazo. Por fortuna, el conjunto fue
declarado Monumento Nacional el 19 de Agosto de 1914, evitándose de esta forma
su demolición.
La restauración del templo se finalizó
en el año 1923, habiendo dirigido las obras el arquitecto Carlos Gato Soldevila.
Torre de Monserrat y el convento al fondo |
En la década de los años 80 del pasado
siglo la Dirección General de Bellas Artes, realiza un estudio para analizar el
estado de deterioro del Convento e Iglesia, llevando a efecto una completa
restauración a cargo de los arquitectos: Consuelo Martorell, Antón Capitel y Antonio
Riviere.
Los pilares de piedra del primitivo
proyecto destinados para la cúpula, permitieron construir la capilla mayor,
junto con el cerramiento definitivo obras que se realizaron en 1986.
En cuanto a la construcción de la
Iglesia, no hay la suficiente documentación como para poder conocer el proyecto
original de Herrera, pero de los estudios realizados, se deduce que el proyecto
original contemplaba una gran nave central flanqueada por otras dos de menor
tamaño donde se ubicarían las capillas, las naves quedarían separadas por
pilastras y arcos de medio punto. Sobre el crucero se levantaría una gran
cúpula. El templo fue diseñado con aire italiano, pero al descartarse la cúpula
por las dos torres, Ribera le dio un aire más castizo.
Para salvar el gran desnivel de la
calle, Herrera coloca sobre un basamento de granito, grupos de pilastras
pareadas también de granito con basas áticas y capiteles dóricos. Pedro de
Ribera al levantar las torres se vio obligado a eliminar un orden de pilastras
en cada extremo de la fachada para no ensanchar excesivamente la fachada.
En la construcción, se utilizan como
materiales el granito, en los zócalos, las pilastras, cornisas, jambas, los
huecos de la planta baja, la ornamentación, la cornisa y el frontón, el resto
es de ladillo.
Interior de Monserrat |
Ribera utiliza alternativamente la
piedra y el ladrillo, la parte superior de la torre, dispone de cuatro ventanas
con arco de medio punto destacando sobremanera el chapitel de forma bulbosa
como una cebolla muy decorada, la cubierta del chapitel es de pizarra y se
encuentra coronado por una bola del mundo y una cruz.
La puerta de entrada con arco de medio
punto se encuentra profusamente decorada con evolutas, flameros y cabezas de ángeles.
Sobre la puerta destaca la hornacina donde se ubica la figura de San Benito,
fundador de la orden y un escudo realizado por Jacobo Vázquez.
En el interior del templo, solo
podemos contemplar la nave central que se quedó inacabada en el crucero, ya que
este nunca llegó a construirse, así como la cabecera o girola, el transepto o
nave trasversal y por supuesto la gran cúpula y las naves laterales. Con el fin
de facilitar el culto, Ribera cerró de forma provisional la cabecera del
templo.
Observando el templo con los ojos del
Google, podemos apreciar el cerramiento que se efectuó para situar la cabecera
de la iglesia en el lugar que debía de ir el crucero y el jardín que en
principio correspondería a la cabecera del propio templo.
Vista aérea de Monserrat. |
Pese a que se trate de un templo
inacabado, es aconsejable una visita a su interior donde se encuentran algunas
obras de arte destacables como: La imagen de la Virgen de Montserrat de Manuel
Pereira situada en el altar, la sillería del coro es del Siglo XVII procedente
de San Salvador del Moral en la provincia de Palencia. Un lienzo del Siglo XVIII de San Benito,
entregando la regla de los benedictinos a la Virgen y en presencia de los
santos Mauro y Plácido, el cuadro se encuentra flanqueado por dos rejillas que
dan al convento. En una de sus capillas se puede contemplar una talla que es copia
del Cristo de Burgos con unos huevos de avestruz bajo los pies, el pelo de la
imagen es natural. En la Capilla de Santo Domingo de Silos, se encuentra la
tumba de Don Luis de Salazar, Comendador de la Orden de Calatrava. Las pinturas
de la bóveda, del Siglo XVII, pertenecen a la escuela madrileña.
Maqueta de León Gil de 1830, en azul la Iglesia de Monserrat, en naranja el convento de las Comendadoras y en rojo el Cuartel del Conde Duque |
Hemos reseñado alguno de los motivos
por lo que se aconseja la visita al interior del templo, pero como decía el
profesor Antonio Bonet Correa gran historiador de las ciudades y su urbanismo en
su libro, Iglesias Madrileñas del Siglo
XVII, “Monserrat no es arquitectura para ser descrita ni fotografiada, sino
para ser vista”.
Dejamos atrás la iglesia de Monserrat
y caminando por el barrio de Universidad, nos encontraremos con algunas de las
calles y plazas más castizas de Madrid, como calle de Manuela Malasaña o la plaza del Dos de Mayo, en poco
más de diez minutos caminando, nos encontraremos en la calle de Fuencarral y
junto al Metro de Tribunal, nos llamará poderosamente la atención un majestuoso edificio que como no podía ser
de otra forma es obra de Pedro de Ribera.
Se trata del Real Hospicio del Ave
María y San Fernando construcción del siglo
XVIII, obra de Pedro de Ribera, que destaca por su fachada barroca en estilo churrigueresco,
está considerada como una joya del barroco madrileño.
Antiguo Hospicio en el año 1909 |
Antes de entrar en detalles sobre el
edificio, creemos oportuno conocer un poco la historia del Hospicio. Todo
comienza con el sacerdote trinitario Simón de Rojas, nacido en Valladolid el 28
de Octubre de 1552. Con doce años ingresó en el convento trinitario de Valladolid,
y posteriormente se trasladó a Salamanca
donde cursó los estudios universitarios entre los años 1573 y 1579. Fue
profesor de filosofía y teología en Toledo ejerció el oficio de superior en
varios conventos de Toledo y Salamanca. El 12 de mayo de 1621 fue elegido como
confesor de la Reina Isabel de Borbón a instancias de Felipe III. Falleció en
Madrid el 29 de septiembre de 1624.
Hospicio de la calle de Fuencarral año 1920 |
En Madrid desarrollo una gran labor a
favor de los pobres creando la Congregación de los Esclavos del Dulcísimo
nombre de María. Recogía mendigos de las calles dándoles acogida en la casa de
Pedro Fernández Navarrete, dando origen al futuro Hospicio general de pobres
del Ave María.
A la muerte de Simón de Rojas, la
congregación siguió trabajando con los pobres y ya en el año 1668, funda el Hospicio en un local de la calle de Santa Isabel, donado
por Juan Carvajal y Vargas, Caballero de
Calatrava.
Antiguo Hospicio, en la actualidad Museo de la Historia |
Las condiciones del Hospicio no eran
las adecuadas, teniendo solo capacidad para 24 pobres, por este motivo, la
Congregación se trasladó en el año 1674 a
la denominada por entonces calle Alta de
Fuencarral, en concreto a unas propiedades de Carlos Goveo mientras se
construía el nuevo edificio. El Hospicio se diseñó para albergar hasta 400 necesitados. En esta época,
el Hospicio era tutelado por la reina Mariana de Austria, segunda esposa de
Felipe IV. A pesar de las aportaciones de la reina y del Consistorio, para la
construcción y mantenimiento del Hospicio fue necesario poner un impuesto de
cuatro maravedíes de vellón a las personas asistentes a los corrales de
comedias, también se establecieron impuestos a mercancías como el vino.
Portada de Pedro de Ribera |
El primer arquitecto del nuevo
Hospicio fue José de Arroyo que construyo los cimientos de la iglesia y del
edificio principal, pero a su muerte en 1695, el arquitecto Felipe Sánchez
modificó sustancialmente las trazas originales, finalizando las obras en el año
1703.
El Hospicio continuo su andadura y
llegó el momento de ampliarlo, así que en el año 1721 con Felipe V en el poder
y siendo responsable de la Villa el Marqués de Vadillo, se derribó el viejo edificio y comenzó la
construcción del edificio definitivo bajo la dirección de Pedro de Ribera. De
la construcción primitiva solo se conserva la Capilla que acoge un lienzo de Luca Giordano, en concreto San
Fernando ante la Virgen.
Fachada principal del Museo de la Historia |
Pedro de Ribera construyó el nuevo
edificio entre los años 1721 y 1726. El edificio de planta irregular se
encuentra organizado alrededor de grandes patios, siendo el patio principal
rectangular y el resto asimétricos. En su construcción, el edificio incorpora
zócalo de granito, muros de ladrillo y dos alturas, en la segunda altura las
ventanas incorporan balcones y escudos de las distintas regiones de España. Del
edificio destaca poderosamente la fachada de la calle Fuencarral, construida
como un gran retablo dividido en dos cuerpos: Estípites, óculos y rocallas te
envuelven en sentido ascensional hasta que la vista alcanza la hornacina donde
se encuentra la escultura de San Fernando, escultura realizada por Juan Alonso
Villabrille y Ron.
Maqueta de León Gil año 1830, que se puede contemplar en el interior |
El marco escultural representa la
aspiración de la monarquía como
protectora y benefactora. Ribera se inclina por la representación
teatral donde triunfan sus dotes de maestro de la perspectiva. En la obra,
podemos adivinar un mensaje que nos
indica la función del edificio. En la decoración barroca queda reflejado el
mensaje político de la monarquía.
Ya en el año 1751, comienza la
ampliación del Hospicio bajo la supervisión de José Pérez, las obras no
finalizan hasta el año 1799.
En el año 1919 fue declarado Monumento
Histórico Artístico, dejando de realizar las funciones de Hospicio en el año 1922.
El edificio se encontraba en ruinas, pero gracias a la intervención de la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando, y la
Sociedad Española de Amigos del Arte, se evitó la entrada de la temible
piqueta. Estos dos organismos, organizaron en el año 1926 la “Exposición del
Antiguo Madrid”.
"Alegoría de la Villa de Madrid" de Francisco de Goya año 1809 |
El Ayuntamiento que había adquirido el
edificio, ordena una profunda
restauración al arquitecto Luis Bellido, con el objeto de albergar la
exposición. La exposición fue un éxito por cuyo motivo el Ayuntamiento decidió
crear en el año 1929 el Museo Municipal.
Desde el año 2002, el edificio se
encuentra sometido a una nueva rehabilitación, tanto del exterior como del
interior para acondicionar nuevos espacios dentro del edificio. La reforma
dirigida por el arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade, se está ejecutando en
varias fases. En la primera se restauraron todos los forjados, en la segunda
fase se adecuaron las instalaciones interiores y la tercera fase iniciada en el
año 2007 contempla la rehabilitación de todo el perímetro en especial la
fachada de la calle Fuencarral. A fecha actual las obras se encuentran
finalizadas casi en su totalidad, aunque parte del edificio todavía se encuentra
cerrado al público.
Fuente de la Fama, en los jardines del Museo de la Historia |
Desde el año 2007, se conoce al
edificio como Museo de la Historia. El Museo está concebido como un recorrido por la historia de Madrid desde que
fue declarada capital del reino en el año 1561. En el Museo, se albergan
distintas temáticas como: Pintura, escultura, muebles, planos, maquetas,
porcelana y platería.
Entre los tesoros que se pueden
contemplar en el actual Museo, se encuentra la Maqueta de Madrid de León Gil
del Siglo XIX, porcelana de la Fábrica del Buen Retiro, la Virgen con el Niño
de Pedro Berruguete y especialmente la Virgen con San Fernando de Luca
Giordano.
Google Maps, vista del Museo de la Historia |
En el Museo, también podemos
contemplar el cuadro “Alegoría de la villa de Madrid” obra de Francisco de
Goya. Fue pintado en 1809, en plena dominación francesa.
El cuadro tiene tras de sí una curiosa
historia. En el cuadro se puede observar un óvalo que en su día tenía pintado
un retrato de José I, pero tras la
batalla de Arapiles y la salida de los franceses de Madrid, el Consistorio
decide borrar el retrato de José I, pintando en su lugar la palabra “Constitución”.
Al regreso a Madrid de José I, nuevamente Goya vuelve a pintar el retrato del francés.
Con el fin de la Guerra de la Independencia, el Consistorio encarga a Goya
cambiar la imagen de José I por el de Fernando VII. El retrato realizado por
Goya no favorecía en nada a Fernando VII, así que en el año 1826, se encargó a un
nuevo pintor rehacer el retrato del rey. Y así llegamos a 1843, año en que de
nuevo es borrado el retrato sustituyéndolo
por un dibujo de la Constitución de Cádiz. Con el fin del reinado de
Isabel II el Regidor de la Villa el Marqués de Sardoal, ordenó que se eliminase
del óvalo el dibujo de la Constitución para colocar en su lugar un texto
alusivo al Dos de Mayo.
Antes de abandonar el antiguo
Hospicio, es obligatorio, visitar la Fuente de la Fama, situada en los jardines
del actual Museo de la Historia en la fachada de la calle Barceló.
La Fuente se trata de un encargo del
rey Felipe V para embellecer la ciudad y
suministrar agua al pueblo de Madrid. El proyecto fue encargado a Pedro de
Ribera, quien dirigió la obra entre los años 1731 y
1732. La estatua de La Fama que corona la fuente es obra del escultor Juan Bautista.
Fuente de la Fama en Antón Martín hasta el año 1879 |
La financiación como casi siempre
corrió a cargo del pueblo, así que el día de la inauguración y abajo la iniciativa
popular, se colocó un cartel que decía: “Dios lo quiso, el rey lo mandó y el pueblo lo
pagó”.
En un principio, la fuente quedo
situada en la plaza de Antón Martín, siendo conocida por el nombre de la plaza.
Posteriormente en el año 1879 fue a parar a los almacenes de la Villa y ya en
1909 el escultor Ángel García y el arquitecto José Loute reconstruyen la fuente
para instalarla en el Parque del Oeste. El Ayuntamiento, encarga en el año 1926
un proyecto al arquitecto municipal Luis
Bellido para que instale la fuente en
los jardines de Pedro de Ribera del antiguo Hospicio. Durante la Guerra Civil la fuente se desmonta para evitar
su destrucción, volviendo a instalarse definitivamente en el año 1941.
Fuente de la Fama en el Parque del Oeste, principios del Siglo XX |
La fuente está construida con piedra
berroqueña y caliza de Colmenar de Oreja, el conjunto se apoya sobre un pilón
con forma de trébol de cuatro hojas,
sobre el que descansa la base, custodiada por cuatro delfines mitológicos
arrojando agua. El estilo de los adornos empleados por Ribera es
inequívocamente churrigueresco.
Entre los muchos motivos ornamentales de la fuente, destacaremos las
hornacinas con floreros y cuatro estatuas de niños, cada uno de ellos
sosteniendo una concha invertida.
La pilastra en su parte superior,
soporta la figura alada de La Fama donde
se sitúa, a modo de remate, una victoria alada, con una trompeta en la mano.
Las dimensiones del conjunto son bastantes considerables, con una altura de 10
metros, un fondo de 4 metros y una anchura de 4 metros.
Antiguo Hospicio año 1932 |
La Fama es una figura de la mitología
con varios significados: Mensajera de Júpiter para unos y la “Voz Pública” para
los romanos. La Fama como Voz Pública aparece en el Libro IV de La Eneida y según
Virgilio fue engendra por la Tierra.
La Fama es una figura femenina alada
muy utilizada en espacios públicos como:
El Museo Metropolitano del Arte de Nueva York, Museos Reales de las Bellas
Artes en Bruselas, Parque Campo Grande de Valladolid, Fábrica de Tabacos de
Sevilla, actual Universidad y un largo
etc.
En nuestro caminar por las calles de
Madrid recordando a Ribera, nos acercaremos a la calle Alcalá para detenernos
en la Iglesia de San José, situada en el número 43 de esta calle tan castiza.
La actual iglesia, se construyó anexa al
convento de San Hermenegildo.
El antiguo convento de religiosos
Carmelitas, comenzó su andadura en el año 1586 gracias a fray Nicolás de Jesús
y María, concluyéndose las obras en el año 1605.
En el año 1730 con Felipe V en el
poder y siendo Corregidor de la Villa el Marqués de Vadillo, se encargó a Pedro
de Ribera la construcción de una iglesia para
celebrar los oficios religiosos del convento de carmelitas de San Hermenegildo.
Calle Alcalá e iglesia de San José año 1900. |
Como era costumbre en la época, Pedro
de Ribera diseñó la iglesia en estilo barroco, se trata de un templo de
considerables dimensiones, con gran ornamentación en la fachada, las tres
puertas de acceso tienen verjas forjadas por Juan Gil. En la entrada principal se puede contemplar la cruz
de los carmelitas y una hornacina con la
imagen de la Virgen del Carmen realizada por Robert Michel en 1750. El interior
está formado por una nave de cañón y su correspondiente cúpula, en el interior destacan
por su gran belleza obras de arte, como
la capilla de Santa Teresa, el Cristo crucificado de Alonso de Mena y el
San José de Luis Salvador Carmona. La
construcción del templo finalizo en el año 1748, encontrándose al frente de las
obras José de Arredondo y Fausto Manso.
En el circulo, se encuentra una placa que nos recuerda la primera misa de Lope de Vega |
Placa recordando a Lope de Vega en San José |
La iglesia del antiguo convento, paso
a ser la parroquia de San José tras el abandono de los carmelitas por la
desamortización de Mendizábal en el año 1836. El edificio del convento fue
demolido en 1870 construyéndose en su lugar el Teatro Moratín que
posteriormente se llamó Apolo.
Finales del Siglo XIX, a la izquierda de San José, se aprecia perfectamente la casa del cura |
El teatro fue inaugurado el 23 de
marzo de 1873, y se mantuvo activo hasta su cierre el 30 de junio de 1929 cuando fue adquirido por el Banco de Vizcaya, para construir su sede en Madrid. Actualmente,
en el edificio se encuentra el Área de Gobierno de Hacienda y Administración
Pública del Ayuntamiento de Madrid.
Año 1910, Teatro Apolo a la derecha de San José |
Pero retrocedamos a 1910, año del
comienzo de la construcción de la Gran Vía. El proyecto de esta calle tan
emblemática de Madrid, se llevó por delante algunas calles y muchos edificios
colindantes, entre los edificios desaparecidos
estaba la casa del cura de la parroquia de San José, edificio colindante
a la iglesia. Posteriormente en 1912 el arquitecto Juan Moya e Idígoras, amplió
los laterales de la iglesia tanto en anchura como en altura para adaptarlos a
los nuevos edificios, cambiando de un plumazo la fachada original.
La antigua Casa del Cura, se puede
considerar como el punto de partida del primer tramo de la Gran Vía.
Vista actual de San José |
Por un error histórico se comentó que
en la iglesia de San José contrajo matrimonio Simón Bolívar con María Teresa
del Toro y Alayza en el año 1802. El error fue debido a que en las proximidades
había otra iglesia con el mismo nombre, en concreto en la calle Gravina y como
recordatorio existe una placa informativa en la calle Gravina.
En la Iglesia de San José, en el año
1614, celebró su primera misa el dramaturgo Lope de Vega.
Para terminar nuestra visita a San José, recomendamos una visita a su interior para admirar sus obras de arte.
Para terminar nuestra visita a San José, recomendamos una visita a su interior para admirar sus obras de arte.
Estampa para el recuerdo, Teatro Apolo junto a San José |
Manifestación junto a San José a finales del Siglo XIX |
Próximo a la iglesia de San José, en
la calle Alcalá número 3, se encuentran los restos del palacio del marqués de
Torrecilla.
Félix de Salabert y Aguerri, marqués de Torrecilla y de Valdeolmos encargo
una casa palacio a Pedro de Ribera que fue construido entre los años 1716 y
1731. El edificio, del estilo de los construidos por Ribera, estaba compuesto
por un bajo y tres plantas, destacando sobremanera la portada principal de
estilo barroco muy del estilo de Ribera.
En el Siglo XIX, el edificio comienza
a ser ocupado por distintas entidades como: El Hotel de la Compañía de
Diligencias Peninsulares, Círculo de Bellas Artes, Centro Asturiano, el
Café de Madrid y hasta una sala de billar.
Año 1880, Palacio del Marqués de Torrecilla en primer término de la fotografía, a continuación del Palacio la Real Casa de Aduanas, también se pueden contemplar las Diligencias Peninsulares |
Junto al palacio, se encontraba la
Real Casa de la Aduana ocupada por la Junta de Defensa de Madrid durante la
Guerra Civil. Los bombardeos destruyeron varios edificios de la zona entre
ellos el palacio del que se salvó solamente la fachada.
Al finalizar la contienda, el
Estado adquiere el solar del palacio
para la ampliación del Ministerio de Hacienda. Las obras son llevadas a cabo
por los arquitectos Luis Cervera Vera y Miguel Durán Salgado, quienes conservaron
la portada del antiguo palacio colocándola en la Real Casa de la Aduana.
En nuestro caminar siguiendo las huellas de Ribera, cruzaremos la Puerta del Sol y continuando por la calle Arenal, en pocos pasos alcanzaremos la Plaza de las Descalzas, donde nos
detendremos a contemplar la portada del edificio de Caja Madrid.
En el año 1702 don Francisco Piquer, más
conocido como Padre Piquer y siendo Capellán
del Convento de las Descalzas Reales funda el Monte de Piedad de Madrid considerado
el más antiguo de los montes de piedad en España.
Pontejos y Piquer en la Plaza de las Descalzas |
La finalidad del Monte de Piedad de
Madrid era ayudar a las clases sociales más necesitadas concediendo préstamos
gratuitos, depositando como avales alhajas y ropas.
Bajo el reinado de Felipe V, se le
conceden al Monte de Piedad unas casas
en la plaza de las Descalzas para que instalaran las oficinas y una capilla. Para
el acceso a la capilla, Pedro de Ribera realizó una portada barroca en el año 1733.
Año 1875, a la izquierda, portada de Ribera en la fachada del Monte de Piedad |
Con el fin de cubrir parte de los
gastos del Monte de Piedad, en 1836 se establece por primera vez el cobro de un pequeño interés
por los préstamos concedidos.
El Marqués viudo de Pontejos, fundó el
25 de octubre de 1838 por Real Orden, la Caja de Ahorros de Madrid, que
retribuía los ahorros depositados.
En la década de 1960, la Caja de
Ahorros y Monte de Piedad derriba el edificio de la plaza de las descalzas para
construir uno nuevo, en cuya fachada trasera se colocó la antigua portada de
Ribera, como recuerdo del primer edificio.
Portada de Ribera en el edificio actual |
En los grabados y fotografías de la
época, se puede contemplar dos portadas casi juntas, la portada de Ribera es la
situada en la parte de la izquierda.
Debido a los acontecimientos ocurridos
con Caja Madrid, actual Bankia, creemos interesante traer a estas páginas los
comentarios de Mesonero Romanos hablando del Monte de Piedad.
“Real monte de Piedad. Tuvo principio
en 1702 por don Francisco Piquer, capellán de S. M. en el convento de las
Descalzas Reales, quien puso en una caja un sólo real de plata, pero creciendo
las limosnas pensó en formar un santo monte, y en 1713 fue aprobado por S. M.
Está al cuidado de una real Junta, y tiene por objeto socorrer a las personas
necesitadas, dándoles dinero sobre alhajas que se conservan un año, y más cuando
se pide prórroga, durante cuyo tiempo pueden desempeñar las alhajas por la
misma cantidad que las empeñaron sin el menor interés. Después de este tiempo,
y no habiendo sido sacadas, se venden las alhajas, y el exceso de su valor
queda a disposición del dueño; cuya institución es la más generosa en su clase.
Los días destinados a dar dinero a los necesitados son lunes y jueves, y los
demás para desempeñar. Se hallan situadas estas oficinas en la plazuela de las
Descalzas y a su inmediación tiene su capilla pública, en la que se venera la
imagen de nuestra Señora de la Piedad. El adorno churrigueresco de la portada
de esta capilla contrasta con la sencillez del de la casa, que es de buen
gusto. El monte de Piedad ha socorrido en el año de 1831 a 11.930 personas con
la cantidad de 1.843.690 rs. y desde su fundación 1.085.285 personas con una
cantidad de 180.090.781 rs. Por este resultado se puede medir la importancia de
tan filantrópica institución”. Como ha cambiado la situación en los últimos
años, pero como dice el refrán “no hay mal que cien años dure”.
Sin abandonar la Plaza de las
Descalzas, queremos realizar un pequeño recordatorio a una de las fuentes más
emblemáticas de Madrid y que por desgracia ya desapareció aunque en la
actualidad podemos contemplar en la Puerta del Sol la estatua que la coronaba,
se trata de La Mariblanca.
Fuente con la Mariblanca en las Descalzas año 1864 |
La primitiva Fuente de la Fe, era una
obra de carácter monumental diseñada por
el escultor italiano Rutilio Gaci, e instalada en el año 1616 en la antigua
Puerta del Sol junto a la iglesia del Buen Suceso. Posteriormente, en el año
1625, se colocó sobre la Fuente una estatua comprada por el mercader florentino
Ludovico Turchi.
Monte de Piedad con la puerta de Ribera a la izquierda y la Fuente de la Mariblanca |
No hay consenso entre los
investigadores sobre si se trata de Diana
o de una alegoría de la diosa Venus. En cualquier caso, el nombre que
finalmente se ha impuesto es el de La Mariblanca, posiblemente en alusión al color blanco del
mármol. Se cuenta que la estatua fue
transportada hasta Madrid por Domingo Núñez, un carretero de Alicante, al que
le fueron descontados 100 reales en el pago de sus servicios, tras comprobarse
que la escultura había llegado decapitada.
La Mariblanca en la Puerta del Sol, a la izquierda San Felipe el Real |
En los comienzos del Siglo XVIII, la primitiva Fuente de la Fe fue demolida y en
su lugar se colocó otra fuente realizada por Pedro de Ribera. El encargo fue
llevado a cabo en 1727, Ribera utilizó un gran número de ornamentos, siguiendo
la tendencia churrigueresca vigente en aquel periodo.
La fuente era conocida como “de las
Arpías”, debido a que estaba rodeada de cuatro figuras que las representaban y
que vertían agua por sus pechos. El cambio de la fuente, no significó la
desaparición de la Mariblanca, era tal su popularidad, que se optó por
conservarla e instalarla en lo alto de la fuente de Ribera.
En 1838 Juan Pedro Ayegui arquitecto y
capitán comandante de zapadores bomberos de la Milicia Nacional, propuso
trasladar el servicio de abastecimiento de agua que se venía realizando en la
Puerta del Sol a la Plaza de las
Descalzas Reales. Esta nueva situación supuso la demolición de la Fuente de la Fe o
de las Arpías construyéndose una nueva fuente mucho más modesta, conservando la
estatua de La Mariblanca.
La Mariblanca en su emplazamiento actual junto a la calle Arenal |
La estatua permaneció en este lugar
hasta 1892, año en el que se desmontó conjuntamente con la fuente, levantándose
en su lugar una escultura de Francisco
Piquer, fundador del Monte de Piedad de Madrid. La figura de La Mariblanca fue
depositada en los almacenes de la Villa, donde estuvo hasta 1912, año en que se
colocó en los Jardines del Retiro.
En 1969 volvió a cambiar de
emplazamiento y fue ubicada en el Paseo de Recoletos, dentro de un pequeño
templete de aire clasicista. Aquí permaneció hasta 1984, cuando fue víctima de
un acto vandálico, que la seccionó en varios trozos.
Restaurada por el Instituto de
Conservación y Restauración de Bienes Culturales, el Ayuntamiento de Madrid
decidió guardar la estatua en el Museo de Historia de Madrid, situado en el
número 78 de la calle de Fuencarral, y con ello proteger la figura. En la
actualidad existen dos copias, la de la Puerta del Sol y la de la Casa de la
Villa.
En nuestro recorrido siguiendo los pasos de Pedro de
Ribera, nos hemos acercado al Barrio de las Letras, concretamente a la calle
de la Cruz esquina con Espoz y Mina, aquí una placa colocada en la fachada, nos
recuerda que en este lugar estuvo el Teatro de la Cruz.
El teatro de la Cruz, fue un corral de
comedias de los más antiguos de Madrid. En el Siglo XVII existía en el lugar un
corral de comedias propiedad de la Hermandad de la Soledad.
Interior del Teatro de la Cruz |
En el Siglo XVIII el estado de
deterioro en que se encontraba obligó al Consistorio a proceder a su reforma
siendo transformado en un gran teatro con capacidad para 1500 espectadores. Las
obras del nuevo teatro fueron encomendadas al arquitecto Pedro de Ribera, y se
desarrollaron alrededor del año 1743.
Ya en el Siglo XIX surgió una corriente crítica con la
arquitectura de Ribera, y mas en concreto contra el Teatro de la Cruz, lo que
llevó a que en el año 1849 por una Real Orden fuera declarado “oprobio del arte”, ordenándose su demolición.
La demolición no fue ejecutada y el teatro reabrió sus puertas en el año 1850, siendo
nuevamente clausurado entre 1852 y 1857. En el año 1859, el teatro fue
definitivamente demolido.
Muy cerca del tristemente desaparecido Teatro de la Cruz, haciendo esquina con las calles
Huertas y Príncipe, se encuentra el Palacio de Santoña, denominado antiguamente
Palacio de Goyeneche. En la actualidad el edificio es propiedad de la Cámara de
Comercio e Industria de Madrid, siendo el gran desconocido del público en
general a pesar de la belleza de sus portadas y de los tesoros artísticos que
guarda en su interior.
Plano de Pedro Texeira año 1656, reseñado el espacio que hoy ocupa el Palacio de Santoña |
En el Siglo XVI, la zona de Huertas hoy Barrio
de las Letras se encontraba en la
periferia de Madrid pero relativamente cerca con buena comunicación con el
viejo Alcázar, residencia de Felipe II al establecer su corte en Madrid en el
año 1561. Por este motivo era habitual que personas adineradas o relacionadas
con la Corte establecieran su residencia en esta zona de la Villa en constante
expansión.
Vista del Palacio de Santoña desde la calle Huertas |
En el año 1576 la propiedad donde en
la actualidad se encuentra el Palacio pertenecía al médico Antonio de Villena
donde tenía edificadas tres casas. Las casas las compro Juan Durán de Figueroa
en el año 1593. Ese mismo año las casas sirvieron de residencia al príncipe de Marruecos Muley Xeque,
conocido como el Príncipe Negro y que después de bautizado se llamó Felipe de
África.
Fachada de la calle del Príncipe |
Aproximadamente por el año 1630, se
encarga a Juan Gómez Mora que por entonces era el Alarife Mayor de la Villa la
construcción de un palacio señorial como era costumbre en el Madrid de los
Austrias. El edificio disponía de una torre en la esquina de Huertas con Príncipe,
rematada por un chapitel
Ya en 1731 el edificio es adquirido en
pública subasta por el político y banquero Juan Francisco de Goyeneche, Marqués
de Ugena por la cantidad de 325.000 reales de vellón. Goyeneche tenía
predilección por el arquitecto José Churriguera, pero debido a su fallecimiento
en 1725, encarga la reforma del palacio
a Pedro de Ribera el gran arquitecto del barroco.
Portada original de Pedro de Ribera, en la actualidad condenado el acceso y en estado de semi-abandono |
El estilo de Ribera queda
perfectamente plasmado en la magnífica portada de la calle del Príncipe.
En el año 1744 fallece Goyeneche
permaneciendo en el palacio su viuda hasta su muerte. En 1783, el edificio
sufre una nueva reforma a cargo del arquitecto Ignacio Thomas, retirando la
torre esquinera por su estado de deterioro. En 1800 el edifico es ocupado por
la Contaduría del Pósito Real. Finalizada la guerra de la Independencia el
palacio volvió a ser habitado por los condes de Saceda, de la saga de los
Goyeneche.
Placa informativa y detalles de la portada de la calle del Principe |
En el año 1874, el palacio es
adquirido por Juan Manuel Manzanedo, Marqués de Manzanedo y Duque de Santoña.
Manzanedo, reforma el edificio incorporando una gran decoración interior bajo
la supervisión del arquitecto Domingo de Inza, con la participación del escultor
Cánova y el pintor Olavide.
Con los Duques de Santoña, el palacio es
considerado de los más representativos del siglo XIX. En la reforma de 1874,
los Duques encargan al arquitecto Antonio Ruiz de Salces, que monte una nueva
portada en la calle de las Huertas copia de la de Pedro de Ribera situada en
la calle del Príncipe.
Fachada del Palacio por la calle Huertas |
A la muerte en 1882 de Juan Manuel de Manzanedo,
se entabla un litigio por la heredad del edificio entre la viuda y la hija de
Manzanedo. Tras un largo proceso, la viuda traicionada se ve obligada al
abandono del palacio completamente arruinada.
En 1982, la propiedad pasó a manos de
José Canalejas, político del partido Liberal. A la muerte de Canalejas el 12 de
Noviembre de 1912, el edificio continuó ocupado por su viuda y posteriormente
por un sobrino, hasta que en el año 1933, Casimiro Mahou adquiere la propiedad para
sede de la Cámara de Industria, que posteriormente se la conocerá como Cámara
de Comercio e Industria de Madrid. En 1955, el edificio vuelve a reformarse por
el arquitecto Fernando Chueca Goitia y por último en 1988 por Fernando
Caballero.
Portada de la calle Huertas |
Si observamos el edificio actual, su
exterior sigue las trazas de los edificios de Madrid del Siglo XVIII. Combinaciones
del ladrillo con granito, destacando especialmente las portadas tanto en los
elementos decorativos realizados en granito como la decoración de las puertas
de madera que Ribera supo plasmar en la mayoría de sus obras. Analizando
detenidamente las dos puertas, cualquier neófito puede comprobar que la puerta
de la calle del Príncipe construida por Ribera se conserva bastante mejor que
la copia de la calle de las Huertas.
Es aconsejable su visita interior
donde podemos contemplar una magnifica decoración llevada a cabo por los duques
de Santoña, se puede apreciar una gran influencia del arte oriental. Las paredes
de las distintas salas, están decoradas con pinturas con motivos que nos
recuerdan al comercio y a la industria, mezcladas con otras pinturas de temas
relacionados con las Bellas Artes. Podemos admirar pinturas de Francisco Sans,
Manuel Domínguez y Madrazo entre otros.
Hemos comentado las pinturas, pero no
nos podemos olvidar de la escalera principal realizada en mármol de Carrara
proyectada por Domingo Inza en colaboración con el escultor Cánova que esculpió
los leones situados en el arranque de la escalera y Carlo Nicoli que diseño el
pasamanos.
Palacio de Goyeneche en la calle Alcalá, en la actualidad Real Academia de Bellas Artes de San Fernando |
Antes de abandonar el palacio,
queremos tener un breve recuerdo para los dos artífices de tan magnífico
edificio.
La familia Goyeneche representa como nadie el éxito
social y económico con el reinados de los últimos Austria y la llegada de los primeros
Borbones. Juan Francisco de Goyeneche comienza ocupando puestos en la
administración central en Madrid, para posteriormente dedicarse a las
lucrativas actividades financieras. Goyeneche natural de Navarra había
acumulado una gran fortuna en su puesto de banquero de Felipe V e Isabel de
Farnesio.
Palacio de la duquesa de Santoña en la calle Montalbán, actualmente Museo Nacional de Artes Decorativas |
Goyeneche, consiguió el Monopolio del
Tabaco y fundó la Gaceta de Madrid, que con el paso del tiempo de convertiría
en el Boletín Oficial del Estado. A Goyeneche se debe la creación de la
población de Nuevo Baztán en la
provincia de Madrid para la fabricación de pieles y artículos de vidrio. El
arquitecto de Nuevo Baztán fue Churriguera, el mismo arquitecto construyó en
1710 el palacio de Goyeneche en la calle de Alcalá, hoy sede de la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando. Al comprar el palacio de la calle del
Príncipe, Goyeneche alquiló al Estado su palacio de la calle de Alcalá para
situar el Estanco de Tabaco.
El Ducado de Santoña, es un título
nobiliario concedido en 1875, por el rey Alfonso XII, para Don Juan Manuel Manzanedo y González, nacido en Santoña, que ya disponía desde 1864 del título
de I Marques de Manzanedo.
Vista aérea del Palacio de Santoña con la ayuda de Google |
Don Juan Manuel Manzanedo y González, fue
un indiano que consiguió una gran fortuna en Cuba, aproximadamente unos 50
millones de reales. En el año 1873, con la edad de 70 años, Juan Manuel
Manzanedo, se casa con María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros, regresando
a España, primero residen en Cádiz y posteriormente se trasladan a Madrid,
adquiriendo el palacio de la calle del Príncipe, como regalo de bodas a su
esposa. Pese a su edad, el duque de Santoña siguió participando en varias
empresas financieras, como la banca y los inicios del ferrocarril, negocios con
los que consiguió multiplicar por cuatro
su patrimonio. El duque de Santoña todavía tuvo tiempo para participar en política, siendo nombrado diputado en Cortes
y Senador, falleciendo en Madrid en 1882.
En la calle Montalbán número 12, se
encuentra la Casa-palacio de la duquesa de Santoña, que desde 1932 es el Museo
Nacional de Artes Decorativas, declarado patrimonio histórico-artístico en
1962.
A pocos pasos de la calle de las
Huertas, en concreto en la calle Magdalena número 10, con fachada también por la
calle de la Cabeza, se encuentra el Palacio del Marqués de Perales, en la
actualidad sede de la Filmoteca Nacional.
El edificio que podemos contemplar a
pocos metros de la Plaza de Tirso de Molina es uno de los pocos edificios
barrocos que conservan su diseño original pese a las reformas efectuadas.
Google nos permite observar el palacio desde las alturas |
Ventura de Pinedo Rodríguez, conde de
Villanueva de Perales de Milla, se casa con Antonia de Velasco y Moreda, marquesa de
Perales del Río.
Los marqueses encargan un palacio
hacia el año 1732 en un solar en una
zona de Madrid en plena expansión.
El palacio es de planta cuadrada y se
encuentra configurado en torno a tres patios interiores, como era costumbre en
las residencias de la aristocracia de la época, las fachadas de formas
sencillas son acabadas en estuco de color imitando al ladrillo. El edificio en
su parte inferior lleva un zócalo de granito donde se encuentran los huecos de
las ventanas del semisótano por la fachada de la calle de la Magdalena, el
edificio dispone de tres alturas con las cubiertas abuhardilladas.
Fachada del Palacio del Marques de Perales |
Sin duda lo que más destaca del
edificio es la decoración de la portada
barroca con balcón superpuesto que realizó el arquitecto Pedro de Ribera, la
decoración se compone de elementos florales y orejetas típicas del barroco
madrileño.
Algunos investigadores ponen en duda
que Ribera participase en la construcción del palacio atribuyéndoselo a los
maestros Agustín de Castro y José López de Sojo. En donde no existe ninguna
duda es en que Ribera realizó la portada.
El palacio fue ampliado en la década
de 1780 al comprar los propietarios unas casas contiguas, el encargado de esta reforma fue
Manuel Serrano.
Escudo de los marqueses de Perales, sobre la portada de Pedro de Ribera. |
En plena Guerra de la Independencia en
1808, José Miguel Fernández de Pinedo, III
Marqués de Perales que por entonces tenía los cargos de Regidor y Capitán General de Madrid era responsable de la fábrica
de cartuchos preparándose para resistir a las tropas francesas. La munición
escaseaba y comienza el rumor entre los combatientes de que los cartuchos llevan
arena en lugar de pólvora. El pueblo se amotina en la Casa de Correos y se
dirigen por la calle de Carretas hacia el palacio del Marqués al grito de
“muerte al traidor”, de esta forma murió el Marques a manos de las turbas
enloquecidas.
El palacio continuaría habitado por
los sucesivos marqueses de Perales hasta que en el año 1924, Buenaventura Fernández-Durán
y Caballero VII marqués de Perales, vende el edificio al Estado, utilizándose
como Jugado de Primera Instancia y como Estafeta de Correos.
Entre 1979 y 1983 los arquitectos
Manuel Sainz de Vicuña y García Prieto, y Manuel Sainz de Vicuña y Melgarejo padre
e hijo, rehabilitaron el palacio para convertirlo en la sede de la Hemeroteca
Nacional.
El ayer y el hoy del Palacio del Marques de Perales |
En 1995 el edificio es declarado Bien
de Interés Cultural y tres años después el arquitecto Javier Feduchi Benlliure se
encargó de adaptar el interior para su uso como Filmoteca Nacional.
Las distintas obras realizadas en los
últimos años del Siglo XX respetaron la fachada de la calle de la Magdalena,
pero no ocurrió lo mismo con la fachada de la calle de la Cabeza, que debido a
su estado ruinosos fue necesario rehabilitarla por completo. Las dependencias
interiores que habían sufrido demasiadas reformas recuperaron en parte su
disposición original, especialmente las de la facha de la calle de la Magdalena
También conviene destacar la
recuperación de los sótanos, pasadizos y vestíbulos abovedados.
En nuestro caminar por las calles de
Madrid, nos acercaremos a la Carrera de San Jerónimo y más concretamente al
número 15, donde se encuentra el palacio del Marqués de Miraflores que tiene
también fachada por la calle Arlabán.
Antonio Pando Brigas Arnaiz y Peña,
Conde de Villapaterna encargo la construcción del palacio al arquitecto Pedro
de Ribera para su residencia personal, la construcción se llevó a cabo entre
los años 1731 y 1732. Mucho ha cambiado la zona desde la época de la
construcción hasta nuestros días. Por entonces existía la calle Peligros, ya
desaparecida y la calle Arlaban se denominaba calle de los Gitanos.
Plano de Pedro Texeira antes de edificarse el Palacio de Miraflores |
La denominación de Palacio del marqués
de Miraflores se debe a la concesión en 1817 de este título por el rey Fernando
VII a Carlos Francisco de Pando y Álava Dávila, III conde de Villapaterna.
Sobre un solar rectangular, Ribera
levanta un edificio con zócalo de granito en la fachada de San Jerónimo y
ladrillo en las fachadas, con una composición de tres plantas y semisótano, la
primera planta incorpora rejas en las ventanas y las otras dos llevan balcones.
Todas las ventanas van recercadas con granito. La distribución interior como
era costumbre en la época, se estructura alrededor de un patio central para
permitir la entrada de luz natural y la ventilación al conjunto. A destacar la
puerta principal de estilo barroco, profusamente
decorada y en la parte superior soporta
un balcón, que se encuentra coronado por el escudo del marqués, pero que le
falta la corona, desconociéndose los motivos.
El edificio ha cambiado mucho su
fisonomía debido a la reforma llevada a cabo en el año 1920 por el arquitecto
Eduardo Gambra y Sanz que añadió una nueva planta al edificio y lo prolongó por su parte posterior, en el
interior realizo una nueva distribución. Del palacio original sólo se conserva
el diseño de la fachada de la Carrera de San Jerónimo, con el añadido de la
cuarta planta.
Palacio del Marques de Miraflores en la Carrera de San Jerónimo |
Los marqueses de Miraflores
continuaron viviendo en el edificio hasta que en el año 1942, es vendido a la Compañía
Hispano Americana de Seguros. Se reforma la fachada de Arlabán para adecuarla
al resto de edificios de la calle.
En 1976 el edificio es declarado
monumento nacional ante la sospecha de que los propietarios lo quieren
derribar. Años después el edificio fue
adquirido por la empresa ATHENA y nuevamente sufre una nueva reforma entre los
años 1991 y 1995, llevada a cabo por los
arquitectos Julián Colmenares y Jorge Alberto Tersse Giani. Ya en el año 1999 el
edificio fue adquirido por MUTUA MADRILEÑA.
Portada del Palacio del Marques de Miraflores |
Desde el 2007 en el edificio se
encuentra la sede de Casa Asia en Madrid. Casa Asia es un consorcio público
fruto de un convenio entre el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Generalidad
de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona y el Ayuntamiento de Madrid. Esta
institución fue constituida en Barcelona el 9 de noviembre de 2001 y se enmarca
dentro de los objetivos establecidos en el Plan Marco Asia-Pacífico 2000-2002,
que sentaba las bases de una política de Estado para reforzar la presencia
española en la región.
Comenzamos nuestra andadura por el
Madrid de Pedro de Ribera en la calle del Oso y finalizaremos en el mismo lugar
recreándonos con uno de los edificios más queridos de Ribera, la iglesia de San
Cayetano y San Millán.
La iglesia tiene su entrada por la
calle Embajadores número 15. En sus orígenes, fue la antigua iglesia del
convento de Nuestra Señora del Favor, pero debido a que los clérigos del
convento eran de la orden de los teatinos, la iglesia-convento fue más conocida
por el nombre del fundador de la orden, San Cayetano de Thiene.
Iglesia de San Millán y San Cayetano en la calle de Embajadores |
En origen, en el lugar había un
oratorio dedicado a San Marcos y a Nuestra Señora del Favor, que fue fundado en
el año 1612 por Diego de Vera y Ordóñez de Villaquirán. Diego de Vera, fue un escritor
nacido en Valladolid el 1 de enero de 1584 y fallecido en Petenecté Tabasco,
México en 1648. Se le puede considerar vecino de Madrid, además de escritor,
era capitán de infantería y caballero del hábito de Santiago y de Calatrava.
Ocupó el cargo de Alcalde Principal de Chiapas.
Portada de San Millán y San Cayetano |
Las obras del actual edificio,
comenzaron en 1669 dirigidas por el arquitecto Marcos López, y continuándolas los
arquitectos José de Churriguera y Pedro de Ribera. La Iglesia fue concluida en
el año 1761 siendo responsable de las obras Francisco de Moradillo.
En cuanto a su diseño, la planta de la
iglesia es de cruz griega y esta coronada con una gran cúpula de tambor sobre
pechinas de estilo bizantino; el interior consta de tres naves y cuatro
capillas cerradas con sus correspondientes cúpulas. La fachada fue construida
en granito y su diseño se atribuye a Churriguera, aunque la construcción
corresponde a Francisco Moradillo. Se compone de ocho grandes pilastras
rematadas con capiteles de orden compuesto. Las dos pilastras de cada extremo
encuadran las dos torres y entre las cuatro del centro se disponen tres arcos
de acceso de medio punto. Sobre los arcos de la fachada se colocaron en
hornacinas ricamente decoradas las estatuas de san Cayetano, de Nuestra Señora
del Favor, y de san Andrés Avelino, realizadas en piedra por Pedro Alonso de
los Ríos.
Hornacinas en la fachada de San Millán y San Cayetano |
En el interior de San Cayetano se
encontraban una hermosa colección de obras de arte que por desgracia se
perdieron durante la Guerra Civil. El retablo del altar mayor que hoy podemos contemplar se basa en modelos
barrocos, y copias de cuadros del Museo del Prado.
En el templo podemos contemplar la lápida de la sepultura de Pedro de
Ribera.
Recordando un poco la historia de la
iglesia, en 1822, durante el trienio liberal, los teatinos fueron trasladados
al convento de Zaragoza, quedando clausurado el convento. Con la llegada de Fernando
VII, el edificio fue ocupado por los frailes de San Gil, conocidos como los
“gilitos” hasta su expulsión con la desamortización de Mendizábal de 1836. El
convento se reservó para viviendas particulares, pero la iglesia de San
Cayetano permaneció abierta al culto.
Con el derribo de la iglesia de San
Millán en el año 1869 que se encontraba
en la actual Plaza de la Cebada, la parroquia es trasladada a San Cayetano. Es
a partir de este momento cuando la iglesia recibe el nombre de San Millán y San Cayetano.
El incendio provocado en 1936, causó
enormes destrozos pero el templo se salvó gracias a la restauración de urgencia llevada a
cabo por Fernando Chueca Goitia.
Finalizada la Guerra Civil, se rehízo
la cúpula central y se recuperó en su totalidad la fachada.
Tumba de Pedro de Ribera en San Cayetano |
Será en el año 1960, cuando una comisión de religiosos y laicos, aprueba la remodelación total del
templo, quedando finalizadas las obras en el año 1962. Entre las personas que
componían la comisión, se encontraba la Duquesa de Alba.
En el año 1980 el templo es declarado
Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento Histórico-Artístico
Nacional.
El proyecto de Pedro de Ribera para la
iglesia de su barrio, no llegó a ejecutar tal como él lo habría concebido, por
documentación encontrada, se sabe que la cúpula principal y la fachada quedaron muy
reducidas en cuanto a la ornamentación que Ribera habría deseado.
Lamentablemente, no es posible admirar
la grandiosidad exterior de la Iglesia por encontrarse encajonada entre calles
estrechas y rodeada de edificios de viviendas, pero bien vale una visita para
admirar su extraordinaria fachada y el retablo mayor.
genial página, pero no es Ribera con B?
ResponderEliminarMe ha encantado el artículo detallado y sus fotografías, porque estoy estudiando el barroco en la Universidad.
ResponderEliminarMuy buen artículo.
Un saludo.
Victoria
Muy buen artículo!!! Pienso hacer una ruta en moto y visitarlo todo! Muchas gracias por tu trabajo! Enhorabuena
ResponderEliminarGracias por tu trabajo!
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