En las inmediaciones de la Estación de
Atocha, se encuentra un conjunto histórico-artístico que suele pasar
desapercibido a muchos madrileños, salvo que sean perfectos conocedores de la
zona. Se trata de la Basílica de Nuestra Señora de Atocha, del Panteón de
Hombres Ilustres y de la Real Fábrica de Tapices.
Habitualmente pasamos por la zona bajo
tierra en la Línea 1 de Metro, ó circulamos por las calles Avenida Ciudad de
Barcelona y Paseos de la Infanta Isabel y de la Reina Cristina, sin percatarnos
de que en esta zona se encuentran ubicados algunos de los edificios con más historia
de Madrid.
El conjunto, está comprendido entre las calles Avenida Cuidad de Barcelona, Julián Gayarre, Fuenterrabía, Andrés Torrejón, Vandergoten y Paseo de María Cristina.
Hoy es un buen día para pasear, por
supuesto sin prisas y conocer in-situ una parte de la historia de nuestra
ciudad. Antes de comenzar el recorrido, es conveniente que conozcamos de una
forma superficial la evolución de los acontecimientos a través de los años.
Basílica de Nuestra Señora de Atocha |
Si nos atenemos a los documentos
históricos, la primitiva ermita de Atocha estuvo cerca del río Manzanares, en
el lugar denominado Santiago el Verde. Mas tarde, el caballero Gracián Ramírez,
la trasladó al lugar que ocupa en la actualidad. En una carta que se conserva
al parecer en la Catedral de Toledo, ya se habla de la ermita, San
Ildefonso Obispo de Toledo entre los años 606 y 669, gran devoto de Atocha
indicaba a un canónigo de Zaragoza que cuando pasase por Madrid “se acordara de
que en su Vega, había una devota imagen de Nuestra Señora, con un Niño en el
brazo izquierdo y una manzana en la mano derecha, llamada la Virgen de Atocha”.
Como podemos deducir la devoción por
la Virgen de Atocha viene desde el Siglo VII. Ya en el Siglo XI, las crónicas
hablan de la iglesia de Atocha. Se trataba de un pequeño templo dedicado a la
virgen que por aquellos años era la patrona de Madrid. La capilla no tenía más
de 15 pies de larga y 12 de ancha porque, los acuerdos con las autoridades
árabes que permanecían en Madrid, no permitían mayores dimensiones.
A partir de 1083 en tiempos de Alfonso
VI de Castilla, el templo empezará a crecer y enriquecerse. En el Fuero de
Madrid se afirma que con las posesiones de las que disponía el templo se podían
atender todos los gastos de los capellanes encargados del culto y el resto de
gastos necesarios para el culto a la Virgen.
Ya en el Siglo XVI, la pequeña ermita
se había convertido en una gran iglesia, gracias a la intervención del dominico
Fray Juan Hurtado de Mendoza, siendo necesario construir un convento en
sustitución de las humildes casas de los Canónigos que atendían los oficios
religiosos.
Primitiva Iglesia en el Olivar de Atocha, según el Plano de Pedro Texeira año 1656 |
El convento quedó bajo la advocación de
Santo Domingo, Fray Juan Hurtado de Mendoza que fue confesor del Emperador
Calos V, solicito al Emperador y al Papa Adriano VI la iglesia de Nuestra Señora de Atocha, para
los dominicos. En junio de 1523, se hizo la entrega solemne de las llaves de la
iglesia a los citados religiosos y así ha permanecido hasta nuestros días.
Felipe II tenía gran devoción por la
Virgen de Atocha denominándola Patrona de Madrid y de todos los Reinos. Antes
de partir para cualquier batalla, visitaba el santuario, y a la vuelta de las contiendas
volvía nuevamente al santuario para dar gracias. En el capítulo de leyendas,
las crónicas de la época informan, que al tenerse noticias en Madrid de que el
rey se encontraba enfermo en Extremadura y temiendo por su vida, la Virgen fue sacada en procesión el 25 de marzo
de 1580, obteniendo el rey una gran mejoría. Felipe II en agradecimiento,
ordeno construir la capilla mayor, mejorando asimismo el templo.
Convento de los Dominicos adosado a la Basílica |
Todos los reyes de la Casa de Austria
se esforzaron en mejorar y ampliar las instalaciones de la iglesia y el convento.
Felipe III puso bajo su patronato Real la Iglesia y convento de Atocha, por
cédula de 10 de noviembre de 1602.
Asimismo, Felipe IV proclamó a Nuestra Señora de Atocha como protectora
de la Familia Real en el año 1643. Por desgracia durante
el reinado de Felipe IV, el 14 de agosto de 1652, se quemó la iglesia siendo
necesario reconstruirla casi por completo.
Carlos II contrató a Lucas Jordán para
realizar la decoración interior del Templo.
Durante todo el reinado de los
Borbones el templo continuó bajo la protección regia con donaciones y mejoras
del conjunto, pero llegó la fecha del 5 de diciembre de 1808 en que las tropas
francesas, expulsaron a los religiosos convirtiendo
el conjunto en cuartel. Como consecuencia de esta situación, desaparecieron
gran número de obras de arte y la biblioteca, produciéndose asimismo grandes
destrozos en los edificios.
Talla de Nuestra Señora de Atocha |
Finalizada la invasión francesa, los religiosos dominicos
que se habían refugiado en el convento de Santo Tomas, vuelven al convento,
pero no por mucho tiempo, ya que en el año 1834 se produce la desamortización
de Mendizábal y los frailes son
expulsados nuevamente. El convento fue convertido en cuartel de inválidos y la
iglesia en parroquia castrense.
La reina Isabel II ante la situación de
deterioro del templo, nombró una especie de cabildo para restablecer el culto
de Atocha. El santuario de Atocha en Noviembre de 1863 y a petición de la reina
Isabel II fue elevado a la categoría de Basílica.
En el año 1883, fue bautizado en la Basílica
de Atocha el filósofo José Ortega y Gasset.
Como hemos comentado entre los
problemas de la ocupación francesa y la desamortización de Mendizábal, el
templo había quedado seriamente dañado. En el año 1888, la reina regente María
Cristina, viuda de Alfonso XII, ordenó el derribo de los dos edificios y la
construcción de un nuevo complejo en donde se incluiría, adosado al templo, un
Panteón de Hombres Ilustres.
Busto del fundador de los Dominicos, Santo Domingo de Guzmán |
La Virgen de Atocha, durante las obras,
fue trasladada a la iglesia parroquial del Buen Suceso que pertenecía al
Patrimonio Real.
El concurso público fue ganado por el
arquitecto Fernando Arbós y Tremanti, el cual proyecto una basílica en estilo
neobizantino, con una torre-campanil exento y un panteón inspirado en el cementerio
de Pisa. Las obras comenzaron en 1891, pero debido a los problemas económicos sólo se llevó a cabo la
ejecución del campanil y el panteón.
Ya en el año 1924 los dominicos, solicitaron al rey Alfonso XIII ayudas para continuar
con la restauración del complejo de la Virgen de Atocha. Debido al gran empeño
de los dominicos, las obras avanzaron con rapidez y el primer sábado de
noviembre de 1926 la Virgen de Atocha regresó a su santuario Buen Suceso hasta
su nueva iglesia, donde fue recibida por su majestad el Rey y su madre la reina
María Cristina.
En el periodo de la Guerra Civil, el
complejo fue asaltado e incendiado, muriendo varios religiosos a manos de los
exaltados. Todas las obras de arte se perdieron a excepción de la Virgen que
había sido escondida pocos días antes
del asalto al templo. En 1939, aprovechando las paredes que habían quedado en
pie después del incendio, se habilitó el
sótano para colocar de nuevo a la Virgen y así poder continuar con la
devoción del pueblo a la Virgen.
Proyecto original de Fernando Arbós para la Basílica y el Panteón |
Nuestra Señora de Atocha Siglo XIX |
Después de la Guerra Civil se inició
la reconstrucción de un nuevo templo inaugurándose en Diciembre de 1951. La edificación
construida en ladrillo, forma un
rectángulo de 52 metros de fachada por 34 de fondo, con una altura en la nave
central de 13,25 metros. Las vidrieras recuerdan al estilo románico y representan
los misterios del Rosario, el diseño fue
del pintor Carlos Pascual de Lara.
La imagen de la Virgen es de pequeño
tamaño, en madera sin policromar, de estilo tardorrománico, posiblemente
tallada entre los siglos XIII-XIV. Representa a María en un trono bajo, con el
Niño sobre su rodilla izquierda y una manzana en su mano derecha. A lo largo de la historia, la devoción de los
feligreses ha conseguido enriquecer a la imagen con gran número de joyas y
ornamentos. La reina Isabel II atribuyó
el haber salido ilesa de un atentado a un milagro de la Virgen, y en prueba de
agradecimiento regaló a la imagen dos coronas cuajadas de brillantes y topacios
y un manto real de terciopelo y armiño bordado en oro. Estas joyas se custodian
habitualmente en el Palacio Real de Madrid y se exhiben excepcionalmente en contadas
ocasiones.
En la actualidad, la basílica es
parroquia con el título de Nuestra Señora de Atocha desde 1965, dentro del
conjunto se encuentra el convento de los
Dominicos, que gestionan un colegio construido
por Patrimonio Nacional en 1963.
Antes de completar nuestro recorrido
por la historia del templo, recordaremos algunos hechos y fechas reseñables:
Fray Bartolomé de las Casas, nacido en
1484 en Sevilla y fallecido en Madrid en julio de 1566, fue fraile dominico,
cronista, teólogo, obispo de Chiapas (Virreinato de Nueva España), filósofo,
jurista y apologista de los indígenas. Le fue otorgado el título de
"Protector de los indios" por el cardenal Cisneros. Vivió en el
convento de Atocha y allí permanece enterrado.
El rey Felipe V, bautizó en la iglesia
de Nuestra Señora de Atocha a su primogénito el futuro Luis I en 1707.
En la Basílica se celebraron
matrimonios como el de Alfonso XII con su prima María de las Mercedes de
Orleans, el 23 de enero de 1878 y su posterior matrimonio en segundas nupcias
el 29 de noviembre de 1879 con María Cristina de Habsburgo-Lorena.
El príncipe Felipe de Borbón y Grecia y
Letizia Ortiz después de su matrimonio el 22 de mayo de 2004, acudieron desde
la Catedral de la Almudena, a la Basílica de Atocha para depositar el ramo de
novia.
Es tradición en la Familia Real de que las reinas y Princesas de Asturias
acudan a la Basílica a presentar a los príncipes e infantes ante la Virgen,
unos cuarenta días después del nacimiento como así lo hizo la reina regente
María Cristina de Habsburgo-Lorena para presentar a su hijo, futuro Alfonso
XIII cuando tenía 45 días y también por el Rey Juan Carlos y Doña Sofía de
Grecia para sus hijos Felipe, Elena y Cristina. Asimismo el Príncipe Felipe y
Doña Letizia Ortiz llevaron a cabo la tradición con sus hijas, las infantas Leonor
y Sofía.
Al
comienzo de nuestra historia sobre la Basílica de la Virgen de Atocha, hicimos
mención del caballero Gracián Ramírez como benefactor de la Virgen, pues bien
terminaremos este capítulo volviendo al principio para recordar la Leyenda del
Caballero Gracián Ramírez.
Restos de la Virgen con el Niño y Santo Domingo de Guzmán procedentes de la antigua Basílica. |
Los historiadores más fervorosos y
creyentes, suelen recoger todo tipo de hechos religiosos ocurridos con el
transcurrir de los años. Algunas de estas crónicas hacen referencia a que la
imagen de Nuestra Señora de Atocha es obra de San Lucas y de Nicodemus, y que
fue traída de Antioquía por alguno de los apóstoles. Con la llegada de los
musulmanes los fervorosos vecinos de la Virgen, escondieron su imagen en unos
atochales para evitar que fuese profanada.
La imagen fue descubierta por el
caballero Gracián Ramírez, dueño de aquellas tierras posesiones, cuando
regresaba a la Villa de Madrid desde su casa de Rivas donde vivía con su
familia.
Gracián Ramírez, intentó tomar Madrid
a los musulmanes, pero ante los reveses de las primeras escaramuzas y temiendo
por la vida de su familia, se encomendó
a la Virgen y procedió a degollar por su propia mano a su mujer y las hijas,
para evitar que si salía derrotado, no fuesen ultrajadas.
Antigua Basílica, las flechas nos indican donde se encontraban las imágenes de Santo Domingo y la Virgen con el Niño en brazos, a la derecha de la Basílica podemos observar el Campanil. |
Su campaña contra los musulmanes se
saldó con una gran victoria, regresando al santuario a dar gracias a Nuestra
Señora, y cuál no sería su asombro al comprobar a sus víctimas resucitadas, al
pie de la Santa imagen, si bien conservando en sus cuellos las huella del
cuchillo. Esta leyenda ha servido para que muchos escritores como los poetas
Lope de Vega, Salas Barbadillo y D.
Francisco de Rojas, hayan escrito sobre los hechos acaecidos.
En el Siglo XIX, dentro de la clase
política, surgió la idea de crear un gran Panteón que acogiese los restos mortales
de grandes personajes de nuestra historia, a similitud de la abadía de
Westminster en Londres donde reposan los restos de reyes, escritores y
científicos como: Charles Darwin, Charles Dickens, Isaac Newton, Guillermo III,
Enrique VII de Inglaterra y su esposa Isabel de York, etc, o como en Francia
donde en el Panteón de París se albergan los cuerpos de personajes como: Voltaire,
Marie Curie, Víctor Hugo o Rousseau.
En noviembre de 1837, las Cortes aprobaron la
creación de un Panteón Nacional en la Basílica de San Francisco el Grande que
acogería los restos mortales de personas consideradas de especial relevancia.
Los restos mortales de los elegidos, serían propuestos por las Cortes con la
condición de que deberían haber pasado cincuenta años desde su fallecimiento.
Ya en 1841, la Real Academia de la
Historia se encargó de proponer una primera lista de personajes que debían
reposar en el Panteón, pero era necesario localizar los restos mortales de los
elegidos y para este menester en mayo de 1869 se nombró una comisión para localizar los restos.
Entrada del Panteón por la calle Julián Gayarre |
La comisión estaba integrada por Juan
Eugenio Hartzenbusch, Salustiano Olózaga, Ángel Fernández de los Ríos, Fermín
Caballero, Antonio Gisbert Ventura Ruiz
Aguilera, Pere Borrell del Caso, Francisco Silvela y Estanislao Figueras y
Moragas.
Después de infinidad de contratiempos,
el 20 de junio de 1869 quedó inaugurado el Panteón en una capilla de San
Francisco el Grande. Para el acontecimiento se organizó un desfile compuesto
por las carrozas fúnebres acompañadas por unidades del Ejército y de la Guardia
Civil con sus correspondientes bandas de música. La comitiva también estaba
acompañada por estudiantes, religiosos, políticos e intelectuales.
Los restos mortales que fueron
depositados en la capilla de la Basílica fueron los de los militares Gonzalo
Fernández de Córdoba y Federico Gravina, los poetas Juan de Mena, Garcilaso de
la Vega y Alonso de Ercilla, los escritores Francisco de Quevedo y Pedro
Calderón de la Barca, el humanista Ambrosio de Morales, los arquitectos Ventura
Rodríguez y Juan de Villanueva, el Justicia Mayor de Aragón Juan de Lanuza y el
político Zenón de Somodevilla y Bengoechea (Marqués de la Ensenada).
Detalles del Mausoleo Conjunto en el patio-jardín |
Pocos años después, la capilla se
cerró y los restos se devolvieron a sus lugares de origen, donde sus familiares
habían decidido que descansasen. La idea de crear un Panteón fracasó y quedó en el olvido.
¿Qué circunstancias se dieron para que
el proyecto fracasara? Desde un principio, el Panteón tuvo en contra a las
fuerzas conservadoras y un bajo presupuesto para su financiación. Los pueblos y
ciudades que contaban con muertos
ilustres fueron reacios a exhumar los cuerpos, para ser trasladados a Madrid y
quedarse sin los restos que para ellos era un orgullo.
Campanil en la parte posterior del Panteón |
Todo estaba en contra, los
franciscanos y los clérigos de la Obra Pía, a quienes había pertenecido San
Francisco el Grande, reclamaban la devolución del edificio. En este impás, el
Panteón pasaba a ser jurisdicción del Ministerio de Estado y a partir de ahí se
inicia su disolución, restituyendo los cuerpos de los difuntos a sus lugares de
origen. San Francisco volvió a tener culto y todo el proceso culminó en 1926
con la vuelta de los franciscanos.
En todo el proceso previo para la
localización de las sepulturas de personas ilustres, no pudieron ser hallados
los restos de Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Luis Vives, Antonio Pérez,
Juan de Herrera, Diego Velázquez, Claudio Coello y Tirso de Molina entre otros.
También se realizaron gestiones para trasladar al panteón las cenizas de
Pelayo, el Cid, Guzmán el Bueno, Murillo y Jovellanos entre otros famosos, pero
sin resultados satisfactorios, bien por no poder localizarse o por la negativa
de los Ayuntamientos donde descansaban los restos.
En este estado de cosas, se produce la
desamortización de Mendizábal en 1834, y los monjes dominicos de la Basílica de
Atocha tienen que abandonar el lugar. El conjunto, se convirtió en cuartel de
inválidos, deteriorándose gravemente y amenazando ruina. En este periodo,
fueron enterrados en sus terrenos personajes como: Palafox,
Castaños, Manuel Gutiérrez de la Concha y Prim, además del político Antonio de los Ríos
Rosas.
Cúpula y detalles de la fachada del Panteón |
La reina regente María Cristina, viuda
del rey Alfonso XII, tomo la decisión como ya habíamos comentado en el capítulo
dedicado al templo de realizar una nueva construcción sobre los restos ruinosos
del templo y convento. Asimismo retomando la vieja idea del Panteón de San
Francisco, el proyecto contemplaba construir un anexo que realizara las
funciones de Panteón para dar acogida a los
restos de las personas mencionadas en el párrafo anterior.
El concurso público realizado entre
los años 1888 y 1890 fue otorgado al proyecto presentado por el
arquitecto Fernando Arbós y Tremanti. Se trataba de un conjunto de estilo
neobizantino, incluía un campanil italiano, que albergaba un reloj de cuatro
esferas y tres campanas, el panteón,
tenía carácter de claustro de la basílica y estaba inspirado en el camposanto
del Campo dei Miracoli de la ciudad italiana de Pisa. El proyecto era muy ambicioso ya que la basílica estaba destinada
a ser el templo de la Corte.
En 1891 comenzaron las obras del
conjunto arquitectónico, pero los problemas económicos y lo ambicioso del
proyecto, obligaron a suspender las obras en el año 1899, solo se había
construido el panteón y el campanil.
En esta vieja imagen podemos observar el Campanil en solitario y los edificios de las oficinas de RENFE en primer término |
En cuanto a su estructura, el panteón
es de planta cuadrada, con tres galerías con arcadas y vidrieras y dos cúpulas
semiesféricas en las esquinas.
El arquitecto Arbós fue un innovador
en la utilización de los materiales y las técnicas de montaje, las fachadas son
de ladrillo recubiertos con losas, tanto el tejado como
la cúpula estén cubiertos por planchas de zinc pintado de rojo.
Otros materiales utilizados por Arbós
fueron, la piedra de granito para zócalos y sillares procedente de
los pueblos serranos de Alpedrete y el Berrocal.
Las losas que recubren las fachadas
montadas en bandas negras y blancas son de piedra caliza de Zaragoza y de la
zona de Torrubia en la provincia de Cuenca.
En esta imagen de principios del Siglo XX, podemos observar el patio interior con las galerías del Panteón todavía inacabadas |
Los frontones son decorados con mármol
negro procedente de Bélgica y los fustes
de las columnas que adornan puertas y ventanas son de mármol blanco de
Fuenteheridos en la provincia de Huelva y de Macael en Almería.
La entrada del edificio y los pavimentos, están decorados con mosaicos.
Finalizadas las obras, en el año 1901 el
nuevo Panteón recogió los restos depositados en el primitivo cementerio: Palafox,
Castaños, Prim y Manuel Gutiérrez de la Concha y Antonio Ríos Rosas. A estos restos de
insignes personajes, se fueron añadiendo los de: Martínez de la Rosa, Muñoz
Torrero, Salustiano Olózaga, Agustín Argüelles, Antonio Cánovas del Castillo,
Juan Álvarez Mendizábal, José María Calatrava, Práxedes Mateo Sagasta, José
Canalejas y Eduardo Dato.
El Panteón, consta de dos espacios
principales. En el patio del claustro se encuentra el Mausoleo conjunto que
alberga los restos de Francisco Martínez de la Rosa, Diego Muñoz Torrero, Juan
Álvarez Mendizábal, José María Calatrava, Salustiano de Olózaga y Agustín
Argüelles.
El Mausoleo Conjunto es obra de
Federico Aparici, Ponciano Ponzano y Sabino Medina se le ha denominado
Monumento a la Libertad, está formado por un cuerpo cilíndrico cubierto por un
tejado cónico, rematado por una alegoría de la Libertad. Tres estatuas,
representando la Pureza, el Gobierno y la Reforma, se apoyan sobre los
sarcófagos de Mendizábal, Argüelles y Calatrava, para cuyos restos estaba
destinado el monumento, aunque luego acogió también los de Muñoz Torrero,
Martínez de la Rosa y Olózaga. Fue inaugurado, por suscripción popular, el 20
de febrero de 1857 en el desaparecido cementerio de San Nicolás y trasladado al
patio-jardín del Panteón en 1912.
Año 1905, entrada al Panteón |
El segundo espacio del Panteón, es su
interior donde se encontraban enterradas personalidades de la vida política de
finales del siglo XIX y principios del XX: Sagasta, Eduardo Dato, Antonio de
Ríos Rosas, Cánovas del Castillo, José Canalejas, Prim y el Marqués de Duero, cuyos
monumentos funerarios han sido labrados por
escultores como Mariano Benlliure, Agustín Querol, Arturo Mélida, Pedro
Estany y Federico Aparici.
Actualmente, solo se conservan en el
interior del Panteón los restos de José Canalejas, aunque permanecen los
mausoleos.
Decoración de las galerías del Panteón |
Como recogíamos en el capítulo
dedicado a la basílica, en el año 1924 y a petición de los dominicos, se
reanudaron las obras de la nueva iglesia, pero dejando a un lado el ambicioso
proyecto de Arbós. El campanil y el panteón quedaron bajo la protección y
conservación de los dominicos, hoy en día son responsabilidad de Patrimonio
Nacional.
Entre los años treinta y finales de
los ochenta del pasado Siglo, el panteón estuvo en estado de abandono. Debido a
la situación de abandono y la reclamación de los restos por sus ciudades de
origen, se tomó la decisión de trasladar los restos de algunos de sus
moradores, así los restos del General Palafox fueron trasladados en 1958 a la
Basílica del Pilar de Zaragoza, los del General Castaños a la Iglesia
Parroquial de la Encarnación de Bailén en el año 1963 y los del General Prim a
Reus en el año 1971.
En 1963, en los terrenos que quedaban libres, Patrimonio Nacional construyó el colegio Nuestra Señora de Atocha, dejando aislado el campanil de la basílica. El colegio siempre ha estado dirigido por los Dominicos. A finales de los ochenta, Patrimonio Nacional procedió a la restauración y apertura al público del panteón. Ya en 2003 se restauraron los mosaicos.
Es muy llamativo que el Panteón tenga muy
pocos visitantes, anualmente sólo visitan el Panteón unos pocos de miles de
curiosos y resulta llamativo este dato máxime teniendo en cuenta las magníficas obras
funerarias que atesoran sus paredes y su entorno con la Basílica de Atocha y la
Real Fábrica de Tapices.
En 1963, en los terrenos que quedaban libres, Patrimonio Nacional construyó el colegio Nuestra Señora de Atocha, dejando aislado el campanil de la basílica. El colegio siempre ha estado dirigido por los Dominicos. A finales de los ochenta, Patrimonio Nacional procedió a la restauración y apertura al público del panteón. Ya en 2003 se restauraron los mosaicos.
Colegio de Nuestra Señora de Atocha con el Campanil al fondo |
No parece que el Ayuntamiento trabaje
para dar a conocer este espacio a un mayor número de madrileños y visitantes
foráneos, por lo que recomendamos visitar esta zona de Madrid.
Para terminar nuestro recorrido por el Panteón, brevemente, expondremos algunos datos de
los monumentos funerarios que permanecen en las galerías y de las personalidades que descansan o
descansaron en el Panteón:
José Canalejas, político español
nacido en el Ferrol en 1854 y fallecido en Madrid asesinado por un anarquista
en la Puerta del Sol en el año 1912.
En 1902 fundó el Partido Liberal-Demócrata,
que defendía la separación de la Iglesia
y el Estado.
Ocupo varias carteras ministeriales
durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena y Presidente del
Consejo de Ministros y nuevamente ministro de Fomento y ministro de Gracia y
Justicia durante el reinado de Alfonso XIII. Fue elegido Presidente del
Congreso de los Diputados durante la
Legislatura de 1906-1907.
En 1910 ocupó la Presidencia del Consejo de
Ministros hasta su fallecimiento.
El sepulcro de Canalejas, fue
realizado en 1913 por Mariano Benlliure en mármol blanco y se inauguró en
noviembre de 1915. Lo componen dos hombres y una mujer que descienden el cuerpo
del político hacia la entrada de la
tumba. Un bajorrelieve de Jesús con los brazos abiertos recibe el cadáver.
Eduardo Dato nace en A Coruña en 1856
y fallece asesinado en Madrid el 8 de marzo
de 1921 por tres anarquistas catalanes.
Mausoleo de José Canalejas |
Durante el gobierno de Maura entre los
años 1907-1909, fue presidente de las Cortes y alcalde de Madrid. Fue miembro
del Partido moderado de Cánovas del Castillo y
elegido diputado en la última legislatura del reinado de Alfonso XII.
Dato fue presidente del Gobierno en
1913-1915, 1917 y 1920, Dato mantuvo a España neutral durante la Primera Guerra
Mundial.
Sus restos, depositados en el Cementerio de San Isidro, fueron trasladados
al Panteón el 10 de junio de 1922. El sepulcro fue realizado por Benlliure y
está compuesto por la figura yacente de Eduardo Dato, el monumento realizado en
mármol, dispone en su cabecera una figura femenina realizada en bronce y
portando una cruz, a sus pies, se
encuentran las figuras de dos niños también realizadas en bronce escoltando a
un gran Escudo Nacional. En el sarcófago se puede leer la siguiente
inscripción: “Eduardo Dato, vivió para la patria, murió por ella”.
Práxedes Mateo Sagasta nació en
Torrecilla de Cameros en la provincia de Logroño en el año 1825, falleciendo el
3 de Enero de 1903 en Madrid.
Mausoleo de Eduardo Dato |
El mismo se proclamaba como anti-isabelino,
pero no antimonárquico, tras la Revolución Gloriosa, contó con la confianza del
General Prim, siendo ministro de Gobernación antes y después del asesinato de
Prim.
A Sagasta se le atribuye la célebre
frase: “Todos los republicanos no son
malos, pero todos los malos son republicanos”. Finalizada la Primera República
y proclamado rey Alfonso XII por Martínez Campos, en 1881 Sagasta recibió
encargo de formar gobierno. Después de la temprana muerte del Rey, en 1885 firmó
con Cánovas el Pacto del Pardo, dando origen a la rotación de partidos en el
Gobierno.
Sagasta vivió la coronación de Alfonso XIII el 17 de mayo de
1902, falleciendo pocos meses después.
El mausoleo es obra de Mariano Benlliure,
realizado en mármol, el sepulcro lo componen tres figuras: La efigie yacente de
Sagasta, portando levita y el Toisón de Oro. En la cabecera, la Historia,
representada por una mujer con un libro y a los pies del sepulcro, el Pueblo, representado
por un obrero apoyado sobre los Evangelios, en la mano derecha porta una espada
representando a la justicia con una rama de olivo como símbolo de la paz.
Antonio Cánovas del Castillo nace en Málaga
en el año 1828 y fallece asesinado en el
balneario de Santa Águeda en Mondragón el 8 de agosto de 1897 por un anarquista
italiano.
Mausoleo de Mateo Sagasta |
Ocupó distintas carteras ministeriales
durante el reinado de Isabel II.
En 1874 Cánovas participó
decisivamente en la Restauración de Alfonso XII, siendo defensor de la alternancia de partidos con Sagasta
según el Pacto del Pardo de 1881, a similitud del sistema británico de rotación
bipartidista.
Apoyo la Constitución de 1876
redactada por Alonso Martínez, que asumía la división de poderes, derogaba los
fueros vascos y centralizaba las diputaciones y ayuntamientos.
Fue Presidente del Gobierno en siete
períodos. Su concepción de gobierno queda reflejada en la siguiente frase: “La
política es el arte de aplicar en cada época de la historia aquella parte del
ideal que las circunstancias hacen posible; nosotros no hemos de hacer ni
pretender todo lo que quisiéramos, sino todo lo que en este instante puede
aplicarse sin peligro”. Este párrafo esta extraído de su discurso en las Cortes
el 19 de mayo de1884.
Fue considerado como una de las
figuras más influyentes de la política española de la segunda mitad del siglo
XIX.
Su prestigio traspasó fronteras, Bismark
decía “Nunca incliné mi cabeza ante
Nadie, pero siempre la inclinaba cuando
oía el nombre de Cánovas” y su rival político Mateo Sagasta decía: “A partir de
ahora todos podemos tratarnos de tú”.
El monumento funerario de Cánovas, es
obra de Agustín Querol, se realizó a petición de los sobrinos del político y
fue inaugurado en mayo de 1906. Realizado en mármol blanco, está compuesto por
el sarcófago con seis hornacinas que albergan las efigies de la Sabiduría, la
Prudencia, la Constancia, la Templanza la Justicia y la Elocuencia, sobre el
sarcófago aparece la figura del difunto derramando lágrimas por la Patria.
El mausoleo se completa con un lienzo con dos figuras
femeninas, representando una
a la Historia y con la cabeza baja, y la otra el Arte, situada a la
izquierda. En el centro, Cristo resucitado, rodeado de plañideras
y figuras admirando a Cristo. El conjunto se encuentra coronado por una cruz
entre dos ángeles sumidos en la tristeza.
Antonio de los Ríos Rosas, nace en Ronda el año
1812 y falleció en Madrid el 3 de noviembre de 1873, estudió Derecho en
Granada. En 1836 es nombrado Diputado por Málaga y parece políticamente siempre
estaba oponiéndose al poder.
Mausoleo de Cánovas |
Se opuso a Espartero durante la Regencia de María
Cristina entre los años 1833-1840, lo que le valió el favor de Isabel II cuando ésta alcanzó la mayoría de edad.
Más tarde se opuso
a Narváez y fue ministro de Gobernación con Espartero. Durante el gobierno de O’Donnell participo
para mejorar la Constitución de 1845, como continuaba enfrentado a Narváez, fue
desterrado en 1866 a las Canarias.
Antonio de los Ríos Rosas fue Presidente del
Congreso de los Diputados durante las legislaturas de 1863-1864, 1865-1866 y
1872.
Su mausoleo es obra del escultor Pedro Estany. El proceso
de construcción fue largo, ya que se inició en el año 1883 inaugurándolo
finalmente en junio de 1905.
El Mausoleo se encuentra adosado a la pared, sobre
una base de mármol, se sitúa el sarcófago elaborado en bronce damasquinado, dispone
de una efigie, y un genio alado que le ofrece
una rama de laurel, una mujer llora abrazada al féretro.
Manuel Gutiérrez de la Concha, Marqués del Duero,
nació en Córdoba de Tucumán en el año 1808 y fallece en combate en Monte Muro,
Navarra el 27 de junio de 1874.
Mausoleo de Antonio de los Ríos Rosas |
Manuel Gutiérrez fue un destacado militar en las
tres Guerras Carlistas, obteniendo en su larga carrera tres Cruces de San
Fernando y recibiendo la distinción de Marqués del Duero por su destacada labor
en ayuda a la reina María II de Portugal en 1847.
Al Marqués del Duero vivió los grandes
acontecimientos de la política española del Siglo XIX. En 1824 fue encarcelado por Fernando VII. Durante
la primera Guerra Carlista en el periodo
1833-1840, se unió a la causa de Isabel II. En 1843 contribuyó a la caída de
Espartero, provocada por Narváez. Durante el Bienio Progresista ocupó entre
otros cargos, los de capitán general de Cataluña y diputado y presidente de la
Junta Consultiva de Guerra. En la década de 1860 fue presidente del Senado
durante cinco legislaturas.
Su prestigio llegó a tal punto que a la edad de 66
años fue reclamado por la Primera República para dirigir el Ejército del Norte
durante la última Guerra Carlista en el periodo 1872-1875.
Su sepulcro mural, fue realizado en mármol por
Arturo Mélida y Elías Martín. El
sepulcro se encuentra flanqueado por dos cañones a modo de columnas, bajo un arco
de medio punto en el que figuran inscritas las batallas en las que participó, Marte
el dios de la guerra, sostiene un medallón con el busto en relieve del difunto.
El sepulcro fue realizado en 1890
quedando ubicado en el cementerio primitivo del Cuartel de Inválidos. En
el año 1902, fue trasladado al interior del nuevo Panteón.
En el Panteón durante unos años estuvo
el mausoleo del General Prim. Nada más penetrar por la puerta principal, a la
derecha rápidamente podemos contemplar la diferencia de color de los mosaicos
del pavimento, es el lugar que ocupo hasta el año 1971 la tumba del General
Prim. Pese a no encontrarse ya en el
Panteón queremos recordar a este político y militar por su importancia en la
historia de España.
Panteón del Marques del Duero |
Juan Prim, nació en Reus en el año 1814 y
falleció en Madrid en el año 1870. Fue un gran defensor de Isabel II y para la
defensa de su causa, se enroló en el Ejército desde el comienzo de la Primera Guerra Carlista
años 1833-40. Sus ideas liberales le llevaron a la política como diputado por Tarragona en el
año 1841. Prestó su apoyo a los progresistas de Espartero durante el periodo
1840-43, no obstante debido al autoritarismo del propio Espartero, Prim
organizó una sublevación en Reus para derrocarle. El gobierno progresista nombró a Prim gobernador militar de
Barcelona, con el encargo de reprimir el movimiento revolucionario que
perduraba en la ciudad en el año1843.
Pocos
años después, Prim se alejó de la política, dedicándose a viajar por Europa.
Fue Gobernador en Puerto Rico,
reprimiendo con dureza el bandolerismo y
los motines de los esclavos. A su regreso a la Península fue elegido diputado
en 1851. En 1856 se puso al frente de la expedición enviada a Melilla para
sofocar la insurrección de los rifeños.
En esta época, se integró en la Unión Liberal, partido de
centro creado por O’Donnell. Prim participó en la Guerra de África años 1859-60,
obteniendo grandes éxitos por los que le fue concedido el título de marqués de
los Castillejos.
Prim no dejó de participar en la política
española de la época y como militar siempre estuvo en primera línea bien al
mando de tropas o como mediador en diversos conflictos en las posesiones
americanas.
El General Prim murió el 30 de
diciembre de 1870, poco después de la llegada del nuevo rey Amadeo I, a causa
de las heridas sufridas en un atentado en la calle del Turco actual Marqués de
Cubas.
En septiembre de 2012, le fue
realizada una autopsia a los restos momificados de Prim, de los que se deduce,
que posiblemente murió estrangulado con posterioridad del atentado.
Mausoleo de Prim en el Panteón |
Con estas minibiografias, hemos pretendido conocer
un poco las vidas de algunos de los moradores del Panteón, aunque somos conscientes de que nos dejamos en el camino
las biografías del resto de moradores del Panteón, pero no queremos alargar
excesivamente la historia del Panteón de Hombres Ilustres, recomendando por
nuestra parte que antes de realizar la visita conocer las biografías de los
moradores del Mausoleo Conjunto.
Ya conocemos un poco más la historia de la Basílica
y del Panteón, ahora nos falta por conocer la Real Fábrica de Tapices.
La fundación de la Real Fábrica de Tapices fue una
iniciativa de Felipe V aproximadamente por el año 1721 con la intención de crear una
industria de tapices en España capaz de competir en prestigio y calidad con las
manufacturas flamencas, evitando de esta forma tener que recurrir a tejidos
foráneos para la decoración de los Reales Sitios como: La Granja, Aranjuez y el
Palacio Real.
La Real Fábrica de Tapices se creó
siguiendo el modelo francés y que mejor que traer un flamenco para ponerla en
marcha. Felipe V, se trajo a la familia de Jacobo Vandergoten naturales de
Amberes, que inmediatamente levantaron una primera fábrica fuera de la ciudad,
concretamente en las inmediaciones de la Puerta de Santa Bárbara, en la zona de
Alonso Martínez. La Fábrica se estableció en el solar conocido como Casa del
Abreviador y allí permaneció hasta el año 1882, siendo conocida como Casa de
Santa Bárbara.
El hijo de Jacobo Vandergoten, también
llamado Jacobo levantó una nueva fábrica en el año 1734 en la calle Santa
Isabel, con el fin de trabajar lienzos alternativos. El nombre de la Fábrica de
Tapices de Santa Isabel, debe su nombre al cercano Real Monasterio de Santa Isabel, la Fábrica de
Tapices dio lugar al célebre cuadro de “Las Hilanderas” de Velázquez.
Antigua Fábrica de Tapices en la Puerta de Santa Barbara |
Pocos años después, en el año 1744, se
unieron ambas fábricas bajo el patrocinio real. A partir de este momento pasa a
denominarse Real Fábrica de Tapices, momentos es los que adquiere su mayor esplendor.
Hasta este momento los tapices se elaboraban con los bocetos realizados por
pintores de la corte y otros dibujos traídos a España por la familia
Vandergoten. Comienza una nueva etapa incorporando nuevos diseños como los de
los pintores: Mengs, Francisco Bayeu, Salvador Maella y especialmente Francisco
de Goya.
La Real Fábrica de Tapices, tenía la
obligación de enseñar dibujo y el arte de tejer tapices y alfombras a los
jóvenes españoles que lo desearan.
La evolución de la Real Fábrica siempre
estará vinculada con la corona. Al frente de la Fábrica para controlar la
economía se nombra un Intendente Real, que será quien establezca las contratas o
sistema que recogía las condiciones para llevar a efecto los distintos trabajos.
La dirección artística corre a cargo de los pintores de la Real Cámara, que
serán los responsables de la calidad de los trabajos.
La nueva Fábrica de Tapices en el año 1894, se puede observar a la izquierda la construcción del Campanil |
En 1750 se formaliza la tercera
contrata que será la más importante asumiendo la Fábrica la conservación y restauración de
todas las tapicerías y alfombras de los Reales Sitios.
Con la guerra de la independencia se
inicia una larga etapa de decadencia en la Real Fábrica. En 1860 la Corona cede
a la familia Stuyck el uso del edificio, en régimen de alquiler, y se le
permite una actividad mercantil con particulares. Con la incorporación a la Fábrica
de encargos de personas particulares se podrá mantener a flote la Real Fábrica,
ya que los encargos reales no son suficientes y no justificaban la existencia
de una Real Fábrica. A partir de este momento los tapices entran en declive,
siendo sustituidos progresivamente por las alfombras.
Con la llegada al trono de Alfonso XII comienza una ligera recuperación, pero
debido a que la vieja fábrica no reunía las condiciones para los nuevos
tiempos, en 1882 Alfonso XII autorizó la demolición de la Real Fábrica de
Tapices de Santa Bárbara para proceder al ensanche de Madrid, ordenando la construcción de un moderno
edificio en los terrenos del Olivar y Huerta del Convento de Atocha.
Plano de Texeira año 1656, junto al molino se construyo la Fábrica de Tapices, con el número XVIII aparece el Convento de Santa Barbara. |
Aspecto de la antigua Fábrica de Santa Bárbara rodeada por el círculo |
La obra fue encargada al arquitecto mayor
de Palacio José Segundo de Lema, que la llevó a cabo entre los años 1888-1889, ocupándose
de inmediato para reiniciar las actividades.
El edificio, declarado Bien de Interés
Cultural en la categoría de monumento por la Comunidad de Madrid, fue diseñado en estilo neomudéjar como un recinto cerrado en cuyo interior
pudieran concentrarse todas las actividades relacionadas con la producción y
restauración de los artículos allí fabricados. El conjunto, ocupa toda una
manzana entre las calles Fuenterrabía, Andrés Torrejón, Vandergoten y Julián
Gayarre.
Con la llegada de la República y sin
el apoyo económico de la Corona la Fábrica entre en crisis. Pero como tantas otras veces salió a flote gracias al apoyo de
Indalecio Prieto y Azaña, pasando a denominarse Manufactura Nacional de Tapices
y Alfombras.
La Real Fábrica de Tapices, al fondo la Basílica y el Campanil |
Durante la Guerra Civil, la Fábrica
fue incautada, pero una vez finalizada la contienda volvió de nuevo a la
familia Stuyck continuando su actividad.
No acabaron aquí los problemas de la
Real Fábrica, con la creación de la Fundación del Generalísimo, que después de
denominó Fundación de Gremios, la Real Fábrica, fue privaba de una de su principal
función al servicio del Patrimonio Nacional.
En 1982 se le vuelve a conceder el
título de Real Fábrica, y en 1996, a iniciativa de la Corona y del Ministerio
de Cultura, la Manufactura se convierte en la Fundación Real Fábrica de
Tapices, como una entidad destinada a garantizar la transmisión de los valores
culturales de la Fábrica.
En la actualidad la Fundación Real
Fábrica de Tapices, es una asociación cultural sin ánimo de lucro cuya labor actual
está centrada en mantener y divulgar el legado histórico que posee, a través de
la producción de tapices con diseños de artistas contemporáneos, restauración
de piezas antiguas, talleres y exposiciones.
Chimenea de la Real Fábrica de Tapices |
La Real Fábrica alberga una exposición
permanente de tapices, alfombras, reposteros y cartones de los siglos XVI al
XVIII. Como ya indicamos en párrafos anteriores, Francisco de Goya trabajó
algún tiempo en la Real Fábrica de Tapices como cartonista para la fabricación
de tapices que se pueden contemplar en lugares tan emblemáticos como El
Escorial o en el Palacio del Pardo.
Hay que adaptarse a los nuevos tiempos
y en épocas de crisis agudizar el ingenio, así La Real Fábrica de Tapices dispone
de seis espacios se pueden ser alquilados para la celebración de eventos:
Presentaciones, cócteles, banquetes, desfiles, conciertos, conferencias, etc.
Tapiz de la Real Fábrica. |
Sala Goya: Dispone de entrada
independiente, su espacio diáfano de 440 m2 se caracteriza por sus paredes de
piedra y ladrillo, así como por sus altos techos de madera.
Sala Bayeu: Espacio clásico decorado
con alfombras y tapices de la Real Fábrica.
Sala Giaquinto: Espacio en la primera
planta del edificio que se caracteriza
por sus vigas vistas y techos de madera.
Sala Rafael Mengs: Espacio con una decoración moderno con acceso
desde la sala Goya y el jardín.
Sala Teniers: Espacio diáfano con una superficie de 160 m2.
Decorado con alfombras y tapices.
Jardín privado con acceso por la
entrada principal y a través de las principales salas de la Real Fábrica.
Encantada de leeros y disfrutar de vuestras fotos , hace ya unos cuantos años tuve la suerte d contraer matrimonio en la Real Basilca De Atocha , creo que por entonces el Pabellón de los hombre ilustres no se visitaba o al menos no lo recuerdo , y hace unos cuantos años tuve la suerte de disfrutarlo y desde entonces lo visito de cuando en cuando , como por ejemplo hoy !! es una preciosidad y son merecedores de estar en un sitio tan especial. las fotos son preciosas .., y la lectura muy interesante.
ResponderEliminarGracias por compartir tan magnifico Documento ,,,Una ciudadana de Madrid .. Conchi Hurtado
Lo he visto en dos ocasiones y próximamente volveré para enseñar a unos amigos de Granada las cosas tan bonitas que tenemos los madrileños y que mucha gente no saben que existe.Las esculturas son autenticas obras de arte.
ResponderEliminarConchita Prieto.
Lo he visto en dos ocasiones y próximamente volveré para enseñar a unos amigos de Granada las cosas tan bonitas que tenemos los madrileños y que mucha gente no saben que existe.Las esculturas son autenticas obras de arte.
ResponderEliminarConchita Prieto.
Hola! Muy interesante esta entrada sobre la Basílica de Atocha, su historia y la de sus alrededores. En cualquier caso, se te pasó una errata, tienes que rectificar el pié de foto en la que aparece la antigua Basílica, donde pone: "Consecuencias de la Guerra Civil sobre la Basílica de Atocha".
ResponderEliminarEste edificio de la imagen, que muchos conocemos por las fotografías de su interior y exterior que hizo Jean Laurent, obviamente no llego a la Guerra Civil, ya que su demolición fue en la década de 1890. La que sí sufrió severos daños en la G.C. fue la que se edificó posteriormente a esta y que por ese motivo tampoco ha llegado a nuestros días. Saludos! ;-)