La calle de Alcalá, es una calle
moderna si la comparamos con calles del Madrid antiguo como la calle Segovia,
la calle Mayor y otro buen número de calles situadas en el llamado Madrid de
los Austrias, no obstante, posiblemente se trate de la calle más famosa de Madrid,
tanto por sus esplendidos edificios, o por monumentos emblemáticos como la Fuente de La Cibeles y la Puerta
de Alcalá.
El compositor Francisco Alonso López
se acordó de la calle de Alcalá en su revista musical “Las Leandras” y en
especial la canción de “los Nardos”, interpretada por grandes cantantes
como: Celia Gámez, Lina Morgan, Paloma San Basilio o Sara Montiel.
Los compositores Bernardo Fuster y Luis Mendo, del grupo
Suburbano, escribieron la letra y música de la canción “La Puerta de Alcalá” interpretada
con gran éxito en el año 1986 por Ana Belén y Víctor Manuel.
En la actualidad, la Calle de Alcalá,
es la calle más larga de Madrid y se extiende a lo largo de 10 kilómetros y más
de 700 números desde la Puerta del Sol hasta Ciudad Pegaso en la confluencia de
la N II con la M-40.
Antiguamente, la calle de Alcalá, se dividía en
varios tramos, el tramo comprendido entre Sol y Cibeles de denominaba calle de
los Olivares, entre Cibeles y la Puerta de Alcalá se denominó Pósito, por el
pósito de granos que el Ayuntamiento de Madrid tenía en la zona, desde la
Puerta de Alcalá hasta las Ventas del Espíritu Santo (actual Ventas), se
denominó carretera de Aragón, a partir de Ventas la calle se denominó avenida
de Aragón, hasta 1992, que pasó a denominarse también calle de Alcalá.
Los comienzos de la calle de Alcalá se
remontan a los comienzos del Siglo XV siendo el punto de partida hacia la
población de Alcalá de Henares y el reino de Aragón.
Por su orografía, el Madrid de los
Austrias, no podía ampliar su caserío
por la zona del río debido a los barrancos que en la actualidad todavía podemos
contemplar en la cuesta de la Vega, las Vistillas o en la calle de Segovia. Madrid
como capital de la corte demandaba terrenos para edificar y estos se ofrecieron
en zonas como la calle de Atocha, Carrera de San Jerónimo, paseo del Prado y la propia calle de Alcalá.
En calle de Alcalá, comenzaron a
levantarse conventos y palacios y ya en siglo XIX grandes edificios de negocios
que podemos contemplar en la actualidad. En nuestro recorrido por esta hermosa
calle, recordaremos algunas de las edificaciones ya desaparecidas y como no,
las construcciones que hoy podemos admirar.
En esta primera parte de nuestro
recorrido por la calle de Alcalá avanzaremos hasta la calle de Sevilla y Virgen
de los Peligros, dejando el resto para posteriores entradas, con el fin de no
agobiar con tanta información a nuestros seguidores. Comenzaremos nuestro
recorrido recordando que en el inicio de la calle de calle de Alcalá en la
acera de los impares se encontraba la Compañía Peninsular de Teléfonos.
El inicio del servicio de teléfonos
comenzó en España con el empresario Enrique Parellada que fundó la Compañía Peninsular para dar servicio a la
zona noroeste y la Compañía Madrileña de
Teléfonos para dar servicio a Madrid.
Las dos empresas, fueron fundadas a finales del siglo XIX y el crecimiento de la demanda de líneas fue tan rápido, que
fue necesario levantar un nuevo edificio para ubicar las oficinas centrales de
Madrid.
El 25 de marzo de 1911, se abrió al
público el nuevo edificio en la calle de
Alcalá en un solar donde había estado ubicada la antigua Fonda del Comercio.
El edificio destacaba
poderosamente por su bella fachada, fue
diseñado por el arquitecto Manuel Castilla Picó.
Durante la Guerra Civil toda la zona
fue bombardeada y el edificio de la Telefónica sufrió múltiples daños siendo
necesario derruirlo. En su lugar se levantó en el año 1951 el edificio de la Caja de Ahorros y Monte de
Piedad de Madrid abriendo también un pasaje peatonal con el nombre de esta
entidad.
A continuación del
pasaje peatonal podemos contemplar el
edificio de la Real Casa de la Aduana que ocupa los primeros números de la
calle de Alcalá en la acera de los impares.
Antes de levantase el edificio de Aduanas el marqués de la Torrecilla, había mandado construir un palacete.
Félix de Salabert y Aguerri III
marqués de la Torrecilla y de Valdeolmos, encargo una casa palacio a Pedro de
Ribera que fue construido entre los años 1716 y 1731. El edificio, estaba
compuesto por un bajo y tres plantas, destacando sobremanera la portada
principal de estilo barroco muy del estilo de Ribera.
La creación del título de marqués de la Torrecilla, fue consecuencia de una transacción con la Real Hacienda, a cambio
de cancelar las deudas que esta tenía con los
Aguerri, resultado de su actividad de asentista con la Corona. El título fue
concedido en el año 1688 por el rey
Carlos II a favor de Félix Ventura de Aguerri y Rivas, I marqués de la
Torrecilla y II marqués de Valdeolmos.
En el Siglo XIX, el edificio comienza a ser ocupado por distintas entidades como: La Fonda de la Compañía de Diligencias Peninsulares y Postas, el Hotel Peninsular, Círculo de Bellas Artes y Centro Asturiano.
Fotografía de 1880, en primer término el palacio de Torrecilla convertido en el Hotel Peninsular y las diligencias ocupando la calle de Alcalá. |
Durante los bombardeos de la Guerra
Civil, el palacio queda destruido salvándose únicamente la portada.
Al finalizar la contienda, el Estado adquiere el solar del palacio para la ampliación del Ministerio de Hacienda. Las obras son llevadas a cabo por los arquitectos Luis Cervera Vera y Miguel Durán Salgado, quienes conservaron la portada del antiguo palacio colocándola en la Real Casa de la Aduana.
Portada de Ribera en el edificio de la antigua Aduana, actual Ministerio de Hacienda. |
Como la Aduana Vieja, situada en la
desaparecida plaza de la Leña junto a la
iglesia de Santa Cruz se estaba quedando pequeña, por una orden real de 14 de
enero de 1761, Carlos III encargó a
Francisco Sabatini el proyecto de construcción de una nueva Casa de la Aduana
en la calle de Alcalá.
El lugar elegido para levantar la
nueva Aduana fue el ocupado por las caballerizas de la reina, en la calle de
Alcalá manzana 209. Asimismo, fue necesario disponer de las casas situadas en
los números 5, 7 y 9, junto con las edificaciones correspondientes a las partes
traseras de la calle Alcalá, con el fin de conseguir una gran fachada y
disponer de una extensión de 80.000 pies
de solar. Las obras serían costeadas por los asentistas.
Edificio de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, actual Banquia |
La obra salió a concurso público y una
vez examinados los pliegos por el arquitecto Sabatini, la subasta se celebró en
la casa del marqués de Esquilache, actual Casa de las Siete Chimeneas, el 18 de
julio de 1761.
Los licitadores finalistas fueron Don
Pedro Lázaro y Don Carlos Bernasconi, adjudicándose la obra a Don Pedro Lázaro.
En los pliegos de condiciones, se
contemplaba que para la construcción del edificio se utilizase ladrillo fino
de la Ribera o de Toledo y un segundo ladrillo de Madrid, para la fabricación del segundo
ladrillo se autorizó a los asentistas la instalación de unos hornos en las proximidades de la ermita de
San Blas, en el Retiro.
Para la cantería se utilizó piedra de
la sierra de Guadarrama, y el hierro, se trajo ya elaborado desde Vizcaya. Para
el traslado del hierro, fue necesario que el gobernador de las Aduanas de
Vitoria y el Intendente de Burgos
autorizasen la libre circulación de las 180 carretas necesarias para efectuar el
traslado.
El mármol necesario para las
esculturas y adornos de la puerta principal se trajeron de las canteras de
mármol del pueblo portugués de Borba. Asimismo los cristales y vidrieras fueron
realizados en la Fábrica Real de la Granja de San Ildefonso.
En primer término la fachada de Hacienda y a continuación el edificio de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y el Casino de Madrid |
Las obras del edificio concluyeron en
1769, con un aspecto exterior a semejanza de un palacio italiano pero con un
diseño interior que permitía almacenar los distintos productos que llegaban a
Madrid como: El cacao, azúcar, aceite, vino, chocolate, la sal o el tabaco. El
exterior del edificio presentaba una fachada rematada con una balaustrada, con
su correspondiente zócalo y por una
sucesión de distintos órdenes de ventanas y frontones. El interior
estaba organizado en torno a tres grandes patios con grandes dependencias y
sótanos amplios para almacenar los productos.
El edificio de la Casa de la Aduana,
quedó flanqueado por los palacios del
marques de la Torrecilla y el palacio de Goyeneche.
Alejandro Mon y Menéndez político y
jurista español, ministro de Hacienda en varias ocasiones y Presidente del
Consejo de Ministros en 1864, llevó a
cabo la reforma tributaria en el año 1845 para racionalizar y modernizar la
Hacienda española.
Se creó un sistema tributario liberal
que homologaba a España con otros países europeos y estaría vigente hasta 1978.
Como consecuencia de esta reforma el Ministerio de Hacienda fue trasladado en 1848
a la Real Casa de la Aduana, no sin antes negociar con el Ayuntamiento la
cesión del Pósito situado junto a la Puerta de Alcalá para poder almacenar las
mercancías.
A la izquierda las ruinas del palacio de la Torrecilla durante la Guerra Civil y a continuación el edificio de Hacienda. |
En 1944 el arquitecto Miguel Durán
Salgado amplió las dependencias ministeriales con la construcción de un
edificio contiguo a la casa de la aduana, sobre el solar que había ocupado el
derruido palacio del Marqués de la Torrecilla. En su construcción se
mantuvieron las líneas arquitectónicas y
las decoraciones que tenía la Real Casa de la Aduana, incorporando la portada
del antiguo palacio.
Colindante con el edificio del
Ministerio de Hacienda, podemos contemplar otro extraordinario edificio que
alberga la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y que fue mandado
construir por Juan de Goyeneche, conde de Saceda.
La familia Goyeneche represento como nadie el éxito
social y económico con el reinados de los
últimos Austria y la llegada de los primeros Borbones. Juan de Goyeneche comienza ocupando puestos en la
administración central en Madrid, para posteriormente dedicarse a lucrativas actividades financieras. Goyeneche natural de Navarra había acumulado
una gran fortuna en su puesto de banquero de Felipe V e Isabel de Farnesio.
Entrada a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando |
Goyeneche, consiguió el Monopolio del
Tabaco y fundó la Gaceta de Madrid, que con el paso del tiempo de convertiría
en el Boletín Oficial del Estado. A Goyeneche se debe la construcción de la
población de Nuevo Baztán en la
provincia de Madrid para la fabricación de pieles y artículos de vidrio. El
arquitecto de Nuevo Baztán fue Churriguera, el mismo arquitecto construyó el
palacio de Goyeneche en la calle de Alcalá.
San Diego de Alcalá y los pobres, año 1646 Bartolomé Esteban Murillo |
El edificio fue construido entre 1724
y 1725 por el arquitecto José Benito Churriguera, como casa-palacio de don
Juan de Goyeneche, conde de Saceda.
Churriguera falleció el 2 de marzo de 1725 continuando las obras sus hijos
Matías y José hasta su finalización en el año 1728. Algunas fuentes indican que
el palacio fue completado por su hermano, Alberto de Churriguera.
Dibujo de la calle de Alcalá de Antonio Joli año 1754, al fondo la Puerta de Alcalá |
Con la adquisición del palacio de la
calle del Príncipe que hoy conocemos como palacio de Santoña, por parte de
Goyeneche el palacio de la calle de Alcalá fue alquilado al estado para
destinarlo a estanco de tabacos y Real
Gabinete de Historia Natural. Al
fallecer Juan de Goyeneche en 1735
heredó la propiedad su hijo, Francisco Miguel de Goyeneche, marqués de
Belzunce. En 1773, el rey Carlos III adquirió el palacio de los Goyeneche para
ubicar la Real Academia de Bellas Artes
de San Fernando, que hasta esa fecha se encontraba en la Casa de la Panadería.
Susana y los viejos, año 1609, Pedro Pablo Rubens |
El edificio diseñado en estilo barroco
de gran porte no era del gusto de los académicos, quienes decidieron renovar la
fachada y adaptar el edificio a las necesidades de su nuevo uso imponiendo el estilo neoclásico. Diego de Villanueva
hermano de Juan de Villanueva, será el encargado de la reforma, centrando su
intervención en la mutilación de todos los componentes barrocos del edificio.
Se suprimen las pilastras gigantes, la puerta se trasforma a estilo
dórico-toscana, se eliminan los bustos del coronamiento y el zócalo de granito
y desaparecen los adornos de la fachada. A finales del Siglo XIX, el arquitecto
Ricardo Velázquez Bosco añade una cuarta planta al edificio.
Antón Van Duck, la Virgen y el Niño con los pecadores arrepentidos |
Monumento Nacional desde 1971 entre
los años 1973 y 1985, el edificio fue restaurado en su interior, como la
construcción del nuevo salón de actos en un patio interior. La reforma fue
llevada a cabo por el arquitecto Fernando Chueca Goitia.
Autoretrato, año 1815, Francisco de Goya y Lucientes |
La Real Academia de San Fernando
mantiene un importante patrimonio con más de 1400 pinturas, 15000 dibujos,
20000 estampas, 1300 esculturas, numerosos muebles, artículos de orfebrería,
porcelanas y un gran fondo de documentos de todo tipo relacionados con la
arquitectura y la Historia del Arte.
Hemos traído a estas páginas una
pequeña representación de las pinturas que podemos encontrar en la Real
Academia, pero mejor contemplar por uno mismo esta gran colección.
Entre la colección de pinturas, hemos de
destacar la obra de Goya con pinturas como: La tirana, el entierro de la sardina,
toros en un pueblo, el príncipe de la paz (retrato de Godoy).
Continuando nuestro pasear por la
calle de Alcalá, a continuación de la Real Academia de San Fernando, nos
encontramos con el edificio del Casino de Madrid.
En enero de 1837, dio comienzo sus
actividades el Casino de Madrid con 56 socios fundadores y bajo la presidencia
de Mariano Téllez-Girón marqués de Terranova y posteriormente duque de Osuna.
La sede se estableció en el “Café del Solito” junto al Teatro del Príncipe, en
la actualidad Teatro Español. Con el incremento de socios, fue necesario buscar
una nueva sede y así en el año 1840 el
casino se trasladó al número 12 de la calle del Príncipe, por esta
circunstancia el Casino se denominó Casino del Príncipe.
En el año 1848 el Casino se traslada a la Carrera de San Jerónimo, 29 en la casa
del marqués de Santiago. Por esta época cada socio aportaba 400 reales de cuota
anual. Con el derribo de la casa del Marqués de Santiago para ampliar la
calle Sevilla, en el año 1880 el Casino
se traslada a la calle de Alcalá esquina con Sevilla, en el mismo edificio
donde se encontraba el café Suizo.
Los socios del Casino aumentaban
requiriendo mayores comodidades, por cuyo motivo en el año 1891, alquilan los
pisos principales del recién construido edificio de La Equitativa, en la acera
de enfrente.
Pese al lujo del nuevo
edificio, los socios comenzaron a pensar en disponer de un edificio propio. En
1899, el presidente Agustín Díaz-Agero y Gutiérrez, conde de Malladas, trata de
convencer a los socios para que accedan a la construcción de un nuevo edificio,
pero tiene el rechazo de un grupo de socios que paralizó la iniciativa del conde de
Malladas. Con la llegada a la presidencia del Casino de Antonio García Alix, se retoma nuevamente la
idea de construir un edificio para sede del Casino y será en mayo de 1903 con el nuevo nombramiento del
conde de Malladas como Presidente del
Casino de Madrid cuando se adquieran las casas de los números 13 y 15 de la calle de Alcalá
con fachadas también a la calle de la Aduana y dos pequeños solares de la misma
calle configurando un solar de 2394 metros cuadrados. El montante de la compara
ascendió a 1.507107 pesetas.
Casino de Madrid en el centro de la imagen |
Con la compra de los terrenos, no
acabaron los problemas para los socios del Casino y así con el fin de realizar
todo el proyecto de forma transparente, se convocó un concurso
internacional En junio de 1903 se hicieron
públicas las normas del concurso redactadas en español, francés e inglés y se
invitaron a todos los arquitectos interesados en el concurso.
Un grupo de arquitectos y socios del
Casino, elevó una protesta a la junta por no haber contado con ellos para
elaborar las bases del Concurso. El casino recibió un total de veinticuatro
propuestas.
A la hora de decidirse por el proyecto ganador los
arquitectos que habían elevado su queja a la junta decidieron no tomar parte en
la resolución del concurso, por cuyo motivo la Junta tomó la decisión de
consultar a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. De los seis
académicos que participaron, Enrique María Repullés y Vargas, Fernando Arbós y José
López Salaberry, eran a su vez socios del Casino.
Los proyectos elegidos fueron los de
los franceses Guillaume Tronchet y Los Farge. Los proyectos de los españoles
elegidos fueron: Jesús Carrasco-Muñoz Encina, Antonio Palacios conjuntamente
con Joaquín Otamendi Machimbarrena, Manuel Martínez Ángel y Tomás Gómez Acebo.
Interior del Casino |
Ante la calidad de los proyectos
presentados, tanto los académicos como la Junta del Casino tomaron la decisión
de abonar a cada participante la cantidad de 5000 pesetas en agradecimiento por
los proyectos, quedándose con la propiedad de los trabajos realizados con la
idea de refundirlos en uno solo.
Por fin comienzan las obras del nuevo
Casino bajo la dirección de José López Sallaberry, considerado uno de los mejores
arquitectos de la época y que tuvo la maestría de saber conjugar los distintos
proyectos presentados. Salaberry diseñó la entrada, la escalera de honor y el
salón de baile que en la actualidad corresponde al Salón Real.
Para la construcción no se escatimaron
materiales, como mármoles, muebles de gran calidad, cortinajes, vidrieras y por
supuesto los mejores artesanos tanto españoles como extranjeros.
Fachada del Casino |
El casino contrató a la Casa Estrada
el suministro de los mármoles, las casas Suárez-Górgolas, Lissáraga y Waring
& Gilow, suministraron la decoración y mobiliario, las casas Herráiz y
González, Asins y Torras, suministraron los hierros artísticos, corrió a cargo
de la Casa Mansard, el suministro de las lámparas, la Casa
Mauméjean, suministro las vidrieras y la casa Piera las maderas nobles.
Destacar la aportación de la Real Fábrica de Tapices para el suministro de las
alfombras.
Para la decoración del edificio se
contrataron a los escultores Ángel García, Mariano Benlliure y Eusebio Arnau y a pintores como Emilio Sala, Cecilio Pla y Mateo Inurria entre otros.
Las obras del Casino finalizaron en el año 1910, realizándose la
inauguración oficial el 29 de septiembre
de este mismo. Todo el edificio en su conjunto es una obra maestra de la
arquitectura y decoración. Destacaremos el patio de honor, el salón real, la
extraordinaria escalera, el comedor, salón de baile, la biblioteca, salas de
billar, la gran terraza y el gimnasio. Dentro de la decoración es de destacar el Salón Real con pinturas de Julio Romero de
Torres, Álvarez de Sotomayor, Manuel Benedito y Anselmo Miguel Nieto.
Con la llegada de la Segunda República
el casino cesó en sus actividades al ser incautado al comienzo de la Guerra
Civil convirtiéndose en Hospital de Sangre, en el año 1937 será la sede de la
Caja de Reparaciones. La Caja de Reparaciones
de daños ocasionados durante la Guerra Civil era un organismo dependiente del
Ministerio de Hacienda de la Segunda República, que se creó el 23 de septiembre
de 1936 por el Gobierno de Largo
Caballero con objeto de incautar los
bienes de los civiles de mayor poder adquisitivo que apoyaban la sublevación
militar del 18 de julio.
Terraza del Casino de Madrid |
Al finalizar la Guerra Civil, los
socios del Casino recuperaron el control sobre el edificio, pero ya nunca llegó
a tener el esplendor de los años anteriores a la guerra, incluso con la llegada
de la democracia no mejoro ya que la
situación económica era muy precaria, hasta que en el año 1983 se realizaron
algunas reformas haciéndose cargo de la explotación una empresa privada aumentando
la oferta cultural y de ocio como por ejemplo una piscina climatizada en el
sótano. El Casino en los últimos años ha conseguido recuperar el esplendor de
antaño.
Por si estas interesado, puedes socio del Casino
aportando una cuota de entrada de 7200€ y 80€ al mes para dos personas. Hasta
el año 1987, las mujeres no podían ser socias del Casino. En la actualidad Paco
Roncero es el responsable de la cocina del restaurante la Terraza del Casino
con vistas a la calle de Alcalá y donde se puede comer por 150€ por persona, el
acceso a los comedores está permitido a socios y no socios. Como dato curioso,
indicar que el juego quedo prohibido en el Casino desde el año 1926.
Dejamos atrás el Casino de Madrid y
nos encontramos el edificio perteneciente al BBVA, el Hotel Regina en el número
19 y el edificio del Banco Vitalicio en el número 21 haciendo esquina con la
calle Peligros.
Hagamos un poco de historia de esta
zona de Madrid. Esquina a Peligros estuvo el convento de Nuestra Señora de la
Piedad, de monjas Bernardas, conocidas como las
de Vallecas. El convento fue
fundado en el año 1473 por Alvar Garcí Díez de Rivadeneiram maestresala del Rey
Enrique IV, los historiadores indican que el convento se construyó para ser el
refugio de su hija doña Mayor y otros
parientes antes de partir a la guerra de Granada. El convento se fundó en el
pueblo de Vallecas.
En primer término el Hotel Regina año 1930 |
Debido a las pésimas condiciones del
convento vallecano el cardenal Silício,
ordenó su traslado a Madrid en el año 1522.
Fue la primera construcción que se
hizo por estos parajes, ocupando los espacios donde hoy podemos contemplar los
edificios de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el Casino de
Madrid llegando hasta la calle de Peligros. Con la desamortización de
Mendizábal en el año 1836, las monjas se trasladaron al convento de la calle
del Sacramento de monjas Bernardas. En el convento de la calle de Alcalá, se veneraba una talla de Nuestra Señora de los
Peligros de origen africano.
Fachada del Hotel Regina |
El solar de las monjas de Vallecas una
vez derribado los edificios fue siendo ocupado
por la Bolsa de Comercio, el
teatro del Museo, el café Fornos el
edificio del Banco Vitalicio, el Hotel Regina y las joyas de la corona, La Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando y el Casino de Madrid.
El Hotel Regina fue uno de los establecimientos
más emblemáticos de Madrid, inaugurado en el año 1918, ha sobrevivido a los continuos cambios producidos
en esta zona de Madrid. En la planta baja del Hotel, se encontraba el café Regina. Con anterioridad al Hotel y café
Regina, el espacio estuvo ocupado por la fonda de “Los Dos Cisnes”, famosa
porque sus recetas eran elaboradas por un cocinero que había trabajado en
Palacio. La Fonda permaneció abierta desde la década de los sesenta del Siglo
XIX hasta la llegada del café Regina en la segunda década del Siglo XX.
El café Regina destacaba por sus
columnas dándole un carácter elegante, siendo lugar de encuentro de artistas,
militares, los nuevos ricos y algunos toreros.
El café Regina, se reunían con sus respectivas
tertulias: Miguel de Unamuno, Ramón María del Valle-Inclán, los hermanos Julio
y Enrique Romero de Torres y Manuel Azaña entre otros muchos.
Como buen café, el Regina, vivió en su
terraza múltiples anécdotas como la protagonizada por el diputado socialista
Indalecio Prieto que tras un discurso en
el Ateneo de Madrid, fue acusado por injurias al rey Alfonso XIII, siendo detenido en el café Regina.
Otra de las anécdotas la
protagonizaron Ramón del Valle-Inclán y un redactor taurino del periódico El
Imparcial, que por una discusión por una silla de la terraza, el escritor le
pegó un bastonazo en la cabeza al periodista.
Antiguo Café Colón en los bajos del actual edificio del BBVA |
El café Regina, estuvo acompañado por el Café Colón situado en el
número 17 de la calle de Alcalá.
Al contrario que el Regina, el Café
Colón rezumaba tranquilidad, ofreciendo conciertos a cargo del violinista
Federico Senén López-Alonso, el violonchelista Fernando Martínez y el pianista
Federico Quevedo, durante los primeros años treinta del siglo XX.
El Café sufrió una gran reforma a
cargo del arquitecto Manuel Muñoz Monasterio y el decorador Joaquín Núñez Mena,
convirtiéndose en brasserie en el año 1933.
En la actualidad ambos cafés se han
reconvertido en oficinas bancarias.
Esquina con la calle Peligros, se
encontraba el famoso Café de Fornos, construido en el solar del antiguo
convento de las monjas de Vallecas
Fue fundado en el último tercio del siglo XIX, por Pepe
Fornos, antiguo ayuda de cámara del Marqués de Salamanca, casado con una
doncella de la baronesa María Buschental gran amiga del Marqués. Pepe Fornos, era
dueño del café Europeo situado en la calle Sevilla con el callejón de los
Gitanos actual calle de Arlabán. El Café salió a flote por el empeño del hijo
mayor Manolo Fornos. El Café destacaba
por su decoración con pinturas en los techos obra de Manuel Vallejo que también
decoró el techo del Teatro Apolo.
Café de Fornos esquina a Peligros año 1908 |
En el techo del Café se podían
contemplar alegorías relacionadas con el
té, el café, el chocolate, los licores y los helados. Otros artistas que
participaron en la decoración fueron Antonio
y Emilio Sala. Del mobiliario
destacaremos los muebles de caoba, los espejos sobre las paredes, los tapices y alfombras, los cómodos divanes, las
estatuas de bronce que sostenían las lámparas de gas y relojes de dos esferas que pendían del techo.
Todo este lujo decorativo fue motivo para que muchos tertulianos de Madrid se
trasladaran al Fornos.
El Café Fornos permanecía abierto las
24 horas y en función del horario se llenaba de una clientela variopinta,
matrimonios burgueses por la tarde-noche y a partir de las 10 de la noche era
lugar de encuentro para juegos, desafíos y todo tipo de escándalos, sin faltar
algún que otro crimen y suicidio.
Esquina de Peligros año 1930 con el Fornos ya cerrado |
Como ya hemos indicado el Café Fornos
era lugar de encuentros de peñas y tertulias a las que asistían escritores, políticos, militares, toreros,
aristócratas y algunas damas de postín.
Por el Café se pasaron personajes
como: Joaquín Dicenta, Azorín y Pio
Baroja entre otros. Se comenta que por el Fornos paso la famosa Mata-Hari. En
las noches del Fornos se podían ver a mujeres como Rosarito que aparece en la novela Doña Perfecta de Galdós o la famosa Arlette, que protagonizó un duelo a florete
con Lolita (la de las canas), ante la estatua del Ángel Caído en el Parque del Retiro.
Construcción del Banco Vitalicio año 1932 |
La anécdota del Café Fornos fue
protagonizada por un perro al que llamaban Paco. Paco era cliente habitual del
Fornos y la clientela siempre le alimentaba y le atendía con cariño. El perro
Paco, asistía a los espectáculos taurinos en la vecina plaza de la Puerta de
Alcalá, hasta que un novillero acabó con su vida al atravesarlo con un estoque.
La tragedia llegó al Café Fornos en el
año 1904 cuando Manuel Fornos se suicidó
en uno de los reservados empezando la decadencia del famoso café. En 1908
cerraría como Café Fornos, volviendo abrir un año después con el nombre de
"Gran Café", explotado por un nuevo empresario. En el año 1918 cerró
el Gran Café, para convertirse en cabaret
con el nombre de Fornos Palace. En el año 1928, el empresario Honorio
Riesgo, abrió un café-restaurante denominado Riesgo.
Edificio del Banco Vitalicio, en la actualidad Seguros la Generali |
La historia del café y el edificio
termina cuando en 1931 el Banco Vitalicio adquiere el edificio para la
construcción de una nueva sede que abre sus puertas en 1936.
El Banco Vitalicio de España fue el
resultado de la fusión de Seguros La Previsión y del Banco Vitalicio de Cataluña.
Volvamos sobre nuestros pasos hasta la
Puerta del Sol para reiniciar el paseo por la acera de los pares de la calle de
Alcalá.
Al iniciar nuevamente el paseo, lo
primero que podemos contemplar es el remozado edificio delimitado por la Puerta
del Sol, Carrera de San Jerónimo y calle Alcalá, en la actualidad es propiedad
de la multinacional Apple (la del mordisco en la manzana). Pero no siempre fue
así, en su día el espacio estuvo ocupado por el antiguo Hospital e Iglesia del
Buen Suceso, que en principio se trataba de un hospital itinerante que
acompañaba a la Corte española y que fue fundado por Isabel la Católica en
1489. Fue Carlos I quien lo trasladó definitivamente a Madrid.
Edificio de la Multinacional Apple |
La iglesia y el convento se
mantuvieron en la Puerta del Sol hasta su derribo en el año 1864, el derribo
fue necesario para efectuar la ampliación de la Puerta del Sol. Desde su
fundación sufrió varias reformas en las que intervinieron arquitectos de la
talla de Juan de Herrera (1530-1597), Francisco
de Mora (1553-1610) y Diego Sillero
Para mayor información sobre el
Hospital e Iglesia del Buen Suceso, os remitimos a la entrada de nuestro Blog
con el nombre de “Puerta del Sol”.
Iglesia del Buen Suceso año 1852 antes de la reforma de la Puerta del Sol |
De las ruinas de la iglesia y el hospital, sólo quedaron
unas columnas que fueron llevadas a la Casa de Bruguera en el Paseo de la
Castellana. El reloj que lucía la fachada y que era la referencia horaria de
los paseantes de la Puerta del Sol va a parar a la Casa de Correos y se
convierte desde entonces en el Reloj de Gobernación. La Iglesia desaparece por
completo de la Puerta del Sol y en su lugar se construye el Gran Hotel de París
que con posterioridad a mediados del siglo XX recibe el luminoso del "Tío
Pepe".
El Hotel París, fue inaugurado en el
verano del año 1864 con el nombre de “Fonda de París”, las obras se realizaron con
inversión francesa y por ello la
decoración tanto exterior como interior era de estilo francés. La entrada se
encontraba en el número 2 de la calle Alcalá y en el primer piso se encontraba
el Café Imperial que posteriormente cambio el nombre por el de Café de la
Montaña, el café tenía capacidad para
quinientas personas. En el café perdió
un brazo Ramón de Valle-Inclán como consecuencia de una pelea que mantuvo con
el periodista Manuel Bueno.
Vieja imagen del del Hotel París. |
En el año 1895 el Hotel París fue
vendido a la empresa Baena, la cual reformo las habitaciones, introdujo la
iluminación eléctrica e instaló un ascensor. Será en el año 1935 cuando llegue
al Hotel el célebre cartel publicitario de González Byass, cartel que fue
cambiado al de Tío Pepe años más tarde.
El Hotel París presumía de celebrar las
mejores bodas de Madrid. En el Hotel se alojaron personalidades como Édouard
Manet, Rubén Darío, Ramón del Valle-Inclán o Maurice Ravel. Durante los
festejos por la boda de Alfonso XIII, la gran mayoría de los invitados se
alojaron en el París.
Evolución del cartel de González Byas en la azotea del Hotel París |
El hotel cerrará sus puertas en el año
2006, manteniéndose abandonado hasta el año 2011 cuando Apple compra el
edificio para la instalación de oficinas y una tienda en la planta baja. Los
nuevos propietarios no consideraron oportuno mantener el cartel de Tío Pepe en
su azotea, siendo desmontado en Abril de 2011.
Después de diversas negociaciones, el
cartel publicitario una vez restaurado ha regresado a la azotea del número 11
de la Puerta del Sol, quedando reinaugurado en Mayo de 2014.
Cartel de Tío Pepe en su nuevo emplazamiento |
A continuación del Hotel París, se
construyó el Pasaje Comercial Iris, que abrió sus puertas en 1847, y comunicaba
la calle de Alcalá con la Carrera de San Jerónimo, en el pasaje se encontraba
el café Iris. El Pasaje Comercial resulto un fracaso y cerró sus puertas en la
década de los 60 del Siglo XIX y es que por aquellas fechas la sociedad
española no estaba preparada para este tipo de negocios.
A mediados del Siglo XIX, comenzaron a
inaugurarse pasajes comerciales en Madrid a imitación de las ciudades más
importantes de Europa.
El Pasaje de San Felipe se levantó en
1839 en un solar perteneciente al
convento de San Felipe Neri, entre las
calles de Bordadores y de las Hileras. No quedan vestigios de Pasaje.
Interior del Café Madrid, dibujo de Joaquín Muñoz Molinero año 1921 |
El Pasaje Matheu, se construyó en los antiguos terrenos
del Convento de la Victoria entre las calles de Espoz y Mina y de la Victoria
terminándose en el año 1847. El nombre se debe a su promotor, Manuel Mateu. En
la actualidad solo queda la calle del Pasaje de Matheu en recuerdo del promotor
del centro comercial.
El Pasaje Murga se construyó en el año
1849, obra de Francisco Coello situado entre las calles de la Montera y la de
Tres Cruces y mandado construir por la familia Murga. En la actualidad es el
único pasaje que todavía permanece.
El Pasaje Jordá se abrió junto a la
Puerta del Sol en 1848, se le denominaba Nueva Galería. Sin vestigios de su
existencia.
En 1876 se pide licencia para levantar
en la calle de Carretas la Galería de la
Exportación Comercial, cuyas obras las llevaría a cabo el arquitecto Francisco
de Cubas. Sin vestigios de su existencia.
Obras del Proyecto Canalejas con la fachada de la Compañía Crédit Lyonnais desmontada para permitir el acceso de los camiones de obra |
Como hemos indicado en párrafos anteriores en el año 1847 se abrió al público el
Pasaje Comercial Iris, comunicando la calle de Alcalá con la Carrera de San Jerónimo. Las instalaciones se componían de tres
galerías, una central llamada Madrid donde se abrió el “Café Iris” y dos laterales,
llamadas de París y Londres, donde se instalaron tiendas. En los pisos
superiores las tiendas disponían de habitaciones para sus propietarios. Los techos de las galerías estaban cubiertos de
espejos y la galería de Madrid disponía
de una bóveda acristalada. El interior de las tiendas la decoración no
escatimaba en lujos con mostradores de
caoba, columnas, y terciopelos. Las tiendas y el Café fueron el punto de
atracción para la burguesía, siendo punto obligado de tertulias teatrales y
políticas.
El Café Iris, al igual que las tiendas
estaba lujosamente amueblado. Fue uno de los primeros cafés que incorporo música
instrumental. Disponía de mesas de mármol
blanco y taburetes y bancos
tapizados en terciopelo verde y fileteado con clavos de bronce.
El Pasaje Comercial era propiedad de
la Compañía General del Iris, establecimiento de crédito y seguros dirigido por
Felipe Fernández de Castro y fue realizado por el arquitecto Juan de Urquijo.
En la decoración, a destacar las
lujosas colgaduras de terciopelo y de
seda carmesí, candelabros y arañas de metal tratadas con barniz dorado,
capiteles pintados en oro, quinqués de gas en las columnas recubiertas de
espejos y un magnifico reloj de esferas
transparentes, que eran iluminadas por
la noche.
El pavimento de la Galería de Madrid, se
encontraba realizado con un entarimado de madera similar al actual parqué, las
galerías París y Londres disponían de pavimento de mármol blanco y azul.
Las puertas del Pasaje, tres en la
calle de Alcalá y una en la Carrera de San Jerónimo fueron realizadas en hierro
forjado con remates en broce y en madera de nogal.
A pesar del lujo y de la gran cantidad
de personas que acudían al Pasaje, la compañía propietaria quebró y su director
Felipe Fernández de Castro, fue juzgado por desfalco en la mitad del Siglo XIX.
En esta situación, se toma la decisión de cerrar las tiendas del Pasaje y
transformar las tres galerías en un suntuoso café.
En Diciembre de 1866,
se inauguró en nuevo café con el nombre de “Café Madrid”. El nuevo café
tendría su entrada principal por la Carrera de San Jerónimo.
A destacar en el nuevo café, los techos artesonados de Tomás Isern, junto con las esculturas de Vallejo, Plá, Figueras, Montalvo, Bellver y Esquivel entre
otros artistas.
A pesar de todo su esplendor el Café
sucumbió a la temida piqueta siendo demolido para levantar en su lugar la
nueva sede de la Compañía Crédit Lyonnais edificio cuya fachada ha sido desmontada dentro del Plan Canalejas (suponemos que para volver a montarla una vez finalizadas las obras).
Con esta fotografía publicada en El País, nos podemos hacer una idea del Plan Canalejas |
Los paseantes habituales por las
calles de Madrid en especial por la calle de Alcalá, habrán podido comprobar
los cambios que se están produciendo en la manzana delimitada por las calles
Alcalá, Sevilla, Carrera de San Jerónimo y Plaza de Canalejas, a excepción de
los primeros números de las Calles de Alcalá y San Jerónimo, las fachadas del
resto de la manzana, se encuentran cubiertas por una protección semi
transparente de las utilizadas en las obras pero que permiten contemplar las
obras que se están produciendo dentro de la operación Canalejas que pretende
transformar los antiguos edificios dedicados a la banca en un gran centro
comercial.
Desde la calle de Alcalá podemos
contemplar como todo el interior de la edificaciones se han derribado, quedando
únicamente en pie las fachadas de los edificios.
El promotor inicial, R&A Palace, compró los edificios en 2006 al Banco de Santander. Pero el banco de Emilio
Botín aprovechó un impago en uno de los plazos para venderle el complejo a
Villar Mir. El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid realizaron una
modificación puntual del PGOU de la ciudad para permitir la obra, que ya se ha
iniciado.
A modo de resumen realizaremos un
pequeño recorrido por estos emblemáticos edificios, desde su construcción hasta
las fechas actuales.
Al desaparecer el Pasaje Comercial
Iris con su emblemático Café de Madrid a finales del Siglo XIX, entre los años
1904 y 1907, el arquitecto Juan Urioste y Velada levantó un nuevo edificio con
entrada por el número 8 de la calle de Alcalá y el número 7 de la Carrera de
San Jerónimo con destino a viviendas y sede del Banco Crédit Lyonnais. Velada arquitecto considerado dentro de la
tendencia del romanticismo diseñó el edificio de la calle de Alcalá en un
estilo que puede considerarse neobarroco, en la fachada destaca el balcón
corrido que separa la zona de oficinas de las viviendas. Algunas de las puertas
del parque del Retiro fueron diseñadas por el propio Veleda.
En la fotografía de Vozpópuli podemos apreciar la manzana afectada por el proyecto Canalejas |
En el año 1947 el edificio es
adquirido por el Banco Central Hispano para
ampliación de la sede central en la plaza de Canalejas, es reformado por el arquitecto bilbaíno
Manuel Ignacio Galíndez, estableciendo conexiones
internas con la sede central a través de las plantas inferiores, posteriormente
en 1962, se realiza una transformación del edificio, adelantando el ático en
línea con la fachada para ganar espacio.
Al dejar su sede de la calle Alcalá en
el año 1947, la sede del Banco Crédit Lyonnais se trasladó a la Casa Allende,
en la plaza de Canalejas.
Dentro de la operación Canalejas, el
espacio del edificio de Alcalá 8 se pretende dedicar a viviendas en sus plantas
superiores dejando las inferiores a usos comerciales creando un patio central
para dar luz a las viviendas y creando zonas de aparcamiento en los sótanos de
todos los edificios de la manzana.
En el número 10 de la calle Alcalá, en
el año 1936 se proyectó un inmueble para instalar las oficinas del Banco
Zaragozano, las obras fueron encargadas al arquitecto Roberto J. Ochoa. El edificio disponía de 12
plantas y dos sótanos, las plantas superiores se dedicaron al alquiler de
oficinas.
Vista general del Proyecto Canalejas con el edificio de la Equitativa en primer término |
El edificio no se finalizó hasta
1943 debido a la Guerra Civil, fue
necesario reducir de 12 a 8 las plantas del edificio para adaptarse a la nueva
normativa.
En el año 1985, al parecer sin licencia, se realizan
comunicaciones en la medianería con el edificio de Alcalá para anexionar el
edificio al Banco Central Hispano.
El edificio destaca por la rejería
exterior en estilo art decó y las vidrieras del techo en el patio
de operaciones.
Al igual que el edificio del número 8,
el Plan Canalejas contempla adecuar el edificio a viviendas y usos comerciales
en las plantas bajas.
En el número 12 de la calle Alcalá, en
el año 1944, el arquitecto Manuel Ignacio Galíndez, levantó un nuevo edificio
para la ampliación del Banco Hispano Americano
El edificio, en origen disponía de
nueve plantas y dos sótanos, en 1952, Galindez realiza la comunicación del Banco con el edificio de Alcalá 8.
El edificio de Alcalá, 12 o lo que
queda de él, será el que sufra mayores transformaciones dentro del Proyecto
Canalejas con la creación de un espacio interior para usos comerciales y
residenciales.
El edificio situado en Alcalá 14,
esquina con la calle Sevilla es el más emblemático de toda la manzana y el que
queda plasmado en las postales de esta
zona de Madrid. Fue proyectado y realizado por el arquitecto barcelonés José Grases
Riera entre 1887 y 1891 para la Sociedad de Seguros La Equitativa, filial en
España de la estadounidense The Equitable Life Assurance Society of the United
States. José Grases Riera, nació en
1850.
Fue compañero de Gaudí durante su
formación y su trayectoria profesional
queda acreditada con edificios y monumentos como el Palacio Longoria, el Teatro Lírico o Gran Teatro de Madrid en la
calle Marqués de la Ensenada o el
monumento a Alfonso XII junto al estanque del Retiro.
Edificio de la Equitativa año 1895 |
A finales del Siglo XIX, la zona entre
Sol y la calle de Sevilla, se fue convirtiendo
paulatinamente en el centro financiero de España. La mayoría de los
grandes bancos fueron construyendo sus
sedes en el eje formado por la Puerta del Sol, la calle de Alcalá y Prado-Recoletos. Así el primer banco que se
construye en la zona será la sede de la Sociedad de Seguros La Equitativa.
Sobre una planta subterránea destinada
a instalaciones y bodegas para los inquilinos
y locales de alquiler, Grases proyecto el edificio en una composición denominada tripartita, formada por
un basamento que comprende la planta baja y el entresuelo, un cuerpo principal
que agrupa los pisos primero y segundo y un cuerpo a modo de remate formando el tercer piso. El edificio se
completa con otro piso abuhardillado quedando semioculto tras el
parapeto de coronación
sobre el que apoya la torre de la rotonda o chaflán, que se eleva sobre
el nivel de la acera.
Edificio de la Equitativa, en el círculo rojo se puede observar la falta del grupo escultórico, sustituido por el nombre del nuevo propietario Banco Español de Crédito. |
El edificio, se levanta sobre un solar
triangular que Riera aprovecho hábilmente para resaltar su monumentalidad como
podemos observar personalmente o a través de fotografías. El arquitecto realiza una especie de juego
con formas neo renacentistas y neobarrocas y formas modernistas en la
decoración, como podemos apreciar en los trabajos de rejería y farolas del piso
bajo. En la fachada resaltan sobremanera las ménsulas en forma de cabeza de
elefante que sustentan el balcón corrido del primer piso.
Desde la calle de Alcalá podemos
contemplar como todo el interior de la edificaciones se han derribado, quedando
únicamente en pie las fachadas de los edificios.
Del edificio resulta muy llamativo el
cuerpo semicircular del ángulo de confluencia, coronado por un torreón elemento de singular belleza por su
original diseño y por los materiales empleados, hierro, cobre y fundición. El
conjunto dispone de una plataforma circular con barandilla a modo de mirador.
La parte superior se completa con un esbelto templete de finas columnas con
cúpula bulbosa, el reloj situado al comienzo de la torrecilla está acompañado
por dos figuras, alegorías del Pasado y el Porvenir simbolizadas
respectivamente por sendas matronas con un reloj de arena y la rueda de la fortuna
realizadas en bronce dorado. Sobre el reloj el arquitecto situó la figura de un
águila imperial sujetando el escudo estadounidense. En un principio el edificio
dispuso de un bonito grupo escultórico
realizado en bronce compuesto por una matrona en posición de proteger a dos niños
desvalidos. En el edificio destacaba un escudo de los Estados Unidos arrancado por el pueblo al iniciarse la
guerra de Cuba en 1898. En la actualidad el grupo escultórico se encuentra en
la plaza del Campillo Nuevo al final del Rastro.
Monumento retirado del edificio de la Equitativa, actualmente en el Rastro |
En el piso principal del edificio
estuvo ubicado el Casino de Madrid hasta el año 1910, posteriormente albergó a la Embajada del
Japón entre otros ilustres inquilinos del edificio.
En el año 1920 el Banco Español de
Crédito compró el edificio, realizando una serie de reformas que llevó a cabo
el arquitecto madrileño Joaquín Saldaña López, reformas que en la parte
exterior del edificio consistieron en la
retirada del grupo escultórico de bronce de la hornacina, donándolo al Ayuntamiento
de Madrid que lo instaló en la plaza del Campillo del Nuevo Mundo, en la zona
del Rastro. La hornacina se cerró con planchas de mármol para inscribir el rótulo institucional del banco, se
modificaron los accesos, al edificio transformando los escaparates de los
comercios en grandes ventanas mediante petos de piedra y rejas de forja, pero a
juego con los diseños originales. En la transformación de los accesos se
retiraron los cierres enrollables de los locales comerciales.
En el interior del edificio se
realizaron modificaciones para adaptar el espacio para uso bancario, en el
sótano se colocaron los archivos y cajas de seguridad. En planta baja, los
locales comerciales que daban a la calle
Sevilla conservaron su uso comercial. Las plantas superiores se siguieron
manteniendo para uso como viviendas.
Será en el año 1942, cuando el Banco
Español de Crédito realice una transformación del edificio, encargo que se
realiza a los arquitectos Javier Barroso Sánchez-Guerra y a Fernando Cánovas
del Castillo. La reforma que se alargará
hasta 1954, consistió en una completa
reforma interior creando un gran patio de operaciones de planta pentagonal
colocada en el eje de simetría del chaflán, asimismo se eliminaron las
escaleras originales dando al edificio el aspecto que tiene en la actualidad. El
patio nuevo se cubrió a nivel del techo
del entresuelo con un lucernario acristalado y una vidriera fabricada por la
casa Maumejean.
En la remodelación del edificio se
planteó elevar el edificio con una nueva planta y la adición de un ático y un
sobreático. El edificio primitivo disponía de seis plantas sobre rasante,
planta baja, entresuelo, principal, segunda, tercera y abuhardillado. Con la
remodelación el edificio pasó a tener ocho. El resultado de la reforma no
alteró en exceso la composición ni la imagen del edificio.
En el año 1994, el Banco de Santander
adquirió el Banco Español de Crédito. En 1995 se solicitó licencia para modificar
las instalaciones que afectaron especialmente al patio de operaciones,
desplazando el lucernario de cristal y la vidriera de Maumejean hasta el nivel
de la planta séptima.
Zona afectada por el Proyecto Canalejas. Imagen propiedad de Urban Networks |
En 1999 se produjo la fusión bancaria
entre el grupo Banco de Santander y el Banco Central Hispano. Aprovechando la
fusión, se realizó la conexión interior del edificio La Equitativa con los
colindantes de calle Alcalá, 12 y plaza de Canalejas 1. En el año 2004, el
Banco de Santander, propietario del inmueble, trasladó los servicios bancarios
a su nueva sede financiera en Boadilla del Monte, dejando vacío el edificio.
El edificio, que era propiedad del
Grupo Santander, fue vendido a OHL,
empresa de Juan Miguel Villar Mir a
finales de 2012.
Futuro del Proyecto Canalejas. Imagen propiedad de Urban Networks |
La conocida como Operación Canalejas
pretende transformar el conjunto de los seis edificios en un complejo que albergará un hotel de cinco estrellas de
la cadena Four Seasons con 215 habitaciones,
35 pisos de lujo sobre una superficie de 6.000 metros cuadrados y un
centro comercial de 16.000 metros cuadrados repartidos en tres plantas.
En la actualidad Diciembre de 2014, se
puede contemplar el derribo del edificio correspondiente al número 6 de la
calle Alcalá, para acceder a las obras del interior. Como la fachada está
protegida por el Ayuntamiento por su valor histórico-artístico, en principio ha
sido desmontada para ser restaurada e instalada nuevamente.
Las fachadas de los 5 edificios
restantes serán respetadas debido al grado de protección del que gozan. Se
preve que las obras finalizaran en el año 2016.
El edificio correspondiente al antiguo
Banco Hispano Americano en la plaza de Canalejas 1, está previsto que se
transforme en el Hotel.
Excelente, como siempre. Una única corrección: la multinacional que ocupa el antiguo Hotel París es "Apple" en lugar de "Appel".
ResponderEliminar¡Saludos!
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