lunes, 22 de mayo de 2017

CALLE DE ATOCHA

La histórica calle de Atocha, se extiende entre la Plaza de la Provincia junto a la Plaza Mayor y la Glorieta de Atocha o Plaza del Emperador Carlos V.
La calle de Atocha, era el camino utilizado para desplazarse desde el centro de Madrid hasta la Basílica de Nuestra Señora de Atocha. El nombre de Atocha parece ser que procede de las plantas de “atocha” muy  parecidas al esparto y que abundaban en la zona de la Basílica.

A lo largo de nuestro recorrido por la calle de Atocha, visitaremos los edificios más emblemáticos, tanto actuales como ya desaparecidos.
Comenzamos nuestro recorrido en la Plaza de la Provincia, que se encuentra porticada en sus caras septentrional y occidental, mediante soportales adintelados, mientras que, hacia el este, el recinto queda abierto a través del tramo inicial de la calle Atocha y la Plaza de Santa Cruz.
En un principio la Plaza de la Provincia se denominó Laguna de Santa Cruz, el nombre actual se  debe a las antiguas escribanías de Provincia, situadas en el edificio de la Audiencia, actual Ministerio de Asuntos Exteriores.
Al mirar el entorno de la Plaza, podemos contemplar tres arquitecturas que embellecen la plaza.
Plaza de la Provincia con la calle Gerona y Plaza Mayor al fondo
Entre la Plaza de la Provincia, calle de Santo Tomás,  calle de la Concepción Jerónima y calle del Salvador, se encuentra ubicado el Palacio de Santa Cruz.
El Palacio de Santa Cruz, tiene una curiosa historia que trataremos de resumir. En el siglo XVI, Madrid no disponía de una cárcel digna de una gran ciudad. Los regidores de Madrid, recurrían al sistema denominado “régimen de requisa temporal” que permitía requisar propiedades durante un determinado tiempo para dedicarlo a acoger a la población reclusa.
Palacio de Santa Cruz

El sistema provocaba múltiples quejas de los vecinos perjudicados por la medida, que al final se unieron  para solicitar al Concejo de la Villa la  construcción de una Cárcel de Estado. Con el presupuesto aprobado, en el año 1541 el Consistorio adquirió unos terrenos y en 1543, se terminaron las obras de la primera Cárcel de la Villa de Madrid.
En 1621, con Felipe IV en el poder, la primitiva cárcel se había quedado obsoleta y en ruinas, siendo necesario derribarla. Ante las penurias económicas, el Concejo, vuelve a recurrir al sistema de “régimen de requisa temporal”, siendo ocupados los inmuebles de la calle de El Salvador.
Placa sobre la fachada del Palacio

Los Regidores de la Villa proyectaron la realización de una nueva Cárcel de Corte. Pero como siempre el presupuesto se quedaba pequeño, pese a la colaboración del Consejo de Castilla, ordenada por Felipe IV.
Con el fin de solventar el problema económico, se recurrió a establecer una “sisa” en el consumo de vino. En 1629, se coloca la primera piedra del nuevo edificio junto con una arqueta de plomo, donde se depositaron monedas del reinado de Felipe IV y un pergamino con la siguiente leyenda “La Magd del Rey Don Phelipe nuestro Señor Quarto de este nombre, Rey de las Españas y de las Indias, mandó hacer este edificio para Cárcel Real de su Corte octavo año de su Reynado y 1629 del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo siendo Sumo pontífice Urbano VIII y Presidente de Castilla el Ilmo.. y Rmo. Sr.. Cardenal de Trejo Obispo de Málaga que se hallo personalmente a ber poner esta primera piedra a 14 de Sete del año referido y sean patronos destas obras la Sacratísima madre de Dios y el arcángel San Miguel y Santiago patrón de las Españas”. El edificio fue terminado en el año 1636.
Placa sobre la fachada del Palacio

En el nuevo edificio, se alojaron la Sala de Alcaldes de Casa y Corte y por supuesto la Cárcel de Corte.
A lo largo de los años, se ha especulado mucho sobre la auditoría del edificio, especialmente como consecuencia de un incendio que se produjo en el edificio en 1791, quedando destruidos muchos documentos.
En un principio la construcción se atribuyó al arquitecto italiano Juan Bautista Crescenci que había llegado a la Corte en el año 1617 y a Alfonso Carbonell. En posteriores estudios, se descubrieron las firmas de Juan Gómez Mora en los planos de la Cárcel de Corte.
Juan Gómez de Mora, fue maestro mayor de las obras en la Corte de Felipe III y Felipe IV como por ejemplo el Palacio de la Zarzuela y  la Casa de la Villa. En la construcción de la Cárcel de Corte, participaron arquitectos como Cristóbal Aguilera, José de Villareal, Bartolomé Hurtado García y José del Olmo.
El palacio, inspirado en la arquitectura clásica italiana y española, es de planta rectangular, disponiendo de dos patios cuadrados y simétricos que, permiten la ventilación y la entrada de luz natural, los patios se encuentran separados por un eje central que hace las veces de distribuidor y de acceso a las plantas superiores del edificio. El palacio nos recuerda las construcciones de la arquitectura italiana del renacimiento.
La fachada principal, destaca por la simetría de su composición y por los colores de los materiales de construcción, tonos rojizos del ladrillo empleado en los lienzos y de los grisáceos de la piedra de granito, instalada en la portada y en las dovelas que recorren los vanos y las esquinas de las torres laterales y la pizarra en las cubiertas.
Durante el reinado de Carlos III en el año 1786, el edificio ya se había  quedado pequeño para acoger tanto a presos como a la Administración de Justicia. En esta situación, la Sala de Alcaldes de Villa y Corte negocia la permuta del Oratorio y Convento de la Congregación de Sacerdotes Misioneros construido en 1658, a espaldas de la Cárcel de Corte esquina con las calles de Concepción Jerónima y la calle El Salvador por el convento de los jesuitas de la calle San Bernardo y que habían sido expulsados.
Autorizada la permuta por el rey Carlos III, El convento se reforma para acoger a la población penal, realizando las obras los arquitectos  Mateo Guill y Bautista Sánchez, cuando no se habían terminado las obras, el 4 de octubre de 1791, un  incendio destruye la planta superior del palacio, desapareciendo el archivo.
Plano de Madrid de Pedro Texeira año 1654. Con la letra M, la Iglesia de Santa Cruz

La reconstrucción del edificio, salvo la fachada que no quedo afectada por el incendio, fue encargada al gran arquitecto Juan de Villanueva, que respetó el estilo del palacio incorporando importantes mejoras de reforzamiento en  bóvedas y cubiertas. En 1792, los reclusos son trasladados al nuevo edificio del antiguo convento de El Salvador. Un año después la Cárcel de Corte quedó convertida en  el Palacio de Justicia, con la denominación de “Palacio de la Audiencia”.
En el año 1846, se clausura definitivamente la Cárcel trasladándose los presos a otras cárceles madrileñas como la del Saladero en la zona de Santa Bárbara.
El edificio principal dejó de funcionar como Palacio de Justicia en 1875, convirtiéndose en el Ministerio de Ultramar, en el año 1901,  Ministerio de Estado y desde el año 1938, se denomina  Ministerio de Asuntos Exteriores.
Como consecuencia de los daños sufridos por el edificio durante la Guerra Civil, el arquitecto Pedro Muguruza nacido en Elgóibar y Procurador de las primeras Cortes de Franco, reformó por completo el edificio colindante que había servido de Cárcel de Corte respetando las líneas originales del edificio principal y comunicando ambos edificios con un pasadizo aéreo. A partir de esta época al edificio se le denominó, Palacio de Santa Cruz.
En el año 1956 el Gobierno  adquirió el Palacio de Viana, situado en la vecina calle del Duque de Rivas, propiedad de los descendientes del Duque de Rivas, para ubicar la residencia del ministro.
Citamos a continuación algunos de los más  ilustres moradores de la antigua Cárcel de Corte: Lope de Vega, Luis Candelas, el político liberal Salustiano Olózaga o el general Riego.
En el edificio, destaca el ángel guardián que corona la fachada del edificio, y que los madrileños de la época invocaban cuando les tocaba dormir en sus dependencias una o varias noches. Estos “ilustres madrileños” decían: "Ir a dormir bajo el ángel".


En uno de los extremos de la Plaza de la Provincia, se ubica la Fuente de Orfeo, reproducción realizada en el año 1998 a partir de los dibujos existentes y a iniciativa de la Empresa Municipal de la Vivienda.
La fuente se asienta sobre un pilón de base octogonal, sobre el que se levanta una pilastra cuadrangular con  cuatro hornacinas y sus correspondientes surtidores. La fuente se encuentra presidida  por una estatua de Orfeo, todo el conjunto construido con  piedra berroqueña.
 La fuente original, fue diseñada por el arquitecto Juan Gómez Mora y construida por los maestros de obras Martín de Azpillaga y Juan de Chapitel en 1618, siendo  demolida en 1869, el grupo escultórico que preside la fuente en el que se representa al personaje mitológico de Orfeo, se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
Orfeo era el hijo de Apolo y Calíope. Le gustaba la música y cantar, dotes que utilizaba para conmover, tanto a personas como animales.
Estatua de Orfeo en la Plaza de la Provincia

Orfeo encontró en Tracia,  a una ninfa llamada Eurídice, de la que se enamoró perdidamente. Como los sentimientos eran recíprocos decidieron casarse y Orfeo invitó a Himeneo, dios del matrimonio.
El día de la boda, una serpiente venenosa mordió a Eurídice, provocándole la muerte. Orfeo, al no poder soportar el dolor, bajó al mundo de los muertos para pedirle a Hades, (dios del inframundo), que le devolviera a Eurídice, para ello utilizó sus dotes artísticas, música y canto.  Hades, permitió a Eurídice marchar con Orfeo con la condición de que no mirase hacia atrás cuando se fuera.
Eurídice y Orfeo comenzaron a salir del inframundo, pero Eurídice marchaba más lenta debido a la picadura de la serpiente y en un momento Orfeo miró hacia atrás y Eurídice automáticamente se desvaneció. Orfeo había perdido a Eurídice para siempre.
Recordatorio de la entrada de España en la Comunidad Europea

A su regreso a Tracia tomó la decisión de no volver a tener relación con mujeres, está decisión no gustó a las Ménades, (en la mitología griega, las ménades  son seres femeninos divinos estrechamente relacionados con el dios Baco). Las Ménades despechadas decidieron atacar a Orfeo, consiguiendo despedazarle, dejando su cabeza intacta y la tiraron al río Hebro, que se encargó de llevarla al mar, cuyas olas la desplazaron  hasta la isla de Lesbos.
La lira de Orfeo se quedó en el cielo formando una constelación y su alma encontró a Eurídice en el mundo de los muertos y desde entonces pudieron estar juntos.

En la Plaza de la Provincia, podemos contemplar un pequeño monumento levantado siendo Alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván el 1 de Enero de 1986 que nos recuerda el ingreso de España en la Unión Europea.


Junto a la Plaza de la Provincia, se encuentra la Plaza de Santa Cruz, un espacio rectangular  que aparece porticado únicamente por su frente occidental. Se extiende en parte del solar de la desaparecida Iglesia de Santa Cruz, de la que tomó su nombre.
La plaza de Santa Cruz se encuentra delimitada por las calles Esparteros, San Cristóbal, Zaragoza, Plaza de la Provincia, calle de Atocha y calle de la Bolsa.
Plaza de Santa Cruz


La plaza ya existía durante el reinado de Felipe II siendo espacio de mercado de vidrios. En la plaza se encontraba ubicado el monasterio de San Tomás derribado en el año 1875 y del que hablaremos en capítulo aparte. A principios  del siglo XIX la plaza aparece como mercado de venta ambulante de telas de contrabando. Transcurrida la Guerra de la Independencia, la plaza se convierte en un lugar de ofrecimiento y contratación del servicio de mujeres nodrizas, originarias de los valles pasiegos. 

El edificio más representativo de la zona junto al Palacio de Santa Cruz, es la iglesia de Santa Cruz. Antes de proceder a describir el actual edificio religioso, hagamos un poco de historia de la Parroquia de Santa Cruz.
Santa Cruz fue una de las parroquias más importantes de la ciudad de Madrid, sus feligreses habitaban el entorno de la Plaza de Santa Cruz, y calles aledañas como Atocha, Toledo y Puerta del Sol.
La Sala de Alcaldes, celebraba en esta parroquia sus festividades, en su interior se veneraba en el Siglo XVI la imagen de Nuestra Señora de la Caridad, que anteriormente perteneció al Hospital del Campo del Rey, situado junto al Alcázar y que funcionó hasta 1587.
Restos de la primitiva Iglesia de Santa Cruz

No se puede confirmar, pero se cree que la iglesia de Santa Cruz, tiene sus orígenes en una ermita que se situaba a extramuros de la ciudad, por cuyo motivo no aparece en el Fuero de Madrid de 1202.
Fue construida  para conmemorar el triunfo de Alfonso VIII en la batalla de las Navas de Tolosa, año 1212 y  declarada parroquia en el siglo XIV para dar servicio a la población del llamado arrabal de Santa Cruz.
La torre de Santa Cruz era una de las más alta del Madrid de la época, conjuntamente con la torre de la iglesia Del Salvador en la Plaza de la Villa, siendo consideradas las Atalayas de la Corte. La torre de Santa Cruz contaba con un reloj visible desde cualquier punto de Madrid. Su altura era de aproximadamente 144 pies (unos 40 metros).
Estampa que nos recrea la Plaza de Santa Cruz y su Iglesia

La iglesia, se levantaba sobre una planta de cruz latina, sufriendo dos importantes incendios en los años  1620  afectando parcialmente al edificio y en el año 1763 que afectó al conjunto del edificio obligando a reconstruir el edificio finalizando las obras en el año 1767.
De la iglesia destacaba la portada de la fachada principal, realizada en granito con dos columnas jónicas y atribuida a José Jiménez Donoso, los bajo relieves se atribuyen a Pablo González Velázquez.
La iglesia de Santa Cruz se situaba haciendo esquina entre las actuales calles de la Bolsa (antes Plazuela de la Leña) y Esparteros. Los cadáveres de los ajusticiados se exponían en su interior para poder ser reconocidos por algún familiar.
Durante la revolución de 1868 o “La Gloriosa” como también se la conoce, el conjunto fue demolido, trasladándose los oficios a la iglesia del Colegio de Santo Tomás en la calle Atocha y que pertenecía a los Dominicos.
Entrada al Restaurante "Capilla de la Bolsa"

Del antiguo templo de Santa Cruz,  se conserva la denominada capilla de los Ajusticiados, en la calle de la Bolsa, reconvertida en  el “Restaurante Capilla de la Bolsa”.
La Capilla mantiene su estilo clásico bajo la bóveda de cañón barroca decorada con labores de escayola y pan de oro. En 1875 se emplazó en el edificio la Bolsa de Madrid, hasta la inauguración del edificio del Palacio de la Bolsa en la Plaza de la Lealtad en el año 1893.


La actual iglesia de Santa Cruz, se encuentra situada en el número 6 de la calle de Atocha, ocupando el antiguo solar del convento de Santo Tomás. Las obras comenzaron en el año 1889 quedando consagrado el templo a la Exaltación de la Santa Cruz el 23 de enero de 1902. El costo estimado de la obra fue de un millón y medio de pesetas.
El proyecto fue obra del político y arquitecto madrileño conocido como marqués de Cubas. Antes de continuar con la descripción del templo creemos oportuno recordar a este insigne arquitecto.
Torre de la Iglesia de Santa Cruz

Francisco de Cubas y González-Montes, nació en Madrid el 13 de abril de 1826, falleciendo el 2 de enero de 1899, fue arquitecto, político y Alcalde de Madrid, se le conocía por su título nobiliario de marquesado pontificio de Cubas. Entre los proyectos realizados por el marqués de Cubas, destacó sobre manera su estudio para la realización de la  catedral de la Almudena, en estilo neogótico.
Después de su fallecimiento, el proyecto de la catedral fue modificado, no obstante en su honor, sus restos mortales descansan en una de las capillas de la cripta de la catedral. Otras de sus obras a destacar son: El Museo Nacional de Antropología en Madrid, la Universidad de Deusto o el Castillo de Butrón en Vizcaya.
Volviendo a la iglesia de Santa Cruz, a la muerte del marqués de Cubas, las obras fueron continuadas por su discípulo Miguel de Olabarría.
Fachada de la Iglesia de Santa Cruz

El templo construido en estilo neogótico con fachada y torre neomudejar, fue construido utilizando el ladrillo y la piedra blanca de Colmenar de Oreja. En la fachada destaca el arco apuntado, coronado por un frontón triangular y rematado con una cruz. En la portada destaca un relieve de Aniceto Marinas representando la Apoteosis de la Cruz.
En el cuerpo intermedio destaca  un gran rosetón y sobre él un gran reloj, construido por Losada, la misma casa que el reloj del edificio de la Comunidad de Madrid en la Puerta del Sol, recordando al antiguo reloj del primitivo templo de Santa Cruz.
Muy llamativa es la torre de más de 55 metros de altura, sus grandes dimensiones y su sólida construcción, nos recuerdan a una torre defensiva guarnecida por una cornisa en forma de matacán. Según el primitivo proyecto del marqués de Cubas, la torre debería quedar rematada con una espadaña en forma de flecha con techo de pizarra y una gran cruz, la coronación tendría una altura de 30 metros, pero por desgracia el remate de la torre no llegó a realizarse.

Interior de la Iglesia de Santa Cruz

La nave interior en forma de cruz latina tiene unas dimensiones  de 53 metros de largo, con un ancho en el crucero de 24’60 metros y una altura de la bóveda  de 23 metros.
El cimborio, la nave principal, las capillas y los brazos del crucero están cubiertas por bóvedas de crucería.
Los muros, pilastras y bóvedas están pintadas  imitando sillares de piedra caliza. Algunas partes del templo se encuentran policromadas en óleo y oro.
El interior de una sola nave dispone de ocho capillas laterales y una más en la cabecera del templo.
Todas las vidrieras del templo, fueron realizadas en los talleres madrileños de la casa de José Maumejean.
No es nuestra intención describir la belleza interior del templo, preferimos que cada uno de los lectores de este Blog descubra por sí mismo su magnífico interior.
Durante la Guerra Civil, el templo fue utilizado como almacén, perdiéndose parte de sus tesoros.

En el año 1985 quedó inaugurado el carillón compuesto de 8 campanas, donado por la fundación Amigos de Madrid. Las campanas las podemos escuchar  a las 9 y 21 horas.

En el número 4 de la Calle de Atocha, no hace mucho había una de esas tiendas con solera que paseando por las calles de Madrid uno se encuentra de vez en cuando, se trata del taller de curtidos de Vicente Márquez. Fue fundada en el año 1880 y hasta el final mantuvo  sus instalaciones casi como el primer día de su inauguración. Al parecer en el taller de Vicente Márquez se llegaron a fabricar las  sacas de cuero que portaban los carteros madrileños, estampa que todos recordamos.
El pasado y el presente del número 4 de la calle de Atocha

Sus muros de 80 centímetros de espesor, han actuado como un gran aislante para conservar las pieles.
Pero como a muchos de estos comercios centenarios le ha llegado la hora del cierre y  su espacio ha sido ocupado por un local de restauración.


En párrafos anteriores, ya hemos comentado, que la actual iglesia de Santa Cruz, se levanta en el solar del desaparecido convento de Santo Tomás, creemos necesario realizar un alto en nuestro caminar para recordar la historia del que fue un extraordinario convento.
El origen de este convento se remonta a mediados del siglo XVI, cuando los frailes dominicos del monasterio de Nuestra Señora de Atocha, decidieron establecer una casa para la enseñanza de Teología de los propios frailes.
Convento de Santo Tomás

La construcción del colegio fue posible gracias al dinero obtenido por la venta de una propiedad que alguien había donado a la congregación.
En 1583, el colegio de Teología, quedó segregado de Nuestra Señora de Atocha por expreso deseo de Fray Diego de Chaves, confesor de Felipe II, alcanzando entidad propia, denominándose Convento Dominico de Santo Tomás de Aquino.
En el colegio se impartieron estudios públicos en sus ocho cátedras: Tres de Filosofía, dos de Teología escolástica, una de Teología moral, una cátedra en la que se estudiaba la obra del fraile conquense Melchor Cano, en especial su obra maestra “De Locis Theologicis”, por último había una cátedra de Retórica eclesiástica para dar a conocer la obra de Fray Luis de Granada.
Claustro del Santo Tomás

 Santo Tomás con el paso del tiempo fue adquiriendo un gran prestigio en el campo de la enseñanza, circunstancia que no pasó desapercibida en la Corte. En el año 1626 el Conde Duque de Olivares se convirtió en su patrono y  en 1635 se construyó un nuevo edificio, convirtiéndose Santo Tomás en uno de los conventos más importantes de Madrid, destacando su iglesia, considerada una de las  más grandes de la ciudad.
La iglesia se levantaba sobre una planta de cruz latina, su alzado estaba decorado con pilastras de orden compuesto, y en el crucero, se levantaba una cúpula con las pechinas pintadas al fresco.
La fachada de la iglesia destacaba por sus tres portadas barrocas, diseñadas por los hijos de José Churriguera, Jerónimo y Nicolás. La portada fue construida en piedra berroqueña por el maestro de obras Juan Marroquín.
Portada de Santo Tomás

En el interior del convento fue digno de admiración el claustro barroco, considerado uno de los más bellos, realizado por José Donoso y que como ha ocurrido en tantas ocasiones, solo nos han llegado algunas fotografías de la época.
La historia del convento de Santo Tomás desde su fundación, siempre ha estado rodeado de graves incidentes. El primero de estos incidentes tuvo lugar en el año en 1652 como consecuencia de un grave incendio, siendo necesario reconstruir la mayor parte del conjunto arquitectónico. En el año 1726, se hundió la cúpula, sobre los feligreses, muriendo más de ochenta personas.
En el año 1756 un nuevo incendio se declaró en el convento pero sin graves desperfectos. Sería en el año  1834 cuando algunos religiosos fueron asesinados en el convento por un grupo de exaltados, debido al rumor de que los frailes habían envenenado las fuentes de Madrid, provocando una terrible epidemia de cólera que estaba padeciendo Madrid.
Recreación del incendio de Santo Tomás en el año 1872

Iglesia y convento fueron desamortizados en 1836 como consecuencia de la Ley Mendizábal. La iglesia permaneció abierta al público, acogiendo entre 1868 y 1872 la feligresía de la parroquia de Santa Cruz, cuando la antigua iglesia fue demolida. El convento se destinó a usos civiles  relacionados con el Ministerio de la Guerra, cuartel de la Milicia Nacional, sede del propio Ministerio de la Guerra, Capitanía General, y Tribunal Supremo de Guerra Y Marina.

En el año 1872, se produjo un gravísimo incendio siendo necesario derribar todo el conjunto y al amparo de la ley desamortizadora, “ley Madoz” en el año 1879, en el solar se construyeron  edificios de viviendas y la nueva iglesia  de Santa Cruz.

En el número 5 de la calle de Atocha, nos encontramos con uno de los comercios más antiguos de Madrid, se trata de la “Cerería Santa Cruz”, siendo considerada por algunas fuentes como la cerería más antigua del mundo.

En la acera,  justo en la entrada de la tienda, podemos observar la placa conmemorativa de casa centenaria realizada por Mingote  en la que se indica que la casa se fundó en el año 1895. Al parecer, esta fecha corresponde a la modernización del edificio.
En la Biblioteca Nacional se pueden analizar documentos en los que aparece un listado de comerciantes madrileños que pagaban impuestos por sus negocios. Uno de los contribuyentes era Juan de la Bastida propietario de la cerería que ya en el año 1625 suministraba velas a la iglesia de Santa Cruz.
Era costumbre de las cererías establecerse en las proximidades de las iglesias por ser estas sus mejores clientes. Nuestra cerería cogió el nombre de su vecina Iglesia Santa Cruz.
Placa de Mingote en reconocimiento de negocio centenario

La fabricación de velas por motivos de seguridad ya no se realiza en la propia tienda, no obstante, se mantiene la tradición de seguir empleando un porcentaje alto de cera en la fabricación de las velas.
Cuando hemos indicado que podría tratarse de la cerería más antigua del mundo, existe la duda ya que compite en antigüedad con la cerería “Cire Trudon”, fundada en Paris en el año 1643 y la cerería  “Rathbornes Candles” fundada en el año 1488 en Dublín.

Frente a la Cerería Santa Cruz, se encuentra otro de esos establecimientos centenarios que luchan día a día por mantener abiertas las puertas pese a las dificultades económicas que padecen para sobrevivir en una gran ciudad como Madrid.
El  comerciante originario de Castellón, Don José Martí Prats, se establece en Madrid en el año 1883. José Martí Prats abriría su primer negocio textil en la calle Mayor, para posteriormente trasladarse a la calle de Atocha, números 8 y 10.
Portada de Martí Prats

En la actualidad el negocio se encuentra dirigido por uno de los sobrinos de José Martí Cosme. La casa desde su fundación,  se ha  dedicado a todo tipo de ropa del hogar: Ropa de cama, baño y cocina, además de la decoración de interiores, como cortinas, tapices, alfombras.
El inmueble de la calle de Atocha, antes de instalarse Martí Prats, ya se dedicaba al negocio textil.
Es aconsejable visitar el comercio aunque no vayamos a comprar, la entrada a la tienda nos permitirá admirar el conjunto de telas y la gran arquitectura del local. El local ha sido utilizado para el rodaje de películas  y anuncios publicitarios.
Por el negocio textil de la calle de Atocha han pasado  cinco generaciones de la misma familia.
Placa recordatorio de negocio centenario

Como curiosidad, indicaros que en la Cripta de la Catedral de la Almudena existe una Capilla bajo el patronato de San José,  fundada por José Martí Prats  y su esposa Pilar Colás Eguía, que se encuentran enterrados en la propia Capilla.
A cada lado de la Capilla, se encuentran los relieves de Mariano Benlliure, representando la Resurrección y la Virgen sacando las Ánimas del Purgatorio, ambas realizadas en mármol blanco.

En nuestro caminar por la calle de Atocha, hemos alcanzado la Plaza de Jacinto Benavente. La plaza se construyó como hoy la conocemos en el año 1926 con  el derribo de varias casas existentes entre la antigua plazuela de la Leña, la plazuela de la Aduana y la calle de Carretas. La Plaza recibió el nombre de Jacinto Benavente en honor al insigne escritor español premio Nobel de literatura en el año 1922.
Plaza de Jacinto Benavente

Con el fin de unir la calle  Carretas con la plaza del Progreso (actual Tirso de Molina), se derribó en el año 1897 la manzana donde se ubicaba el Convento de los Trinitarios Descalzos, dando lugar a la calle Doctor Cortezo.

Como resultado de las obras, desaparecieron las plazuelas de la Leña (actual calle de la Bolsa) y Aduana.
Entre las calles de Atocha, Bolsa y Plaza de Jacinto Benavente, podemos admirar un edificio que tiene su historia y que trataremos de resumir, se trata de la Casa de Cinco Gremios.
Homenaje al barrendero en la Plaza de Jacinto Benavente

Ya en la segunda mitad el Siglo XVI, en Madrid comienza a producirse un gran movimiento económico en algunos comerciantes debido a las demandas de las clases más privilegiadas que vivían al amparo de la corona.
Esta situación propició que durante las primeras décadas del Siglo XVII, se unieran los gremios madrileños dedicados a la seda, paños, lencería, joyería y mercería, formando el llamado grupo de los “Cinco Gremios Mayores de Madrid”. El Gremio contaba ya con 278 afiliados en el año 1757 con unos ingresos de  10.000 reales anuales.
La pujanza económica de los Cinco Gremios en estos años, concluyó con la creación en el año 1763 de la Compañía General de Comercio cuyo fin era extender los negocios por todo el mundo, siempre  contando con el apoyo de la Corona. El poder económico de la Compañía quedo demostrado al hacerse cargo de los gastos de la construcción del nuevo paseo del Prado  diseñado por José de Hermosilla.
Edificio de los Cinco Gremios

En 1788 La Compañía encargó al arquitecto José de la Ballina el proyecto de construcción de un nuevo edificio para albergar la sede de la Compañía, en el solar situado entre la calle de Atocha y las desaparecidas plazas de la Leña y de la Aduana Vieja. El edificio se construyó en tres plantas en  estilo neoclásico, con sus tres  fachadas, en piedra en la planta baja y frontones en las ventanas   y paños de ladrillo para completar el edificio. Del edificio destacaremos también sus dos puertas adinteladas con columnas dóricas, una situada en la calle Atocha y otra en la Plaza de Jacinto Benavente.
A mediados del Siglo XX, fue remodelado en su interior y retirando el tejado abuhardillado para levantar una nueva planta. Volviendo unos años atrás, los muchos negocios que la compañía abarcaba, comenzaron a propiciar el declive de la Compañía y ya desde el año 1846, sus negocios se centraron en la fabricación y compraventa de tejidos de seda y lana bajo el nombre de Sociedad Fabril y Comercial de los Gremios, teniendo instaladas sus fábricas en Talavera y Ezcaray.
Plaza de Jacinto Benavente año 1924, con el edificio de los cinco Gremios a la izquierda

Los negocios no mejoraron y la Casa de los Cinco Gremios salió a subasta pública, siendo adquirido el edificio por el Banco de Isabel II. En el año 1847, el Banco de Isabel II se fusionó con el Banco de San Fernando, dando lugar al nuevo Banco Español de San Fernando. El  nuevo banco precesor del Banco de España desde 1874, instaló su sede en la Casa de los Cinco Gremios, hasta su traslado definitivo en el año 1891 a la sede actual de la plaza de Cibeles.
En la actualidad el edificio acoge la Dirección General de Registro y Notariado, dependiente del Ministerio de Justicia.


Haciendo esquina con las calles Atocha y Jerónima Llorente, podemos contemplar un edificio de color rojo que en los últimos tiempos ha ido cambiando de actividades.
Medina Mayrit, que significa Ciudad de Madrid, es la denominación que el Reino de Toledo utilizó entre los siglos VIII y XII para nombrar el  enclave en el que  se asienta la ciudad de Madrid. En primer lugar, llama la atención el edificio y en especial su color rojizo y por supuesto su interior.
Antiguos baños árabes

En el mundo islámico, el baño público  (Hammam) era un centro para desarrollar la vida social y lugar de descanso, para beber y  conversar.
En la España medieval existían baños públicos para uso de hombres y mujeres aunque en distintos turnos. Los Baños Árabes solían contar con vestuario, salas de agua fría, templada y caliente. Disponían asimismo de sala de masaje y sala de vapor.
La decoración de los baños era sencilla, con una iluminación conseguida a través de  pequeñas claraboyas en el techo, habitualmente en forma de estrella. Las pequeñas aberturas se cubrían con vidrios de distintos colores, para dar sensación de paz.
La empresa “Hammam Al Ándalus”, ha creado espacios mágicos en ciudades como: Córdoba, Granada, Madrid y Málaga, que recrean el ambiente de los antiguos Baños Árabes, su eslogan, “báñate en la historia".
Entrada Baños Arabes

Medina Mayrit es más que un balneario urbano, situado en un edificio levantado en parte del solar que pertenecía al desaparecido convento de Santo Tomás, el edificio dispone de  baños árabes, gastronomía, decoración y espectáculos, resucitando toda la magia de Al Andalus.
Los Baños Árabes se encuentran bajo una estructura de aljibe de cientos de años de antigüedad. Estos han sido recuperados a comienzos del Siglo XXI utilizando los materiales típicos de la época, que junto con sus aguas, perfumes y decoración trasladan a sus visitantes a la magia de la era mudéjar.
Fachada de los antiguos baños árabes, con Indalo Tapas en la esquina con Jerónima LLorente

Situado dentro de los baños árabes Medina Mayrit, pertenecientes al Grupo Al Ándalus, se encuentra el restaurante “La Colina de Almanzora”, presenta una degustación de la cocina andalusí. Una cocina que en la época del asentamiento árabe se desarrolló en la península ibérica, fruto de la fusión de las  culturas judía, cristiana y musulmana, que convivieron en España entre los siglos VIII y XV.
Y como todo tiene su fin, “La Colina de Almanzora”, ha dado paso a “Indalo Tapas” donde podemos tomar una cerveza acompañada de las más suculentas tapas.

En la misma Plaza de Jacinto Benavente, justo en la confluencia de las calles Atocha y Doctor Cortezo, se encuentra un edificio de los más emblemáticos del centro de Madrid, se trata del antiguo Teatro Calderón.
El 18 de Junio de 1917, se inauguró el Teatro Odeón, considerado uno de los edificios más bellos de Madrid, tanto por su arquitectura exterior como por la decoración del interior. Fue mandado construir por  los hermanos Prieto, su primer director artístico fue Luis París.
Construido en el solar que ocupaba el convento de los Trinitarios, fue proyectado por el arquitecto Eduardo Sánchez Eznarriaga. Inspirado en la arquitectura teatral italiana, la pintura que decora la bóveda del teatro fue obra del artista leonés Demetrio Monteserín y las vidrieras del vestíbulo fueron fabricadas por la Casa Maumejean.
El arquitecto Eduardo Sánchez, realizó en Madrid una gran parte de sus obras como: La reforma del Teatro Eslava, el Casino Militar, el Teatro Alcázar, el Teatro Infanta Beatriz. Asimismo realizó edificios de viviendas en Gran Vía,  García de Paredes, Santa Engracia, o Princesa.
Teatro Calderón

 Volviendo al Teatro Odeón, este tenía una capacidad para más de mil espectadores. En el sótano  se encontraban los  camerinos de artistas, equipados, ventilación, calefacción central y lavabos con agua fría y caliente.
En la planta baja se encontraba la sala de butacas, con 500 butacas, los servicios de periódicos y fotografías, café-bar, taquillas, guardarropas, y floristería.
Completaban el conjunto del teatro seis pisos de palcos, tres de ellos con anfiteatros centrales, siendo su distribución en forma elíptica.
Solamente había pasado un año desde su inauguración cuando pasó a ser propiedad del Centro de Hijos de Madrid, siendo conocido como Teatro del Centro. El Centro de Hijos de Madrid fundado en el año 1904 era una entidad benéfica que  ayudaba económicamente a los obreros y empleados municipales, a los militares en campaña y a los heridos de la Guerra de África, donaba dinero a las viudas y a personas u organismos que hacían obras de bien social.
También realizaba donaciones a instituciones como la Cuna de Jesús, Sala de infecciosos del Hospital General, Cruz Roja, Caridad Escolar, Centro Recreativo del Soldado y Sanatorio de Tuberculosos.
Procesión delante del Calderón año 1945

En el año 1927, cambia nuevamente de propietario siendo adquirido por una Sociedad cuyo Consejo de Administración estaba presidido por D. Joaquín de Arteaga y Echagüe, XVII duque del Infantado pasando a ser llamado Teatro Calderón. Con el cambio de titularidad, el teatro fue remodelado casi por completo.
En sus primeros años como Teatro Calderón, tuvo dificultades económicas y litigios con sus anteriores propietarios. Debido a la crisis y con el fin de mejorar la contabilidad, en la terraza del edificio se construyeron  viviendas de alquiler.
Por su gran aforo, casi siempre el teatro ha sido destinado a grandes espectáculos líricos. Durante la II República fue teatro de ópera. Durante la Guerra Civil, el Calderón será incautado por la Asociación General de Profesores de Orquesta afiliada a U.G.T. y dirigida por el compositor Pablo Sorozábal, pasando  a ofrecer espectáculos de variedades, y actos  políticos. A partir de 1939 fue el escenario preferido por los artistas de la copla andaluza, la revista y la zarzuela.
En los bajos del Teatro Calderón, con entrada por la calle Doctor Cortezo, se encontraba el Café-Teatro,  "Saratoga".
En Enero de 1999, se produjo un suceso luctuoso siendo empresario del Teatro José Luis Moreno. Un trozo de cornisa de gran tamaño cayó sobre un coche perdiendo la vida una persona joven. El Teatro fue clausurado temporalmente.
El Teatro Calderón ha mantenido en los últimos tiempos grandes espectáculos musicales. En el año 2005, el Teatro cambia de titularidad, siendo adquirido  por la Promotora de inversiones Rialto. Posteriormente, vuelve a cambiar de promotor con el nombre de “Teatro Häagen-Dazs Calderón”.
Inicio de la calle Doctor Cortezo junto al Teatro Calderón

Años más tarde, una nueva promotora cambia la configuración del patio de butacas y palcos, sustituyendo las butacas  por mesas y sillas y pasa a denominarse Teatro Caser Calderón, quedando convertido  en un Club en el que se puede tomar una copa o cenar mientras disfrutas del espectáculo.
Desde agosto de 2015, la empresa “SOM Produce” se hace cargo de la gestión y programación del completamente renovado Teatro Calderón.

En el espacio comprendido entre la calle de Atocha, Plaza de Jacinto Benavente, y la calle Doctor Cortezo antes de su apertura, se encontraba el Convento de la Santísima Trinidad o Convento de los Trinitarios Calzados.
La orden Trinitaria fue fundada por Juan de Mata en el año 1198. La fundación del convento en Madrid se atribuye al propio Rey Felipe II, diseñando el edificio en colaboración con los discípulos de Juan de Herrera y siendo construido entre  1562 y 1590. Los trinitarios entraron en el nuevo convento en el año 1592, siendo su primer prior Fray Diego de Medina.
La iglesia construida por el arquitecto Gaspar Ordóñez, se levantaba sobre  planta de cruz latina, con crucero, cúpula sobre pechinas y pilastras de orden corintio. Destacaba la portada principal en la calle de Atocha,  flanqueada por columnas y rematada por un bajo relieve que representaba la Santísima Trinidad. La iglesia era una de las más grandes y mejor construidas de Madrid.
A parte de la Iglesia, en el Convento destacaba el claustro, compuesto por dos cuerpos de arquerías de veintiocho arcos cada uno y pilastras  de orden dórico. A destacar la escalera, construida a imitación de la del Monasterio del Escorial y construida por el arquitecto Alonso Marcos.
Convento de los Trinitarios según Pedro Texeira año 1654

Del Convento de los Trinitarios, partieron en el año 1580 los frailes hacía Argel para ayudar a los cautivos. El cautivo más famoso de esta época fue Miguel de Cervantes, cuyos restos descansan en el Convento de las Trinitarias de la calle Huertas.
El Convento fue exclaustrado con la invasión napoleónica, instalándose  la Real Biblioteca Pública  antecedente de la Biblioteca Nacional que hasta entonces se encontraba  situada en el pasadizo que unía el antiguo Alcázar con el Convento de Encarnación.
Fernando VII a su regreso a España, restituyó  el Convento a los frailes, trinitarios, pero nuevamente con la Desamortización de Mendizábal en 1836, el Convento fue nuevamente desamortizado. La iglesia se mantuvo abierta a la feligresía y parte del Convento fue ocupada por la sede de una sociedad lírico-dramática, denominada “Instituto Español”.
Convento de los Trinitarios año 1895

En el año 1847,  la iglesia se cerró al culto, acondicionándose como Sala de Exposiciones de Pinturas de la Real Academia de San Fernando y Museo Nacional.
En el antiguo Convento, se almacenaron las obras que habían sido retiradas de los conventos desamortizados de la provincia de Madrid, con el paso del tiempo, la mayoría de estas obras fueron depositadas en el Museo del Prado.
Con la creación de los Departamentos de Comercio, Industria y Obras Públicas, en el año 1848, los funcionarios fueron alojados en el viejo Convento.
El arquitecto Francisco Jareño y Alarcón fue el encargado de tratar de recuperar la estructura del Convento muy dañada por el paso de los años, pero los daños eran de tal magnitud, que se tomó la decisión de construir un nuevo edificio en la Glorieta de Atocha. La construcción del nuevo edificio (actual Ministerio de Agricultura), se encargó al arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, quedando inaugurado en el año 1897.
El viejo Convento fue demolido en el año 1897, abriéndose la  calle del Doctor Cortezo y se construyeron nuevos edificios de viviendas y el teatro Odeón.
Del viejo conjunto monacal, solo queda en pie la Capilla del Ave María, que  podemos contemplar en la calle Doctor Cortezo, junto al Cine Ideal.
 Con el derribo del viejo convento, quedó abierta la nueva calle que se llamó Nueva de la Trinidad o de la Santísima Trinidad, posteriormente en el año 1925, recibió el nombre de Doctor Cortezo, en recuerdo del médico y político Carlos María Cortezo  y Prieto de Orche nacido en Madrid en el año 1850 y fallecido en el mismo Madrid en el año 1933. Carlos María llegó a ser Director General de Sanidad.


La Capilla del Ave María que como hemos indicado formaba parte del convento de la Trinidad, fue reformada por el arquitecto Mariano Belmás en el año 1909 para la Congregación del Ave María. La reforma afectó tanto al interior como al exterior del edificio.
La antigua fachada compuesta por la portada y los dos vanos laterales, quedaba rematada por una pequeña espadaña. La  fachada actual, tiene dos plantas y se remata con un frontón curvo.
Capilla del Ave María junto al Cine Ideal

 El beato Simón de Rojas nacido en Valladolid en 1552 y fallecido en Madrid, en 1624, por su devoción a la Virgen María, fundo la  Congregación de los Esclavos del Dulcísimo Nombre de María, para atender a los pobres y enfermos de Madrid.
Simón de Rojas fue enterrado en la Capilla de la Virgen de los Remedios, del convento de los Trinitarios. Cuando el convento fue derribado, sus restos fueron depositados en la capilla del Ave María. El 12 de Agosto de 1936, los restos del beato desaparecieron. Desde el año 1982, el comedor de la Capilla del Ave María, se encuentra a cargo de las Misioneras de la Caridad, religiosas dependientes de la Madre Teresa de Calcuta, atendiendo diariamente a cientos de necesitados.


Continuando nuestro caminar por la calle de Atocha, a la altura del número 39 en la confluencia con  la calle de San Sebastián,  se encuentra la iglesia del mismo nombre.
La iglesia, comenzó a funcionar como parroquia en el año 1541 en una antigua ermita dedicada a  San Sebastián y que se encontraba en el camino que conducía a la Basílica de Nuestra Señora de Atocha. La fundación corrió a cargo del arzobispo de Toledo, Juan de Tavera.
Iglesia de San Sebastián

Como la vieja ermita amenazaba ruina, en el año 1554, el maestro de obras Antonio Sillero comenzó la construcción de un nuevo templo que abrió a la feligresía sobre el año 1575 aunque so se habían concluido las obras por falta de medios.
En años sucesivos,  continuaron las obras levantándose la torre ya en el año 1613, siendo responsable de la misma el maestro de obras Lucas Hernández diseñando una torre a imitación de la San Ginés.
La iglesia de San Sebastián,  junto  con la de San Luís Obispo que se encontraba en la calle de la Montera, tenían el derecho de asilo en favor de las personas perseguidas por la justicia. La iglesia de San Luis Obispo, fue derribada en el  año 1935.
En el interior de San Sebastián, destacaban las distintas capillas, la mayoría de ellas financiadas durante el siglo XVIII por arquitectos, artistas de la comedia y otros gremios profesionales, destacaremos algunas de las capillas:
Interior de San Sebastián

Capilla de Belén o de los Arquitectos, construida por Francisco Moreno en 1693 y remodelada por  Ventura Rodríguez entre 1766 y 1768. En ella están enterrados el propio  Ventura Rodríguez y Juan de Villanueva.
Capilla de los Guardias, proyectada por el arquitecto francés Juan Pedro Arnal  en el año 1793.
La Capilla del Sagrado Corazón, es obra de Antonio Sillero.
La Capilla de Nuestra Señora de la Novena, fue proyectada por Silvestre Pérez para la devoción de  los actores cómicos.
Capilla de Maravillas de Jesús dedicada desde hace pocos años a la Santa que fue canonizada por el Papa Juan Pablo II el 4 de mayo del año 2003.
Las capillas de la Soledad y la Pasión, pertenecían a los corrales de comedias existentes en el  Madrid del Siglo  XVII
La Capilla Mayor, fue realizada por Julián de Barcenilla y terminada en el año 1788.

El cementerio de la iglesia estaba situado a espaldas  de la misma, donde se unen la calle Huertas y la calle de San Sebastián. En el cementerio estuvo sepultado Lope de Vega. El cementerio fue escenario de una escena trágica, después de dar sepultura a la conocida actriz María Ignacia Ibáñez la “Divina”, su amante el escritor gaditano José Cadalso y Vázquez de Andrade  incapaz de soportar la pena por la  muerte de su amada, volvió una noche al cementerio para desenterrar su cuerpo, siendo sorprendido por la policía en plena acción, “verdad o leyenda”.
Tras la desaparición del cementerio debida a la remodelación de la zona, en su lugar se instaló una floristería que podemos contemplar en la actualidad
Por la iglesia de San Sebastián, han pasado numerosas personalidades como, Práxedes Mateo Sagasta, Presidente del Gobierno, el bandolero Luís Candelas o el escritor Ramón María del Valle-Inclán.
Personajes célebres que tuvieron relación con la iglesia de San Sebastián

 Matías Fernández García nacido en 1928 en Montejo de la Sierra (Madrid), ha sido considerado una de los grandes historiadores de Madrid y pueblos de la Comunidad. En 1951 fue ordenado sacerdote y después de recorrer varias parroquias fue destinado a la Parroquia de San Sebastián.
Como Párroco de San Sebastián, escribió varios tratados sobre la Parroquia en los que se recogen datos de algunos de sus más ilustres parroquianos, llegando a recoger los datos de 2.500 personajes.
En el pórtico de la Iglesia, podemos contemplar las placas con los nombres de algunas personas que fueron bautizadas, que se casaron en la Iglesia o que  se realizaron los actos de defunción.
Volviendo a la historia de San Sebastián, indicar que a comienzos de la Guerra Civil, la iglesia fue saqueada por las milicias republicanas y en la noche del 19 al 20 de noviembre de 1936, una bomba de la aviación franquista, destruyó casi por completo el templo. Las pocas obras de arte que se salvaron, fueron trasladadas a otras iglesias.
Al finalizar la contienda, la Iglesia fue restaurada por Francisco Iñiguez Almech entre los años 1943 y 1959 cambiando la orientación del edificio, pero dejando inacabada la antigua torre como recuerdo al viejo templo.
San Sebastian desde la Plaza del Angel año 1920

Francisco Íñiguez Almech, nació en Madrid en 1901 y se especializó en la restauración de la arquitectura antigua. Como curiosidad indicar que Francisco nació en el observatorio astronómico de Madrid, donde su padre trabajaba como Catedrático de Astronomía.
El 16 de Octubre de 1969 la iglesia de San Sebastián es declarada Bien de Interés Cultural.
De la iglesia reconstruida,  cabe destacar dos capillas  supervivientes de la derruida iglesia. La del Sagrado Corazón, que antes se denominaba  de los Guardias y en especial la de Belén o de los arquitectos, donde se encuentran enterrados: Ventura Rodríguez, Juan de Villanueva o Pedro Muguruza. La Capilla  goza de la condición de Monumento Nacional.
Como hemos indicado en párrafos anteriores, en el antiguo cementerio fue enterrado Lope de Vega, pero al no haber pagado   los derechos de uso de la  cripta, fue enterrado en un osario del cementerio, por cuyo motivo, se desconoce el lugar exacto donde se encuentran sus restos.
Floristería junto a la iglesia de San Sebastián

El cementerio de la iglesia de San Sebastián fue clausurado por orden de José Bonaparte, en el año 1809, la nueva ordenanza, obligaba a que los cementerios se instalasen fuera de las ciudades.
Placa recordatoria de que la Floristería lleva funcionando más de cien años


























    En el espacio ocupado por el cementerio y desde el Siglo XIX,  se encuentra instalada la floristería que podemos contemplar en la actualidad. 


En la misma calle San Sebastián frente a la iglesia del mismo nombre,  se encuentra un edificio singular perteneciente a la cadena de hoteles NH, pero antes de transformarse en hotel, el edificio albergó entre sus paredes una gran historia.
Al final del  siglo XVIII, en Madrid los grandes señores continuaron con la construcción de grandes mansiones fuera del núcleo urbano del viejo Madrid. El edificio que nos ocupa, fue mandado construir por el primer Conde de Tepa, Francisco Ladrón de Viana y Sáez de Villaverde.
El título de Conde de Tepa, le fue concedido en 1765 por Carlos III, reconociendo su labor en el virreinato de Nueva España como fiscal del crimen de la Real audiencia de México.
Palacio de Tepa, fachada de la Plaza del Angel

Para la construcción del Palacio, el Conde eligió un solar con fachadas a la calle de San Sebastián, calle de Atocha y Plaza del Angel y que hasta el año 1766, pertenecía al hostelero italiano Juan Antonio Gippini. Antiguamente, el solar tuvo otros propietarios. Cristóbal Martínez Muñoz, hombre de negocios  que debido a las deudas, se vio obligado a vender el solar. El solar fue adquirido en subasta pública por  Francisco González de Heredia, perteneciente a la Orden de Calatrava.
Francisco González, fue alcalde de los pueblos de Jaén: Arjona y Arjonilla, que en la  etapa medieval, estuvieron muy ligadas a la Orden de Calatrava y construyó su casa en el solar recientemente adquirido.
Palacio de Tepa, fachada de la calle San Sebastián

La casa palacio se mantuvo hasta el año 1797, pero debido a su estado de deterioro fue derribado para construir en su lugar el actual Palacio de Tepa.
En el antiguo edificio, se encontraba la “Fonda de San Sebastián” famosa especialmente por su café-tertulia donde se reunían personajes de la época como: Nicolás Fernández de Moratín, Francisco Cerdá Rico, Vicente de los Ríos, José Cadalso Vázquez de Andrade o Ignacio López de Ayala entre otros.
Leandro Fernández de Moratín ambientó en la Fonda de San Sebastián su obra satírica “La comedia nueva o el café”, estrenada el 7 de febrero de 1792 en el Teatro del Príncipe.
Juan Antonio Gippini,  dueño de la fonda, colocaba en las paredes del café carteles con la siguiente leyenda.  “Prohibido hablar de política y sólo se puede hablar de toros, teatro, versos y cosas de amor”.
Reloj Canseco instalado en el Palacio de Tepa en los años 20 del pasado Siglo

Francisco Ladrón de Viana y Sáez de Villaverde, encargó el diseño de su nuevo Palacio al arquitecto Jorge Durán, quien diseñó un  palacio que ocupaba la totalidad del solar, con tres fachadas y tres plantas más  planta baja porticada. La entrada principal quedaba situada en la calle de San Sebastián, y como curiosidad indicar que la fachada principal disponía de 45 ventanas.
Placa recordando a la Fonda de San Sebastián

El proyecto de Jorge Durán contó con la aprobación del arquitecto mayor de la Villa de Madrid  Juan de Villanueva en septiembre de 1797, pero este primitivo proyecto no llegó a materializarse, siendo sustituido por otro proyecto más austero y que cambiaba la disposición de toda su ornamentación general.
El primer Conde de Tepa falleció en el año 1804, sin poder estrenar su nueva residencia, que se dio por finalizada en 1880. Para que nos hagamos una idea de la grandiosidad del edificio, indicaremos que tiene una superficie de 6800 metros cuadrados.
Por fortuna, en la calle de Atocha a la altura del número 35 actual y junto al nuevo Palacio de Tepa, se inauguró el nuevo “Gran café de San Sebastián”, con entrada también por  la Plaza del Angel. El Gran café de San Sebastián cerró definitivamente sus puertas en la segunda década del siglo XX.
En la década de los años 50 del Siglo XX, el Palacio de Tepa fue vendido por sus propietarios y su interior fue transformado en viviendas y locales comerciales, que acabaron con la distribución original en el interior  del Palacio.
El edificio en los últimos años sufrió  grandes deterioros hasta que en el año 2003, los propietarios del edificio  (Inmobiliaria Ángel de Tepa), solicitan licencia de obras  para su remodelación, la licencia municipal es concedida con fecha de 2005.
Anuncio de la relojería Canseco

Volviendo a la fotografía del reloj del Palacio de Tepa instalado por Antonio Canseco Escudero, digamos que fue una revolución en el mundo de los relojes grandes ya que se fabricó bajo patente del sistema Canseco para relojes sin necesidad de incorporar pesas. 
La restauración del edificio, corrió a cargo de los arquitectos Javier Feduchi Benlliure y Wermer Durel, siendo vendido a la cadena NH Collection Hotels convirtiéndose en un lujoso hotel de 5 estrellas  inaugurado en el año 2010.
En los trabajos de restauración, fueron descubiertos los restos de los antiguos viajes del agua que abastecían al centro de Madrid desde la Fuente Castellana.

Bajo el suelo acristalado de la sala de lectura de la planta baja, se puede observar el sistema de abastecimiento de aguas, que conserva el mismo aljibe y las galerías que atravesaban entonces el solar del actual Palacio. Por suerte para los curiosos, la Dirección del Hotel, permite la visita a estos restos arqueológicos.

Frente a la Iglesia de San Sebastián, en la calle Cañizares, se encuentra uno de esos tesoros escondidos en las calles de Madrid, se trata del Oratorio del Santo Cristo del Olivar.
La construcción del Oratorio de El Olivar se remonta al año 1647 y fue obra del maestro de obras Manuel Aguiar. El templo se construyó para dar acogida a la Congregación de los Indignos Esclavos del Santísimo Sacramento. Está Congregación quedó constituida en el año 1608 bajo la protección de Felipe III, en acto de desagravio por la profanación de un templo católico en la ciudad de Londres. A la congregación pertenecieron personajes ilustres de la época como: Lope de Vega, Miguel de Cervantes, Quevedo y Calderón de la Barca.
Fachada del Cristo del Olivar en la calle Cañizares

La Congregación peregrino por diversas iglesias madrileñas como: La Trinidad Calzada o el Convento del Espíritu Santo en la Carrera de San Jerónimo, hasta que en el año 1647 compraron unos terrenos y pudieron construir su propia iglesia.
El templo, sufrió numerosos expolios durante la Guerra de la Independencia y el transcurrir del tiempo terminó con el edificio hasta que el célebre arquitecto Enrique María Repullés y Vargas entre los años 1910 a 1919, remodeló por completo el templo parroquial según los cánones  de la arquitectura barroca madrileña, dando como resultando un templo de tres naves con pilares y pilastras adosadas, cubriéndose con bóveda de cañón con lunetos la nave principal y bóvedas de arista las laterales. El crucero se remata por una pequeña cúpula sin tambor. La fachada fue realizada en ladrillo y piedra por Repullés en estilo ecléctico.
Talla del Cristo del Olivar

Durante la Segunda República, el templo fue expoliado desaparecieron imágenes y retablos. Después de la Guerra Civil, el templo fue reparado devolviéndole su aspecto original. El templo quedó encomendado a la Orden de Predicadores Dominicos que desde el año 1899 eran los capellanes de la Congregación.
En julio de 1936, seis frailes de la comunidad fueron apresados y posteriormente ejecutados. En la iglesia, una lápida recuerda los nombres de los frailes fallecidos.
En el año 1966 la Iglesia Oratorio del Olivar, fue erigida parroquia con el nombre de “Santo Cristo del Olivar”.
En el templo parroquial, obligatoriamente debemos admirar el Santo Cristo de la Fe, escultura barroca realizada por el escultor portugués Manuel Pereira, escultor barroco, que vivió en Madrid hasta su fallecimiento en 1683.  Originalmente, la imagen formaba un Calvario, con las imágenes de María y San Juan Evangelista flanqueando el Crucificado, las dos imágenes laterales fueron destruidas en la Guerra Civil, quedando el Cristo también  dañado, pero que pudo ser recuperado.
Portada Cristo del Olivar

La segunda obra que debemos admirar,  es La Virgen del Rosario, escultura  del vallisoletano Luis Salvador Carmona. La talla muestra a María sedente en un trono, sosteniendo al Niño sobre una de sus rodillas, rodeados los dos por una gloria de ángeles niños y querubines entre nubes, tallados con gran maestría. La obra de Salvador Carmona, originariamente se encontraba en el desaparecido convento de Santo Tomás.
En el Oratorio, antes de la Guerra Civil se encontraban dos esculturas de Luis Salvador Carmona, una Piedad y un Cristo azotado, pero que desaparecieron durante la contienda.


En el número 38 de la calle de Atocha estaba el Cine Consulado, y en sus bajos la mítica discoteca Club Consulado. Desde allí se emitió durante muchos años, los domingos por la mañana, a las doce horas, el no menos mítico programa musical de Radio Madrid (la SER), El gran musical, que nació en el año 1962 de la mano de Tomás Martín Blanco. Por el desfilaron las más famosas figuras de la canción moderna, convirtiéndose en poco tiempo en el de mayor popularidad de las ondas españolas. En 1970 pasó a llamarse los 40 principales, con Rafael Revert al frente.
Edificio Consulado


En el año 2002, en el solar de la antigua Sala Consulado se construyó un edificio respetando la arquitectura y naturaleza del entorno, con los mejores acabados y materiales, destinado al alquiler de viviendas, despachos profesionales, plazas de garaje y trasteros.

Nos acercamos a la Plaza de Antón Martín, pero antes haremos un pequeño alto en el camino para recordar que en la manzana situada entre las calles de Atocha, El León y Plaza de Matute, se encontraba el colegio de Nuestra Señora de Loreto,  mandado construir en la década de los 80 del Siglo XVI por el rey Felipe II, para la educación de niñas desamparadas.
El propio rey compro unas casas en la zona de Atocha para que el Colegio comenzase a funcionar, con el tiempo el Colegio que también hacia las veces de convento se fue ampliando especialmente a la llegada de Felipe IV, época en que fue construida la Iglesia según el proyecto del arquitecto real Juan Gómez de Mora. Las obras finalizaron bajo la dirección del maestro de obras madrileño Pedro Lázaro Goiti en el año 1654.
Edificio que sustituyó al Colegio Nuestra Señora de Loreto en Atocha 55-57

La Iglesia disponía de dos torres rematadas con chapiteles, como correspondía al Madrid de los Austrias. El interior del templo de una sola nave y planta de cruz latina, en el retablo mayor se encontraba el camarín de la Virgen de Loreto, a destacar también los cuadros de la” Asunción de la Virgen” obra del pintor José Donoso  y “San José con el Niño” de Antonio de Pereda.
El nombre de Nuestra Señora de Loreto,  se debe a la imagen de la virgen que preside el templo, obra del italiano Giovanni Battista Montano. El Papa Sixto V se la regaló a Felipe II en 1587 y el rey se la donó al Colegio.
 Felipe IV ordenó trasformar el Colegio para la educación de hijas de militares y  empleados de la Casa Real.
La Casa Real mantuvo  la protección del Colegio durante el Siglo XVIII, hasta la Guerra de la Independencia. Se comenta que el propio José Bonaparte quiso conocer la situación de los bienes artísticos que se conservaban en el Colegio.
En el año 1844, el Colegio empieza a ser regentado por las hermanas de la Sagrada Familia.

Remarcado en rojo aparece el Colegio Virgen de Loreto finales del Siglo XIX

Será en el año 1882 cuando  comience  el derribo del Colegio para construir uno nuevo en la calle de O´Donnell nº 61. En la fachada aparece un rotulo con el siguiente texto: “Real Colegio”, que sigue funcionando en la actualidad, pero admitiendo a todo tipo de alumnas.
Sobre el solar que dejó el Colegio Nuestra Señora de Loreto en los  actuales números 55 y 57 de la calle de Atocha, se construyó un edificio de viviendas. En el segundo piso, el 24 de enero de 1977, tuvo lugar la matanza de los abogados laboralistas. 

El 24 de enero de 1977, se produjo un hecho luctuoso cuando cinco abogados laboralistas de CCOO fueron asesinados en su despacho del número 55 de la calle de Atocha por un comando ultraderechista.
La sentencia del tribunal formulada el 4 de marzo de 1980 consideró culpables a los procesados: Francisco Albadalejo, José Fernández Cerrá y Carlos García Juliá, todos vinculados al Sindicato Vertical del Transporte Privado de Madrid. El fallo condenó a José Fernández Cerrá y Carlos García Juliá a  193 años a cada uno de ellos y a Francisco Albadalejo, a  73 años.
Placa en recuerdo de los abogados de Atocha

El comando ultraderechista, accedió al despacho de los abogados en un principio buscado al  dirigente comunista Joaquín Navarro, Secretario General del Sindicato de Transportes de CC. OO. de Madrid y al no encontrarlo en el despacho acabaron con la vida de los cinco abogados, dejando heridos a otros cuatro abogados que también se encontraban presentes.
Las victimas fallecidas en el  atentado fueron: Los abogados Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Francisco Javier Sauquillo (hermano de Paca Sauquillo, actual presidenta del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad), el estudiante de derecho Serafín Holgado y el administrativo Ángel Rodríguez Leal. Resultaron gravemente heridos Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell, Miguel Sarabia Gil, Luis Ramos Pardo y Dolores González Ruiz.
Monumento a los Abogados de Atocha en la Plaza de Antón Martín

Indicar como curiosidad que una de las abogadas del bufete que se libró del atentado era Manuela Carmena, actual alcaldesa de Madrid.
Una placa situada en el portal número 55 de la calle de Atocha, nos recuerda los hechos acaecidos el 24 de enero de 1977. Asimismo, en la Plaza de Antón Martín, se encuentra  situado un grupo escultórico de Juan Genovés con una placa explicativa para conocer su  significado. El monumento se conoce con el nombre de “El Abrazo”, cuadro pintado por Juan Genovés en la década de los 70 y que fue un símbolo en la transición española. Un póster colgado en el despacho de abogados laboralistas fue testigo mudo de los asesinatos de 1977.

La Ferretería García en la calle Atocha nº 57, era una de las más antiguas de España. Se fundó en 1887 por Esteban García de Ochandatay, natural de Torrecilla en Cameros, en la Rioja. La última propietaria ha sido María Jesús nieta del fundador y ahora con sus 78 años, pone fin a más de un siglo de existencia.
Esteban García de Ochandatay como buen empresario montó el negocio en la calle de Atocha relativamente cerca de la estación de Atocha lugar de entrada de posibles compradores a la capital. En el lugar que ocupa la antigua ferretería estuvo en tiempos pasados el Colegio Nuestra Señora de Loreto. El fundador en su afán de crear una ferretería ejemplar importaba productos de Alemania e Inglaterra. En sus estantes como sucede en los locales antiguos se almacenaban todo tipo de productos de ferretería.
Ferretería de  Esteban García de Ochandatay ya cerrada

La ferretería conservaba los muebles y armarios originales,  y verdaderas joyas para los anticuarios.
El cierre se ha producido por  un problema de herencias, ya que el local no estaba escriturado a favor de su actual propietaria María Jesús, para normalizar escrituras, la propietaria se ve obligada a pagar una importante suma de dinero circunstancia que imposibilita el mantenimiento del negocio.
Irremediablemente la ferretería ha llegado a su fin, echando el cierre hace unos pocos meses.

En nuestro pasear por la calle de Atocha, hemos alcanzado la Plaza de Antón Martín o Plazuela de Antón Martín como también se la ha denominado. En realidad, no es realmente una plaza, más bien se trata de un ensanchamiento de la calle de Atocha frente al Monumental Cinema.

Antón Martín nació en el pueblo conquense de Mira el 25 de marzo del año 1500. A la muerte de su padre, Antón Martín se desplazó a Madrid y posteriormente ejerció de soldado en Valencia. La vida de Antón Martín cambió completamente cuando su hermano Pedro fue asesinado en Guadafortuna, pueblo de la provincia de Granada.
Hospital de Antón Martín año 1895 antes de su derribo

En Granada, Antón Martín conoce al religioso Juan de Dios, que dedicaba su vida a la fundación de hospitales. Antón Martín, abandona el ejército para acompañar al religioso en su labor de fundar hospitales para los más necesitados.
 A la muerte de Juan de Dios el 8 de marzo de 1550,  Antón Martín recoge su testigo  colocándose al frente de la orden religiosa y se traslada a Madrid, donde solicita al rey Carlos I autorización para fundar un hospital para enfermos de cirugía. El hospital se levantará en el año 1552 en una parcela cedida a tal efecto por D. Fernando de Zomoza, en la zona de Atocha con el nombre de Hospital de Nuestra Señora del Amor de Dios, denominado popularmente  Hospital de Antón Martín. El hospital, se encontraba aproximadamente en el espacio que en la actualidad ocupan el cine Doré, el mercado de San Antón y la parroquia de San Salvador y San Nicolás. Durante la Guerra de la Independencia, el hospital fue utilizado por las tropas francesas como polvorín.
Hospital de Antón Martín (LXI) según Pedro Texeira

Con la desamortización de Mendizábal en 1836, el hospital con el nombre de San Juan de Dios, se trasladó a la calle Doctor Esquerdo, en el espacio que hoy ocupa el Hospital Gregorio Marañón.
El viejo Hospital fue derribado en la última década del Siglo XIX, dando lugar a la creación del Pasaje Doré y a la construcción de la iglesia de San Salvador y San Nicolás.

En la Plaza de Antón Martín, se encontraba la Fuente de la Fama, un encargo del rey Felipe V para  embellecer la ciudad y suministrar agua al pueblo de Madrid. El proyecto fue encargado a Pedro de Ribera, quien dirigió la obra entre los años  1731 y  1732. La estatua de La Fama que corona la fuente es obra del  escultor Juan Bautista.
La financiación como casi siempre corrió a cargo del pueblo, así que el día de la inauguración y bajo la iniciativa popular, se colocó un cartel que decía:  “Dios lo quiso, el rey lo mandó y el pueblo lo pagó”.
En un principio, la fuente quedo situada en la plaza de Antón Martín, siendo conocida por el nombre de la plaza. Posteriormente en el año 1879 fue a parar a los almacenes de la Villa y ya en 1909 el escultor Ángel García y el arquitecto José Loute reconstruyen la fuente para instalarla en el Parque del Oeste. El Ayuntamiento, encarga en el año 1926 un proyecto al  arquitecto municipal Luis Bellido para que instale la fuente  en los jardines de Pedro de Ribera del antiguo Hospicio. Durante la  Guerra Civil la fuente se desmonta para evitar su destrucción, volviendo a instalarse definitivamente en el año 1941.
Fuente de la Fama en Antón Martín año 1864

La fuente está construida con piedra berroqueña y caliza de Colmenar de Oreja. Las dimensiones del conjunto son bastantes considerables, con una altura de 10 metros, un fondo de 4 metros y una anchura de 4 metros.
La Fama es una figura de la mitología con varios significados: Mensajera de Júpiter para unos y la “Voz Pública” para los romanos. La Fama como Voz Pública aparece en el Libro IV de La Eneida y según Virgilio fue engendra por la Tierra.
La Fama es una figura femenina alada muy utilizada en espacios públicos como:  El Museo Metropolitano del Arte de Nueva York, Museos Reales de las Bellas Artes en Bruselas, Parque Campo Grande de Valladolid, Fábrica de Tabacos de Sevilla, actual  Universidad y un largo etc. 

El 23 de marzo de 1766 se inició en la plaza de Antón Martín, el denominado Motín de Esquilache en contra del primer ministro de Carlos III.
El creciente descontento del pueblo a causa de la subida de los precios del pan y de otros productos de primera necesidad y la obligación de sustituir las capas largas y los sombreros de ala ancha usados por los madrileños por capas cortas y sombreros de tres picos. La medida sobre la utilización de las prendas, se basaba en el hecho de las capas largas facilitaban el ocultamiento de las armas y los grandes sombreros eran una salvaguardia para los delincuentes, porque podían ocultar el rostro.

El pueblo planteó al  rey  una serie de propuestas como:  El gobierno español debía ser ocupado por ministros españoles, Esquilache y toda su familia debían abandonar España, reducción del precio de los productos básicos, debía permitirse el uso de la capa larga y del sombrero de ala ancha,  desaparición de la Junta de Abastos, los soldados debían retirarse a sus cuarteles.
El rey se asomó al balcón del palacio para  aceptar las peticiones apaciguando las protestas. El rey, temiendo por su seguridad, se trasladó a Aranjuez acompañado de toda su familia y de sus ministros. Este hecho despertó nuevamente las iras de la población que pensaba que el rey había huido. Cerca de 30.000 personas se dedicaron a saquear almacenes y cuarteles y a liberar a los presos. Para calmar los ánimos, Esquilache fue destituido y enviado a Italia. Esquilache antes de partir, dejó escrita una carta al pueblo de Madrid que decía textualmente: "Yo he limpiado Madrid, le he empedrado, he hecho paseos y otras obras que merecería que me hiciesen una estatua, y en lugar de esto me ha tratado tan indignamente". El  conde de Aranda, sustituyó a Esquilache al frente del gobierno mientras el rey estaba en Aranjuez y convenció al pueblo de Madrid para cambiar las capas y los sombreros de la discordia por capas cortas y tricornios.


Frente al monumento a los abogados de Atocha, se encuentra el edificio que en su día fue el Monumental Cinema, convertido hoy en sala de conciertos de la Orquesta y Coro de Radio Televisión Española.
El Monumental Cinema fue una sala cinematográfica y de teatro cuyo edificio fue mandado construir por la Empresa Sagarra y las obras corrieron a cargo del célebre  arquitecto Teodoro Anasagasti que empleó  por primera vez hormigón armado en edificios públicos.

La empresa que levantó el edificio fue “Cementos Armados de Sestao” por iniciativa de la Empresa Sagarra, fundada en 1918 por Carlos Viñas Sagarra y Ricardo Urgoiti. La Empresa Sagarra era también propietaria de las salas: Real Cinema,  Príncipe Alfonso y el Cinema España.
La Sala de cine de tres pisos y con capacidad para cerca de 4200 personas, se abrió al público el 20 de octubre de 1923. El interior se realizó con detalles  en estilo art decó y cristaleras de la empresa Maumejan Hermanos. La fuente situada en el bar del vestíbulo y rodeada de ciervos es obra del escultor Pedro Nicoli. En un principio el edificio disponía de un acceso directo a la estación de Metro de Antón Martín.
Fachada Teatro Monumental

La Sala, se inauguró como cinema mudo y se acompañaban las películas con una orquesta. Debido a la magnífica acústica de la sala, en el año 1923 comenzaron las temporadas de conciertos a cargo de la Orquesta Sinfónica de Madrid, del maestro Arbós.
En enero de 1930, se incorporó el cine sonoro a la programación del Monumental Cinema con la película “El arca de Noé”.

Desde el año 1970, el antiguo cine es la sede de la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española.

En la calle Magdalena números 38 y 40, casi en la confluencia con Atocha, se encontraba el teatro Variedades. El teatro se levantó sobre un antiguo juego de pelota, que terminó convirtiéndose en teatro en 1843 y se mantuvo en funcionamiento hasta su incendio el 28 de enero de 1888.
Recreación del incendio del Teatro Novedades

Que mejor que recurrir a Ramón Mesonero Romanos en su libro “Nuevo manual histórico-topográfico-estadístico y descripción de Madrid, 1854”. para que nos describa algunos aspectos del teatro Variedades.
"Teatro de Variedades. En una antigua sala de juego de pelota de la calle de la Magdalena núm. 40, con accesorias a la de la Rosa, tuvo lugar en 1843 la formación de un teatrillo de segundo orden, que ampliado, y reconstituido después en 1850 hasta el punto de convertirse en una linda sala capaz de 800 espectadores, llegó á obtener gran voga y favor del público y tuvo también la gloria de servir de cuna a la ópera española con la celebérrima zarzuela del Duende, que mereció el honor de ciento y más representaciones consecutivas. Hoy abandonado de sus compañías favoritas, se dedica a la magia y espectáculos de brocha gorda, con lo cual, sino inmortales laureles, alcanza por lo menor muy regulares entradas".

En la esquina entre la Plaza de Antón Martín y la calle de Atocha, se encuentra una de las farmacias con más solera de Madrid.
Farmacia el Globo

La farmacia permanece abierta desde que la fundo el doctor Trassera en el año 1870. El doctor Trassera, importó a España la costumbre de los farmacéuticos ingleses, que colocaban globos a modo de faroles en los establecimientos que regentaban para diferenciarlos de herbolarios y droguerías.
La farmacia ocupaba los bajos del edificio y en la tercera planta vivió Ramón y Cajal durante algunos años.
Farmacia el Globo a la izquierda durante la Guerra Cívil

En el transcurso de la Guerra Civil Española  una bomba destruyó el edificio colindante, dañando parte del edificio de la farmacia.
En la actualidad, todo el edificio pertenece a la farmacia.

En la Plaza de Antón Martin, en concreto en el número 58 de la calle de Atocha, se encuentra la Iglesia de San Salvador y San Nicolás. Su doble advocación, se debe a que en el pasado fueron dos iglesias independientes.
La iglesia de El Salvador, se encontraba situada frente a la actual Plaza de la Villa, en la actualidad un edificio de viviendas ocupa su espacio y una placa nos recuerda su existencia. Según el escritor y biógrafo del Siglo XVIII, Álvarez y Baena en sus orígenes fue una iglesia dedicada a Santa María Magdalena, el primer dato que se tiene de su existencia queda recogido en el Fuero de 1202, en donde ya aparece como parroquia de El Salvador.
Situada en la calle Mayor (en la actualidad Nº-70) frente a la plazuela de la Villa, se trataba de un edificio pequeño al que se accedía por una discreta portada sobre la que había un nicho con la estatua de El Salvador realizada en piedra.
Iglesia de El Salvador y San Nicolás

Curiosamente, la torre, las campanas y el reloj de la parroquia pertenecían al Ayuntamiento. La torre, de una gran altura, era conocida como la atalaya de la Villa, para diferenciarla de la torre de la parroquia de Santa Cruz, también propiedad de la Villa y conocida como la atalaya de la Corte. El Concejo de Madrid estuvo muy vinculado a esta parroquia. Así, durante los siglos XIV y XV el Concejo celebraba sus reuniones en una pequeña sala  situada encima del pórtico de la iglesia y durante todo el Antiguo Régimen, era aquí donde el Concejo celebraba sus ceremonias religiosas por ejemplo, todos los miércoles de cuaresma debían acudir a El Salvador a escuchar un sermón especialmente preparado para el Concejo. La iglesia de el Salvador fue derribada en el año 1842.
La Iglesia de San Nicolás de Bari o de los Servitas, queda recogida en el Fuero de Madrid de 1202 como una de las parroquias más antiguas de la ciudad, se encuentra situada desde su fundación en la calle San Nicolás muy próxima a la catedral de la Almudena.

En el año 1805, perdió el rango de parroquia debido al estado ruinoso del edificio en favor de la iglesia de El Salvador. San Nicolás quedó abandonada hasta que en el año  1825 el edificio religioso fue cedido a la congregación de la Orden Tercera de Servitas, que procedieron a restaurar la iglesia.
Con el derribo de la iglesia de El Salvador en 1842 los feligreses se trasladaron a San Nicolás. Sería ya en la última década del Siglo XIX cuando se funde en el antiguo Hospital de Nuestra Señora del Amor de Dios también denominado Hospital de San Juan de Dios en la Plaza de Antón Martín la iglesia de San Salvador y San Nicolás.

En párrafos anteriores, ya hemos indicado de forma resumida el origen del Hospital de la Plazuela de Antón Martín. Volviendo a nuestra iglesia, indicar que  la misma fue incendiada y destruida al comienzo de la Guerra Civil, siendo reconstruida en el año 1948.
En la fachada de la iglesia, se encuentra la imagen de San José de Cupertino, cuyo nombre de nacimiento era Giuseppe Desa, fraile italiano del Siglo XVII. Es considerado el patrón de los aviadores y los estudiantes, siendo frecuente que  gran número de estudiantes en época de exámenes acudan a la iglesia de San Salvador y San Nicolás.
En el Pasaje del Cine Doré, se pueden  observar los restos de la antigua iglesia perteneciente al Hospital. Tanto interior como exteriormente la nueva iglesia es de trazas muy sencillas, no destacando precisamente por su arquitectura, todo lo contrario que la iglesia del Hospital que atesoraba gran número de esculturas y pinturas, no obstante, siempre aconsejamos visitar todos los templos madrileños.

En el número 81 de la calle Atocha, podemos contemplar un extraordinario edificio que en la actualidad pertenece a la cadena de hoteles Catalonia. El edificio fue construido a finales del Siglo  XIX por el arquitecto Joaquín Saldaña, autor también del Hotel Atlántico de la Gran Vía para ser dedicado a viviendas.
Hotel Catalonia

Durante un largo periodo, el edificio estuvo abandonado hasta que la cadena hotelera adquirió el edificio para su restauración. Por suerte el edificio se libró de la temida piqueta gracias a que su fachada está catalogada dentro del llamado "Conjunto Histórico de la Villa de Madrid".
El Hotel abrió sus puertas en el año 2011, siendo considerado uno de los mejores hoteles de la zona. 

El impresor Juan de la Cuesta, tiene el honor de haber imprimido la primera edición de El Quijote de la Mancha en su imprenta de la calle de Atocha, pero hagamos un poco de historia antes de acercarnos a la antigua imprenta de Juan de la Cuesta.
No se tiene certeza de su lugar de origen, las primeras noticias que se tienen de Juan de la Cuesta, le sitúan en  Valladolid en el año 1567, pero no será hasta 1590 cuando se conozcan sus primeras obras como impresor en la ciudad de Segovia, obras religiosas del autor Juan de Horozco.

Algunas fuentes indican que el Juan de la Cuesta que estuvo en Segovia, es el padre de nuestro protagonista que también se llamaba Juan, sea como fuere, comenzaremos nuestra historia en la ciudad de Madrid.
Juan de la Cuesta ingresa en Noviembre de 1599, en la Hermandad de impresores y comienza a trabajar en la imprenta de María Rodríguez de Rivalde, viuda de Pedro Madrigal, impresor de origen salmantino que había instalado su taller de impresión en la calle de Atocha esquina con la Costanilla de los Desamparados en el año 1586, falleciendo en el año 1593.
María Rodríguez de Rivalde pone al frente de la imprenta a Juan de la Cuesta en el año 1602, que se casa con María Quiñones viuda del hijo de Pedro Madrigal en 1603.
La imprenta publicó, a principios de 1605, la primera edición Príncipe de El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, la obra cumbre de las letras españolas.
La primera edición príncipe de El Quijote, no se puede considerar que destacase por su calidad, tenía múltiples erratas y una calidad de impresión deficiente. Se estima que el valor de esta primera edición puede alcanzar más de 200.000 euros.
Placa situada en la calle San Eugenio

En 1606 la Corte se traslada de Valladolid a Madrid. Felipe II ordena que la Institución de los Niños  Desamparados que se encontraba entre las  calles de Santa Isabel  y Atocha se traslade al Hospital del Carmen, situado también en la calle de Atocha junto a la imprenta de Juan de la Cuesta. Por necesidades de espacio se expropia la imprenta dando a la viuda de Madrigal la cantidad de 3.000 ducados y una parcela en el número 7 de la calle de San Eugenio, justo en el lugar que ocupaba el antiguo Hospitalillo del Carmen.
En este espacio  se instalará la imprenta en el año 1609, imprimiéndose la segunda parte de El Quijote en el año 1615, como atestigua una placa conmemorativa colocada en 1905.

El Colegio de los Niños Desamparados o también Desamparados de Atocha, fue fundado por la Congregación del Amor de Dios en el año 1596 funcionando como colegio, hospital y albergue de niños desamparados.
El Colegio se mantenía con las limosnas que recogían los propios niños, pero esta forma de recaudación no era la más apropiada, por cuyo motivo se estableció una asignación municipal sumada a las aportaciones privadas.
Remarcado en el Plano de Pedro Texeira aparece el Colegio de Niños Desamparados año 1654

El Colegio comenzó a funcionar en casas independientes, en las inmediaciones de las calles Atocha y Santa Isabel hasta que en el año 1610, se consiguió centralizar en un único edificio en la confluencia de las Calles Atocha y Costanilla de los Desamparados.
El Colegio recogía los niños madrileños huérfanos de seis a trece años que salían de la Inclusa.
En el Colegio se enseñaba a los niños oficios tradicionales para que se pudiesen formar como: Sastres, carpinteros, herradores, zapateros y otros varios, con la posibilidad de que los artesanos del pueblo de Madrid contratasen a los niños como ayudantes.
El Centro también dio acogida a mujeres incurables, así como mujeres embarazadas sin medios y a personas sin techo, realizando funciones de  Casa de Socorro. Debido a los problemas económicos, los huérfanos son trasladados en el año 1852 al nuevo Hospicio de la Calle Fuencarral.
 
Interior del Santo Cristo de la Fe
Al quedar libre el edificio, sus instalaciones fueron aprovechadas para ubicar el Hospital de Hombres Incurables de Nuestra Señora del Carmen, comenzando a funcionar  con cerca de 300 camas.
El Gobierno Liberal promulgó la Ley General de Beneficencia y Sanidad en el año 1849. El 14 de Mayo del año 1852, se estableció el “Real Reglamento” para iniciar las reformas hospitalarias. Como resultado se crean dos hospitales en la calle de Atocha: El Hospital Clínico y el Hospital de Incurables.
Al primitivo edificio mandado construir por Felipe III a finales del Siglo XVI para acoger a los niños desamparados, se le añadió la Capilla del Amor de Dios a mediados del Siglo XVII.
Fachada Santo Cristo de la Fe

El ingreso en el Hospital de Incurables, se realizaba previa solicitud al subdirector general de Beneficencia, aunque la lista de espera alcanzaba casi los dos años. En el Hospital, se suministraban a los pacientes productos contra el dolor: Clorhidrato de morfina, el extracto tebaico (extracto acuoso de opio que se saca de la adormidera) y  polvos de Dover (Medicamento antiguo contra el frío y la fiebre que introdujo el doctor Thomas Dover y que se ha usado hasta la década de 1960. Contiene un 10% de opio, otro tanto de ipecacuana y sulfato de potasio).
Durante la Guerra Civil, el edificio quedo casi destruido, salvándose únicamente la fachada. Terminada la contienda el Hospital es reparado parcialmente para continuar su función sanitaria y para  acoger la feligresía de  la destruida Iglesia de El Salvador y San Nicolás hasta la reparación de esta última en el año 1948.

Las funciones como Hospital finalizaron en el año 1944 y posteriormente en 1948, el edificio es vaciado por su avanzado estado de deterioro, permaneciendo en esta situación durante varios años esperando que el edificio fuese derribado para construir viviendas.
Será ya en el año 1974 cuando con el beneplácito del Arzobispado, el  templo es cedido a la Hermandad de los Cruzados de la Fe, que a lo largo de los años, han  restaurado el templo que hoy conocemos  como Iglesia del Santísimo Cristo de la Fe.

La Sociedad Cervantina, entidad privada fue fundada en 1953 por Luis Astrana Marín y de la Sociedad formó parte el doctor Marañón, se creó con la idea de crear un museo dedicado a Cervantes. En el año 1955, Hacienda cede el edificio del antiguo hospital situado en el número 85 de la calle de Atocha a la Sociedad. Fue en este espacio  donde antiguamente estuvo ubicado el taller Juan de la Cuesta y donde se imprimió la primera edición de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.
Edificio de la Sociedad Cervantina, junto a la iglesia del Santo Cristo de la Fe

La Sociedad Cervantina ha montado una réplica exacta de la imprenta de Juan de la Cuesta, donde a parte de la obra cumbre de Cervantes, también se imprimieron obras de Lope de Vega y diversos autores del Siglo de Oro.
En la sala de la imprenta se da a conocer a los visitantes, las peculiaridades del trabajo artesanal del Siglo de Oro de las letras españolas.
Placa del Museo Cervantino

En la fachada del edificio, se puede contemplar una hermosa placa, consistente en un relieve de  don Quijote y Sancho, obra realizada por el escultor Coullant Valera.
En la actualidad, la Dirección  de la Sociedad recae en Sonia Sebastián, siendo su Presidente Luis María Ansón.


Ya nos encontramos muy cerca de la Glorieta de Atocha, pero detengámonos unos instantes para visitar Casa Pajuelo, en el número 95 de nuestra calle. Fue fundada en 1946, y desde entonces ha suministrado productos para la matanza (especias, tripas y cordeles) a toda la zona centro y alrededores. Casa Pajuelo también dispone de buena miel de la Alcarria que se sigue vendiendo a granel y un sinfín de productos que nos trasladan a otras épocas. Merece la pena visitar su interior que se conserva como el primer día y comprar aunque solo sean unos caramelos para endulzar nuestro paseo.
 
Fachada de Casa Pajuelo
En el portal número 101 de nuestra calle, podemos contemplar una placa que nos recuerda que en esta zona vivió la familia de los “Fucares”. Recordaremos brevemente algunos datos de esta prestigiosa familia.
La familia de los  Fugger o Fúcares como también se les conoce fueron una familia de empresarios y financieros alemanes descendientes de campesinos de la región de Suabia, instalándose en el año 1409 en Augsburgo dedicándose  a la fabricación y el comercio de tejidos. Su fama y el  progreso de sus negocios convirtieron a esta familia en uno de los mayores grupos empresariales de los siglos XV,  XVI y XVII.

Su influencia era tal, que el propio Maximiliano emperador el Sacro Imperio compró los votos de cinco de los siete electores para que eligiesen a su nieto Carlos (futuro Carlos I) como sucesor del Sacro Imperio. El dinero para la compra de los votos salió de los préstamos realizados por los Fugger.
A principios del siglo XVI, los Fúcar eran propietarios de una  compañía dedicada a la minería, controlando el plomo, la plata, el cobre y el alumbre, tenían negocios inmobiliarios, dedicándose también al comercio de gemas, paños, especias y sal.
La familia de los Fucar, financiaron los viajes en la época de los descubrimientos, a españoles y  portugueses.
Jardines de los Fucar según el plano de Pedro Texeira año 1656

Con Jacobo II el Rico en la dirección del clan familiar en la segunda mitad del Siglo XV y principios del XVI, la familia  constituyó una casa de banca que se extendió por toda Europa. Se convirtieron en banqueros de  Maximiliano I y Carlos I.

Los Fucar disponían de propiedades en Madrid, donde vivieron en los siglos XVI y XVII. Tenían una casa en la actual calle de los Fucar esquina con la calle de Atocha. Asimismo, eran propietarios de los denominados Jardines de los Fucar, en la zona comprendida por las calles: Alameda, Verónica y Prado de Atocha (actual Paseo del Prado).


En la calle de Atocha número 106, se encuentra el Instituto Nacional de Administraciones Públicas y el Colegio Oficial de Médicos.
Pero vayamos  unos años atrás cuando en este espacio se encontraba el Hospital de la Pasión, un antiguo hospital para la asistencia de mujeres.
Felipe II ordena agrupar las instituciones sanitarias y en la calle de Atocha en el año 1636, manda construir un Hospital para la asistencia sanitaria femenina de Madrid. El Hospital llegó disponer de 300 camas para mujeres enfermas. En un principio, el Hospital de la Pasión se encontraba situado en la Plaza de la Cebada, pero al quedarse pequeño se realizó su traslado a la calle de Atocha.
Edificio Instituto Nacional de Administraciones Públicas y el Colegio Oficial de Médicos

Durante el reinado de Carlos III, el cirujano Antonio Gimbernat y Arbós, propuso al rey la creación del Real Colegio de Cirugía de San Carlos. La primera ubicación del Real Colegio se realizó en el Hospital General, al final de la calle Santa Isabel (en la actualidad Museo Reina Sofía).
En el año 1831 con Fernando VII en el poder, al Real Colegio, se le concede el edificio del antiguo Hospital de la Pasión. Como el viejo edificio no reunía las condiciones adecuadas que requería el Colegio, Fernando VII ordena al arquitecto real Isidro González Velázquez, la construcción de un nuevo edificio, finalizando las obras en el año 1840.
Con el tiempo el Colegio paso a llamarse Facultad de Ciencias Médicas. Cuando en 1845 se separa Farmacia, en el edificio se creó la Facultad de Medicina, dependiente de la Universidad Central.

Con el paso de los años, todos los colegios y facultades se trasladan a la Ciudad Universitaria y en el antiguo edificio de Isidro González Velázquez, se ubicó la sede del Instituto Nacional de Administraciones Públicas con entrada por la calle de Atocha y el Colegio Oficial de Médicos con entrada por la calle de Santa Isabel. 


A continuación del edificio del Colegio Oficial de Médicos, se encuentra otro magnífico edificio que desde el 12 de diciembre de 1990, es la sede del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
El edificio fue construido para albergar dependencias del Hospital Clínico de San Carlos, formando parte del Gran Hospital de Atocha (actual Museo Reina Sofía).
Real Conservatorio

En el año 1987 y con el fin de albergar el Conservatorio, los arquitectos Manuel e Ignacio de las Casas y Jaime Lorenzo, realizaron una reforma interior para adaptarlo a los nuevos usos. El Real Conservatorio tiene una capacidad para 1400 alumnos.
Como curiosidad, indicar que el Hospital Clínico de San Carlos, en principio se encontraba unido al Hospital General, siendo separado en el año 1929 para prolongar la calle de Santa Isabel hasta la Glorieta de Atocha.
La entrada del Real Conservatorio se realiza por la calle Doctor Mata y Santa Isabel.



En nuestro paseo por la calle de Atocha, hemos alcanzado la Glorieta de Atocha o Plaza del emperador Carlos V.
El nombre de la Glorieta de Atocha, se debe a que en el lugar se encontraba la antigua puerta de Atocha, situada en la cerca de Felipe IV. La puerta de Atocha fue derribada en el año 1850 para facilitar la movilidad de las personas que entraban y salían de Madrid dirección Valencia.

En el año 1941, se cambió el nombre de Glorieta de Atocha por Plaza del  Emperador Carlos V, para evitar equívocos con el nombre de la calle de Atocha.

En el centro de la Glorieta y haciendo las funciones de rotonda, se encuentra una isleta con surtidores de agua en el perímetro y una fuente en el centro, se trata de la Fuente de la Alcachofa diseñada por Ventura Rodríguez, pero no se trata de la fuente original, sino de una réplica.
La fuente fue proyectada en el año 1776, siendo esculpida entre los años 1781 y 1782, por Alfonso Giraldo Bergaz, Antonio Primo y José Rodríguez para embellecer el Salón del Prado.
Fuente de la Alcachofa

El diseño de la fuente de Ventura Rodríguez tiene influencias barrocas incorporando motivos como: Dioses marinos, adornos vegetales y cuantiosos gravados en la piedra.
La Fuente de la Alcachofa está formada por un pilón circular y en su centro se eleva una columna formada por dos cuerpos, con gran número  de adornos. En el primer cuerpo se encuentra la figura de un tritón y una nereida con cola de pez y cuerpo de mujer, ambas figuras  sujetan un escudo de Madrid. El segundo cuerpo situado sobre una pila, consta de cuatro  amorcillos protegidos en su parte superior por una estructura en forma de cascada coronada por una alcachofa.
Réplica de la Fuente de la Alcachofa, fotografía propiedad de Víctor R. Villar

Para la construcción de la fuente, se utilizó piedra caliza de Colmenar y granito de Redueña.
La fuente fue instalada junto a la desaparecida Puerta de Atocha, que se encontraba situada en la cerca de Felipe IV y daba acceso a la capital del reino por su parte meridional.
En este lugar permaneció la fuente durante casi cien años hasta que en  1880 con motivo de la remodelación de la zona, la fuente fue trasladada a los Jardines del Retiro, operación dirigida por el arquitecto José Urioste y Velada, que en esas fechas ostentaba el cargo de director de Fontanería y Alcantarillado del Ayuntamiento de Madrid.
Recreación de la antigua Puerta de Atocha

Con la remodelación de la Glorieta del Emperador Carlos V en la década de los años 80 del pasado siglo y a iniciativa del entonces Alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván, se construyó una réplica de la Fuente de la Alcachofa que se instaló en la Glorieta en el año 1987. Para la construcción de la fuente se empleó el broce como material principal.
La fuente original, la podemos contemplar como ya hemos indicado en los Jardines del Retiro, en concreto en la Plaza de la República de Honduras próxima al Estanque Grande.

Uno de los edificios más emblemáticos de la Glorieta es el edificio del Ministerio de Agricultura.
Recordemos de forma resumida la historia de este Ministerio. La denominación de Fomento se acuño en tiempos de Fernando VII como Secretaría de Gobernación. Con Isabel II en el poder, en el año 1851 se creó el Ministerio de Fomento que incluía: Obras Públicas, Industria, Bellas Artes, Agricultura y Comercio. El Ministerio de Fomento quedó instalado en el Antiguo Convento de los Trinitarios, que ya describimos en nuestro recorrido por la calle de Atocha.
Como el edificio se encontraba en estado ruinoso, se encargó al arquitecto Mariano Belmás un proyecto para instalar una escuela de Artes y Oficios, en los terrenos del Jardín Botánico colindantes con la Glorieta de Atocha, para la construcción de este espacio, se redujo la superficie del Botánico en  17.000 m2.
Ministerio de Agricultura, fotografía propiedad de Víctor R. Villar

Mariano Belmás, en el año 1885 deja el proyecto cuando solo se habían construido los cimientos, sustituyéndole el arquitecto Eduardo Saavedra, que continua con el proyecto,  destinando el edificio para ubicar la Facultad de Ciencias. Por falta de presupuesto, las obras se pararon hasta el año 1891.
Por Real Decreto en el año 1892, se encarga la construcción del futuro Ministerio de Fomento al arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, que finalizó la construcción en el año 1897.
Ricardo Velázquez Bosco nació en Burgos en 1843, falleciendo en Madrid en 1923. Para la construcción de este edificio, Ricardo Velázquez Bosco utilizó los trabajos ya realizados por Mariano  Belmás y Eduardo Saavedra, para las obras de la Escuela Central de Artes y Oficios.
Vieja estampa de la Glorieta de Atocha con el Palacio de Fomento a la izquierda

Ricardo Velázquez Bosco realizó otras obras en Madrid destacando: El Pabellón de Velázquez en el Retiro destinado a la Exposición Nacional de Minería, Artes Metalúrgicas, Cerámica, Cristalería y Aguas Minerales, también construyó la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas  con cerámicas en la fachada realizadas por Daniel Zuloaga, el Ministerio de Educación en la calle de Alcalá y el Palacio de Gamazo en la calle Génova.
El nuevo edificio de Atocha de trazas renacentistas, es de planta rectangular y dos patios interiores simétricos, el edificio disponía de cuatro alturas para adaptarlo a las características del terreno. La cubierta en forma de claraboya se realizó con hierro de los altos hornos de Bilbao y cristal, una escalera central realizada en mármol le confiere la monumentalidad de un palacio señorial. A destacar en la fachada el cuerpo central, compuesto por un pórtico, con ocho columnas gigantes  de estilo corintio con cabezas de Minerva en los capiteles y con la misión de soportar el gran ático.
Glorieta de Atocha con el palacio de Fomento al fondo,  década de los años 20  

En la decoración del Palacio intervinieron algunos de los más celebres artistas del Siglo XIX.
Las cariátides situadas en la puerta de entrada representando a la Industria y el Comercio, son obra del escultor José Alcoverro natural de Cataluña.
La decoración de las fachadas a base de cerámica fue realizada por Daniel Zuloaga, en los hornos situados en la Fábrica de Loza de la familia Vargas en la ciudad de Segovia.
En el interior, las pinturas fueron obra de Alejandro Ferrant y Fischermans y Manuel Domínguez.
Placa recordando la construcción del Palacio de Fomento

Ricardo Velázquez Bosco realizó el diseño de la escalera monumental, encargando su construcción a José  María Hernández y Rodríguez.
El grupo escultórico original que coronaba el edificio representando La Gloria y los Pegasos, es obra de Agustín Querol Subirats y fue realizado en mármol de Carrara y colocado en 1905. En el centro, la Gloria y a los lados dos Pegasos conducen a Mercurio y Minerva. Para la construcción del grupo escultórico se utilizaron 40 toneladas de mármol.
En los años 50 del Siglo XX, el grupo escultórico se encontraba bastante deteriorado, incluso una pieza de gran tamaño cayó al suelo. Para evitar posibles accidentes, se desmontó el grupo escultórico y en su lugar se colocó un grupo escultórico copia del original pero realizado en bronce,  vaciado en su interior. La obra fue realizada por el gran escultor Juan de Ávalos.
Las obras originales se encuentran en la Plaza de Legazpi y Glorieta de Cádiz.
El Palacio de Fomento forma parte de un conjunto de edificaciones menores como la sala de calderas con una llamativa chimenea, las cocheras y el palacete del Ministro (en la actualidad no es usado por los ministros).
Todo el conjunto está rodeado de una gran verja con base granítica. La verja fue realizada en los talleres López de Madrid. La puerta de la fachada principal es obra de Gabriel Asins, de la Casa Asins.
El interior del palacio ha sufrido diversas transformaciones para adaptarlo a las nuevas necesidades, construyendo nuevas entreplantas y remodelando los patios interiores.
El Palacio dispone de un gran patrimonio artístico con obras y objetos del siglo XVIII, la mayoría proceden de Patrimonio Nacional y del Museo del Prado y se encuentran en depósito, dando esplendor a salones y despachos principales, se incluyen tapices, pinturas y relojes de sobremesa.
A destacar la Biblioteca del Palacio con 66.875 títulos (libros y monografías), 446 mapas y más de 80.000 volúmenes.
La mejor forma de conocer el Palacio es visitarlo para admirar todo su esplendor. El Palacio realiza visitas guiadas todos los fines de semana y son gratuitos.


Durante el último cuarto del siglo XIX, la pelota vasca fue posiblemente el deporte moda de la sociedad madrileña, lo que hizo que empezaran a proliferar numerosos frontones por las calles de la ciudad.
El primero y sin ninguna duda más importante de los frontones madrileños fue el Jai Alai, construido en el año 1891 en el espacio que en la actualidad forma el número 60 de la calle Alfonso XII, Cuesta de Moyano y Ministerio de Agricultura. En los primeros años, el frontón se construyó sin techado y fue en el año 1895 cuando se le colocó la cubierta.
Frontón Jai Alai antes de 1910 

Con la llegada del Siglo XX, los gustos por el deporte de la población madrileña van cambiando, lo que supuso el cierre de la mayoría de estos frontones. El Jai Alai, fue utilizado para la celebración de asambleas políticas y posteriormente como caserón para coches.

En el año 1910 fue derribado y en su lugar se construyeron edificios de viviendas.


Una de las construcciones que más destaca en la Glorieta de Atocha, es la propia estación del ferrocarril y que recibe el nombre de Estación de Atocha. De esta emblemática estación parten todo tipo de trenes: AVE, largo recorrido y cercanías.
Todo comienza en 1829 cuando el alcalde de Madrid Marqués viudo de Pontejos, se propone llevar a cabo un proyecto para unir Madrid con Aranjuez mediante una vía ferroviaria. Pontejos no consiguió llevar a efecto su proyecto, principalmente por motivos económicos. Posteriormente, en el año 1844, el  ingeniero Pedro de Lara y Meliá consiguió licencia para poner en marcha el proyecto, creando la compañía “Caminos de Hierro de María Cristina”, pero no consiguió su objetivo.
Vista de la estación de Atocha, fotografía propiedad de Víctor R. Villar.

Después de algunos intentos incluido un destierro, el marqués de Salamanca, como gran visionario en el mundo de los negocios, consigue la concesión del proyecto y con el beneplácito de la reina Isabel II, se propuso realizar la primera línea ferroviaria con destino a la población de Aranjuez.
Para llevar a efecto el proyecto, el Marqués de Salamanca contrata al ingeniero francés Eugène Flachat  y  como asesor de las obras, José de Salamanca contó con el arquitecto y diseñador francés Víctor Lenoir. En principio se construyó la estación denominada Estación de Mediodía o Embarcadero de Atocha. Era la primera estación de tren de Madrid de donde partiría la primera línea con destino a la población de Aranjuez lugar de descanso de la familia real. El 7 de Diciembre de 1851 la reina Isabel II, realiza el primer viaje Madrid-Aranjuez.
Estación de Atocha, finales de la década de los años 20 del pasado Siglo

José de Salamanca, en su afán de avanzar con el ferrocarril proyectó el trazado Madrid-Alicante. El Marqués  de Salamanca pierde la concesión a favor de Adrián Viudes Girón nacido en Madrid en 1844, fue político, periodista y un gran terrateniente, tenía el título de Marqués de Rioflorido.
En el año 1852, el Marqués de Rioflorido en una operación financiera, se convierte en el máximo accionista de la línea férrea. Años después se constituye la compañía Madrid-Zaragoza-Alicante (MZA). La empresa se forma con la unión de los inversores de la línea Madrid-Zaragoza y el Marqués de Rioflorido adjudicatario de la línea Madrid-Alicante.
Como el primitivo Apeadero de Atocha resulta insuficiente para atender a la demanda de las futuras líneas, la compañía MZA encarga al ingeniero francés Lenoir que ya había trabajado con el Marqués de Salamanca, la construcción de una nueva estación, que sería inaugurada en el año 1865.
Estación de Atocha a comienzo del Siglo XX

Un año antes de su terminación, un incendio  destruyó parte de su estructura, subsanados los desperfectos la estación comienza a funcionar, pero rápidamente se puede comprobar que debido a la gran demanda de viajeros la nueva estación no permite dar los servicios más adecuados para los nuevos tiempos, máxime teniendo en cuenta la nueva línea ferroviaria Madrid-Valladolid.
En  el año 1888 comienzan las obras de la nueva estación, un proyecto del arquitecto Alberto Palacio. ¿Quién fue Alberto Palacio? Nuestro arquitecto, cuyo nombre completo era Paz Martín Alberto de Palacio y Elissague, hijo de padre español y madre francesa nacido en el pueblo francés de Sare el 25 de enero de 1856, falleció en Güecho en el año 1939.
Entre sus obras más destacadas como proyectista o colaborador podemos enumerar las siguientes:
Colabora en la construcción del Palacio de Velázquez en el Parque del Retiro de Madrid.
Colabora en la ejecución del edificio del Banco de España.
Diseña  y construye  la Estación de Atocha.
Junto con su hermano Silvestre de Palacio, diseñan el puente transbordador de Portugalete.
Diseña y construye la antigua la fábrica Osram en el Paseo de Santa María de la Cabeza.
Estación de Atocha comienzo del Siglo XX

Volviendo a la construcción de la nueva estación de Atocha,  Alberto  Palacio, diseñó una gran nave con estructura de hierro y mucho cristal para permitir la entrada de luz a los andenes y vías, asimismo, se diseñaron dos edificios para dependencias. De la estación destacaba poderosamente la cubierta de la nave diseñada por Palacio con la colaboración del ingeniero Henri Saint James, que había estudiado profundamente la arquitectura de la galería de máquinas de la última Exposición Universal de París, donde se habían empleado los mayores avances  en la fabricación del acero.
La gran nave de la nueva estación de Atocha tenía unas medidas de 152 metros de largo, 48 metros de luces y 27 de altura y fue fabricada en Bélgica. La estación se inaugura en el año 1892.
Jardín tropical en la Estación de Atocha

En el año 1941 fueron nacionalizados los distintos ferrocarriles españoles integrándose en el  monopolio de  RENFE.

Entre los años 1984 y 1992, Rafael Moneo,  con el fin de dar cabida a la línea de AVE Madrid-Sevilla, realiza una gran remodelación de la vieja estación. Finalizadas las obras, se completa un sistema ferroviario  formado por dos estaciones. La nueva estación destinada al tráfico ferroviario: Terminal del AVE, largo recorrido y red de cercanías. La antigua estación de la que se ha respetado su primitivo diseño, está dedicada a oficinas de RENFE, comercios de toda índole y la joya de la corona, un jardín tropical que alberga más de 7000 plantas.


A principios del Siglo XX, comenzó en Madrid la construcción de hoteles de lujo como el Palace o el Ritz. En la Glorieta de Atocha y con el fin de ofrecer alojamientos a los numerosos viajeros que llegaban a Madrid por el ferrocarril, se construyó el Hotel Nacional, situado en la confluencia de la Calle de Atocha con el Paseo del Prado.
Concebido como un hotel de lujo con 300 habitaciones, fue construido por el arquitecto vallisoletano Modesto López Otero en el año 1924, en estilo neoclásico. Se inauguró en febrero del año  1925 y su cafetería  situada en la planta baja, se convirtió en lugar de reunión de los jóvenes literatos. En la primera planta, había varios salones de baile para la aristocracia madrileña.
Vista general de la Glorieta de Atocha con el NH Hotel Goroup a la derecha

En 1977, el hotel cerró sus puertas permaneciendo en el olvido más de veinte años. La propiedad del edificio, vendió la planta baja a la Multinacional Mc Donals y el resto del edificio  a la cadena de hoteles NH.
Después de dos años de reforma, el 25 de junio de 1997, el hotel abrió nuevamente sus puertas. Las obras de remodelación fueron ejecutadas por el arquitecto madrileño Gerardo Mingo.
Ahora el viejo hotel se reinventa pero manteniendo el esplendor de  sus primeros años, pero con las mejoras tecnológicas adecuadas a los nuevos tiempos, (gimnasio, lobby-bar o  salas para la celebración de eventos). Se ha  respetado el patrimonio arquitectónico, especialmente la fachada, su  gran escalinata y las cristaleras del hall.
A destacar en el nuevo Hotel, la recuperación del Café en el que no solo se puede degustar una  magnifica gastronomía, tenemos la posibilidad de tomar unas copas y degustar la calidad de sus tapas.

El remozado Hotel, dispone de 206 habitaciones con distintas calidades (estándar, superiores dobles y una Junior Suite), todas dotadas con las últimas prestaciones como sistemas de ducha, televisiones LED 46’’ y como novedad colchones diseñados en exclusiva por la cadena HN Hotel Goroup.

En la calle de Atocha, junto al antiguo Hotel Nacional, se encuentra la Discoteca Kapital una de las salas más emblemáticas de Europa.
La Discoteca aparte de ofrecer todo tipo de diversión, realiza actos sociales como desfiles, fiestas privadas o grabaciones publicitarias.
Dispone de siete plantas independientes, para ofrecer una oferta con diferentes estilos de música.
Pero recordemos brevemente la historia de este emblemático espacio. El edificio fue construido por el arquitecto madrileño Eduardo Lozano Lardet en el año 1928. El edificio se construyó para destinarlo a teatro  y viviendas. El 14 de agosto de 1929, el teatro se convirtió en el Cine San Carlos.
La sala era el lugar elegido por los estudiantes de medicina del Colegio de Cirugía de San Carlos que se encontraba en las proximidades.
Durante la Guerra Civil el edificio fue utilizado como una checa de las milicias de la FAI. Finalizada la guerra, el edificio volvió a ser utilizado como Cine San Carlos, hasta mediados de los años sesenta.
 El edificio fue rehabilitado convirtiéndose en la Discoteca Titanic, pasando a denominarse  "Discoteca Kapital" a comienzos del Siglo XXI.

Junto a la Discoteca Kapital y el Hotel Nacional, en concreto entre las calles Cenicero y Alameda, se encontraba las antiguas Serrerías Belgas.
En el año 1840 se fundó la Sociedad Belga de Fincas Españolas, asentándose al final de la calle de Atocha.

Esta Sociedad fue el antecedente de la actual propietaria del Pinar de los Belgas en Rascafría, denominándose  Sociedad Anónima Belga de los Pinares del Paular.
Después de la Guerra Civil, la Sociedad siguió adquiriendo propiedades  colindantes con la serrería para la construcción de  comercios y viviendas, pero finalmente se construyó el Hotel Mercator, que fue inaugurado en el año 1954.
Poco a poco la actividad se fue reduciendo quedando las naves abandonadas y en el año 2000, la Sociedad maderera vendió el hotel.
En el espacio que dejó libre el Hotel Mercator, número 123 de la calle de Atocha, se construyó en el año 2002 el Hotel Paseo del Arte.
Al fondo a la derecha nuevo edificio del Centro Intermediae-Prado

Las naves de las antiguas serrerías fueron adquiridas por el Ayuntamiento y poco después nació el proyecto de rehabilitación para convertirlas en una de las sedes de la “Intermediae”, Centro de Arte dedicado a la Creación contemporánea y a las últimas técnicas de expresión artística. En el antiguo Matadero de Legazpi, se encuentra la segunda  sede de “Intermediae”.
En el año 2007 se falló el concurso de ideas para la adecuación de la antigua serrería belga y convertirlo en el centro Intermediae-Prado, resultando ganador el proyecto Street Fighter. El viejo edificio conserva su estructura y la memoria del pasado.
En este punto, queremos recordar, que en los terrenos donde se ubicaron el Hotel Nacional, la Discoteca Capital y las Antiguas Serrerias Belgas, en su día se encontraban los jardines de los Fucar que hemos reseñado en párrafos anteriores.


         Entre la Plaza del Emperador Carlos V y la Calle de Alfonso XII, se encuentra la calle de Claudio Moyano, más conocida por la Cuesta de Moyano. Recibe el nombre del político y pedagogo Claudio Moyano y Samaniego nacido en La Bóveda de Toro provincia de Zamora en el año 1809, falleciendo en Madrid en el año 1890.
Realizó estudios en las universidades de Valladolid y Salamanca. Ejerció como  abogado y en el año 1841 fue elegido alcalde de Valladolid. Poco tiempo después en 1843 es nombrado rector de la universidad y diputado a Cortes por Valladolid.
En 1853, ocupó la cartera del Ministerio de Fomento. Durante el periodo como Ministro, impulsó la reforma del sistema educativo, promulgando la conocida “Ley Moyano”, que entró en vigor en el año 1857.
Siendo alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván, fue colocada al comienzo de la Cuesta de Moyano la estatua de este insigne político con la siguiente leyenda: “Este monumento se erigió en este lugar en 1899 fue posteriormente trasladado, restituyéndolo el Ayuntamiento de Madrid a su primitivo emplazamiento con ocasión de conmemorarse el CXXV aniversario de la promulgación de la ley de instrucción pública de 22 de julio de 1857 que tuvo en el insigne catedrático y político D. Claudio Moyano Samaniego su primer inspirador y su más preclaro impulsor y artífice. 28 de marzo de 1982 siendo alcalde de la Villa D. Enrique Tierno Galván”.  
La Cuesta de Moyano es lugar de cita obligado para los amantes de la lectura ya que desde 1925, se halla instalada  de espaldas al Jardín Botánico, la feria de libros viejos y de ocasión.
Cuesta de Moyano año 1925

En 1919 el gremio de libreros colocó sus puestos de libros en el Paseo del Prado, frente al Jardín Botánico.
En el año 1924 el director del Jardín Botánico, se quejó al  Ayuntamiento de Madrid porque consideraba improcedente la colocación permanente de los puestos frente a la verja. La protesta fue atendida y el Ayuntamiento trasladó los puestos de los libreros a la Cuesta de Moyano.
El diseño de las primeras casetas fue realizado por el arquitecto Luis Bellido. El mercadillo en sus primeros tiempos no fue del agrado de los intelectuales que solicitaron al Ayuntamiento que el mercadillo se situase en un punto más céntrico. Uno de los peticionarios fue Pío Baroja, pero sus demandas no fueron atendidas.
Hoy en día, y después de la peatonalizar la Cuesta de Moyano y mejorar el aspecto de las casetas, el espacio, sigue teniendo ese atractivo para la búsqueda de libros olvidados entre sus estanterías.
En el punto final de la Cuesta de Moyano, podemos contemplar la estatua de Pio Baroja, frente a la Puerta del Ángel Caído del Parque del Retiro.
La estatua, se creó a propuesta de la Comisión Informativa de Enseñanza, Actividades Culturales, Turísticas y Deportivas del Ayuntamiento de Madrid. Se decidió ubicar la estatua en este lugar, en recuerdo de los paseos que Pío Baroja daba por la Cuesta de Moyano, ojeando todo tipo de libros. La estatua fue inaugurada el 17 de marzo de 1980, por el Alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván y Julio Caro Baroja antropólogo e historiador, sobrino de Pio Baroja.

La estatua es obra de Federico Coullaut-Valera y el  pedestal sobre el que se asienta la estatua lo realizó la empresa Chicharro Bravo. 

Siendo alcalde de Madrid Carlos Arias Navarro y con el fin de solucionar los problemas de tráfico, en el año 1968, se construyó el denominado scalextric de Atocha.
El problema del tráfico en la Glorieta quedó solucionado a costa de ocultar a la vista espacios tan emblemáticos como el acceso al Paseo del Prado, el Ministerio de Agricultura o la Estación de Atocha.

Con el paso de los años y el aumento del tráfico rodado, el scalextric no podía absorber todo el tráfico, así que en el año 1985 comenzaron las obras para desmontar toda su estructura. Finalizadas las obras de desmontaje y construcción de pasos subterráneos en el año  1992 se volvió a recuperar la belleza de la Glorieta, colocando nuevamente la fuente de la alcachofa en su lugar de origen. La nueva fuente era una copia realizada en bronce, ya que la original de Ventura Rodríguez se había instalado en el Parque del Retiro.