La histórica calle de
Atocha, se extiende entre la Plaza de la Provincia junto a la Plaza Mayor y la
Glorieta de Atocha o Plaza del Emperador Carlos V.
La calle de Atocha,
era el camino utilizado para desplazarse desde el centro de Madrid hasta la
Basílica de Nuestra Señora de Atocha. El nombre de Atocha parece ser que
procede de las plantas de “atocha” muy
parecidas al esparto y que abundaban en la zona de la Basílica.
A lo largo de nuestro
recorrido por la calle de Atocha, visitaremos los edificios más emblemáticos,
tanto actuales como ya desaparecidos.
Comenzamos nuestro
recorrido en la Plaza de la Provincia, que se encuentra porticada en sus caras
septentrional y occidental, mediante soportales adintelados, mientras que,
hacia el este, el recinto queda abierto a través del tramo inicial de la calle
Atocha y la Plaza de Santa Cruz.
En un principio la
Plaza de la Provincia se denominó Laguna de Santa Cruz, el nombre actual
se debe a las antiguas escribanías de
Provincia, situadas en el edificio de la Audiencia, actual Ministerio de
Asuntos Exteriores.
Al mirar el entorno
de la Plaza, podemos contemplar tres arquitecturas que embellecen la plaza.
Plaza de la Provincia con la calle Gerona y Plaza Mayor al fondo |
El Palacio de Santa
Cruz, tiene una curiosa historia que trataremos de resumir. En el siglo XVI,
Madrid no disponía de una cárcel digna de una gran ciudad. Los regidores de
Madrid, recurrían al sistema denominado “régimen de requisa temporal” que
permitía requisar propiedades durante un determinado tiempo para dedicarlo a
acoger a la población reclusa.
Palacio de Santa Cruz |
El sistema provocaba
múltiples quejas de los vecinos perjudicados por la medida, que al final se
unieron para solicitar al Concejo de la
Villa la construcción de una Cárcel de
Estado. Con el presupuesto aprobado, en el año 1541 el Consistorio adquirió
unos terrenos y en 1543, se terminaron las obras de la primera Cárcel de la
Villa de Madrid.
En 1621, con Felipe
IV en el poder, la primitiva cárcel se había quedado obsoleta y en ruinas,
siendo necesario derribarla. Ante las penurias económicas, el Concejo, vuelve a
recurrir al sistema de “régimen de requisa temporal”, siendo ocupados los
inmuebles de la calle de El Salvador.
Placa sobre la fachada del Palacio |
Los Regidores de la
Villa proyectaron la realización de una nueva Cárcel de Corte. Pero como
siempre el presupuesto se quedaba pequeño, pese a la colaboración del Consejo
de Castilla, ordenada por Felipe IV.
Con el fin de
solventar el problema económico, se recurrió a establecer una “sisa” en el consumo
de vino. En 1629, se coloca la primera piedra del nuevo edificio junto con una arqueta
de plomo, donde se depositaron monedas del reinado de Felipe IV y un pergamino
con la siguiente leyenda “La Magd del Rey Don Phelipe nuestro Señor Quarto de
este nombre, Rey de las Españas y de las Indias, mandó hacer este edificio para
Cárcel Real de su Corte octavo año de su Reynado y 1629 del nacimiento de
Nuestro Señor Jesucristo siendo Sumo pontífice Urbano VIII y Presidente de
Castilla el Ilmo.. y Rmo. Sr.. Cardenal de Trejo Obispo de Málaga que se hallo
personalmente a ber poner esta primera piedra a 14 de Sete del año referido y
sean patronos destas obras la Sacratísima madre de Dios y el arcángel San
Miguel y Santiago patrón de las Españas”. El edificio fue terminado en el año
1636.
Placa sobre la fachada del Palacio |
En el nuevo edificio,
se alojaron la Sala de Alcaldes de Casa y Corte y por supuesto la Cárcel de
Corte.
A lo largo de los
años, se ha especulado mucho sobre la auditoría del edificio, especialmente
como consecuencia de un incendio que se produjo en el edificio en 1791,
quedando destruidos muchos documentos.
En un principio la
construcción se atribuyó al arquitecto italiano Juan Bautista Crescenci que
había llegado a la Corte en el año 1617 y a Alfonso Carbonell. En posteriores
estudios, se descubrieron las firmas de Juan Gómez Mora en los planos de la Cárcel
de Corte.
Juan Gómez de Mora, fue
maestro mayor de las obras en la Corte de Felipe III y Felipe IV como por
ejemplo el Palacio de la Zarzuela y la
Casa de la Villa. En la construcción de la Cárcel de Corte, participaron
arquitectos como Cristóbal Aguilera, José de Villareal, Bartolomé Hurtado
García y José del Olmo.
El palacio, inspirado
en la arquitectura clásica italiana y española, es de planta rectangular, disponiendo
de dos patios cuadrados y simétricos que, permiten la ventilación y la entrada
de luz natural, los patios se encuentran separados por un eje central que hace las
veces de distribuidor y de acceso a las plantas superiores del edificio. El
palacio nos recuerda las construcciones de la arquitectura italiana del
renacimiento.
La fachada principal,
destaca por la simetría de su composición y por los colores de los materiales
de construcción, tonos rojizos del ladrillo empleado en los lienzos y de los
grisáceos de la piedra de granito, instalada en la portada y en las dovelas que
recorren los vanos y las esquinas de las torres laterales y la pizarra en las
cubiertas.
Durante el reinado de
Carlos III en el año 1786, el edificio ya se había quedado pequeño para acoger tanto a presos
como a la Administración de Justicia. En esta situación, la Sala de Alcaldes de
Villa y Corte negocia la permuta del Oratorio y Convento de la Congregación de
Sacerdotes Misioneros construido en 1658, a espaldas de la Cárcel de Corte esquina
con las calles de Concepción Jerónima y la calle El Salvador por el convento de
los jesuitas de la calle San Bernardo y que habían sido expulsados.
Autorizada la permuta
por el rey Carlos III, El convento se reforma para acoger a la población penal,
realizando las obras los arquitectos Mateo Guill y Bautista Sánchez, cuando no se
habían terminado las obras, el 4 de octubre de 1791, un incendio destruye la planta superior del
palacio, desapareciendo el archivo.
Plano de Madrid de Pedro Texeira año 1654. Con la letra M, la Iglesia de Santa Cruz |
La reconstrucción del
edificio, salvo la fachada que no quedo afectada por el incendio, fue encargada
al gran arquitecto Juan de Villanueva, que respetó el estilo del palacio
incorporando importantes mejoras de reforzamiento en bóvedas y cubiertas. En 1792, los reclusos son
trasladados al nuevo edificio del antiguo convento de El Salvador. Un año
después la Cárcel de Corte quedó convertida en el Palacio de Justicia, con la denominación de
“Palacio de la Audiencia”.
En el año 1846, se
clausura definitivamente la Cárcel trasladándose los presos a otras cárceles
madrileñas como la del Saladero en la zona de Santa Bárbara.
El edificio principal
dejó de funcionar como Palacio de Justicia en 1875, convirtiéndose en el Ministerio
de Ultramar, en el año 1901, Ministerio
de Estado y desde el año 1938, se denomina Ministerio de Asuntos Exteriores.
Como consecuencia de
los daños sufridos por el edificio durante la Guerra Civil, el arquitecto Pedro
Muguruza nacido en Elgóibar y Procurador de las primeras Cortes de Franco, reformó
por completo el edificio colindante que había servido de Cárcel de Corte
respetando las líneas originales del edificio principal y comunicando ambos
edificios con un pasadizo aéreo. A partir de esta época al edificio se le
denominó, Palacio de Santa Cruz.
En el año 1956 el Gobierno
adquirió el Palacio de Viana, situado en
la vecina calle del Duque de Rivas, propiedad de los descendientes del Duque de
Rivas, para ubicar la residencia del ministro.
Citamos a
continuación algunos de los más ilustres
moradores de la antigua Cárcel de Corte: Lope de Vega, Luis Candelas, el
político liberal Salustiano Olózaga o el general Riego.
En el edificio,
destaca el ángel guardián que corona la fachada del edificio, y que los
madrileños de la época invocaban cuando les tocaba dormir en sus dependencias
una o varias noches. Estos “ilustres madrileños” decían: "Ir a dormir bajo
el ángel".
En uno de los
extremos de la Plaza de la Provincia, se ubica la Fuente de Orfeo, reproducción
realizada en el año 1998 a partir de los dibujos existentes y a iniciativa de
la Empresa Municipal de la Vivienda.
La fuente se asienta
sobre un pilón de base octogonal, sobre el que se levanta una pilastra
cuadrangular con cuatro hornacinas y sus
correspondientes surtidores. La fuente se encuentra presidida por una estatua de Orfeo, todo el conjunto
construido con piedra berroqueña.
La fuente original, fue diseñada por el
arquitecto Juan Gómez Mora y construida por los maestros de obras Martín de
Azpillaga y Juan de Chapitel en 1618, siendo demolida en 1869, el grupo escultórico que
preside la fuente en el que se representa al personaje mitológico de Orfeo, se
conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
Orfeo era el hijo de
Apolo y Calíope. Le gustaba la música y cantar, dotes que utilizaba para
conmover, tanto a personas como animales.
Estatua de Orfeo en la Plaza de la Provincia |
Orfeo encontró en
Tracia, a una ninfa llamada Eurídice, de
la que se enamoró perdidamente. Como los sentimientos eran recíprocos
decidieron casarse y Orfeo invitó a Himeneo, dios del matrimonio.
El día de la boda,
una serpiente venenosa mordió a Eurídice, provocándole la muerte. Orfeo, al no
poder soportar el dolor, bajó al mundo de los muertos para pedirle a Hades, (dios
del inframundo), que le devolviera a Eurídice, para ello utilizó sus dotes
artísticas, música y canto. Hades, permitió
a Eurídice marchar con Orfeo con la condición de que no mirase hacia atrás
cuando se fuera.
Eurídice y Orfeo comenzaron
a salir del inframundo, pero Eurídice marchaba más lenta debido a la picadura
de la serpiente y en un momento Orfeo miró hacia atrás y Eurídice automáticamente
se desvaneció. Orfeo había perdido a Eurídice para siempre.
Recordatorio de la entrada de España en la Comunidad Europea |
A su regreso a Tracia
tomó la decisión de no volver a tener relación con mujeres, está decisión no
gustó a las Ménades, (en la mitología griega, las ménades son seres femeninos divinos estrechamente
relacionados con el dios Baco). Las Ménades despechadas decidieron atacar a
Orfeo, consiguiendo despedazarle, dejando su cabeza intacta y la tiraron al río
Hebro, que se encargó de llevarla al mar, cuyas olas la desplazaron hasta la isla de Lesbos.
La lira de Orfeo se quedó
en el cielo formando una constelación y su alma encontró a Eurídice en el mundo
de los muertos y desde entonces pudieron estar juntos.
En la Plaza de la
Provincia, podemos contemplar un pequeño monumento levantado siendo Alcalde de
Madrid, Enrique Tierno Galván el 1 de Enero de 1986 que nos recuerda el ingreso
de España en la Unión Europea.
Junto a la Plaza de
la Provincia, se encuentra la Plaza de Santa Cruz, un espacio rectangular que aparece porticado únicamente por su frente
occidental. Se extiende en parte del solar de la desaparecida Iglesia de Santa
Cruz, de la que tomó su nombre.
La plaza de Santa
Cruz se encuentra delimitada por las calles Esparteros, San Cristóbal,
Zaragoza, Plaza de la Provincia, calle de Atocha y calle de la Bolsa.
Plaza de Santa Cruz |
La plaza ya existía
durante el reinado de Felipe II siendo espacio de mercado de vidrios. En la plaza
se encontraba ubicado el monasterio de San Tomás derribado en el año 1875 y del
que hablaremos en capítulo aparte. A principios del siglo XIX la plaza aparece como mercado de
venta ambulante de telas de contrabando. Transcurrida la Guerra de la Independencia,
la plaza se convierte en un lugar de ofrecimiento y contratación del servicio
de mujeres nodrizas, originarias de los valles pasiegos.
El edificio más
representativo de la zona junto al Palacio de Santa Cruz, es la iglesia de
Santa Cruz. Antes de proceder a describir el actual edificio religioso, hagamos
un poco de historia de la Parroquia de Santa Cruz.
Santa Cruz fue una de
las parroquias más importantes de la ciudad de Madrid, sus feligreses habitaban
el entorno de la Plaza de Santa Cruz, y calles aledañas como Atocha, Toledo y
Puerta del Sol.
La Sala de Alcaldes,
celebraba en esta parroquia sus festividades, en su interior se veneraba en el
Siglo XVI la imagen de Nuestra Señora de la Caridad, que anteriormente
perteneció al Hospital del Campo del Rey, situado junto al Alcázar y que
funcionó hasta 1587.
No se puede
confirmar, pero se cree que la iglesia de Santa Cruz, tiene sus orígenes en una
ermita que se situaba a extramuros de la ciudad, por cuyo motivo no aparece en
el Fuero de Madrid de 1202.
Fue construida para conmemorar el triunfo de Alfonso VIII en
la batalla de las Navas de Tolosa, año 1212 y declarada parroquia en el siglo XIV para dar
servicio a la población del llamado arrabal de Santa Cruz.
La torre de Santa
Cruz era una de las más alta del Madrid de la época, conjuntamente con la torre
de la iglesia Del Salvador en la Plaza de la Villa, siendo consideradas las
Atalayas de la Corte. La torre de Santa Cruz contaba con un reloj visible desde
cualquier punto de Madrid. Su altura era de aproximadamente 144 pies (unos 40
metros).
Estampa que nos recrea la Plaza de Santa Cruz y su Iglesia |
La iglesia, se
levantaba sobre una planta de cruz latina, sufriendo dos importantes incendios
en los años 1620 afectando parcialmente al edificio y en el
año 1763 que afectó al conjunto del edificio obligando a reconstruir el
edificio finalizando las obras en el año 1767.
De la iglesia
destacaba la portada de la fachada principal, realizada en granito con dos
columnas jónicas y atribuida a José Jiménez Donoso, los bajo relieves se
atribuyen a Pablo González Velázquez.
La iglesia de Santa
Cruz se situaba haciendo esquina entre las actuales calles de la Bolsa (antes
Plazuela de la Leña) y Esparteros. Los cadáveres de los ajusticiados se
exponían en su interior para poder ser reconocidos por algún familiar.
Durante la revolución
de 1868 o “La Gloriosa” como también se la conoce, el conjunto fue demolido,
trasladándose los oficios a la iglesia del Colegio de Santo Tomás en la calle
Atocha y que pertenecía a los Dominicos.
Entrada al Restaurante "Capilla de la Bolsa" |
Del antiguo templo de
Santa Cruz, se conserva la denominada
capilla de los Ajusticiados, en la calle de la Bolsa, reconvertida en el “Restaurante Capilla de la Bolsa”.
La Capilla mantiene
su estilo clásico bajo la bóveda de cañón barroca decorada con labores de
escayola y pan de oro. En 1875 se emplazó en el edificio la Bolsa de Madrid,
hasta la inauguración del edificio del Palacio de la Bolsa en la Plaza de la
Lealtad en el año 1893.
La actual iglesia de
Santa Cruz, se encuentra situada en el número 6 de la calle de Atocha, ocupando
el antiguo solar del convento de Santo Tomás. Las obras comenzaron en el año 1889
quedando consagrado el templo a la Exaltación de la Santa Cruz el 23 de enero
de 1902. El costo estimado de la obra fue de un millón y medio de pesetas.
El proyecto fue obra
del político y arquitecto madrileño conocido como marqués de Cubas. Antes de
continuar con la descripción del templo creemos oportuno recordar a este
insigne arquitecto.
Torre de la Iglesia de Santa Cruz |
Francisco de Cubas y
González-Montes, nació en Madrid el 13 de abril de 1826, falleciendo el 2 de enero
de 1899, fue arquitecto, político y Alcalde de Madrid, se le conocía por su título
nobiliario de marquesado pontificio de Cubas. Entre los proyectos realizados
por el marqués de Cubas, destacó sobre manera su estudio para la realización de
la catedral de la Almudena, en estilo
neogótico.
Después de su
fallecimiento, el proyecto de la catedral fue modificado, no obstante en su
honor, sus restos mortales descansan en una de las capillas de la cripta de la
catedral. Otras de sus obras a destacar son: El Museo Nacional de Antropología
en Madrid, la Universidad de Deusto o el Castillo de Butrón en Vizcaya.
Volviendo a la
iglesia de Santa Cruz, a la muerte del marqués de Cubas, las obras fueron
continuadas por su discípulo Miguel de Olabarría.
Fachada de la Iglesia de Santa Cruz |
El templo construido
en estilo neogótico con fachada y torre neomudejar, fue construido utilizando
el ladrillo y la piedra blanca de Colmenar de Oreja. En la fachada destaca el
arco apuntado, coronado por un frontón triangular y rematado con una cruz. En
la portada destaca un relieve de Aniceto Marinas representando la Apoteosis de
la Cruz.
En el cuerpo
intermedio destaca un gran rosetón y
sobre él un gran reloj, construido por Losada, la misma casa que el reloj del
edificio de la Comunidad de Madrid en la Puerta del Sol, recordando al antiguo
reloj del primitivo templo de Santa Cruz.
Muy llamativa es la
torre de más de 55 metros de altura, sus grandes dimensiones y su sólida
construcción, nos recuerdan a una torre defensiva guarnecida por una cornisa en
forma de matacán. Según el primitivo proyecto del marqués de Cubas, la torre
debería quedar rematada con una espadaña en forma de flecha con techo de
pizarra y una gran cruz, la coronación tendría una altura de 30 metros, pero
por desgracia el remate de la torre no llegó a realizarse.
La nave interior en
forma de cruz latina tiene unas dimensiones de 53 metros de largo, con un ancho en el
crucero de 24’60 metros y una altura de la bóveda de 23 metros.
El cimborio, la nave principal,
las capillas y los brazos del crucero están cubiertas por bóvedas de crucería.
Los muros, pilastras
y bóvedas están pintadas imitando sillares
de piedra caliza. Algunas partes del templo se encuentran policromadas en óleo
y oro.
El interior de una
sola nave dispone de ocho capillas laterales y una más en la cabecera del
templo.
Todas las vidrieras
del templo, fueron realizadas en los talleres madrileños de la casa de José
Maumejean.
No es nuestra
intención describir la belleza interior del templo, preferimos que cada uno de
los lectores de este Blog descubra por sí mismo su magnífico interior.
Durante la Guerra
Civil, el templo fue utilizado como almacén, perdiéndose parte de sus tesoros.
En el año 1985 quedó
inaugurado el carillón compuesto de 8 campanas, donado por la fundación Amigos
de Madrid. Las campanas las podemos escuchar a las 9 y 21 horas.
En el número 4 de la
Calle de Atocha, no hace mucho había una de esas tiendas con solera que
paseando por las calles de Madrid uno se encuentra de vez en cuando, se trata
del taller de curtidos de Vicente Márquez. Fue fundada en el año 1880 y hasta el
final mantuvo sus instalaciones casi
como el primer día de su inauguración. Al parecer en el taller de Vicente
Márquez se llegaron a fabricar las sacas
de cuero que portaban los carteros madrileños, estampa que todos recordamos.
El pasado y el presente del número 4 de la calle de Atocha |
Sus muros de 80
centímetros de espesor, han actuado como un gran aislante para conservar las
pieles.
Pero como a muchos de
estos comercios centenarios le ha llegado la hora del cierre y su espacio ha sido ocupado por un local de
restauración.
En párrafos anteriores, ya hemos comentado,
que la actual iglesia de Santa Cruz, se levanta en el solar del desaparecido
convento de Santo Tomás, creemos necesario realizar un alto en nuestro caminar
para recordar la historia del que fue un extraordinario convento.
El origen de este
convento se remonta a mediados del siglo XVI, cuando los frailes dominicos del
monasterio de Nuestra Señora de Atocha, decidieron establecer una casa para la
enseñanza de Teología de los propios frailes.
Convento de Santo Tomás |
La construcción del
colegio fue posible gracias al dinero obtenido por la venta de una propiedad
que alguien había donado a la congregación.
En 1583, el colegio
de Teología, quedó segregado de Nuestra Señora de Atocha por expreso deseo de
Fray Diego de Chaves, confesor de Felipe II, alcanzando entidad propia, denominándose
Convento Dominico de Santo Tomás de Aquino.
En el colegio se
impartieron estudios públicos en sus ocho cátedras: Tres de Filosofía, dos de
Teología escolástica, una de Teología moral, una cátedra en la que se estudiaba
la obra del fraile conquense Melchor Cano, en especial su obra maestra “De
Locis Theologicis”, por último había una cátedra de Retórica eclesiástica para
dar a conocer la obra de Fray Luis de Granada.
Claustro del Santo Tomás |
Santo Tomás con el paso del tiempo fue
adquiriendo un gran prestigio en el campo de la enseñanza, circunstancia que no
pasó desapercibida en la Corte. En el año 1626 el Conde Duque de Olivares se
convirtió en su patrono y en 1635 se
construyó un nuevo edificio, convirtiéndose Santo Tomás en uno de los conventos
más importantes de Madrid, destacando su iglesia, considerada una de las más grandes de la ciudad.
La iglesia se
levantaba sobre una planta de cruz latina, su alzado estaba decorado con
pilastras de orden compuesto, y en el crucero, se levantaba una cúpula con las
pechinas pintadas al fresco.
La fachada de la
iglesia destacaba por sus tres portadas barrocas, diseñadas por los hijos de
José Churriguera, Jerónimo y Nicolás. La portada fue construida en piedra
berroqueña por el maestro de obras Juan Marroquín.
Portada de Santo Tomás |
En el interior del
convento fue digno de admiración el claustro barroco, considerado uno de los más
bellos, realizado por José Donoso y que como ha ocurrido en tantas ocasiones,
solo nos han llegado algunas fotografías de la época.
La historia del
convento de Santo Tomás desde su fundación, siempre ha estado rodeado de graves
incidentes. El primero de estos incidentes tuvo lugar en el año en 1652 como
consecuencia de un grave incendio, siendo necesario reconstruir la mayor parte
del conjunto arquitectónico. En el año 1726, se hundió la cúpula, sobre los
feligreses, muriendo más de ochenta personas.
En el año 1756 un
nuevo incendio se declaró en el convento pero sin graves desperfectos. Sería en
el año 1834 cuando algunos religiosos
fueron asesinados en el convento por un grupo de exaltados, debido al rumor de
que los frailes habían envenenado las fuentes de Madrid, provocando una
terrible epidemia de cólera que estaba padeciendo Madrid.
Recreación del incendio de Santo Tomás en el año 1872 |
Iglesia y convento
fueron desamortizados en 1836 como consecuencia de la Ley Mendizábal. La
iglesia permaneció abierta al público, acogiendo entre 1868 y 1872 la feligresía
de la parroquia de Santa Cruz, cuando la antigua iglesia fue demolida. El
convento se destinó a usos civiles relacionados
con el Ministerio de la Guerra, cuartel de la Milicia Nacional, sede del propio
Ministerio de la Guerra, Capitanía General, y Tribunal Supremo de Guerra Y
Marina.
En el año 1872, se
produjo un gravísimo incendio siendo necesario derribar todo el conjunto y al
amparo de la ley desamortizadora, “ley Madoz” en el año 1879, en el solar se
construyeron edificios de viviendas y la
nueva iglesia de Santa Cruz.
En el número 5 de la
calle de Atocha, nos encontramos con uno de los comercios más antiguos de
Madrid, se trata de la “Cerería Santa Cruz”, siendo considerada por algunas
fuentes como la cerería más antigua del mundo.
En la acera, justo en la entrada de la tienda, podemos
observar la placa conmemorativa de casa centenaria realizada por Mingote en la que se indica que la casa se fundó en
el año 1895. Al parecer, esta fecha corresponde a la modernización del
edificio.
En la Biblioteca
Nacional se pueden analizar documentos en los que aparece un listado de
comerciantes madrileños que pagaban impuestos por sus negocios. Uno de los
contribuyentes era Juan de la Bastida propietario de la cerería que ya en el
año 1625 suministraba velas a la iglesia de Santa Cruz.
Era costumbre de las
cererías establecerse en las proximidades de las iglesias por ser estas sus
mejores clientes. Nuestra cerería cogió el nombre de su vecina Iglesia Santa
Cruz.
Placa de Mingote en reconocimiento de negocio centenario |
La fabricación de
velas por motivos de seguridad ya no se realiza en la propia tienda, no
obstante, se mantiene la tradición de seguir empleando un porcentaje alto de
cera en la fabricación de las velas.
Cuando hemos indicado
que podría tratarse de la cerería más antigua del mundo, existe la duda ya que
compite en antigüedad con la cerería “Cire Trudon”, fundada en Paris en el año
1643 y la cerería “Rathbornes Candles”
fundada en el año 1488 en Dublín.
Frente a la Cerería
Santa Cruz, se encuentra otro de esos establecimientos centenarios que luchan
día a día por mantener abiertas las puertas pese a las dificultades económicas
que padecen para sobrevivir en una gran ciudad como Madrid.
El comerciante originario de Castellón, Don José
Martí Prats, se establece en Madrid en el año 1883. José Martí Prats abriría su
primer negocio textil en la calle Mayor, para posteriormente trasladarse a la
calle de Atocha, números 8 y 10.
Portada de Martí Prats |
En la actualidad el
negocio se encuentra dirigido por uno de los sobrinos de José Martí Cosme. La
casa desde su fundación, se ha dedicado a todo tipo de ropa del hogar: Ropa
de cama, baño y cocina, además de la decoración de interiores, como cortinas,
tapices, alfombras.
El inmueble de la
calle de Atocha, antes de instalarse Martí Prats, ya se dedicaba al negocio
textil.
Es aconsejable
visitar el comercio aunque no vayamos a comprar, la entrada a la tienda nos
permitirá admirar el conjunto de telas y la gran arquitectura del local. El
local ha sido utilizado para el rodaje de películas y anuncios publicitarios.
Por el negocio textil
de la calle de Atocha han pasado cinco
generaciones de la misma familia.
Placa recordatorio de negocio centenario |
Como curiosidad,
indicaros que en la Cripta de la Catedral de la Almudena existe una Capilla
bajo el patronato de San José, fundada
por José Martí Prats y su esposa Pilar
Colás Eguía, que se encuentran enterrados en la propia Capilla.
A cada lado de la
Capilla, se encuentran los relieves de Mariano Benlliure, representando la
Resurrección y la Virgen sacando las Ánimas del Purgatorio, ambas realizadas en
mármol blanco.
En nuestro caminar
por la calle de Atocha, hemos alcanzado la Plaza de Jacinto Benavente. La plaza
se construyó como hoy la conocemos en el año 1926 con el derribo de varias casas existentes entre la
antigua plazuela de la Leña, la plazuela de la Aduana y la calle de Carretas. La
Plaza recibió el nombre de Jacinto Benavente en honor al insigne escritor
español premio Nobel de literatura en el año 1922.
Plaza de Jacinto Benavente |
Con el fin de unir la
calle Carretas con la plaza del Progreso
(actual Tirso de Molina), se derribó en el año 1897 la manzana donde se ubicaba
el Convento de los Trinitarios Descalzos, dando lugar a la calle Doctor Cortezo.
Como resultado de las
obras, desaparecieron las plazuelas de la Leña (actual calle de la Bolsa) y
Aduana.
Entre las calles de
Atocha, Bolsa y Plaza de Jacinto Benavente, podemos admirar un edificio que
tiene su historia y que trataremos de resumir, se trata de la Casa de Cinco
Gremios.
Homenaje al barrendero en la Plaza de Jacinto Benavente |
Ya en la segunda
mitad el Siglo XVI, en Madrid comienza a producirse un gran movimiento
económico en algunos comerciantes debido a las demandas de las clases más
privilegiadas que vivían al amparo de la corona.
Esta situación
propició que durante las primeras décadas del Siglo XVII, se unieran los
gremios madrileños dedicados a la seda, paños, lencería, joyería y mercería, formando
el llamado grupo de los “Cinco Gremios Mayores de Madrid”. El Gremio contaba ya
con 278 afiliados en el año 1757 con unos ingresos de 10.000 reales anuales.
La pujanza económica de
los Cinco Gremios en estos años, concluyó con la creación en el año 1763 de la
Compañía General de Comercio cuyo fin era extender los negocios por todo el
mundo, siempre contando con el apoyo de
la Corona. El poder económico de la Compañía quedo demostrado al hacerse cargo
de los gastos de la construcción del nuevo paseo del Prado diseñado por José de Hermosilla.
Edificio de los Cinco Gremios |
En 1788 La Compañía
encargó al arquitecto José de la Ballina el proyecto de construcción de un
nuevo edificio para albergar la sede de la Compañía, en el solar situado entre
la calle de Atocha y las desaparecidas plazas de la Leña y de la Aduana Vieja.
El edificio se construyó en tres plantas en estilo neoclásico, con sus tres fachadas, en piedra en la planta baja y
frontones en las ventanas y paños de
ladrillo para completar el edificio. Del edificio destacaremos también sus dos
puertas adinteladas con columnas dóricas, una situada en la calle Atocha y otra
en la Plaza de Jacinto Benavente.
A mediados del Siglo XX,
fue remodelado en su interior y retirando el tejado abuhardillado para levantar
una nueva planta. Volviendo unos años atrás, los muchos negocios que la
compañía abarcaba, comenzaron a propiciar el declive de la Compañía y ya desde
el año 1846, sus negocios se centraron en la fabricación y compraventa de
tejidos de seda y lana bajo el nombre de Sociedad Fabril y Comercial de los
Gremios, teniendo instaladas sus fábricas en Talavera y Ezcaray.
Los negocios no
mejoraron y la Casa de los Cinco Gremios salió a subasta pública, siendo
adquirido el edificio por el Banco de Isabel II. En el año 1847, el Banco de
Isabel II se fusionó con el Banco de San Fernando, dando lugar al nuevo Banco
Español de San Fernando. El nuevo banco
precesor del Banco de España desde 1874, instaló su sede en la Casa de los
Cinco Gremios, hasta su traslado definitivo en el año 1891 a la sede actual de
la plaza de Cibeles.
En la actualidad el
edificio acoge la Dirección General de Registro y Notariado, dependiente del
Ministerio de Justicia.
Haciendo esquina con
las calles Atocha y Jerónima Llorente, podemos contemplar un edificio de color
rojo que en los últimos tiempos ha ido cambiando de actividades.
Medina Mayrit, que
significa Ciudad de Madrid, es la denominación que el Reino de Toledo utilizó
entre los siglos VIII y XII para nombrar el
enclave en el que se asienta la
ciudad de Madrid. En primer lugar, llama la atención el edificio y en especial
su color rojizo y por supuesto su interior.
Antiguos baños árabes |
En el mundo islámico,
el baño público (Hammam) era un centro para
desarrollar la vida social y lugar de descanso, para beber y conversar.
En la España medieval
existían baños públicos para uso de hombres y mujeres aunque en distintos
turnos. Los Baños Árabes solían contar con vestuario, salas de agua fría,
templada y caliente. Disponían asimismo de sala de masaje y sala de vapor.
La decoración de los
baños era sencilla, con una iluminación conseguida a través de pequeñas claraboyas en el techo, habitualmente
en forma de estrella. Las pequeñas aberturas se cubrían con vidrios de
distintos colores, para dar sensación de paz.
La empresa “Hammam Al
Ándalus”, ha creado espacios mágicos en ciudades como: Córdoba, Granada, Madrid
y Málaga, que recrean el ambiente de los antiguos Baños Árabes, su eslogan, “báñate
en la historia".
Entrada Baños Arabes |
Medina Mayrit es más
que un balneario urbano, situado en un edificio levantado en parte del solar
que pertenecía al desaparecido convento de Santo Tomás, el edificio dispone de baños árabes, gastronomía, decoración y
espectáculos, resucitando toda la magia de Al Andalus.
Los Baños Árabes se
encuentran bajo una estructura de aljibe de cientos de años de antigüedad.
Estos han sido recuperados a comienzos del Siglo XXI utilizando los materiales
típicos de la época, que junto con sus aguas, perfumes y decoración trasladan a
sus visitantes a la magia de la era mudéjar.
Fachada de los antiguos baños árabes, con Indalo Tapas en la esquina con Jerónima LLorente |
Situado dentro de los
baños árabes Medina Mayrit, pertenecientes al Grupo Al Ándalus, se encuentra el
restaurante “La Colina de Almanzora”, presenta una degustación de la cocina
andalusí. Una cocina que en la época del asentamiento árabe se desarrolló en la
península ibérica, fruto de la fusión de las
culturas judía, cristiana y musulmana, que convivieron en España entre
los siglos VIII y XV.
Y como todo tiene su
fin, “La Colina de Almanzora”, ha dado paso a “Indalo Tapas” donde podemos
tomar una cerveza acompañada de las más suculentas tapas.
En la misma Plaza de
Jacinto Benavente, justo en la confluencia de las calles Atocha y Doctor
Cortezo, se encuentra un edificio de los más emblemáticos del centro de Madrid,
se trata del antiguo Teatro Calderón.
El 18 de Junio de
1917, se inauguró el Teatro Odeón, considerado uno de los edificios más bellos
de Madrid, tanto por su arquitectura exterior como por la decoración del
interior. Fue mandado construir por los
hermanos Prieto, su primer director artístico fue Luis París.
Construido en el
solar que ocupaba el convento de los Trinitarios, fue proyectado por el arquitecto
Eduardo Sánchez Eznarriaga. Inspirado en la arquitectura teatral italiana, la
pintura que decora la bóveda del teatro fue obra del artista leonés Demetrio
Monteserín y las vidrieras del vestíbulo fueron fabricadas por la Casa
Maumejean.
El arquitecto Eduardo
Sánchez, realizó en Madrid una gran parte de sus obras como: La reforma del
Teatro Eslava, el Casino Militar, el Teatro Alcázar, el Teatro Infanta Beatriz.
Asimismo realizó edificios de viviendas en Gran Vía, García de Paredes, Santa Engracia, o Princesa.
Teatro Calderón |
Volviendo al Teatro Odeón, este tenía una
capacidad para más de mil espectadores. En el sótano se encontraban los camerinos de artistas, equipados, ventilación,
calefacción central y lavabos con agua fría y caliente.
En la planta baja se
encontraba la sala de butacas, con 500 butacas, los servicios de periódicos y
fotografías, café-bar, taquillas, guardarropas, y floristería.
Completaban el
conjunto del teatro seis pisos de palcos, tres de ellos con anfiteatros
centrales, siendo su distribución en forma elíptica.
Solamente había
pasado un año desde su inauguración cuando pasó a ser propiedad del Centro de
Hijos de Madrid, siendo conocido como Teatro del Centro. El Centro de Hijos de
Madrid fundado en el año 1904 era una entidad benéfica que ayudaba económicamente a los obreros y
empleados municipales, a los militares en campaña y a los heridos de la Guerra
de África, donaba dinero a las viudas y a personas u organismos que hacían
obras de bien social.
También realizaba
donaciones a instituciones como la Cuna de Jesús, Sala de infecciosos del
Hospital General, Cruz Roja, Caridad Escolar, Centro Recreativo del Soldado y
Sanatorio de Tuberculosos.
Procesión delante del Calderón año 1945 |
En el año 1927,
cambia nuevamente de propietario siendo adquirido por una Sociedad cuyo Consejo
de Administración estaba presidido por D. Joaquín de Arteaga y Echagüe, XVII
duque del Infantado pasando a ser llamado Teatro Calderón. Con el cambio de
titularidad, el teatro fue remodelado casi por completo.
En sus primeros años
como Teatro Calderón, tuvo dificultades económicas y litigios con sus
anteriores propietarios. Debido a la crisis y con el fin de mejorar la
contabilidad, en la terraza del edificio se construyeron viviendas de alquiler.
Por su gran aforo, casi
siempre el teatro ha sido destinado a grandes espectáculos líricos. Durante la
II República fue teatro de ópera. Durante la Guerra Civil, el Calderón será
incautado por la Asociación General de Profesores de Orquesta afiliada a U.G.T.
y dirigida por el compositor Pablo Sorozábal, pasando a ofrecer espectáculos de variedades, y actos
políticos. A partir de 1939 fue el
escenario preferido por los artistas de la copla andaluza, la revista y la
zarzuela.
En los bajos del
Teatro Calderón, con entrada por la calle Doctor Cortezo, se encontraba el
Café-Teatro, "Saratoga".
En Enero de 1999, se
produjo un suceso luctuoso siendo empresario del Teatro José Luis Moreno. Un
trozo de cornisa de gran tamaño cayó sobre un coche perdiendo la vida una
persona joven. El Teatro fue clausurado temporalmente.
El Teatro Calderón ha
mantenido en los últimos tiempos grandes espectáculos musicales. En el año
2005, el Teatro cambia de titularidad, siendo adquirido por la Promotora de inversiones Rialto.
Posteriormente, vuelve a cambiar de promotor con el nombre de “Teatro
Häagen-Dazs Calderón”.
Inicio de la calle Doctor Cortezo junto al Teatro Calderón |
Años más tarde, una
nueva promotora cambia la configuración del patio de butacas y palcos, sustituyendo
las butacas por mesas y sillas y pasa a
denominarse Teatro Caser Calderón, quedando convertido en un Club en el que se puede tomar una copa o
cenar mientras disfrutas del espectáculo.
Desde agosto de 2015,
la empresa “SOM Produce” se hace cargo de la gestión y programación del
completamente renovado Teatro Calderón.
En el espacio
comprendido entre la calle de Atocha, Plaza de Jacinto Benavente, y la calle
Doctor Cortezo antes de su apertura, se encontraba el Convento de la Santísima
Trinidad o Convento de los Trinitarios Calzados.
La orden Trinitaria
fue fundada por Juan de Mata en el año 1198. La fundación del convento en Madrid
se atribuye al propio Rey Felipe II, diseñando el edificio en colaboración con
los discípulos de Juan de Herrera y siendo construido entre 1562 y 1590. Los trinitarios entraron en el
nuevo convento en el año 1592, siendo su primer prior Fray Diego de Medina.
La iglesia construida
por el arquitecto Gaspar Ordóñez, se levantaba sobre planta de cruz latina, con crucero, cúpula
sobre pechinas y pilastras de orden corintio. Destacaba la portada principal en
la calle de Atocha, flanqueada por
columnas y rematada por un bajo relieve que representaba la Santísima Trinidad.
La iglesia era una de las más grandes y mejor construidas de Madrid.
A parte de la
Iglesia, en el Convento destacaba el claustro, compuesto por dos cuerpos de
arquerías de veintiocho arcos cada uno y pilastras de orden dórico. A destacar la escalera,
construida a imitación de la del Monasterio del Escorial y construida por el
arquitecto Alonso Marcos.
Convento de los Trinitarios según Pedro Texeira año 1654 |
Del Convento de los
Trinitarios, partieron en el año 1580 los frailes hacía Argel para ayudar a los
cautivos. El cautivo más famoso de esta época fue Miguel de Cervantes, cuyos
restos descansan en el Convento de las Trinitarias de la calle Huertas.
El Convento fue
exclaustrado con la invasión napoleónica, instalándose la Real Biblioteca Pública antecedente de la Biblioteca Nacional que
hasta entonces se encontraba situada en
el pasadizo que unía el antiguo Alcázar con el Convento de Encarnación.
Fernando VII a su
regreso a España, restituyó el Convento
a los frailes, trinitarios, pero nuevamente con la Desamortización de
Mendizábal en 1836, el Convento fue nuevamente desamortizado. La iglesia se
mantuvo abierta a la feligresía y parte del Convento fue ocupada por la sede de
una sociedad lírico-dramática, denominada “Instituto Español”.
Convento de los Trinitarios año 1895 |
En el año 1847, la iglesia se cerró al culto,
acondicionándose como Sala de Exposiciones de Pinturas de la Real Academia de
San Fernando y Museo Nacional.
En el antiguo
Convento, se almacenaron las obras que habían sido retiradas de los conventos
desamortizados de la provincia de Madrid, con el paso del tiempo, la mayoría de
estas obras fueron depositadas en el Museo del Prado.
Con la creación de
los Departamentos de Comercio, Industria y Obras Públicas, en el año 1848, los
funcionarios fueron alojados en el viejo Convento.
El arquitecto
Francisco Jareño y Alarcón fue el encargado de tratar de recuperar la
estructura del Convento muy dañada por el paso de los años, pero los daños eran
de tal magnitud, que se tomó la decisión de construir un nuevo edificio en la Glorieta
de Atocha. La construcción del nuevo edificio (actual Ministerio de Agricultura), se encargó al arquitecto Ricardo
Velázquez Bosco, quedando inaugurado en el año 1897.
El viejo Convento fue
demolido en el año 1897, abriéndose la
calle del Doctor Cortezo y se construyeron nuevos edificios de viviendas
y el teatro Odeón.
Del viejo conjunto
monacal, solo queda en pie la Capilla del Ave María, que podemos contemplar en la calle Doctor
Cortezo, junto al Cine Ideal.
Con el derribo del
viejo convento, quedó abierta la nueva calle que se llamó Nueva de la Trinidad
o de la Santísima Trinidad, posteriormente en el año 1925, recibió el nombre de
Doctor Cortezo, en recuerdo del médico y político Carlos María Cortezo y Prieto de Orche nacido en Madrid en el año 1850
y fallecido en el mismo Madrid en el año 1933. Carlos María llegó a ser
Director General de Sanidad.
La Capilla del Ave
María que como hemos indicado formaba parte del convento de la Trinidad, fue
reformada por el arquitecto Mariano Belmás en el año 1909 para la Congregación
del Ave María. La reforma afectó tanto al interior como al exterior del
edificio.
La antigua fachada
compuesta por la portada y los dos vanos laterales, quedaba rematada por una
pequeña espadaña. La fachada actual,
tiene dos plantas y se remata con un frontón curvo.
Capilla del Ave María junto al Cine Ideal |
El beato Simón de Rojas nacido en Valladolid en
1552 y fallecido en Madrid, en 1624, por su devoción a la Virgen María, fundo
la Congregación de los Esclavos del
Dulcísimo Nombre de María, para atender a los pobres y enfermos de Madrid.
Simón de Rojas fue
enterrado en la Capilla de la Virgen de los Remedios, del convento de los
Trinitarios. Cuando el convento fue derribado, sus restos fueron depositados en
la capilla del Ave María. El 12 de Agosto de 1936, los restos del beato
desaparecieron. Desde el año 1982, el comedor de la Capilla del Ave María, se
encuentra a cargo de las Misioneras de
la Caridad, religiosas dependientes de la Madre Teresa de Calcuta, atendiendo
diariamente a cientos de necesitados.
Continuando nuestro
caminar por la calle de Atocha, a la altura del número 39 en la confluencia con
la calle de San Sebastián, se encuentra la iglesia del mismo nombre.
La iglesia, comenzó a
funcionar como parroquia en el año 1541 en una antigua ermita dedicada a San Sebastián y que se encontraba en el
camino que conducía a la Basílica de Nuestra Señora de Atocha. La fundación
corrió a cargo del arzobispo de Toledo, Juan de Tavera.
Iglesia de San Sebastián |
Como la vieja ermita
amenazaba ruina, en el año 1554, el maestro de obras Antonio Sillero comenzó la
construcción de un nuevo templo que abrió a la feligresía sobre el año 1575
aunque so se habían concluido las obras por falta de medios.
En años
sucesivos, continuaron las obras
levantándose la torre ya en el año 1613, siendo responsable de la misma el
maestro de obras Lucas Hernández diseñando una torre a imitación de la San Ginés.
La iglesia de San
Sebastián, junto con la de San Luís Obispo que se encontraba en
la calle de la Montera, tenían el derecho de asilo en favor de las personas
perseguidas por la justicia. La iglesia de San Luis Obispo, fue derribada en
el año 1935.
En el interior de San
Sebastián, destacaban las distintas capillas, la mayoría de ellas financiadas
durante el siglo XVIII por arquitectos, artistas de la comedia y otros gremios
profesionales, destacaremos algunas de las capillas:
Interior de San Sebastián |
Capilla de Belén o de
los Arquitectos, construida por Francisco Moreno en 1693 y remodelada por Ventura Rodríguez entre 1766 y 1768. En ella
están enterrados el propio Ventura
Rodríguez y Juan de Villanueva.
Capilla de los
Guardias, proyectada por el arquitecto francés Juan Pedro Arnal en el año 1793.
La Capilla del
Sagrado Corazón, es obra de Antonio Sillero.
La Capilla de Nuestra
Señora de la Novena, fue proyectada por Silvestre Pérez para la devoción
de los actores cómicos.
Capilla de Maravillas
de Jesús dedicada desde hace pocos años a la Santa que fue canonizada por el
Papa Juan Pablo II el 4 de mayo del año 2003.
Las capillas de la
Soledad y la Pasión, pertenecían a los corrales de comedias existentes en el Madrid del Siglo XVII
El cementerio de la
iglesia estaba situado a espaldas de la
misma, donde se unen la calle Huertas y la calle de San Sebastián. En el
cementerio estuvo sepultado Lope de Vega. El cementerio fue escenario de una
escena trágica, después de dar sepultura a la conocida actriz María Ignacia
Ibáñez la “Divina”, su amante el escritor gaditano José Cadalso y Vázquez de
Andrade incapaz de soportar la pena por
la muerte de su amada, volvió una noche
al cementerio para desenterrar su cuerpo, siendo sorprendido por la policía en
plena acción, “verdad o leyenda”.
Tras la desaparición
del cementerio debida a la remodelación de la zona, en su lugar se instaló una
floristería que podemos contemplar en la actualidad
Por la iglesia de San
Sebastián, han pasado numerosas personalidades como, Práxedes Mateo Sagasta,
Presidente del Gobierno, el bandolero Luís Candelas o el escritor Ramón María
del Valle-Inclán.
Personajes célebres que tuvieron relación con la iglesia de San Sebastián |
Matías Fernández García nacido en 1928 en
Montejo de la Sierra (Madrid), ha sido considerado una de los grandes
historiadores de Madrid y pueblos de la Comunidad. En 1951 fue ordenado
sacerdote y después de recorrer varias parroquias fue destinado a la Parroquia
de San Sebastián.
Como Párroco de San
Sebastián, escribió varios tratados sobre la Parroquia en los que se recogen
datos de algunos de sus más ilustres parroquianos, llegando a recoger los datos
de 2.500 personajes.
En el pórtico de la
Iglesia, podemos contemplar las placas con los nombres de algunas personas que fueron bautizadas, que se casaron en la Iglesia o que se realizaron los actos de defunción.
Volviendo a la
historia de San Sebastián, indicar que a comienzos de la Guerra Civil, la
iglesia fue saqueada por las milicias republicanas y en la noche del 19 al 20
de noviembre de 1936, una bomba de la aviación franquista, destruyó casi por
completo el templo. Las pocas obras de arte que se salvaron, fueron trasladadas
a otras iglesias.
Al finalizar la
contienda, la Iglesia fue restaurada por Francisco Iñiguez Almech entre los
años 1943 y 1959 cambiando la orientación del edificio, pero dejando inacabada
la antigua torre como recuerdo al viejo templo.
San Sebastian desde la Plaza del Angel año 1920 |
Francisco Íñiguez
Almech, nació en Madrid en 1901 y se especializó en la restauración de la
arquitectura antigua. Como curiosidad indicar que Francisco nació en el
observatorio astronómico de Madrid, donde su padre trabajaba como Catedrático
de Astronomía.
El 16 de Octubre de
1969 la iglesia de San Sebastián es declarada Bien de Interés Cultural.
De la iglesia
reconstruida, cabe destacar dos capillas
supervivientes de la derruida iglesia.
La del Sagrado Corazón, que antes se denominaba de los Guardias y en especial la de Belén o de
los arquitectos, donde se encuentran enterrados: Ventura Rodríguez, Juan de
Villanueva o Pedro Muguruza. La Capilla goza de la condición de Monumento Nacional.
Como hemos indicado
en párrafos anteriores, en el antiguo cementerio fue enterrado Lope de Vega, pero
al no haber pagado los derechos de uso
de la cripta, fue enterrado en un osario
del cementerio, por cuyo motivo, se desconoce el lugar exacto donde se encuentran sus
restos.
Floristería junto a la iglesia de San Sebastián |
El cementerio de la
iglesia de San Sebastián fue clausurado por orden de José Bonaparte, en el año
1809, la nueva ordenanza, obligaba a que los cementerios se instalasen fuera de
las ciudades.
En el espacio ocupado por el cementerio y desde el Siglo XIX, se encuentra instalada la floristería que podemos contemplar en la actualidad.
Placa recordatoria de que la Floristería lleva funcionando más de cien años |
En el espacio ocupado por el cementerio y desde el Siglo XIX, se encuentra instalada la floristería que podemos contemplar en la actualidad.
En la misma calle San Sebastián frente a la iglesia
del mismo nombre, se encuentra un
edificio singular perteneciente a la cadena de hoteles NH, pero antes de
transformarse en hotel, el edificio albergó entre sus paredes una gran historia.
Al final del siglo XVIII, en Madrid los grandes señores
continuaron con la construcción de grandes mansiones fuera del núcleo urbano
del viejo Madrid. El edificio que nos ocupa, fue mandado construir por el
primer Conde de Tepa, Francisco Ladrón de Viana y Sáez de Villaverde.
El título de Conde de
Tepa, le fue concedido en 1765 por Carlos III, reconociendo su labor en el
virreinato de Nueva España como fiscal del crimen de la Real audiencia de
México.
Palacio de Tepa, fachada de la Plaza del Angel |
Para la construcción
del Palacio, el Conde eligió un solar con fachadas a la calle de San Sebastián,
calle de Atocha y Plaza del Angel y que hasta el año 1766, pertenecía al hostelero italiano Juan Antonio Gippini. Antiguamente,
el solar tuvo otros propietarios. Cristóbal Martínez Muñoz, hombre de negocios que debido a las deudas, se vio obligado a
vender el solar. El solar fue adquirido en subasta pública por Francisco González de Heredia, perteneciente a
la Orden de Calatrava.
Francisco González,
fue alcalde de los pueblos de Jaén: Arjona y Arjonilla, que en la etapa medieval, estuvieron muy ligadas a la
Orden de Calatrava y construyó su casa en el solar recientemente adquirido.
Palacio de Tepa, fachada de la calle San Sebastián |
La casa palacio se
mantuvo hasta el año 1797, pero debido a su estado de deterioro fue derribado
para construir en su lugar el actual Palacio de Tepa.
En el antiguo
edificio, se encontraba la “Fonda de San Sebastián” famosa especialmente por su
café-tertulia donde se reunían personajes de la época como: Nicolás Fernández
de Moratín, Francisco Cerdá Rico, Vicente de los Ríos, José Cadalso Vázquez de
Andrade o Ignacio López de Ayala entre otros.
Leandro Fernández de
Moratín ambientó en la Fonda de San Sebastián su obra satírica “La comedia
nueva o el café”, estrenada el 7 de febrero de 1792 en el Teatro del Príncipe.
Juan Antonio Gippini, dueño de la fonda, colocaba en las paredes
del café carteles con la siguiente leyenda.
“Prohibido hablar de política y sólo se puede hablar de toros, teatro,
versos y cosas de amor”.
Reloj Canseco instalado en el Palacio de Tepa en los años 20 del pasado Siglo |
Francisco Ladrón de
Viana y Sáez de Villaverde, encargó el diseño de su nuevo Palacio al arquitecto
Jorge Durán, quien diseñó un palacio que
ocupaba la totalidad del solar, con tres fachadas y tres plantas más planta baja porticada. La entrada principal
quedaba situada en la calle de San Sebastián, y como curiosidad indicar que la
fachada principal disponía de 45 ventanas.
Placa recordando a la Fonda de San Sebastián |
El proyecto de Jorge
Durán contó con la aprobación del arquitecto mayor de la Villa de Madrid Juan de Villanueva en septiembre de 1797, pero
este primitivo proyecto no llegó a materializarse, siendo sustituido por otro
proyecto más austero y que cambiaba la disposición de toda su ornamentación
general.
El primer Conde de
Tepa falleció en el año 1804, sin poder estrenar su nueva residencia, que se
dio por finalizada en 1880. Para que nos hagamos una idea de la grandiosidad
del edificio, indicaremos que tiene una superficie de 6800 metros cuadrados.
Por fortuna, en la
calle de Atocha a la altura del número 35 actual y junto al nuevo Palacio de
Tepa, se inauguró el nuevo “Gran café de San Sebastián”, con entrada también
por la Plaza del Angel. El Gran café de
San Sebastián cerró definitivamente sus puertas en la segunda década del siglo
XX.
En la década de los
años 50 del Siglo XX, el Palacio de Tepa fue vendido por sus propietarios y su
interior fue transformado en viviendas y locales comerciales, que acabaron con
la distribución original en el interior del Palacio.
El edificio en los
últimos años sufrió grandes deterioros
hasta que en el año 2003, los propietarios del edificio (Inmobiliaria Ángel de Tepa), solicitan
licencia de obras para su remodelación, la
licencia municipal es concedida con fecha de 2005.
Anuncio de la relojería Canseco |
Volviendo a la fotografía del reloj del Palacio de Tepa instalado por Antonio Canseco Escudero, digamos que fue una revolución en el mundo de los relojes grandes ya que se fabricó bajo patente del sistema Canseco para relojes sin necesidad de incorporar pesas.
La restauración del
edificio, corrió a cargo de los arquitectos Javier Feduchi Benlliure y Wermer
Durel, siendo vendido a la cadena NH Collection Hotels convirtiéndose en un
lujoso hotel de 5 estrellas inaugurado
en el año 2010.
En los trabajos de
restauración, fueron descubiertos los restos de los antiguos viajes del agua
que abastecían al centro de Madrid desde la Fuente Castellana.
Bajo el suelo
acristalado de la sala de lectura de la planta baja, se puede observar el
sistema de abastecimiento de aguas, que conserva el mismo aljibe y las galerías
que atravesaban entonces el solar del actual Palacio. Por suerte para los
curiosos, la Dirección del Hotel, permite la visita a estos restos
arqueológicos.
Frente a la Iglesia
de San Sebastián, en la calle Cañizares, se encuentra uno de esos tesoros
escondidos en las calles de Madrid, se trata del Oratorio del Santo Cristo del
Olivar.
La construcción del
Oratorio de El Olivar se remonta al año 1647 y fue obra del maestro de obras
Manuel Aguiar. El templo se construyó para dar acogida a la Congregación de los
Indignos Esclavos del Santísimo Sacramento. Está Congregación quedó constituida
en el año 1608 bajo la protección de Felipe III, en acto de desagravio por la
profanación de un templo católico en la ciudad de Londres. A la congregación
pertenecieron personajes ilustres de la época como: Lope de Vega, Miguel de
Cervantes, Quevedo y Calderón de la Barca.
Fachada del Cristo del Olivar en la calle Cañizares |
La Congregación
peregrino por diversas iglesias madrileñas como: La Trinidad Calzada o el
Convento del Espíritu Santo en la Carrera de San Jerónimo, hasta que en el año
1647 compraron unos terrenos y pudieron construir su propia iglesia.
El templo, sufrió
numerosos expolios durante la Guerra de la Independencia y el transcurrir del
tiempo terminó con el edificio hasta que el célebre arquitecto Enrique María
Repullés y Vargas entre los años 1910 a 1919, remodeló por completo el templo
parroquial según los cánones de la
arquitectura barroca madrileña, dando como resultando un templo de tres naves con
pilares y pilastras adosadas, cubriéndose con bóveda de cañón con lunetos la
nave principal y bóvedas de arista las laterales. El crucero se remata por una
pequeña cúpula sin tambor. La fachada fue realizada en ladrillo y piedra por
Repullés en estilo ecléctico.
Talla del Cristo del Olivar |
Durante la Segunda
República, el templo fue expoliado desaparecieron imágenes y retablos. Después
de la Guerra Civil, el templo fue reparado devolviéndole su aspecto original.
El templo quedó encomendado a la Orden de Predicadores Dominicos que desde el
año 1899 eran los capellanes de la Congregación.
En julio de 1936,
seis frailes de la comunidad fueron apresados y posteriormente ejecutados. En
la iglesia, una lápida recuerda los nombres de los frailes fallecidos.
En el año 1966 la Iglesia
Oratorio del Olivar, fue erigida parroquia con el nombre de “Santo Cristo del
Olivar”.
En el templo parroquial,
obligatoriamente debemos admirar el Santo Cristo de la Fe, escultura barroca realizada
por el escultor portugués Manuel Pereira, escultor barroco, que vivió en Madrid
hasta su fallecimiento en 1683.
Originalmente, la imagen formaba un Calvario, con las imágenes de María
y San Juan Evangelista flanqueando el Crucificado, las dos imágenes laterales
fueron destruidas en la Guerra Civil, quedando el Cristo también dañado, pero que pudo ser recuperado.
Portada Cristo del Olivar |
La segunda obra que
debemos admirar, es La Virgen del
Rosario, escultura del vallisoletano
Luis Salvador Carmona. La talla muestra a María sedente en un trono,
sosteniendo al Niño sobre una de sus rodillas, rodeados los dos por una gloria
de ángeles niños y querubines entre nubes, tallados con gran maestría. La obra de
Salvador Carmona, originariamente se encontraba en el desaparecido convento de
Santo Tomás.
En el Oratorio, antes
de la Guerra Civil se encontraban dos esculturas de Luis Salvador Carmona, una
Piedad y un Cristo azotado, pero que desaparecieron durante la contienda.
En el número 38 de la
calle de Atocha estaba el Cine Consulado, y en sus bajos la mítica discoteca
Club Consulado. Desde allí se emitió durante muchos años, los domingos por la
mañana, a las doce horas, el no menos mítico programa musical de Radio Madrid
(la SER), El gran musical, que nació en el año 1962 de la mano de Tomás Martín
Blanco. Por el desfilaron las más famosas figuras de la canción moderna,
convirtiéndose en poco tiempo en el de mayor popularidad de las ondas
españolas. En 1970 pasó a llamarse los 40 principales, con Rafael Revert al
frente.
Edificio Consulado |
En el año 2002, en el
solar de la antigua Sala Consulado se construyó un edificio respetando la
arquitectura y naturaleza del entorno, con los mejores acabados y materiales,
destinado al alquiler de viviendas, despachos profesionales, plazas de garaje y
trasteros.
Nos acercamos a la
Plaza de Antón Martín, pero antes haremos un pequeño alto en el camino para
recordar que en la manzana situada entre las calles de Atocha, El León y Plaza
de Matute, se encontraba el colegio de Nuestra Señora de Loreto, mandado construir en la década de los 80 del
Siglo XVI por el rey Felipe II, para la educación de niñas desamparadas.
El propio rey compro
unas casas en la zona de Atocha para que el Colegio comenzase a funcionar, con
el tiempo el Colegio que también hacia las veces de convento se fue ampliando
especialmente a la llegada de Felipe IV, época en que fue construida la Iglesia
según el proyecto del arquitecto real Juan Gómez de Mora. Las obras finalizaron
bajo la dirección del maestro de obras madrileño Pedro Lázaro Goiti en el año 1654.
Edificio que sustituyó al Colegio Nuestra Señora de Loreto en Atocha 55-57 |
La Iglesia disponía
de dos torres rematadas con chapiteles, como correspondía al Madrid de los
Austrias. El interior del templo de una sola nave y planta de cruz latina, en el
retablo mayor se encontraba el camarín de la Virgen de Loreto, a destacar
también los cuadros de la” Asunción de la Virgen” obra del pintor José
Donoso y “San José con el Niño” de
Antonio de Pereda.
El nombre de Nuestra
Señora de Loreto, se debe a la imagen de
la virgen que preside el templo, obra del italiano Giovanni Battista Montano.
El Papa Sixto V se la regaló a Felipe II en 1587 y el rey se la donó al Colegio.
Felipe IV ordenó trasformar el Colegio para la
educación de hijas de militares y
empleados de la Casa Real.
La Casa Real
mantuvo la protección del Colegio
durante el Siglo XVIII, hasta la Guerra de la Independencia. Se comenta que el
propio José Bonaparte quiso conocer la situación de los bienes artísticos que
se conservaban en el Colegio.
En el año 1844, el
Colegio empieza a ser regentado por las hermanas de la Sagrada Familia.
Será en el año 1882 cuando comience
el derribo del Colegio para construir uno nuevo en la calle de O´Donnell
nº 61. En la fachada aparece un rotulo con el siguiente texto: “Real Colegio”,
que sigue funcionando en la actualidad, pero admitiendo a todo tipo de alumnas.
Sobre el solar que
dejó el Colegio Nuestra Señora de Loreto en los
actuales números 55 y 57 de la calle de Atocha, se construyó un edificio
de viviendas. En el segundo piso, el 24 de enero de 1977, tuvo lugar la matanza
de los abogados laboralistas.
El 24 de enero de
1977, se produjo un hecho luctuoso cuando cinco abogados laboralistas de CCOO
fueron asesinados en su despacho del número 55 de la calle de Atocha por un
comando ultraderechista.
La sentencia del
tribunal formulada el 4 de marzo de 1980 consideró culpables a los procesados:
Francisco Albadalejo, José Fernández Cerrá y Carlos García Juliá, todos vinculados
al Sindicato Vertical del Transporte Privado de Madrid. El fallo condenó a José
Fernández Cerrá y Carlos García Juliá a
193 años a cada uno de ellos y a Francisco Albadalejo, a 73 años.
Placa en recuerdo de los abogados de Atocha |
El comando
ultraderechista, accedió al despacho de los abogados en un principio buscado al
dirigente comunista Joaquín Navarro,
Secretario General del Sindicato de Transportes de CC. OO. de Madrid y al no
encontrarlo en el despacho acabaron con la vida de los cinco abogados, dejando
heridos a otros cuatro abogados que también se encontraban presentes.
Las victimas
fallecidas en el atentado fueron: Los
abogados Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Francisco
Javier Sauquillo (hermano de Paca Sauquillo, actual presidenta del Movimiento
por la Paz, el Desarme y la Libertad), el estudiante de derecho Serafín Holgado
y el administrativo Ángel Rodríguez Leal. Resultaron gravemente heridos Alejandro
Ruiz-Huerta Carbonell, Miguel Sarabia Gil, Luis Ramos Pardo y Dolores González
Ruiz.
Monumento a los Abogados de Atocha en la Plaza de Antón Martín |
Indicar como
curiosidad que una de las abogadas del bufete que se libró del atentado era
Manuela Carmena, actual alcaldesa de Madrid.
Una placa situada en
el portal número 55 de la calle de Atocha, nos recuerda los hechos acaecidos el
24 de enero de 1977. Asimismo, en la Plaza de Antón Martín, se encuentra situado un grupo escultórico de Juan Genovés
con una placa explicativa para conocer su
significado. El monumento se conoce con el nombre de “El Abrazo”, cuadro
pintado por Juan Genovés en la década de los 70 y que fue un símbolo en la
transición española. Un póster colgado en el despacho de abogados laboralistas fue
testigo mudo de los asesinatos de 1977.
La Ferretería García en la calle Atocha nº 57, era una de las más antiguas de España. Se fundó en
1887 por Esteban García de Ochandatay, natural de Torrecilla en Cameros, en la
Rioja. La última propietaria ha sido María Jesús nieta del fundador y ahora con
sus 78 años, pone fin a más de un siglo de existencia.
Esteban García de
Ochandatay como buen empresario montó el negocio en la calle de Atocha
relativamente cerca de la estación de Atocha lugar de entrada de posibles
compradores a la capital. En el lugar que ocupa la antigua ferretería estuvo en
tiempos pasados el Colegio Nuestra Señora de Loreto. El fundador en su afán de
crear una ferretería ejemplar importaba productos de Alemania e Inglaterra. En
sus estantes como sucede en los locales antiguos se almacenaban todo tipo de
productos de ferretería.
Ferretería de Esteban García de Ochandatay ya cerrada |
La ferretería
conservaba los muebles y armarios originales,
y verdaderas joyas para los anticuarios.
El cierre se ha
producido por un problema de herencias,
ya que el local no estaba escriturado a favor de su actual propietaria María
Jesús, para normalizar escrituras, la propietaria se ve obligada a pagar una
importante suma de dinero circunstancia que imposibilita el mantenimiento del
negocio.
Irremediablemente la
ferretería ha llegado a su fin, echando el cierre hace unos pocos meses.
En nuestro pasear por
la calle de Atocha, hemos alcanzado la Plaza de Antón Martín o Plazuela de
Antón Martín como también se la ha denominado. En realidad, no es realmente una
plaza, más bien se trata de un ensanchamiento de la calle de Atocha frente al
Monumental Cinema.
Antón Martín nació en
el pueblo conquense de Mira el 25 de marzo del año 1500. A la muerte de su
padre, Antón Martín se desplazó a Madrid y posteriormente ejerció de soldado en
Valencia. La vida de Antón Martín cambió completamente cuando su hermano Pedro
fue asesinado en Guadafortuna, pueblo de la provincia de Granada.
Hospital de Antón Martín año 1895 antes de su derribo |
En Granada, Antón
Martín conoce al religioso Juan de Dios, que dedicaba su vida a la fundación de
hospitales. Antón Martín, abandona el ejército para acompañar al religioso en
su labor de fundar hospitales para los más necesitados.
A la muerte de Juan de Dios el 8 de marzo de
1550, Antón Martín recoge su testigo colocándose al frente de la orden religiosa y
se traslada a Madrid, donde solicita al rey Carlos I autorización para fundar
un hospital para enfermos de cirugía. El hospital se levantará en el año 1552 en
una parcela cedida a tal efecto por D. Fernando de Zomoza, en la zona de Atocha
con el nombre de Hospital de Nuestra Señora del Amor de Dios, denominado
popularmente Hospital de Antón Martín.
El hospital, se encontraba aproximadamente en el espacio que en la actualidad
ocupan el cine Doré, el mercado de San Antón y la parroquia de San Salvador y
San Nicolás. Durante la Guerra de la Independencia, el hospital fue utilizado
por las tropas francesas como polvorín.
Hospital de Antón Martín (LXI) según Pedro Texeira |
Con la
desamortización de Mendizábal en 1836, el hospital con el nombre de San Juan de
Dios, se trasladó a la calle Doctor Esquerdo, en el espacio que hoy ocupa el
Hospital Gregorio Marañón.
El viejo Hospital fue
derribado en la última década del Siglo XIX, dando lugar a la creación del
Pasaje Doré y a la construcción de la iglesia de San Salvador y San Nicolás.
En la Plaza de Antón Martín, se encontraba la Fuente de la Fama,
un encargo del rey Felipe V para
embellecer la ciudad y suministrar agua al pueblo de Madrid. El proyecto
fue encargado a Pedro de Ribera, quien dirigió la obra entre los años 1731 y
1732. La estatua de La Fama que corona la fuente es obra del escultor Juan Bautista.
La financiación como
casi siempre corrió a cargo del pueblo, así que el día de la inauguración y bajo la iniciativa popular, se colocó un cartel que decía: “Dios lo quiso, el rey lo mandó y el pueblo
lo pagó”.
En un principio, la
fuente quedo situada en la plaza de Antón Martín, siendo conocida por el nombre
de la plaza. Posteriormente en el año 1879 fue a parar a los almacenes de la
Villa y ya en 1909 el escultor Ángel García y el arquitecto José Loute
reconstruyen la fuente para instalarla en el Parque del Oeste. El Ayuntamiento,
encarga en el año 1926 un proyecto al
arquitecto municipal Luis Bellido para que instale la fuente en los jardines de Pedro de Ribera del
antiguo Hospicio. Durante la Guerra
Civil la fuente se desmonta para evitar su destrucción, volviendo a instalarse
definitivamente en el año 1941.
Fuente de la Fama en Antón Martín año 1864 |
La fuente está
construida con piedra berroqueña y caliza de Colmenar de Oreja. Las dimensiones
del conjunto son bastantes considerables, con una altura de 10 metros, un fondo
de 4 metros y una anchura de 4 metros.
La Fama es una figura
de la mitología con varios significados: Mensajera de Júpiter para unos y la
“Voz Pública” para los romanos. La Fama como Voz Pública aparece en el Libro IV
de La Eneida y según Virgilio fue engendra por la Tierra.
La Fama es una figura
femenina alada muy utilizada en espacios públicos como: El Museo Metropolitano del Arte de Nueva
York, Museos Reales de las Bellas Artes en Bruselas, Parque Campo Grande de
Valladolid, Fábrica de Tabacos de Sevilla, actual Universidad y un largo etc.
El 23 de marzo de
1766 se inició en la plaza de Antón Martín, el denominado Motín de Esquilache
en contra del primer ministro de Carlos III.
El creciente
descontento del pueblo a causa de la subida de los precios del pan y de otros
productos de primera necesidad y la obligación de sustituir las capas largas y
los sombreros de ala ancha usados por los madrileños por capas cortas y
sombreros de tres picos. La medida sobre la utilización de las prendas, se
basaba en el hecho de las capas largas facilitaban el ocultamiento de las armas
y los grandes sombreros eran una salvaguardia para los delincuentes, porque
podían ocultar el rostro.
El pueblo planteó
al rey una serie de propuestas como: El gobierno español debía ser ocupado por
ministros españoles, Esquilache y toda su familia debían abandonar España, reducción
del precio de los productos básicos, debía permitirse el uso de la capa larga y
del sombrero de ala ancha, desaparición
de la Junta de Abastos, los soldados debían retirarse a sus cuarteles.
El rey se asomó al
balcón del palacio para aceptar las
peticiones apaciguando las protestas. El rey, temiendo por su seguridad, se
trasladó a Aranjuez acompañado de toda su familia y de sus ministros. Este
hecho despertó nuevamente las iras de la población que pensaba que el rey había
huido. Cerca de 30.000 personas se dedicaron a saquear almacenes y cuarteles y
a liberar a los presos. Para calmar los ánimos, Esquilache fue destituido y
enviado a Italia. Esquilache antes de partir, dejó escrita una carta al pueblo
de Madrid que decía textualmente: "Yo he limpiado Madrid, le he empedrado,
he hecho paseos y otras obras que merecería que me hiciesen una estatua, y en
lugar de esto me ha tratado tan indignamente". El conde de Aranda, sustituyó a Esquilache al
frente del gobierno mientras el rey estaba en Aranjuez y convenció al pueblo de
Madrid para cambiar las capas y los sombreros de la discordia por capas cortas
y tricornios.
Frente al monumento a
los abogados de Atocha, se encuentra el edificio que en su día fue el Monumental
Cinema, convertido hoy en sala de conciertos de la Orquesta y Coro de Radio
Televisión Española.
El Monumental Cinema
fue una sala cinematográfica y de teatro cuyo edificio fue mandado construir
por la Empresa Sagarra y las obras corrieron a cargo del célebre arquitecto Teodoro Anasagasti que empleó por primera vez hormigón armado en edificios
públicos.
La empresa que
levantó el edificio fue “Cementos Armados de Sestao” por iniciativa de la
Empresa Sagarra, fundada en 1918 por Carlos Viñas Sagarra y Ricardo Urgoiti. La
Empresa Sagarra era también propietaria de las salas: Real Cinema, Príncipe Alfonso y el Cinema España.
La Sala de cine de
tres pisos y con capacidad para cerca de 4200 personas, se abrió al público el
20 de octubre de 1923. El interior se realizó con detalles en estilo art decó y cristaleras de la
empresa Maumejan Hermanos. La fuente situada en el bar del vestíbulo y rodeada
de ciervos es obra del escultor Pedro Nicoli. En un principio el edificio
disponía de un acceso directo a la estación de Metro de Antón Martín.
Fachada Teatro Monumental |
La Sala, se inauguró
como cinema mudo y se acompañaban las películas con una orquesta. Debido a
la magnífica acústica de la sala, en el año 1923 comenzaron las temporadas de
conciertos a cargo de la Orquesta Sinfónica de Madrid, del maestro Arbós.
En enero de 1930, se
incorporó el cine sonoro a la programación del Monumental Cinema con la película
“El arca de Noé”.
Desde el año 1970, el
antiguo cine es la sede de la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española.
En la calle Magdalena
números 38 y 40, casi en la confluencia con Atocha, se encontraba el teatro Variedades.
El teatro se levantó sobre un antiguo juego de pelota, que terminó
convirtiéndose en teatro en 1843 y se mantuvo en funcionamiento hasta su
incendio el 28 de enero de 1888.
Recreación del incendio del Teatro Novedades |
Que mejor que
recurrir a Ramón Mesonero Romanos en su libro “Nuevo manual
histórico-topográfico-estadístico y descripción de Madrid, 1854”. para que nos
describa algunos aspectos del teatro Variedades.
"Teatro de Variedades.
En una antigua sala de juego de pelota de la calle de la Magdalena núm. 40, con
accesorias a la de la Rosa, tuvo lugar en 1843 la formación de un teatrillo de
segundo orden, que ampliado, y reconstituido después en 1850 hasta el punto de
convertirse en una linda sala capaz de 800 espectadores, llegó á obtener gran
voga y favor del público y tuvo también la gloria de servir de cuna a la ópera
española con la celebérrima zarzuela del Duende, que mereció el honor de ciento
y más representaciones consecutivas. Hoy abandonado de sus compañías favoritas,
se dedica a la magia y espectáculos de brocha gorda, con lo cual, sino
inmortales laureles, alcanza por lo menor muy regulares entradas".
En la esquina entre
la Plaza de Antón Martín y la calle de Atocha, se encuentra una de las
farmacias con más solera de Madrid.
Farmacia el Globo |
La farmacia permanece
abierta desde que la fundo el doctor Trassera en el año 1870. El doctor
Trassera, importó a España la costumbre de los farmacéuticos ingleses, que
colocaban globos a modo de faroles en los establecimientos que regentaban para diferenciarlos
de herbolarios y droguerías.
La farmacia ocupaba
los bajos del edificio y en la tercera planta vivió Ramón y Cajal durante
algunos años.
Farmacia el Globo a la izquierda durante la Guerra Cívil |
En el transcurso de
la Guerra Civil Española una bomba destruyó
el edificio colindante, dañando parte del edificio de la farmacia.
En la actualidad,
todo el edificio pertenece a la farmacia.
En la Plaza de Antón
Martin, en concreto en el número 58 de la calle de Atocha, se encuentra la
Iglesia de San Salvador y San Nicolás. Su doble advocación, se debe a que en el
pasado fueron dos iglesias independientes.
La iglesia de El
Salvador, se encontraba situada frente a la actual Plaza de la Villa, en la
actualidad un edificio de viviendas ocupa su espacio y una placa nos recuerda
su existencia. Según el escritor y biógrafo del Siglo XVIII, Álvarez y Baena en
sus orígenes fue una iglesia dedicada a Santa María Magdalena, el primer dato
que se tiene de su existencia queda recogido en el Fuero de 1202, en donde ya
aparece como parroquia de El Salvador.
Situada en la calle
Mayor (en la actualidad Nº-70) frente a la plazuela de la Villa, se trataba de
un edificio pequeño al que se accedía por una discreta portada sobre la que
había un nicho con la estatua de El Salvador realizada en piedra.
Iglesia de El Salvador y San Nicolás |
Curiosamente, la
torre, las campanas y el reloj de la parroquia pertenecían al Ayuntamiento. La
torre, de una gran altura, era conocida como la atalaya de la Villa, para
diferenciarla de la torre de la parroquia de Santa Cruz, también propiedad de
la Villa y conocida como la atalaya de la Corte. El Concejo de Madrid estuvo
muy vinculado a esta parroquia. Así, durante los siglos XIV y XV el Concejo celebraba
sus reuniones en una pequeña sala
situada encima del pórtico de la iglesia y durante todo el Antiguo
Régimen, era aquí donde el Concejo celebraba sus ceremonias religiosas por
ejemplo, todos los miércoles de cuaresma debían acudir a El Salvador a escuchar
un sermón especialmente preparado para el Concejo. La iglesia de el Salvador
fue derribada en el año 1842.
La Iglesia de San
Nicolás de Bari o de los Servitas, queda recogida en el Fuero de Madrid de 1202
como una de las parroquias más antiguas de la ciudad, se encuentra situada
desde su fundación en la calle San Nicolás muy próxima a la catedral de la
Almudena.
En el año 1805,
perdió el rango de parroquia debido al estado ruinoso del edificio en favor de
la iglesia de El Salvador. San Nicolás quedó abandonada hasta que en el año 1825 el edificio religioso fue cedido a la
congregación de la Orden Tercera de Servitas, que procedieron a restaurar la
iglesia.
Con el derribo de la
iglesia de El Salvador en 1842 los feligreses se trasladaron a San Nicolás.
Sería ya en la última década del Siglo XIX cuando se funde en el antiguo
Hospital de Nuestra Señora del Amor de Dios también denominado Hospital de San
Juan de Dios en la Plaza de Antón Martín la iglesia de San Salvador y San Nicolás.
En párrafos anteriores,
ya hemos indicado de forma resumida el origen del Hospital de la Plazuela de
Antón Martín. Volviendo a nuestra iglesia, indicar que la misma fue incendiada y destruida al
comienzo de la Guerra Civil, siendo reconstruida en el año 1948.
En la fachada de la
iglesia, se encuentra la imagen de San José de Cupertino, cuyo nombre de
nacimiento era Giuseppe Desa, fraile italiano del Siglo XVII. Es considerado el
patrón de los aviadores y los estudiantes, siendo frecuente que gran número de estudiantes en época de
exámenes acudan a la iglesia de San Salvador y San Nicolás.
En el Pasaje del Cine
Doré, se pueden observar los restos de
la antigua iglesia perteneciente al Hospital. Tanto interior como exteriormente
la nueva iglesia es de trazas muy sencillas, no destacando precisamente por su
arquitectura, todo lo contrario que la iglesia del Hospital que atesoraba gran
número de esculturas y pinturas, no obstante, siempre aconsejamos visitar todos
los templos madrileños.
En el número 81 de la
calle Atocha, podemos contemplar un extraordinario edificio que en la
actualidad pertenece a la cadena de hoteles Catalonia. El edificio fue
construido a finales del Siglo XIX por
el arquitecto Joaquín Saldaña, autor también del Hotel Atlántico de la Gran Vía
para ser dedicado a viviendas.
Hotel Catalonia |
Durante un largo
periodo, el edificio estuvo abandonado hasta que la cadena hotelera adquirió el
edificio para su restauración. Por suerte el edificio se libró de la temida
piqueta gracias a que su fachada está catalogada dentro del llamado
"Conjunto Histórico de la Villa de Madrid".
El Hotel abrió sus puertas
en el año 2011, siendo considerado uno de los mejores hoteles de la zona.
El impresor Juan de
la Cuesta, tiene el honor de haber imprimido la primera edición de El Quijote
de la Mancha en su imprenta de la calle de Atocha, pero hagamos un poco de
historia antes de acercarnos a la antigua imprenta de Juan de la Cuesta.
No se tiene certeza
de su lugar de origen, las primeras noticias que se tienen de Juan de la
Cuesta, le sitúan en Valladolid en el
año 1567, pero no será hasta 1590 cuando se conozcan sus primeras obras como
impresor en la ciudad de Segovia, obras religiosas del autor Juan de Horozco.
Algunas fuentes
indican que el Juan de la Cuesta que estuvo en Segovia, es el padre de nuestro
protagonista que también se llamaba Juan, sea como fuere, comenzaremos nuestra
historia en la ciudad de Madrid.
Juan de la Cuesta
ingresa en Noviembre de 1599, en la Hermandad de impresores y comienza a
trabajar en la imprenta de María Rodríguez de Rivalde, viuda de Pedro Madrigal,
impresor de origen salmantino que había instalado su taller de impresión en la
calle de Atocha esquina con la Costanilla de los Desamparados en el año 1586,
falleciendo en el año 1593.
María Rodríguez de
Rivalde pone al frente de la imprenta a Juan de la Cuesta en el año 1602, que
se casa con María Quiñones viuda del hijo de Pedro Madrigal en 1603.
La imprenta publicó,
a principios de 1605, la primera edición Príncipe de El ingenioso Hidalgo Don
Quijote de la Mancha, la obra cumbre de las letras españolas.
La primera edición
príncipe de El Quijote, no se puede considerar que destacase por su calidad,
tenía múltiples erratas y una calidad de impresión deficiente. Se estima que el
valor de esta primera edición puede alcanzar más de 200.000 euros.
Placa situada en la calle San Eugenio |
En 1606 la Corte se
traslada de Valladolid a Madrid. Felipe II ordena que la Institución de los
Niños Desamparados que se encontraba
entre las calles de Santa Isabel y Atocha se traslade al Hospital del Carmen,
situado también en la calle de Atocha junto a la imprenta de Juan de la Cuesta.
Por necesidades de espacio se expropia la imprenta dando a la viuda de Madrigal
la cantidad de 3.000 ducados y una parcela en el número 7 de la calle de San
Eugenio, justo en el lugar que ocupaba el antiguo Hospitalillo del Carmen.
En este espacio se instalará la imprenta en el año 1609,
imprimiéndose la segunda parte de El Quijote en el año 1615, como atestigua una
placa conmemorativa colocada en 1905.
El Colegio de los
Niños Desamparados o también Desamparados de Atocha, fue fundado por la Congregación
del Amor de Dios en el año 1596 funcionando como colegio, hospital y albergue
de niños desamparados.
El Colegio se mantenía
con las limosnas que recogían los propios niños, pero esta forma de recaudación
no era la más apropiada, por cuyo motivo se estableció una asignación municipal
sumada a las aportaciones privadas.
El Colegio comenzó a
funcionar en casas independientes, en las inmediaciones de las calles Atocha y
Santa Isabel hasta que en el año 1610, se consiguió centralizar en un único
edificio en la confluencia de las Calles Atocha y Costanilla de los
Desamparados.
El Colegio recogía los
niños madrileños huérfanos de seis a trece años que salían de la Inclusa.
En el Colegio se
enseñaba a los niños oficios tradicionales para que se pudiesen formar como: Sastres,
carpinteros, herradores, zapateros y otros varios, con la posibilidad de que
los artesanos del pueblo de Madrid contratasen a los niños como ayudantes.
El Centro también dio
acogida a mujeres incurables, así como mujeres embarazadas sin medios y a personas
sin techo, realizando funciones de Casa
de Socorro. Debido a los problemas económicos, los huérfanos son trasladados en
el año 1852 al nuevo Hospicio de la Calle Fuencarral.
Al quedar libre el
edificio, sus instalaciones fueron aprovechadas para ubicar el Hospital de Hombres
Incurables de Nuestra Señora del Carmen, comenzando a funcionar con cerca de 300 camas.
El Gobierno Liberal
promulgó la Ley General de Beneficencia y Sanidad en el año 1849. El 14 de Mayo
del año 1852, se estableció el “Real Reglamento” para iniciar las reformas
hospitalarias. Como resultado se crean dos hospitales en la calle de Atocha: El
Hospital Clínico y el Hospital de Incurables.
Al primitivo edificio
mandado construir por Felipe III a finales del Siglo XVI para acoger a los
niños desamparados, se le añadió la Capilla del Amor de Dios a mediados del
Siglo XVII.
Fachada Santo Cristo de la Fe |
El ingreso en el Hospital
de Incurables, se realizaba previa solicitud al subdirector general de
Beneficencia, aunque la lista de espera alcanzaba casi los dos años. En el
Hospital, se suministraban a los pacientes productos contra el dolor: Clorhidrato
de morfina, el extracto tebaico (extracto acuoso de opio que se saca de la
adormidera) y polvos de Dover (Medicamento
antiguo contra el frío y la fiebre que introdujo el doctor Thomas Dover y que
se ha usado hasta la década de 1960. Contiene un 10% de opio, otro tanto de
ipecacuana y sulfato de potasio).
Durante la Guerra
Civil, el edificio quedo casi destruido, salvándose únicamente la fachada.
Terminada la contienda el Hospital es reparado parcialmente para continuar su
función sanitaria y para acoger la
feligresía de la destruida Iglesia de El
Salvador y San Nicolás hasta la reparación de esta última en el año 1948.
Las funciones como
Hospital finalizaron en el año 1944 y posteriormente en 1948, el edificio es
vaciado por su avanzado estado de deterioro, permaneciendo en esta situación
durante varios años esperando que el edificio fuese derribado para construir
viviendas.
Será ya en el año
1974 cuando con el beneplácito del Arzobispado, el templo es cedido a la Hermandad de los
Cruzados de la Fe, que a lo largo de los años, han restaurado el templo que hoy conocemos como Iglesia del Santísimo Cristo de la Fe.
La Sociedad
Cervantina, entidad privada fue fundada en 1953 por Luis Astrana Marín y de la Sociedad
formó parte el doctor Marañón, se creó con la idea de crear un museo dedicado a
Cervantes. En el año 1955, Hacienda cede el edificio del antiguo hospital
situado en el número 85 de la calle de Atocha a la Sociedad. Fue en este
espacio donde antiguamente estuvo ubicado
el taller Juan de la Cuesta y donde se imprimió la primera edición de El
ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.
Edificio de la Sociedad Cervantina, junto a la iglesia del Santo Cristo de la Fe |
La Sociedad
Cervantina ha montado una réplica exacta de la imprenta de Juan de la Cuesta,
donde a parte de la obra cumbre de Cervantes, también se imprimieron obras de Lope
de Vega y diversos autores del Siglo de Oro.
En la sala de la
imprenta se da a conocer a los visitantes, las peculiaridades del trabajo
artesanal del Siglo de Oro de las letras españolas.
Placa del Museo Cervantino |
En la fachada del
edificio, se puede contemplar una hermosa placa, consistente en un relieve
de don Quijote y Sancho, obra realizada
por el escultor Coullant Valera.
En la actualidad, la
Dirección de la Sociedad recae en Sonia
Sebastián, siendo su Presidente Luis María Ansón.
Ya nos encontramos
muy cerca de la Glorieta de Atocha, pero detengámonos unos instantes para
visitar Casa Pajuelo, en el número 95 de nuestra calle. Fue fundada en 1946, y
desde entonces ha suministrado productos para la matanza (especias, tripas y
cordeles) a toda la zona centro y alrededores. Casa Pajuelo también dispone de
buena miel de la Alcarria que se sigue vendiendo a granel y un sinfín de
productos que nos trasladan a otras épocas. Merece la pena visitar su interior
que se conserva como el primer día y comprar aunque solo sean unos caramelos
para endulzar nuestro paseo.
En el portal número
101 de nuestra calle, podemos contemplar una placa que nos recuerda que en esta
zona vivió la familia de los “Fucares”. Recordaremos brevemente algunos datos
de esta prestigiosa familia.
La familia de los Fugger o Fúcares como también se les conoce fueron
una familia de empresarios y financieros alemanes descendientes de campesinos
de la región de Suabia, instalándose en el año 1409 en Augsburgo dedicándose a la fabricación y el comercio de tejidos. Su
fama y el progreso de sus negocios
convirtieron a esta familia en uno de los mayores grupos empresariales de los siglos
XV, XVI y XVII.
Su influencia era
tal, que el propio Maximiliano emperador el Sacro Imperio compró los votos de
cinco de los siete electores para que eligiesen a su nieto Carlos (futuro
Carlos I) como sucesor del Sacro Imperio. El dinero para la compra de los votos
salió de los préstamos realizados por los Fugger.
A principios del
siglo XVI, los Fúcar eran propietarios de una compañía dedicada a la minería, controlando el
plomo, la plata, el cobre y el alumbre, tenían negocios inmobiliarios,
dedicándose también al comercio de gemas, paños, especias y sal.
La familia de los
Fucar, financiaron los viajes en la época de los descubrimientos, a españoles y
portugueses.
Jardines de los Fucar según el plano de Pedro Texeira año 1656 |
Con Jacobo II el Rico
en la dirección del clan familiar en la segunda mitad del Siglo XV y principios
del XVI, la familia constituyó una casa
de banca que se extendió por toda Europa. Se convirtieron en banqueros de Maximiliano I y Carlos I.
Los Fucar disponían
de propiedades en Madrid, donde vivieron en los siglos XVI y XVII. Tenían una
casa en la actual calle de los Fucar esquina con la calle de Atocha. Asimismo, eran
propietarios de los denominados Jardines de los Fucar, en la zona comprendida
por las calles: Alameda, Verónica y Prado de Atocha (actual Paseo del Prado).
En la calle de Atocha
número 106, se encuentra el Instituto Nacional de Administraciones Públicas y
el Colegio Oficial de Médicos.
Pero vayamos unos años atrás cuando en este espacio se
encontraba el Hospital de la Pasión, un antiguo hospital para la asistencia de
mujeres.
Felipe II ordena
agrupar las instituciones sanitarias y en la calle de Atocha en el año 1636, manda
construir un Hospital para la asistencia sanitaria femenina de Madrid. El
Hospital llegó disponer de 300 camas para mujeres enfermas. En un principio, el
Hospital de la Pasión se encontraba situado en la Plaza de la Cebada, pero al
quedarse pequeño se realizó su traslado a la calle de Atocha.
Edificio Instituto Nacional de Administraciones Públicas y el Colegio Oficial de Médicos |
Durante el reinado de
Carlos III, el cirujano Antonio Gimbernat y Arbós, propuso al rey la creación
del Real Colegio de Cirugía de San Carlos. La primera ubicación del Real
Colegio se realizó en el Hospital General, al final de la calle Santa Isabel
(en la actualidad Museo Reina Sofía).
En el año 1831 con
Fernando VII en el poder, al Real Colegio, se le concede el edificio del
antiguo Hospital de la Pasión. Como el viejo edificio no reunía las condiciones
adecuadas que requería el Colegio, Fernando VII ordena al arquitecto real
Isidro González Velázquez, la construcción de un nuevo edificio, finalizando las
obras en el año 1840.
Con el tiempo el
Colegio paso a llamarse Facultad de Ciencias Médicas. Cuando en 1845 se separa
Farmacia, en el edificio se creó la Facultad de Medicina, dependiente de la
Universidad Central.
Con el paso de los
años, todos los colegios y facultades se trasladan a la Ciudad Universitaria y
en el antiguo edificio de Isidro González Velázquez, se ubicó la sede del
Instituto Nacional de Administraciones Públicas con entrada por la calle de Atocha y el Colegio Oficial de Médicos
con entrada por la calle de Santa Isabel.
A continuación del
edificio del Colegio Oficial de Médicos, se encuentra otro magnífico edificio
que desde el 12 de diciembre de 1990, es la sede del Real Conservatorio
Superior de Música de Madrid.
El edificio fue
construido para albergar dependencias del Hospital Clínico de San Carlos,
formando parte del Gran Hospital de Atocha (actual Museo Reina Sofía).
Real Conservatorio |
En el año 1987 y con
el fin de albergar el Conservatorio, los arquitectos Manuel e Ignacio de las
Casas y Jaime Lorenzo, realizaron una reforma interior para adaptarlo a los
nuevos usos. El Real Conservatorio tiene una capacidad para 1400 alumnos.
Como curiosidad,
indicar que el Hospital Clínico de San Carlos, en principio se encontraba unido
al Hospital General, siendo separado en el año 1929 para prolongar la calle de
Santa Isabel hasta la Glorieta de Atocha.
La entrada del Real Conservatorio se realiza por la calle Doctor Mata y Santa Isabel.
En nuestro paseo por
la calle de Atocha, hemos alcanzado la Glorieta de Atocha o Plaza del emperador
Carlos V.
El nombre de la
Glorieta de Atocha, se debe a que en el lugar se encontraba la antigua puerta
de Atocha, situada en la cerca de Felipe IV. La puerta de Atocha fue derribada
en el año 1850 para facilitar la movilidad de las personas que entraban y
salían de Madrid dirección Valencia.
En el año 1941, se
cambió el nombre de Glorieta de Atocha por Plaza del Emperador Carlos V, para evitar equívocos con
el nombre de la calle de Atocha.
En el centro de la
Glorieta y haciendo las funciones de rotonda, se encuentra una isleta con surtidores
de agua en el perímetro y una fuente en el centro, se trata de la Fuente de la
Alcachofa diseñada por Ventura Rodríguez, pero no se trata de la fuente
original, sino de una réplica.
La fuente fue
proyectada en el año 1776, siendo esculpida entre los años 1781 y 1782, por
Alfonso Giraldo Bergaz, Antonio Primo y José Rodríguez para embellecer el Salón
del Prado.
Fuente de la Alcachofa |
El diseño de la
fuente de Ventura Rodríguez tiene influencias barrocas incorporando motivos
como: Dioses marinos, adornos vegetales y cuantiosos gravados en la piedra.
La Fuente de la
Alcachofa está formada por un pilón circular y en su centro se eleva una
columna formada por dos cuerpos, con gran número de adornos. En el primer cuerpo se encuentra
la figura de un tritón y una nereida con cola de pez y cuerpo de mujer, ambas
figuras sujetan un escudo de Madrid. El
segundo cuerpo situado sobre una pila, consta de cuatro amorcillos protegidos en su parte superior por
una estructura en forma de cascada coronada por una alcachofa.
Réplica de la Fuente de la Alcachofa, fotografía propiedad de Víctor R. Villar |
Para la construcción
de la fuente, se utilizó piedra caliza de Colmenar y granito de Redueña.
La fuente fue
instalada junto a la desaparecida Puerta de Atocha, que se encontraba situada
en la cerca de Felipe IV y daba acceso a la capital del reino por su parte
meridional.
En este lugar
permaneció la fuente durante casi cien años hasta que en 1880 con motivo de la remodelación de la
zona, la fuente fue trasladada a los Jardines del Retiro, operación dirigida
por el arquitecto José Urioste y Velada, que en esas fechas ostentaba el cargo
de director de Fontanería y Alcantarillado del Ayuntamiento de Madrid.
Recreación de la antigua Puerta de Atocha |
Con la remodelación
de la Glorieta del Emperador Carlos V en la década de los años 80 del pasado
siglo y a iniciativa del entonces Alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván, se
construyó una réplica de la Fuente de la Alcachofa que se instaló en la
Glorieta en el año 1987. Para la construcción de la fuente se empleó el broce
como material principal.
La fuente original,
la podemos contemplar como ya hemos indicado en los Jardines del Retiro, en
concreto en la Plaza de la República de Honduras próxima al Estanque Grande.
Uno de los edificios
más emblemáticos de la Glorieta es el edificio del Ministerio de Agricultura.
Recordemos de forma
resumida la historia de este Ministerio. La denominación de Fomento se acuño en
tiempos de Fernando VII como Secretaría de Gobernación. Con Isabel II en el poder,
en el año 1851 se creó el Ministerio de Fomento que incluía: Obras Públicas,
Industria, Bellas Artes, Agricultura y Comercio. El Ministerio de Fomento quedó
instalado en el Antiguo Convento de los Trinitarios, que ya describimos en
nuestro recorrido por la calle de Atocha.
Como el edificio se
encontraba en estado ruinoso, se encargó al arquitecto Mariano Belmás un
proyecto para instalar una escuela de Artes y Oficios, en los terrenos del
Jardín Botánico colindantes con la Glorieta de Atocha, para la construcción de
este espacio, se redujo la superficie del Botánico en 17.000 m2.
Ministerio de Agricultura, fotografía propiedad de Víctor R. Villar |
Mariano Belmás, en el
año 1885 deja el proyecto cuando solo se habían construido los cimientos,
sustituyéndole el arquitecto Eduardo Saavedra, que continua con el proyecto, destinando el edificio para ubicar la Facultad
de Ciencias. Por falta de presupuesto, las obras se pararon hasta el año 1891.
Por Real Decreto en
el año 1892, se encarga la construcción del futuro Ministerio de Fomento al
arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, que finalizó la construcción en el año
1897.
Ricardo Velázquez
Bosco nació en Burgos en 1843, falleciendo en Madrid en 1923. Para la
construcción de este edificio, Ricardo Velázquez Bosco utilizó los trabajos ya
realizados por Mariano Belmás y Eduardo
Saavedra, para las obras de la Escuela Central de Artes y Oficios.
Vieja estampa de la Glorieta de Atocha con el Palacio de Fomento a la izquierda |
Ricardo Velázquez
Bosco realizó otras obras en Madrid destacando: El Pabellón de Velázquez en el
Retiro destinado a la Exposición Nacional de Minería, Artes Metalúrgicas,
Cerámica, Cristalería y Aguas Minerales, también construyó la Escuela Técnica
Superior de Ingenieros de Minas con
cerámicas en la fachada realizadas por Daniel Zuloaga, el Ministerio de
Educación en la calle de Alcalá y el Palacio de Gamazo en la calle Génova.
El nuevo edificio de Atocha de trazas
renacentistas, es de planta rectangular y dos patios interiores simétricos, el
edificio disponía de cuatro alturas para adaptarlo a las características del
terreno. La cubierta en forma de claraboya se realizó con hierro de los altos
hornos de Bilbao y cristal, una escalera central realizada en mármol le
confiere la monumentalidad de un palacio señorial. A destacar en la fachada el
cuerpo central, compuesto por un pórtico, con ocho columnas gigantes de estilo corintio con cabezas de Minerva en
los capiteles y con la misión de soportar el gran ático.
Glorieta de Atocha con el palacio de Fomento al fondo, década de los años 20 |
En la decoración del
Palacio intervinieron algunos de los más celebres artistas del Siglo XIX.
Las cariátides situadas
en la puerta de entrada representando a la Industria y el Comercio, son obra
del escultor José Alcoverro natural de Cataluña.
La decoración de las
fachadas a base de cerámica fue realizada por Daniel Zuloaga, en los hornos
situados en la Fábrica de Loza de la familia Vargas en la ciudad de Segovia.
En el interior, las
pinturas fueron obra de Alejandro Ferrant y Fischermans y Manuel Domínguez.
Placa recordando la construcción del Palacio de Fomento |
Ricardo Velázquez
Bosco realizó el diseño de la escalera monumental, encargando su construcción a
José María Hernández y Rodríguez.
El grupo escultórico
original que coronaba el edificio representando La Gloria y los Pegasos, es obra
de Agustín Querol Subirats y fue realizado en mármol de Carrara y colocado en
1905. En el centro, la Gloria y a los lados dos Pegasos conducen a Mercurio y
Minerva. Para la construcción del grupo escultórico se utilizaron 40 toneladas
de mármol.
En los años 50 del
Siglo XX, el grupo escultórico se encontraba bastante deteriorado, incluso una
pieza de gran tamaño cayó al suelo. Para evitar posibles accidentes, se desmontó
el grupo escultórico y en su lugar se colocó un grupo escultórico copia del
original pero realizado en bronce,
vaciado en su interior. La obra fue realizada por el gran escultor Juan
de Ávalos.
Las obras originales
se encuentran en la Plaza de Legazpi y Glorieta de Cádiz.
El Palacio de Fomento
forma parte de un conjunto de edificaciones menores como la sala de calderas
con una llamativa chimenea, las cocheras y el palacete del Ministro (en la
actualidad no es usado por los ministros).
Todo el conjunto está
rodeado de una gran verja con base granítica. La verja fue realizada en los
talleres López de Madrid. La puerta de la fachada principal es obra de Gabriel
Asins, de la Casa Asins.
El interior del
palacio ha sufrido diversas transformaciones para adaptarlo a las nuevas
necesidades, construyendo nuevas entreplantas y remodelando los patios
interiores.
El Palacio dispone de
un gran patrimonio artístico con obras y objetos del siglo XVIII, la mayoría
proceden de Patrimonio Nacional y del Museo del Prado y se encuentran en
depósito, dando esplendor a salones y despachos principales, se incluyen
tapices, pinturas y relojes de sobremesa.
A destacar la
Biblioteca del Palacio con 66.875 títulos (libros y monografías), 446 mapas y más de
80.000 volúmenes.
La mejor forma de
conocer el Palacio es visitarlo para admirar todo su esplendor. El Palacio
realiza visitas guiadas todos los fines de semana y son gratuitos.
Durante el último
cuarto del siglo XIX, la pelota vasca fue posiblemente el deporte moda de la
sociedad madrileña, lo que hizo que empezaran a proliferar numerosos frontones
por las calles de la ciudad.
El primero y sin
ninguna duda más importante de los frontones madrileños fue el Jai Alai, construido
en el año 1891 en el espacio que en la actualidad forma el número 60 de la
calle Alfonso XII, Cuesta de Moyano y Ministerio de Agricultura. En los
primeros años, el frontón se construyó sin techado y fue en el año 1895 cuando
se le colocó la cubierta.
Frontón Jai Alai antes de 1910 |
Con la llegada del Siglo
XX, los gustos por el deporte de la población madrileña van cambiando, lo que
supuso el cierre de la mayoría de estos frontones. El Jai Alai, fue utilizado para la celebración de asambleas políticas y
posteriormente como caserón para coches.
En el año 1910 fue
derribado y en su lugar se construyeron edificios de viviendas.
Una de las construcciones que más destaca en la Glorieta de Atocha, es la propia estación del ferrocarril y que recibe el nombre de Estación de Atocha. De esta emblemática estación parten
todo tipo de trenes: AVE, largo recorrido y cercanías.
Todo comienza en 1829
cuando el alcalde de Madrid Marqués viudo de Pontejos, se propone llevar a cabo
un proyecto para unir Madrid con Aranjuez mediante una vía ferroviaria. Pontejos
no consiguió llevar a efecto su proyecto, principalmente por motivos
económicos. Posteriormente, en el año 1844, el ingeniero Pedro de Lara y Meliá consiguió
licencia para poner en marcha el proyecto, creando la compañía “Caminos de
Hierro de María Cristina”, pero no consiguió su objetivo.
Vista de la estación de Atocha, fotografía propiedad de Víctor R. Villar. |
Después de algunos
intentos incluido un destierro, el marqués de Salamanca, como gran visionario
en el mundo de los negocios, consigue la concesión del proyecto y con el
beneplácito de la reina Isabel II, se propuso realizar la primera línea ferroviaria
con destino a la población de Aranjuez.
Para llevar a efecto
el proyecto, el Marqués de Salamanca contrata al ingeniero francés Eugène
Flachat y como asesor de las obras, José de Salamanca
contó con el arquitecto y diseñador francés Víctor Lenoir. En principio se
construyó la estación denominada Estación de Mediodía o Embarcadero de Atocha.
Era la primera estación de tren de Madrid de donde partiría la primera línea
con destino a la población de Aranjuez lugar de descanso de la familia real. El
7 de Diciembre de 1851 la reina Isabel II, realiza el primer viaje
Madrid-Aranjuez.
Estación de Atocha, finales de la década de los años 20 del pasado Siglo |
José de Salamanca, en
su afán de avanzar con el ferrocarril proyectó el trazado Madrid-Alicante. El
Marqués de Salamanca pierde la concesión
a favor de Adrián Viudes Girón nacido en Madrid en 1844, fue político,
periodista y un gran terrateniente, tenía el título de Marqués de Rioflorido.
En el año 1852, el
Marqués de Rioflorido en una operación financiera, se convierte en el máximo
accionista de la línea férrea. Años después se constituye la compañía
Madrid-Zaragoza-Alicante (MZA). La empresa se forma con la unión de los
inversores de la línea Madrid-Zaragoza y el Marqués de Rioflorido adjudicatario
de la línea Madrid-Alicante.
Como el primitivo
Apeadero de Atocha resulta insuficiente para atender a la demanda de las
futuras líneas, la compañía MZA encarga al ingeniero francés Lenoir que ya
había trabajado con el Marqués de Salamanca, la construcción de una nueva
estación, que sería inaugurada en el año 1865.
Estación de Atocha a comienzo del Siglo XX |
Un año antes de su
terminación, un incendio destruyó parte
de su estructura, subsanados los desperfectos la estación comienza a funcionar,
pero rápidamente se puede comprobar que debido a la gran demanda de viajeros la
nueva estación no permite dar los servicios más adecuados para los nuevos
tiempos, máxime teniendo en cuenta la nueva línea ferroviaria
Madrid-Valladolid.
En el año 1888 comienzan las obras de la nueva
estación, un proyecto del arquitecto Alberto Palacio. ¿Quién fue Alberto
Palacio? Nuestro arquitecto, cuyo nombre completo era Paz Martín Alberto de
Palacio y Elissague, hijo de padre español y madre francesa nacido en el pueblo
francés de Sare el 25 de enero de 1856, falleció en Güecho en el año 1939.
Entre sus obras más
destacadas como proyectista o colaborador podemos enumerar las siguientes:
Colabora en la
construcción del Palacio de Velázquez en el Parque del Retiro de Madrid.
Colabora en la
ejecución del edificio del Banco de España.
Diseña y construye la Estación de Atocha.
Junto con su hermano
Silvestre de Palacio, diseñan el puente transbordador de Portugalete.
Diseña y construye la
antigua la fábrica Osram en el Paseo de Santa María de la Cabeza.
Estación de Atocha comienzo del Siglo XX |
Volviendo a la
construcción de la nueva estación de Atocha, Alberto
Palacio, diseñó una gran nave con estructura de hierro y mucho cristal
para permitir la entrada de luz a los andenes y vías, asimismo, se diseñaron
dos edificios para dependencias. De la estación destacaba poderosamente la
cubierta de la nave diseñada por Palacio con la colaboración del ingeniero Henri
Saint James, que había estudiado profundamente la arquitectura de la galería de
máquinas de la última Exposición Universal de París, donde se habían empleado
los mayores avances en la fabricación
del acero.
La gran nave de la
nueva estación de Atocha tenía unas medidas de 152 metros de largo, 48 metros de
luces y 27 de altura y fue fabricada en Bélgica. La estación se inaugura en el
año 1892.
Jardín tropical en la Estación de Atocha |
En el año 1941 fueron
nacionalizados los distintos ferrocarriles españoles integrándose en el monopolio de RENFE.
Entre los años 1984 y
1992, Rafael Moneo, con el fin de dar cabida a la línea de AVE
Madrid-Sevilla, realiza una gran remodelación de la vieja estación. Finalizadas
las obras, se completa un sistema ferroviario formado por dos estaciones. La nueva estación
destinada al tráfico ferroviario: Terminal del AVE, largo recorrido y red de
cercanías. La antigua estación de la que se ha respetado su primitivo diseño,
está dedicada a oficinas de RENFE, comercios de toda índole y la joya de la
corona, un jardín tropical que alberga más de 7000 plantas.
A principios del
Siglo XX, comenzó en Madrid la construcción de hoteles de lujo como el Palace o
el Ritz. En la Glorieta de Atocha y con el fin de ofrecer alojamientos a los
numerosos viajeros que llegaban a Madrid por el ferrocarril, se construyó el
Hotel Nacional, situado en la confluencia de la Calle de Atocha con el Paseo
del Prado.
Concebido como un
hotel de lujo con 300 habitaciones, fue construido por el arquitecto vallisoletano
Modesto López Otero en el año 1924, en estilo neoclásico. Se inauguró en
febrero del año 1925 y su cafetería situada en la planta baja, se convirtió en
lugar de reunión de los jóvenes literatos. En la primera planta, había varios
salones de baile para la aristocracia madrileña.
Vista general de la Glorieta de Atocha con el NH Hotel Goroup a la derecha |
En 1977, el hotel
cerró sus puertas permaneciendo en el olvido más de veinte años. La propiedad
del edificio, vendió la planta baja a la Multinacional Mc Donals y el resto del
edificio a la cadena de hoteles NH.
Después de dos años
de reforma, el 25 de junio de 1997, el hotel abrió nuevamente sus puertas. Las
obras de remodelación fueron ejecutadas por el arquitecto madrileño Gerardo
Mingo.
Ahora el viejo hotel se
reinventa pero manteniendo el esplendor de
sus primeros años, pero con las mejoras tecnológicas adecuadas a los
nuevos tiempos, (gimnasio, lobby-bar o
salas para la celebración de eventos). Se ha respetado el patrimonio arquitectónico, especialmente
la fachada, su gran escalinata y las
cristaleras del hall.
A destacar en el
nuevo Hotel, la recuperación del Café en el que no solo se puede degustar
una magnifica gastronomía, tenemos la
posibilidad de tomar unas copas y degustar la calidad de sus tapas.
El remozado Hotel,
dispone de 206 habitaciones con distintas calidades (estándar, superiores
dobles y una Junior Suite), todas dotadas con las últimas prestaciones como sistemas
de ducha, televisiones LED 46’’ y como novedad colchones diseñados en exclusiva
por la cadena HN Hotel Goroup.
En la calle de
Atocha, junto al antiguo Hotel Nacional, se encuentra la Discoteca Kapital una
de las salas más emblemáticas de Europa.
La Discoteca aparte
de ofrecer todo tipo de diversión, realiza actos sociales como desfiles,
fiestas privadas o grabaciones publicitarias.
Dispone de siete
plantas independientes, para ofrecer una oferta con diferentes estilos de
música.
Pero recordemos brevemente
la historia de este emblemático espacio. El edificio fue construido por el
arquitecto madrileño Eduardo Lozano Lardet en el año 1928. El edificio se
construyó para destinarlo a teatro y
viviendas. El 14 de agosto de 1929, el teatro se convirtió en el Cine San
Carlos.
La sala era el lugar
elegido por los estudiantes de medicina del Colegio de Cirugía de San Carlos
que se encontraba en las proximidades.
Durante la Guerra
Civil el edificio fue utilizado como una checa de las milicias de la FAI.
Finalizada la guerra, el edificio volvió a ser utilizado como Cine San Carlos,
hasta mediados de los años sesenta.
El edificio fue rehabilitado convirtiéndose en
la Discoteca Titanic, pasando a denominarse
"Discoteca Kapital" a comienzos del Siglo XXI.
Junto a la Discoteca
Kapital y el Hotel Nacional, en concreto entre las calles Cenicero y Alameda,
se encontraba las antiguas Serrerías Belgas.
En el año 1840 se
fundó la Sociedad Belga de Fincas Españolas, asentándose al final de la calle
de Atocha.
Esta Sociedad fue el
antecedente de la actual propietaria del Pinar de los Belgas en Rascafría, denominándose
Sociedad Anónima Belga de los Pinares
del Paular.
Después de la Guerra
Civil, la Sociedad siguió adquiriendo propiedades colindantes con la serrería para la
construcción de comercios y viviendas, pero
finalmente se construyó el Hotel Mercator, que fue inaugurado en el año 1954.
Poco a poco la
actividad se fue reduciendo quedando las naves abandonadas y en el año 2000, la
Sociedad maderera vendió el hotel.
En el espacio que
dejó libre el Hotel Mercator, número 123 de la calle de Atocha, se construyó en
el año 2002 el Hotel Paseo del Arte.
Al fondo a la derecha nuevo edificio del Centro Intermediae-Prado |
Las naves de las
antiguas serrerías fueron adquiridas por el Ayuntamiento y poco después nació
el proyecto de rehabilitación para convertirlas en una de las sedes de la “Intermediae”,
Centro de Arte dedicado a la Creación contemporánea y a las últimas técnicas de
expresión artística. En el antiguo Matadero de Legazpi, se encuentra la segunda
sede de “Intermediae”.
En el año 2007 se
falló el concurso de ideas para la adecuación de la antigua serrería belga y
convertirlo en el centro Intermediae-Prado, resultando ganador el proyecto Street
Fighter. El viejo edificio conserva su estructura y la memoria del pasado.
En este punto, queremos recordar, que en los terrenos donde se ubicaron el Hotel Nacional, la Discoteca Capital y las Antiguas Serrerias Belgas, en su día se encontraban los jardines de los Fucar que hemos reseñado en párrafos anteriores.
Entre la Plaza del Emperador Carlos V y la Calle de Alfonso XII, se
encuentra la calle de Claudio Moyano, más conocida por la Cuesta de Moyano.
Recibe el nombre del político y pedagogo Claudio Moyano y Samaniego nacido en La
Bóveda de Toro provincia de Zamora en el año 1809, falleciendo en Madrid en el
año 1890.
Realizó estudios en
las universidades de Valladolid y Salamanca. Ejerció como abogado y en el año 1841 fue elegido alcalde
de Valladolid. Poco tiempo después en 1843 es nombrado rector de la universidad
y diputado a Cortes por Valladolid.
En 1853, ocupó la
cartera del Ministerio de Fomento. Durante el periodo como Ministro, impulsó la
reforma del sistema educativo, promulgando la conocida “Ley Moyano”, que entró
en vigor en el año 1857.
Siendo alcalde de
Madrid Enrique Tierno Galván, fue colocada al comienzo de la Cuesta de Moyano
la estatua de este insigne político con la siguiente leyenda: “Este monumento se erigió en este lugar en
1899 fue posteriormente trasladado, restituyéndolo el Ayuntamiento de Madrid a
su primitivo emplazamiento con ocasión de conmemorarse el CXXV aniversario de
la promulgación de la ley de instrucción pública de 22 de julio de 1857 que
tuvo en el insigne catedrático y político D. Claudio Moyano Samaniego su primer
inspirador y su más preclaro impulsor y artífice. 28 de marzo de 1982 siendo
alcalde de la Villa D. Enrique Tierno Galván”.
La Cuesta de Moyano
es lugar de cita obligado para los amantes de la lectura ya que desde 1925, se
halla instalada de espaldas al Jardín
Botánico, la feria de libros viejos y de ocasión.
Cuesta de Moyano año 1925 |
En 1919 el gremio de
libreros colocó sus puestos de libros en el Paseo del Prado, frente al Jardín
Botánico.
En el año 1924 el
director del Jardín Botánico, se quejó al Ayuntamiento de Madrid porque consideraba
improcedente la colocación permanente de los puestos frente a la verja. La
protesta fue atendida y el Ayuntamiento trasladó los puestos de los libreros a
la Cuesta de Moyano.
El diseño de las
primeras casetas fue realizado por el arquitecto Luis Bellido. El mercadillo en
sus primeros tiempos no fue del agrado de los intelectuales que solicitaron al
Ayuntamiento que el mercadillo se situase en un punto más céntrico. Uno de los
peticionarios fue Pío Baroja, pero sus demandas no fueron atendidas.
Hoy en día, y después
de la peatonalizar la Cuesta de Moyano y mejorar el aspecto de las casetas, el
espacio, sigue teniendo ese atractivo para la búsqueda de libros olvidados
entre sus estanterías.
En el punto final de
la Cuesta de Moyano, podemos contemplar la estatua de Pio Baroja, frente a la
Puerta del Ángel Caído del Parque del Retiro.
La estatua, se creó a
propuesta de la Comisión Informativa de Enseñanza, Actividades Culturales,
Turísticas y Deportivas del Ayuntamiento de Madrid. Se decidió ubicar la
estatua en este lugar, en recuerdo de los paseos que Pío Baroja daba por la
Cuesta de Moyano, ojeando todo tipo de libros. La estatua fue inaugurada el 17
de marzo de 1980, por el Alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván y Julio Caro
Baroja antropólogo e historiador, sobrino de Pio Baroja.
La estatua es obra de
Federico Coullaut-Valera y el pedestal
sobre el que se asienta la estatua lo realizó la empresa Chicharro Bravo.
Siendo alcalde de
Madrid Carlos Arias Navarro y con el fin de solucionar los problemas de
tráfico, en el año 1968, se construyó el denominado scalextric de Atocha.
El problema del tráfico
en la Glorieta quedó solucionado a costa de ocultar a la vista espacios tan
emblemáticos como el acceso al Paseo del Prado, el Ministerio de Agricultura o
la Estación de Atocha.
Con el paso de los
años y el aumento del tráfico rodado, el scalextric no podía absorber todo el
tráfico, así que en el año 1985 comenzaron las obras para desmontar toda su
estructura. Finalizadas las obras de desmontaje y construcción de pasos
subterráneos en el año 1992 se volvió a
recuperar la belleza de la Glorieta, colocando nuevamente la fuente de la
alcachofa en su lugar de origen. La nueva fuente era una copia realizada en
bronce, ya que la original de Ventura Rodríguez se había instalado en el Parque
del Retiro.
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