En capítulos
anteriores, hemos recordado a los arquitectos madrileños Pedro de Ribera y
Ventura Rodríguez, hoy nos toca realizar un recorrido por la
biografía y obra arquitectónica
realizada en Madrid por Juan de Villanueva.
Juan Antonio
de Villanueva y de Montes nació en Madrid
el 15 de Septiembre del año 1739, era el segundo hijo del escultor Juan
de Villanueva y Barbales, su hermana mayor se llamaba Teresa y su hermanastro
Diego, que era arquitecto, hacía las
funciones de maestro del joven Juan de Villanueva. Con solo 11 años ingresa como alumno en la
Real Academia de Bellas Artes. Durante el transcurso de sus estudios recibe varios premios, diseña el Ayuntamiento
de Badajoz y planifica la reforma de las Descalzas Reales. Con 19 años y gracias a una beca de la Real
Academia viajó a Roma donde permaneció durante 7 años. Regresa a España en
1765, pero a pesar de sus años en Italia, Juan de Villanueva, se inspira en las
obras de los arquitectos españoles Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera
para llevar a cabo sus proyectos. Villanueva, a su regreso de Italia, inicia un
fructífero viaje formativo como discípulo de José de Hermosilla en las
provincias de Granada y Córdoba, para
estudiar y dibujar las arquitecturas árabes como los bocetos de la Alhambra de Granada y la
Mezquita de Córdoba.
Con 28 años, fue
nombrado académico de mérito y arquitecto de los Jerónimos de El Escorial. En
1774 fue nombrado teniente director de la Academia de San Fernando, director
honorario de Arquitectura en la Academia, arquitecto y fontanero mayor de la
Villa y teniente en el palacio de El Pardo. Será en el año 1792 cuando es
nombrado director de la Academia de San
Fernando y en 1798 arquitecto mayor de
Obras Reales e intendente honorario de Provincias.
Placa en el nº 15 de la calle Hernán Cortes |
Su carrera como
arquitecto comienza en 1767 trabajando en
la realización de encargos particulares. De su época como arquitecto de los
Jerónimos de El Escorial son los proyectos de dos casas en los Reales Sitios de
El Escorial, una para el cónsul de Francia y otra para el marqués de Campo
Villar.
Será en 1777
cuando Carlos III lo nombre arquitecto del príncipe y los infantes y será desde
ese momento cuando trabaje de forma casi exclusiva para la casa real,
especialmente con el reinado de Carlos IV.
Juan de
Villanueva fallece en Madrid el 22 de agosto de 1811 en el número 15 de la
calle Hernán Cortes, siendo enterrado en la iglesia de San Sebastián. Posteriormente,
sus restos fueron trasladados al primer Panteón Nacional en la Basílica de San
Francisco el Grande en 1869.
Villanueva es
considerado uno de los arquitectos en estilo neoclásico más importantes e
influyentes de la historia de Madrid. Sus construcciones lo confirman como uno
de los grandes arquitectos del siglo XVIII junto a otros insignes arquitectos
como: Ventura Rodríguez, José de Hermosilla y Francisco Sabatini.
Ya conocemos aunque
de forma muy breve algunos detalles de la vida de nuestro protagonista y ahora nos toca
realizar un recorrido para dar a conocer la obra que Villanueva realizó para Madrid y alrededores.
Como ya
indicamos en párrafos anteriores, de su época como arquitecto de los Jerónimos
de El Escorial son los proyectos de dos casas en los Reales Sitios de El
Escorial, una para el cónsul de Francia y otra para el marqués de Campo Villar.
Posteriormente, Juan de Villanueva llevó a cabo numerosos proyectos en El
Escorial, tanto encargos particulares
como de la realeza.
“La Casa del
Cónsul de Francia”. Es la primera obra arquitectónica de Juan de Villanueva,
quien realiza el proyecto en 1768, para el abate D. Agustín Beliardi, Cónsul de
Francia. Fue utilizada como su residencia durante las Jornadas Reales. Era un
personaje político muy influyente, llegó a ser nombrado Agente General del
Comercio y Marina en España por el Primer Ministro Francés.
La casa era
un edificio de planta rectangular con dos alturas y abuhardillada, en la casa
destacan los elementos herrerianos.
En 1773, la
casa es vendida a D. Simón de Aragorri y Olavide Marques de Irlanda con la
finalidad de arrendarla. La embajada de Francia utilizó el edificio durante
largos años.
Será a
finales del Siglo XIX cuando el edificio se transforme en residencia de verano
añadiéndole una altura más y dos terrazas en la fachada principal.
“Reales
Cuarteles”. Fueron fundados en 1717 por Felipe V para las nuevas tropas en El Escorial,
constaba de tres edificios en pleno conjunto urbano. Los Reales Cuarteles se
levantan frente al cuartel de la Caballería del
Monasterio.
El edificio
disponía de un pabellón central y otros dos pabellones en los extremos. La
edificación disponía de dos alturas. Juan de Villanueva participó en
posteriores reformas.
Con la
invasión francesa los cuarteles se convierten en un gran enclave defensivo. En
el año 1813, el ejército francés en su
huida quema los cuarteles de los que
únicamente se salvaron las fachadas.
Reales Cuarteles, convertidos en zona comercial |
Durante
muchos años, los cuarteles permanecieron en estado ruinoso, especialmente por
la falta de medios económicos para su rehabilitación. Como solución, los
cuarteles se venden a particulares para la construcción de viviendas, pero
manteniendo parte de las fachadas
exteriores.
Sera en el
Siglo XX cuando a los edificios que formaban el conjunto, se les incremente la
altura, perdiendo su originalidad y dando lugar a usos como centros comerciales
y de hostelería.
En la década
de los sesenta, son derribadas dos de las cinco casas que formaban el conjunto.
“Casa del
Marques de Campo Villar”. En 1773, D. Alonso Muñiz y Manjón, Marqués de Campo
Villar, Mayordomo de Semana del rey Carlos III, encarga a Juan de Villanueva la
construcción de una casa con el fin de arrendarla a las altas jerarquías cortesanas durante las
Jornadas Reales. La casa proyectada por Villanueva, nos recuerda un pequeño
palacio romano, posiblemente como recuerdos de su instancia en Roma. La casa ha
sufrido varias modificaciones a lo largo de los años.
Antigua Casa del Marqués de Campo Villar |
La casa de
planta rectangular con lados paralelos al Monasterio disponía de dos alturas.
En 1928, se levanta una nueva altura añadiéndole una galería acristalada.
“Casa de D.
Francisco Martínez de Sobral”. D. Francisco Martínez de Sobral y Aguilera,
Médico de Cámara del rey Carlos IV y del Monasterio del Real Sitio de San Lorenzo, encarga la
construcción de una casa en 1792. No se sabe con certeza el arquitecto que la
proyectó, aunque algunas fuentes se la atribuyen a Juan de Villanueva.
Casa de D. Francisco Martínez de Sobral |
El edificio
es de planta cuadrada, con patio central y tres alturas, hasta que en el Siglo
XIX, se le añadió una nueva altura. Del edificio destacan las guarniciones
herrerianas, el granito en las esquinas y las dos pilastras de granito que
sirven de apoyo a las ménsulas que sostienen el balcón abalaustrado. La casa,
se considera como una de las mejores
edificaciones del casco histórico de San Lorenzo.
“Mercado
Público”. A punto de finalizar el Siglo XVIII, el Consistorio Municipal de San
Lorenzo promueve una gran obra para el pueblo,
consistente en una casa como almacén de
vinos, aceite, vinagre, legumbres secas y otros géneros como pescado y tocino.
El proyecto es
encargado a Juan de Villanueva levantándose
el edificio durante los años 1797 y 1806. En la construcción destaca la fachada
principal realizada en sillares de granito, el gran arco central y las arcadas del
patio interior.
Con el fin de
trasladar la Escuela de niños de primeras letras de la Real Comitiva a las
instalaciones del Mercado Público, se encarga a Juan de Villanueva la
construcción de una nueva planta que se levantaría en el año 1806.
Antiguo Mercado |
Tanto la
Escuela como la función comercial se mantienen en el edificio hasta el año 1873,
pero el mal estado del edificio obliga a su reforma. Durante la reforma, el
patio interior quedará cubierto por
medio de un acristalamiento, que se perdió durante la Guerra
Civil. El edificio permaneció abandonado durante algunos años.
En el año
1949 se acometen nuevas obras para la recuperación del edificio, recuperando la
cubierta acristalada mediante una claraboya y se cierra el segundo piso con una
galería que se puede contemplar en la
actualidad.
Ya en el año 1967,
de nuevo por el riesgo de que la cubierta se derrumbara, se acometen nuevas
obras, se cubre el callejón llamado del Repeso, que se situaba entre el Mercado
y el Cuartel de Inválidos.
“Hospital San
Carlos”. El edificio se construye por orden de Carlos III para atender a los
trabajadores que participaban en la construcción de las casas de El Escorial. El
proyecto fue encargado al arquitecto Juan Esteban en 1771, finalizando las
obras en 1773. La planta del edificio es rectangular, manteniéndose en la
actualidad.
En el año
1781, Juan de Villanueva se hará cargo del mantenimiento y de las nuevas obras en el edificio. En 1801, Villanueva
proyecta la prolongación de la sala principal, los costes de la obra se
sufragaron con la venta de terrenos propiedad del propio Hospital.
Antiguo Hospital de San Carlos, hoy Centro de Salud |
A partir de
la Revolución de 1868 o La Gloriosa, que supuso el destronamiento de la reina Isabel II y el inicio del período
denominado Sexenio Democrático, la
titularidad del edificio pasa a ser municipal, conservando las funciones sanitarias
para las que se construyó.
En el año 1943,
pasa a denominarse Hospital de la Alcaldesa, en honor a Doña Carmen Polo, que
había sido nombrada Alcaldesa honoraria.
En la segunda
mitad del siglo XX, se llevan a cabo nuevas reformas en el edificio y ya en el
año 2002 recupera su antiguo nombre pasando a denominarse Centro de Salud San
Carlos.
“Casa del
Duque de Medinaceli”. Fue mandada construir por D. Luis Felipe Fernández de
Córdova y Gonzaga, Marqués de Cogolludo y heredero del XII Duque de Medinaceli.
El edificio se construyó como residencia de la familia, debido a que el Marques
tenia residencia en el Monasterio.
Antigua Casa del Duque de Medinaceli |
El proyecto fue
realizado por Juan de Villanueva en 1785, quien en su diseño, proyecta una casa
de planta trapezoidal ordenada en dos crujías perimetrales, y en su interior
dos patios de luces separados por la escalera de acceso a la planta superior.
La portada se diseña con pilastras laterales y ménsulas, sobre las que se apoya
un balcón de hierro forjado.
En el siglo
XIX, la Casa de Medinaceli vende la propiedad, dividiéndose el interior del
edificio, quedando convertido en una casa de vecindad.
Será a partir
de 1971 cuando se reconstruya el edificio, transformándose en un edificio de
viviendas con cinco plantas. En la actualidad se conserva el muro antiguo, la
portada y los huecos de las ventanas originales.
“Cuartel de
Inválidos y Voluntarios a Caballo”. Se trata de un proyecto del año 1774 y aunque
sin confirmación, se le atribuye a Juan de Villanueva. El edificio es de planta
rectangular, que en su construcción se encontraba aislado pero que en la
actualidad se encuentra unido al Mercado.
Exteriormente,
el edificio utiliza los mismos materiales que el Monasterio y Casas de Oficios
con paramentos lisos de sillería de granito, cornisas también de granito y con
tejado abuhardillado de pizarra.
Cuartel de Inválidos y Voluntarios a Caballo |
En un
principio, el edificio simultaneaba el uso como Cuartel con el de Cárcel. En el
año 1887, su función queda limitada a Cárcel del Partido. En el año 1972, el
Ayuntamiento cede el edificio a la Tesorería General de la Seguridad Social y
se establece en el edificio el Hogar del Pensionista.
En la
actualidad existe un proyecto para incorporar al edificio la sede del Centro de
Estudios Herrerianos, proyecto que cuenta con la oposición de diversos grupos
por entender que se cede un espacio público a una Entidad privada.
A pesar de
las reformas introducidas, el edificio ha mantenido sus características
arquitectónicas originales.
“Casa de las
Tiendas o las Columnas”. El Rey Carlos III, encargó a Juan de Villanueva la
construcción de un edificio con destino a convertirse en manzana de tiendas
(galería comercial de nuestros días) para arrendar a los comerciantes durante
las Jornadas Reales.
Casa de las Tiendas o las Columnas |
El edificio tiene
planta rectangular, la fachada a la
calle Reina Victoria dispone de un pórtico delantero de veinte columnas que
dan paso a una galería cubierta.
En los
comienzos del Siglo XX, el conjunto arquitectónico va perdiendo su primitiva función,
creciendo en altura y construyéndose viviendas con miradores acristalados.
“Casita de
Arriba o Casita del Infante”. En 1971,
Carlos III encarga a Juan de Villanueva la construcción de una casa para el
infante Gabriel de Borbón como lugar recreativo y de descanso. El edificio es
conocido como Casita de Arriba o Casita del Infante. Se trata de un palacete situado
en una elevación al sur del Monasterio y
concebido para albergar conciertos de música de cámara.
Casita del Infante o Casita de Arriba |
La Casita del
Infante en estilo neoclásico, dispone de
jardines de estilo italiano con terrazas descendentes, siendo posible escuchar
la música desde el propio jardín. Por desgracia, la decoración interior se
perdió, no obstante la decoración que podemos contemplar en la actualidad
pertenece a los reinados de Carlos IV y Fernando VII. Destaca en la bóveda el
fresco de Las Cuatro Estaciones, pintado por
Vicente Gómez.
La gestión del edificio corresponde a Patrimonio
Nacional.
“La Casita
del Príncipe o Casita de Abajo”. Se construyó en paralelo con la Casita de
Arriba como pabellón de recreo para el Príncipe Carlos, futuro Carlos IV. Fue
construida por Juan de Villanueva iniciándose las obras en el año 1771 y
finalizando las mismas en 1775 dos años más tarde que la Casita de Arriba.
La casa se
encuentra situada en un bosque de robles entre el Monasterio y el núcleo urbano.
La
Casita del Príncipe constaba inicialmente de un solo bloque rectangular, con una fachada
de 27 metros, que nos recuerda mucho a la fachada del Museo del Prado. Entre
1781 y 1784 fue ampliada con un ala posterior y una planta más.
La Casa
dispone de jardines en la parte delantera y trasera, comunicados por dos
pórticos de columnas toscanas. Los jardines disponen de fuentes, estanques,
cascadas, paseos y numerosos setos de boj. En el exterior de La Casita se puede
contemplar un extenso parque con especies autóctonas, como robles y encinas y otras como la sequoya y el
pinsapo.
Casita del Príncipe o Casita de Abajo |
En el
interior del edificio, se aprecia la decoración palaciega de la época en buen estado de conservación. Durante la
invasión francesa desaparecieron bastantes elementos originales, siendo
decorados nuevamente bajo el reinado de Fernando VII. Durante el reinado de
Alfonso XIII se restauró el mobiliario.
En la planta
baja destacan las decoraciones neoclásicas en estilo pompeyano y etrusco, también
se pueden admirar las sedas y tapicerías, el mobiliario, los relojes y las lámparas.
Los techos y estucos de mármol fueron obra de Mariano Salvador Maella,
Francisco Bayeu, Juan de Mata Duque, Luigi Japell y Vicente Gómez, que también
pinto la Casita de Arriba.
La Casita del
Príncipe, está declarada Bien de Interés Cultural desde el año 1931 y su
gestión corresponde a Patrimonio Nacional.
“Casa de los
Infantes y la Reina”. Se considera la primera gran obra del arquitecto Juan de
Villanueva, proyectada en el año 1769, se encuentra situada en la Lonja de poniente del Monasterio
y fue concebida para alojar a la
servidumbre y familias de los infantes D. Gabriel, D. Antonio Pascual y D.
Francisco Javier, durante las Jornadas Reales. Hemos de recordar que Carlos III
tuvo 13 hijos de los que solo siete llegaron a adultos
Tiene planta
rectangular, con semisótano de acceso, bajo y principal, además del techo abuhardillado.
Debido a la pendiente del terreno hay diferencias notables de altura entre
ambas fachadas. Para solucionar el problema, Juan de Villanueva opta por situar
el piso bajo, en la cota superior, accediendo directamente desde el denominado
patio largo.
Casa de los Infantes y de la Reina |
En la fachada
principal que da a la Lonja, Villanueva
respeta el orden de las Casa de Oficios
y del Monasterio, con el fin de no alterar el entorno creado por Juan de
Herrera al construir el Monasterio.
En la fachada
posterior, de sólo dos pisos, debido al
desnivel, Juan de Villanueva cambia la fisonomía del edificio sin referencias
al Monasterio.
A la muerte
del Infante Francisco Javier, el edificio se repartió entre sus dos hermanos. D.
Antonio Pascual, no tuvo descendencia así que su parte pasó a manos de la
Corona, denominándose Casa de la Reina. En 1925 por deseo de Alfonso XIII, la
Administración de la Corona, adquiere la parte de los descendientes de D.
Gabriel con el fin de alquilarla para residencia temporal o permanente.
“Tercera Casa
de Oficios”. Carlos III encargó a Juan de Villanueva una nueva obra en El
Escorial consistente de un edificio para alojar al Primer Secretario de Estado,
el Conde de Floridablanca. La construcción, se realizó entre los años 1785 y
1797.
Para la construcción
de edificio, fue necesario derribar unas casas donde habitaban los sirvientes
de la realeza. Como era costumbre en los edificios realizados por Villanueva
con fachadas al Monasterio, se respetaron los diseños y fisonomía de Juan de
Herrera, de tal forma que la fachada del edificio se puede considerar una
imitación de las Casas de Oficios de Juan de Herrera.
Tercera Casa de Oficios |
En el año 1797
se construye un paso elevado que une el
edificio de Villanueva con la Segunda Casa de Oficios. El edificio albergó la
administración y oficinas del Patrimonio Nacional en San Lorenzo de El Escorial.
En la actualidad el edificio se ha transformado en viviendas particulares.
Juan de
Villanueva, también participó en el cierre de la Lonja de El Escorial, en la
decoración del Monasterio y en la rehabilitación de la Torre de Damas.
“Casa de los infantes”. El
proyecto de este edificio fue realizado en el año 1792, pero su
propietario por falta de liquidez no pudo finalizar su construcción y en el año
1803 lo puso a la
venta, siendo adquirido por los Infantes Carlos María Isidro y Francisco de Paula, hijos
de Carlos IV.
Antigua Casa de los Infantes |
Al parecer, las reformas del edificio fueron encargadas a Juan de Villanueva. Finalizada la
Guerra de la
Independencia, el edificio se mantiene en situación de abandono durante casi todo el siglo XIX, pasando a ser propiedad municipal.
Será en el
año 1909, cuando el abogado José Peláez Urquina compre el
edificio que pasará a conocerse como Casa de Peláez.
En el año 1984 el edificio
es declarado
Monumento Histórico Artístico, siendo adquirido por la Sociedad Euroforum/Escorial para crear un centro educativo y residencial. En el
edificio, actualmente se
imparten los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid.
“Casa de los
Infantes”. Dejamos El Escorial y nos desplazamos a la ciudad ribereña de
Aranjuez para continuar con la obra de Juan de Villanueva. En esta ciudad y por
deseo de Carlos III, Juan de Villanueva diseña un edificio destinado al
alojamiento de los infantes Gabriel y Antonio y toda su servidumbre. El
edificio de estilo neoclásico fue construido por Manuel Serrano en el año 1772, el edificio se
encuentra situado en la plaza de San Antonio también conocida como de la
Mariblanca, unido a la iglesia de San Antonio por una galería porticada frente
a la plaza de Caballeros, destacando exteriormente por la uniformidad de los arcos.
Vista exterior de la Casa de los Infantes |
Se trata de
un edificio de dos plantas, la planta baja está formada por un sistema de arquerías y en la primera planta se extiende una gran balconada.
En la Casa de
los Infantes, se ubicó el Casino de Aranjuez hasta el año 1923, posteriormente
fue ocupado hasta hace poco tiempo por el cuartel de la Policía Nacional.
En la
actualidad, el edificio se encuentra transformado en casas habitadas, siendo
visitable sólo el exterior del monumento. Todavía se
conservan las escaleras originales de acceso al segundo piso con sus
correspondiente barandillas
realizadas
en hierro forjado.
“Casa del
Gobernador” En el año 1799, Carlos IV, encarga a Juan de Villanueva, la construcción del
edificio para vivienda del Gobernador. Las obras finalizaron en el año 1802. En el edificio se
encontraban las oficinas de la Tesorería, Contaduría y Escribanía.
Con el paso
del tiempo, el edificio ha sufrido múltiples reformas, aunque podemos adivinar
las líneas constructivas de Villanueva.
Antigua Casa del Gobernador, fotografía de David Estrada Ballesteros |
En el año
1836 se constituye el primer Ayuntamiento bajo el amparo de las Leyes recogidas
en la Constitución, desapareciendo la figura del Gobernador. Con el paso del
tiempo el edificio comenzó a denominarse “Casa de Administración del Real
Patrimonio”.
En 1873, el
Ayuntamiento transformó el edificio en escuelas, con aulas en la planta baja y
alojamiento para los maestros en la planta alta. Con el paso de los años el
colegio dejó de funcionar y el edificio quedó en estado de ruina. Sería ya en
el año 1996, cuando de común acuerdo el Ayuntamiento,
la Comunidad de Madrid y la Universidad Complutense lo rehabilitan para convertirlo
en un Centro de Estudios Superiores de Traducción e Interpretación y que en la
actualidad se conoce como Felipe II. El
coste de las obras ascendió a 763 millones de pesetas.
“Casa del
Labrador”, se encuentra situada en los terrenos del Jardín del Príncipe y su
nombre se debe a que se levantó sobre una antigua casa de labranza.
Carlos IV, que
pasaba largas temporadas en el Real Sitio de Aranjuez, ordenó la construcción del edificio cuyas obras
comenzaron en el año 1790 y finalizaron
trece años después en 1803. La construcción de la casa, se realizó en
diferentes etapas. La primera fase fue ejecutada por el arquitecto Juan de
Villanueva y sus colaboradores, Antonio López e Isidro González Velázquez. En
la segunda fase, Villanueva define las líneas arquitectónicas de la casa y el arquitecto Jean-Démosthène
Dugourc se encargó de la ejecución de los espacios interiores con la ayuda del
pintor Mariano Salvador
Maella.
En la última fase, Isidro González Velázquez concluyó el edificio integrando la
decoración exterior.
En los periodos
1964-1968 y 1998-2008, la Casa del Labrador, fue objeto de diversas intervenciones
para reparar los desperfectos sufridos como consecuencia del paso del tiempo.
Fachada principal de la Casa del Labrador |
En su interior se pueden
contemplar los mejores elementos decorativos de la época como: Lámparas, maderas
nobles, colgaduras de seda
valenciana, lienzos, relojes, bronces, mármoles y porcelana de la Real
Fábrica del Buen Retiro.
La casa
construida en tres alturas,
con cubiertas de pizarra, es de planta rectangular y dos alas
laterales, flanqueadas en sus lados interiores por arcadas. La fachada
principal está rematada en su punto central por el escudo regio, sostenido por dos
figuras de ángeles y una placa conmemorativa con el
siguiente texto:
“Reinando Carlos IV. Año de MDCCCIII”.
Como
materiales se utilizaron el ladrillo en los muros, el granito en los zócalos y en las arcadas y la
escayola en las decoraciones interiores.
La Casa del
Labrador depende de Patrimonio Nacional. En el año 2001 fue catalogado como
Patrimonio de la Humanidad.
Finalizaremos
nuestro recorrido por las obras de Villanueva en Aranjuez con un paseo por el
“Jardín del Príncipe”, nombre que se debe a Carlos Príncipe de Asturias, futuro Carlos IV. El Jardín
ocupa aproximadamente 140 hectáreas, junto
al río Tajo.
En el Parque,
destacan los grandes árboles como el conocido plátano de sombra, los tilos y los chopos. Los
límites del Parque son el propio río Tajo y una magnifica verja de hierro, colocada sobre fábrica de ladrillo y un muro de piedra. Al Jardín se accede por cuatro puertas
obra de Juan de Villanueva.
Puerta de acceso a el Jardín del Príncipe obra de Villanueva |
En el interior
del Jardín, destacan las fuentes dedicadas a: Narciso, Apolo, Cisne y Neptuno. A
destacar también el estanque de los Chinescos compuesto de un pabellón y un
templete circular neoclásico obra de Juan de Villanueva.
Hagamos un
poco de historia del Jardín. Durante el reinado de Fernando VI, se creó la
llamada “Huerta de Primavera” para cultivar frutales y todo tipo de hortalizas,
sin olvidar las famosas fresas de Aranjuez. Será en el año 1772, cuando el Príncipe de Asturias, futuro Carlos IV, ordene la
creación de un gran jardín que englobaba la “Huerta de Primavera” y otros
terrenos adyacentes todo bajo la supervisión del jardinero Pablo Boutelou.
En primer término Templete de Juan de Villanueva |
A partir de 1784, en las obras
que se acometen para avanzar en las obras del nuevo jardín se nota la
intervención de Juan de Villanueva, que aglutina la jardinería española, la jardinería clásica y la jardinería paisajista.
Las
esculturas del Jardín fueron realizadas por escultores como: Michel, Arali, Joaquín Dumandré, Agreda e Isidro
González Velázquez.
En 1804 se dan por
terminadas las obras del Jardín con la construcción de la Casa del Labrador, obra como ya indicamos
de Juan de Villanueva e Isidro González Velázquez, entre otros
arquitectos.
Dejamos
Aranjuez y nos trasladamos al pueblo madrileño de El Pardo para admirar la
siguiente obra de Juan de Villanueva.
“La Casita
del Príncipe”. Fue mandada construir por Carlos III para uso y disfrute del
príncipe Carlos. El edificio está situado junto al Palacio Real de El Pardo, en
una extensa finca utilizada históricamente con fines cinegéticos por la
monarquía.
Juan de
Villanueva proyectó en estilo neoclásico el edificio que se levantó entre los
años 1784 y 1785 y que se trata de un diseño a imitación de las Casitas de Arriba y de Abajo
construidas por el propio Villanueva en El Escorial.
El edificio
dispone de una única planta en forma rectangular con una distribución en cinco
cuerpos y una superficie de unos 400
metros cuadrados, con dos jardines en estilo neoclásico en los lados
principales.
El edificio, dispone
de dos vestíbulos contiguos, que sirven como punto de partida de las dos alas
longitudinales. El ala septentrional, con cuatro estancias, estaba ocupada por
el príncipe y a su familia, mientras que el ala meridional con tres salas se
destinaba a los invitados.
El palacete
dispone de dos accesos, acceso principal en la fachada oriental consistente en
un pórtico con dos columnas jónicas con el escudo del Príncipe Carlos y
realizado por el escultor Pedro Michel.
El acceso de
la fachada occidental es más sencillo, formado por un vano, de medio punto.
Ambas
entradas están enfrentadas, con los vestíbulos como eje de unión, mediante los cuales se comunican los dos
jardines.
En el
exterior destacan la combinación del ladrillo en los muros y el granito en la
sillería en los contornos de las
ventanas y en los aleros.
Según
determinados expertos, Juan de Villanueva ensayo estos materiales para la
construcción del futuro edificio del Museo del Prado.
Antiguos jardines de la Casita del Príncipe, en la actualidad separados por una Avenida |
En el
interior, se pueden contemplar
importantes colecciones de bordados y sedas de procedencia valenciana y
francesa, destacan en la decoración el mobiliario y los relojes. No podemos
olvidarnos de la colección de pinturas de Antón Raphael Mengs, Lucas Jordán, y
Francisco Bayeu, que pinto los frescos de la bóveda del comedor.
Durante la
época franquista, el palacete fue
destinado como vivienda del Jefe de la Casa Civil de Franco.
Después de 18
años cerrado, en los comienzos del Siglo XXI se procedió a efectuar una
rehabilitación general, abriéndose al público en el año 2009.
Como
residencia de la Familia Real la gestión
corresponde a Patrimonio Nacional.
Terminado nuestro recorrido por las obras de Villanueva en los alrededores de Madrid, es hora de conocer las grandes construcciones que nuestro ilustre arquitecto realizó en la capital del Reino.
Paseando por
la Gran Vía uno puede contemplar extraordinarios edificios pero hay uno que
destaca poderosamente por la perspectiva que nos ofrece, se trata del "Oratorio
del Caballero de Gracia" de estilo neoclásico situado a la altura del número 17,
el edificio tiene su entrada principal por la calle Caballero de Gracia número
5.
El Oratorio
de Caballero de Gracia. Pertenece a la Real, Antigua y Venerable Congregación
de Indignos Esclavos del Santísimo Sacramento, que más tarde se transformó en
la Asociación Eucarística del Caballero
de Gracia, en la actualidad la Iglesia es regida por el Opus Dei.
Antes de
entrar a describir las características del templo, creemos oportuno conocer sus
orígenes.
Fachada Norte del Templo en el nº 17 de la Gran Vía |
Jacobo de
Grattis nacido en Módena en 1517 y fallecido
en Madrid en 1619. Nuestro protagonista, estudió en Florencia y siempre estuvo
relacionado con familias de la nobleza italiana.
Bajo el
reinado de Felipe II viajo a Madrid como secretario del nuncio de Su Santidad. Rápidamente
se granjeó la confianza de la familia real y de la nobleza. Se dice que una de
las hijas de Felipe II fue la responsable de que se concediese el título de
Caballero de Gracia a Jacobo de Grattis.
Vista de la cúpula del Oratorio a través del arco del edificio anexo. |
Jacobo que se
dice que era un auténtico don juan, se dedicó a comprar terrenos y casas en la
zona que en la actualidad ocupa la calle Caballero de Gracia. Jacobo se
encaprichó de Leonor Garcés que vivía en
una de sus casas en compañía de su esposo. Como nuestro protagonista no era
correspondido por Leonor, trató de acceder a la casa con la ayuda de un
sirviente de Leonor con el fin de narcotizarla, pero una voz en la oscuridad le
asustó de tal manera que rodó escaleras abajo.
Jacobo,
creyendo que había sido un aviso de Dios, se arrepintió de su vida pasada haciéndose sacerdote. A partir de este
momento Jacobo se dedicó a realizar obras de caridad como la construcción de la
iglesia del Carmen, participo en la fundación del hospital de italianos en la carrera de San Jerónimo, participó en la
creación del Hospital de Convalecientes de San Bernardo. Fundó con la colaboración de San Francisco
Caracciolo la institución de los
Clérigos Menores en Madrid, cediéndoles algunas de sus propiedades en la calle
Caballero de Gracia. Asimismo fundó la
congregación de Esclavos del Sacramento con el fin de levantar un oratorio. El
primer oratorio del Caballero de Gracia se realizó con el dinero de la fortuna
dejada a su muerte por Jacobo de Grattis en la mitad del Siglo XVII, pero con
el paso de los años y el deterioro sufrido, fue necesario levantar un nuevo
oratorio sin derribar el viejo.
Interior del Templo |
El arquitecto
encargado de las obras fue Juan de Villanueva que en la década de los 80 del
Siglo XVIII, presentó dos proyectos que contemplaban el primero una
recomposición de la nave existente como se le había pedido, incorporando nuevas
pilastras y capillas que se unirían a la nueva capilla mayor que Villanueva se
proponía construir. El segundo proyecto consistía en la construcción de un
nuevo templo de estructura basilical y que fue el proyecto aprobado.
El encargo
fue realizado por el propio Carlos III. La obra supuso para Villanueva el
primer gran encargo en construcciones de tipo religioso. El proyecto se topó
con múltiples dificultades, debido a las desavenencias con la Congregación del
Caballero de Gracia, a la falta de medios económicos y a la distribución del propio solar que
dificultaba enormemente la planificación del templo
Entre los
años 1782 y 1795 se realizó interior del
oratorio, siendo necesario que el propio Carlos III accediese a prestar parte
de los fondos de la recientemente creada Real Lotería Nacional. En el año 1794
las deudas continuaban acumulándose siendo imposible continuar con las obras.
En este momento surgió un benefactor anónimo
que se comprometió a sufragar los gastos con la condición de que se terminasen
las obras antes de la Octava.
Los
enfrentamientos entre Villanueva y la Congregación continuaban hasta que
terminaron con el despido de Villanueva por temor a que la obra no se
finalizase antes de la Octava y se perdiese el importante donativo económico. A
Villanueva le sustituyó el arquitecto Juan Pedro Arnal, que finalizo la
construcción en el año 1795.
El proyecto
de Villanueva, se
puede analizar en la documentación de la época donde se puede
observar el proyecto de una iglesia basilical, con la cruz latina recortada,
cúpula y ábside presbiteral. El proyecto contemplaba situar detrás del ábside
una sala de juntas, la sacristía y la casa del capellán.
Cuando
visitamos el templo nos encontramos con el siguiente esquema: Nave basilical,
coro, crucero con su correspondiente cúpula, ábside, pasillos laterales
delimitados por doce columnas de granito con capiteles de orden corintio. En la planta del edificio podemos observar una
nave única rectangular que sumada a las dos columnas de fondo de la nave, se
consigue un efecto de profundidad. Con la separación de la nave central de los
pasillos laterales con columnas de granito, Villanueva consiguió crear un
efecto de basilical de tres naves.
Fachada principal en la calle Caballero de Gracia nº 5 |
La fachada
sur de la nave tiene una cierta desviación respecto al eje longitudinal del
edificio, esta desviación no es percibida por la mayoría de los visitantes
debido al nártex que precede a la nave central.
El interior
del templo destaca poderosamente la luminosidad natural, dando sensación de
amplitud, efecto conseguido por medio de la cúpula sobre tambor que nos crea el
efecto de un crucero que amplia visualmente el espacio.
Como en la
mayoría de sus construcciones, Villanueva utilizó la combinación de ladrillos y
cantería. La cúpula fue recubierta con piezas de plomo. En la cúpula, Villanueva
usó plomo, aproximadamente 8000 kilogramos y cuyo coste fue sufragado por el
propio Carlos III.
La decoración
interior como edificio neoclásico es bastante sobria, en lugar de retablo
mayor, el templo dispone de una vidriera
de la Casa Maumejean, con el tema central de la Última Cena.
Sobre los
muros de la nave, podemos contemplar grandes cuadros pintados en la época de
construcción del edificio por artistas como: José Camarón, José Beratón o Zacarías
González Velázquez, autor de los frescos de la cúpula.
El Oratorio anterior al año 1916. |
Destacaremos la imagen del Santísimo Cristo de la Agonía, realizada
en el siglo XVII, considerada una de las mejores tallas del Cristo en la Cruz.
Tras una reja
acristalada en la zona del nártex, nos encontramos con la talla de la Virgen
del Socorro, obra realizada por Francisco Elías en el año 1825. También podemos contemplar una talla del Cristo de la Agonía, obra maestra de la
imaginería barroca española, realizada por Juan Sánchez Barba.
En el
interior del templo, se encuentra la sepultura del Caballero de Gracia Jacobo de Grattis.
Ya conocemos
el interior del templo y es el momento de admirar las dos fachadas del
Oratorio. Comenzaremos por la facha principal con acceso por la calle de
Caballero de Gracia número 5. Fue proyectada por Villanueva pero no pudo
construirse hasta el año 1830 con algunos cambios respecto al proyecto
original. La dirección de la obra fue responsabilidad de Custodio Teodoro
Moreno. Dos columnas jónicas flanquean el acceso al templo, en ambos lados de
la entrada se encuentran dos sencillas hornacinas, la entrada se remata con un frontón clásico roto para dejar hueco a un
ventanal de arco. De la decoración original de Villanueva, se conserva un
relieve en piedra reproduciendo la Cena de Leonardo da Vinci.
La fachada
norte quedó muy condicionada por la construcción de la Gran Vía entre los años
1911 y 1916, siendo necesario derribar la casa de capellanes, la sacristía y la
sala de juntas, asimismo, fue necesario recortar el ábside, las obras fueron
realizadas por el arquitecto Carlos de Luque López.
Entre los
años 1989 y 1991, Javier Feduchi Benlliure rehízo la fachada construyendo un
gran arco sobre el ábside permitiendo contemplar el exterior de la cúpula. El
gran arco se integra perfectamente en los edificios colindantes creando un
espacio mágico de gran perfección.
Ya en el año 2003,
Fernando Chueca Goitia, realizó la rehabilitación de luces, cuadros y vidriera
del presbiterio.
"Real Jardín Botánico de Madrid". Debemos
remontarnos al S.XVIII para encontrar el origen del Jardín Botánico de Madrid. El
Boticario Mayor de Felipe V, Luis Riqueur, creó un jardín botánico en el Soto
de Migas Calientes, junto al camino de El Pardo con el fin de utilizar las
plantas medicinales. A la muerte de Felipe V, su hijo y sucesor Fernando VI, por
Real Orden, el 17 de Octubre de 1755, ordenó la creación del Jardín Botánico de
la Corte. El Jardín incrementó su colección con las plantas aportadas por el
botánico José Quer conseguidas por sus continuos viajes por la Península
Ibérica, parte de Europa especialmente Italia y Norte de Africa. Durante los
viajes con el ejército y con la colaboración de Juan Minuart, boticario Mayor
del Ejército, consiguió reunir un gran número de plantas y simientes, que
incrementaron notablemente el Jardín Botánico.
Busto de Carlos III en el Jardín Botánico |
Se trataba
del primer jardín botánico de Madrid. Se encontraba situado en el lugar que hoy
ocupan los Viveros de la Villa. En nombre procede de un mesón que hubo en el
lugar y cuyo plato típico eran las migas
calientes.
Fue abierto
al público en el año 1755 y en un principio contaba con 650 especies de
plantas. Con el tiempo llegó a contar con más de 2000 plantas.
Fernando VI,
falleció en el año 1759 y su heredero Carlos III en su continuo afán de mejorar
la ciudad propició que en año 1774 comenzara a gestarse el nuevo Real Jardín
Botánico, bajo la dirección del científico Casimiro Gómez Ortega y arquitecto real Francesco Sabatini. Carlos
III en el año 1777, ordena el traslado del botánico a su emplazamiento actual
en el Paseo del Prado. El Jardín Botánico fue inaugurado en el año 1781.
Arboles singulares en el Jardín Botánico |
El primer
ministro de Carlos III, Conde de Floridablanca, se encargó personalmente
del traslado del Jardín junto a la Estación de Atocha. No debemos
olvidar las iniciativas que Carlos III puso en marcha para embellecer la zona
con la creación del Salón del Prado, y el apoyo a las ciencias y las artes, con
la creación del Gabinete de la Historia Natural, que con el tiempo se
convertiría en el actual Museo del Prado, la creación del Observatorio
Astronómico y el Real Jardín Botánico.
Entrada Jardín Botánico |
El primer
proyecto para el nuevo botánico fue realizado por el arquitecto Francisco
Sabatini, que en el año 1778 presentó
una solución en estilo tardobarroco, pero fue rechazada por su elevado coste,
por el sistema de aporte de agua por
medio de caballerías y por no adaptarse a las necesidades de un jardín
científico, no obstante, Sabatini proyecto los límites del jardín en forma hexagonal, diseñando la elegante verja que rodea el Jardín. La verja de hierro fue fabricada en Tolosa quedando asentada
sobre piedra de granito obra del cantero José de Muñoz. Sabatini también
construyó la Puerta Real en el Paseo del
Prado con un diseño de corte clásico con columnas dóricas y frontón.
Entre 1785 y
1789 Juan de Villanueva que se había incorporado como arquitecto real, realizó
un segundo y definitivo proyecto, más acorde a la función científica y docente
que debía tener el jardín.
Entrada por el Paseo del Prado, destinada a la realeza |
En los
primeros años del nuevo Jardín Botánico se diseñaron las tres terrazas
escalonadas, ordenándose las plantas según el método de Linneo, uno de los
botánicos más importantes de la Historia. Carlos Linneo nació en Suecia el 23
de mayo de 1707, falleciendo en Upsala Suecia, el 10 de enero de 1778, fue científico, naturalista, botánico y zoólogo, se
le reconoce como uno de los padres de la ecología.
Juan de
Villanueva, diseñó la puerta situada en la Plaza de Murillo frente al Museo del
Prado que se inauguró en el año 1789, esta puerta es la utilizada para el
acceso de los visitantes, reservándose la Puerta del Paseo del Prado para las
visitas reales.
Verja del Jardín Botánico en el Paseo del Prado |
La Puerta de
Villanueva consta de tres partes. En el centro destacan las dos columnas
toscanas, que dividen el vano en tres espacios y que es utilizado para el paso
de los visitantes. En los extremos se sitúan dos pequeños cuartos con arcos de
medio punto, antiguamente ocupados por los vigilantes y que en la actualidad se
utilizan como taquillas y punto de venta de diversos artículos.
El Jardín inaugurado
en el año 1791, ocupaba una superficie de 10 hectáreas distribuidas en tres niveles
o terrazas adaptadas a la orografía del
terreno y dispuestas en forma de cuarteles cuadrados, siguiendo un trazado
octogonal rematados en las esquinas con fuentes circulares. Las terrazas
inferiores denominadas Terraza de los Cuadros y Terraza de las Escuelas
Botánicas, permanecen como fueron
construidas, mientras que la superior denominada Terraza del Plano de la Flor,
fue remodelada en el siglo XIX.
Paseo de las Fuentes |
El Jardín
Botánico disponía de estufas y semilleros, pero el elemento que más destaca
es el invernadero creado en la terraza superior llamado Pabellón Villanueva. Juan
de Villanueva diseñó un edificio con
criterios muy estéticos, sin tener en cuenta los puramente científicos, por
cuyo motivo desde principios del siglo XIX se destinó a acoger la biblioteca,
herbarios y las aulas necesarias para las cátedras de botánica y de
agricultura.
La Guerra de
la Independencia perjudicó seriamente al Botánico que quedó en estado de
semiabandono durante algunos años.
Parrales en el Botánico |
En el año
1857, con Mariano de la Paz Graells como director del Botánico, se realizaron grandes
reformas, creando un nuevo invernadero que lleva el nombre del Director.
También en esta época se montó un
zoológico, en el Botánico, pero unos años más tarde, se trasladará al Retiro,
todos conocíamos el Zoológico como La Casa de Fieras.
En 1882 El
Botánico pierde dos hectáreas, las correspondientes a la actual Cuesta de
Moyano y parte de los terrenos que ocupa el Ministerio de Agricultura frente a
la Estación de Atocha. En 1886, un
ciclón derribó 564 árboles entre los que se encontraban algunos ejemplares de gran valor.
Palacio de Villanueva |
En el año 1939,
el Real Jardín Botánico pasa a depender del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas y en 1942, es declarado Jardín Artístico.
Con el fin de
acometer obras de remodelación, en el año 1974, se cerró al público. Se mantuvo
cerrado hasta el año 1981, dos años después de inauguró el nuevo invernadero.
Las obras de
remodelación fueron encargadas al arquitecto Antonio Fernández Alba que
acometió la reforma del Pabellón Villanueva y al arquitecto Guillermo Sánchez
Gil junto al paisajista Leandro Silva Delgado que se encargaron de devolver a
los jardines al trazado original de Villanueva.
Describir el
Jardín Botánico, sería muy laborioso, por cuyo motivo nos limitaremos a dar
algunas pautas para información general.
Se calcula
que el Botánico dispone de unas 5000 especies de plantas y árboles procedentes
de todo el planeta.
Colección de Bonsáis cedidos por el expresidente Felipe González |
En la terraza
inferior denominada Terraza de los Cuadros, podemos localizar las plantas
medicinales, aromáticas, plantas de huerta, rosales y ornamentales entre otras,
sin olvidarnos de los frutales. Las plantas se encuentran dentro de unos
espacios geométricos realizados con plantas de boj, también podemos localizar
pequeñas fuentes distribuidas estratégicamente.
En la Terraza
de las Escuelas Botánicas más pequeña, podemos
localizar hasta doce fuentes y en su recorrido podemos realizar un estudio por
el reino vegetal desde las plantas más primitivas hasta las más evolucionadas. contiene.
Espectacular Bonsái |
Terraza del
Plano de la Flor, es más reducida que las anteriores, dividida en figuras o arriates curvilíneos, que
se encuentran delimitados por setos de durillo, una glorieta central y cuatro
glorietas alrededor de la central jalonan la Terraza de la Flor, en la glorieta
central se encuentra un pequeño estanque y un busto de Carlos Linneo. La
terraza dispone de un gran número de árboles y arbustos y en su límite este, se
encuentra el Pabellón Villanueva, construido
para dedicarlo a invernadero en el año 1781, en la actualidad el pabellón se
dedica a eventos sociales y galería de exposiciones temporales. En el contorno
de la terraza podemos contemplar un gran número de parrales colocados sobre
estructuras de hierro forjado que fueron construidos en el año 1786
En el lado
norte de la terraza se encuentra el invernadero construido por Mariano de la
Paz Graells, con múltiples plantas tropicales, briofitas y acuáticas, justo al
lado, se encuentra el invernadero de exhibición dividido en
tres ambientes de diferentes temperaturas y humedad como los climas
desértico, tropical y templado.
En el año
2005, se realizó una pequeña ampliación del Botánico con la construcción de una
cuarta terraza denominada Terraza de los Laureles y situada en la parte de
atrás del pabellón de Villanueva.
Busto de Carlos Linneo en el Jardín Botánico |
La terraza se
utiliza para exponer colecciones especiales de plantas, destacando la colección
de bonsáis cedida por el expresidente Felipe González.
En el año
2007, se llevó a cabo el saneamiento del Pabellón de Villanueva, finalizando
las obras un año después.
En el
Botánico y como reconocimiento a las personas que colaboraron de una forma
especial, podemos contemplar las estatuas de José Quer, Carlos Linneo, Simón de Rojas Clemente,
Mariano Lagasca, Antonio José Cavanilles
y el rey Carlos III.
En el Real
Jardín Botánico, se encuentra el mayor herbario de España con cerca de un
millón de pliegos recogidos desde el Siglo XVIII, asimismo el Botánico dispone
de una Biblioteca que ha ido evolucionando con el transcurrir del tiempo, así
en el año 1871 disponía de unas 151 obras, con el tiempo se le añadieron las
colecciones de José Quer, Antonio José Cavanilles, Simón de Rojas Clemente y
Mariano Lagasca entre otros. En la actualidad el Botánico dispone de unos 30000
libros, 2500 mapas, 3000 títulos de microfichas y un sinfín de folletos y
publicaciones.
El Real
Jardín Botánico dispone de un Banco de Germoplasma destinado a la conservación de semillas, esquejes, tubérculos y todas las formas de
reproducción de las plantas.
Frente al Real Jardín Botánico, en el mismo Paseo del Prado se encuentra el edificio del "Museo del Prado", posiblemente la obra maestra de Juan de Villanueva. Antes de adentrarnos en la obra de Villanueva, es conveniente recordar los antecedentes del Museo.
El gran
pintor Velázquez, en el año 1651 trabajó en la decoración de algunas estancias
del monasterio de El Escorial, con el fin de exponer algunas de las obras de la colección real a los
visitantes extranjeros que venían a España. Podríamos decir que fue la primera
idea de un museo en España.
Museo del Prado fachada Norte |
Será en el
reinado de Fernando VI con el apoyo de su esposa Bárbara de Braganza cuando se
ponga en marcha la construcción de un museo de las artes, pero un año después
en 1758 fallece Bárbara de Braganza y
Fernando VI entra en una profunda depresión falleciendo el año 1759.
El hermano y
sucesor de Fernando VI, Carlos III, abandona la idea del museo de las artes
inclinándose por la construcción de un museo dedicado a las ciencias naturales.
Para la puesta en marcha del mismo, Carlos III, encarga el proyecto al
arquitecto real Juan de Villanueva, que inicia los trabajos en 1786. El
edificio quedo concluido durante el reinado de Carlos IV (1788-1808). Carlos
IV, volvió a retomar la idea de Fernando VI para dedicar el edificio a museo de
las artes, pero todos estos proyectos quedaron temporalmente abandonados como
consecuencia de la Guerra de la Independencia.
José Bonaparte,
firmó por decreto en 1809 la creación
del actual Museo del Prado con el nombre de Museo Josefino.
Entrada al Museo fachada Este o de Goya |
Con el fin de
la ocupación francesa y la llegada al poder de Fernando VII en 1814 y alentado
por su esposa Isabel de Braganza se relanza la idea del Museo Real de Pintura y
Escultura en el edificio del paseo del Prado. Debido al deterioro sufrido por
el edificio durante la ocupación francesa, el propio Fernando VII aportó dinero
para la rehabilitación del edificio.
El Museo
Nacional del Prado, fue inaugurado en el
año 1819, con las colecciones de los Reyes de España, como consecuencia de la
desamortización de Mendizábal 1835-1836, se incorporan al museo las obras del Museo
de la Trinidad procedentes de instituciones religiosas y en la mitad del Siglo
XIX año 1872, se incorporan las obras del Museo de Arte Moderno.
Fachada Este del Museo año 1878. |
El edificio
se convirtió en la obra maestra de
Villanueva alcanzando la culminación del Neoclasicismo Español, pero con
el transcurso del tiempo y la muerte de Villanueva en el año 1811 sucediéndole
su discípulo Antonio López Aguado fue cambiando su fisonomía inicial.
El edificio
fue concebido como tres cuerpos o edificios autónomos no solo en su utilización
interior, sino en su fisonomía exterior y con accesos diferentes. A la zona central del conjunto, se accede por
un pórtico con seis columnas toscanas con un ático cuadrangular en su parte
superior. A la entrada se encuentra la estatua de Velázquez que da nombre a la
misma puerta. La puerta con acceso por el Paseo del Prado, fue la puerta
principal en los orígenes del edificio.
Esculturas y medallones en la fachada principal del Paseo del Prado |
El espacio
central, queda unido con los espacios cúbicos de los extremos a través de dos
alas longitudinales, quedando integrado todo el conjunto por cinco células
independientes.
El pabellón
sur de construcción palaciega emplea el orden corintio y se articula en torno a
un patio cuadrado y una estructura circular. La fachada está compuesta de dos plantas, en la planta
inferior se localiza una gran puerta con
vano adintelado, en la planta superior destaca una logia formada por seis
columnas de orden corintio sosteniendo un entablamento. Frente a la puerta de
entrada se sitúa la estatua de Murillo, por cuyo motivo la puerta sur lleva el
nombre del pintor.
Entrada del Museo por la Plaza de Murillo |
El pabellón norte está organizado
entorno a una rotonda y una estructura cuadrada, la fachada se compone de un
pórtico jónico sosteniendo un entablamento, en la actualidad la fachada
descrita pertenece a la segunda planta ya que en el edifico original, la
primera planta quedaba bajo el terreno accediéndose a la puerta de entrada a
través de una rampa.
En una de las
remodelaciones efectuadas en el Museo del Prado, se realizó el allanamiento del
terreno quedando al descubierto la primera planta, siendo necesario construir
una escalera para acceder a la segunda. Frente a la puerta norte, se encuentra
una estatua de Goya que da nombre a la puerta.
Entrada principal del Museo con la figura de Velázquez en primer término |
Las salas
centrales del edificio son abovedadas, destacaremos la rotonda norte
constituida por ocho columnas de orden dórico
y cubierta de casetón.
En el
exterior en la fachada del Paseo del Prado, podemos observar dos plantas en las
salas longitudinales con una logia adintelada en la planta superior y una
arquería ciega en la planta inferior alternando los arcos con hornacinas
cuadrangulares con estatuas y maceteros. Sobre las hornacinas podemos
contemplar unos medallones con las efigies de grandes escultores, arquitectos y
pintores.
Como
materiales de construcción podemos contemplar la alternancia entre la piedra de
granito, el ladrillo y la piedra blanca característicos de los edificios de
Villanueva.
Vieja estampa para el recuerdo, Plaza de Neptuno con el Museo del Prado al fondo |
En el
proyecto original de Villanueva, la planta superior se diseña como museo de
historia natural, la planta inferior se ubicaría la academia de ciencias, y la
zona central como sala de juntas para los académicos, la entrada al Museo se
realizaría por la puerta este, actual Goya, la entrada a la Academia de
Ciencias se realizaría por la puerta oeste actual Murillo y la puerta de Velázquez
se utilizaría como acceso a la gran sala de juntas.
El edificio
del Museo del Prado se construyó en paralelo al Paseo del Prado para darle más
belleza al propio Paseo, que en sus orígenes se denominaba Salón del Prado. El
edifico que podemos admirar en la actualidad si bien conserva las
características de Villanueva, ha tenido bastantes reformas a lo largo de su
historia con no menos de 20 arquitectos que han intervenido.
Año 1930, Puerta de Goya y los Jerónimos al fondo |
Entre las
reformas más importantes efectuadas en el Museo destacaremos las realizadas por
Narciso Pascual y Colomer, que diseñó la basílica y el ábside del cuerpo
central en el año 1853, Francisco
Jareño, niveló los terrenos situados en la fachada norte construyendo la
escalera de acceso a la puerta superior en la década de los 80 del Siglo XIX,
Fernando Arbós añadió una nueva crujía
en la fachada este a cada lado del ábside durante los años 1911-1913, que fue
continuada a su fallecimiento por Amós Salvador, Pedro Muguruza, remodeló la
Galería Central y construyó una nueva escalera en la puerta este o de Goya
entre los años 1943-1946. La
construcción de la nueva escalera no fue del agrado de todos, ya que terminaba
con la monumental escalera de Pedro Jareño, Fernando Chueca Goitia añadió dieciséis nuevas salas en la fachada oriental
realizada al mitad del Siglo XX. En 1971, se incorpora al Museo del Prado el
Casón del Buen Retiro y por último, la gran ampliación entre los años 2001-2007 por
parte de Rafael Moneo.
El Cubo de Moneo junto a los Jerónimos, última ampliación del Museo del Prado |
Con el destronamiento de la reina Isabel II en 1868, el Museo Real pasó a ser nacional, con
el nombre de Museo Nacional de Pintura y Escultura. Por Real Decreto de 14 de
Mayo de 1920, pasó a denominarse Museo
Nacional del Prado.
Una gran
parte de las obras maestras del Prado tuvieron que ser trasladadas durante la
Guerra Civil a Valencia y Cataluña hasta llegar a Ginebra. Concluida la Guerra
Civil los cuadros fueron reintegrados al Museo del Prado.
No es objeto
de este trabajo describir las obras de arte que atesora el Museo del Prado, que
dejamos para trabajos posteriores, no obstante, recordaremos el inventario del
Museo del año 2012 para que nos hagamos una idea de la importancia del mismo:
7.825
pinturas, 5493 grabados, 1101 piezas de artes decorativas, 8.637 dibujos, 34
matrices de estampación, 932 esculturas y 154 fragmentos de escultura, 38 armas
y armaduras, 2.155 medallas y monedas, 155 mapas y 981 fotografías.
En su afán por
mejorar la imagen de Madrid, Carlos III potenció obras como el Museo del Prado, el Real Jardín Botánico y
el "Observatorio Astronómico" todas ellas en el entorno del Salón del Prado.
España históricamente
ha sido un país de navegantes debido fundamentalmente a las posesiones en
ultramar que hizo necesario el conocimiento astronómico y su uso en la
navegación.
Ermita y cerrillo de San Blás según Pedro Texeira año 1656 |
El humanista,
ingeniero naval y científico Jorge Juan y Santacilia, fue capaz de medir la longitud
del meridiano terrestre demostrando que la Tierra está achatada en los polos.
Reformó el modelo naval español y el sistema de navegación convirtiéndolo en
una ciencia.
A petición de
Jorge Juan se construyó el Observatorio Astronómico de la Marina en el sur de
España, fundado en el año 1753 para
mejorar la navegación.
El propio
Jorge Juan solicitó al rey Carlos III la construcción del "Real Observatorio
Astronómico de Madrid", para el estudio de la astronomía independientemente de
la navegación. Carlos III envió a Europa al matemático Salvador Jiménez
Coronado para recabar información de los observatorios instalados en Europa. La
construcción del edificio fue encargada al arquitecto madrileño Juan de
Villanueva, comenzando las obras en el año 1790 ya bajo el reinado de Carlos IV.
Para su edificación, se eligió el llamado Cerrillo de San Blas, una pequeña
colina en un extremo del actual Parque del Retiro y junto a la Estación de
Atocha.
Observatorio en el cerro de San Blás |
Para
facilitar los accesos al edificio del Observatorio, fue necesario derribar la
antigua Ermita de San Blas, de cuya existencia da testimonio Pedro Texeira en
su plano de Madrid de 1654.
El origen de
la ermita se remonta al año 1587, cuando la reina Mariana de Austria, cede una
reliquia de San Blas al madrileño Luis de Paredes Paz para el Patronato y
Capilla. La Villa de Madrid, cedió unos terrenos a Luis de Paredes para la
construcción de una ermita en honor de San Blas, además de los terrenos, el
Consistorio de Madrid aporto veinte ducados para la construcción de la misma.
Las obras
fueron realizadas por el maestro de obras Juan de Aguilar. La ermita se abre al
culto con una procesión encabezada por el Consistorio y el Arzobispo de Toledo,
don Gaspar de Quiroga el 3 de abril de 1588.
Edificio principal del Observatorio |
Debido a la
orografía del terreno, fue necesario realizar desmontes para el acceso a la
colina mediante caminos y escalinatas de piedra, desaparecidas en la actualidad.
La
construcción del edificio avanzo a buen ritmo durante los dos primeros años, 1790-1792,
pero con la destitución del ministro José Moñino y Redondo, I conde de
Floridablanca y durante el breve gobierno de Aranda y los primeros años de
Manuel Godoy las obras se paralizaron
casi por completo.
En el año 1796
Juan de Villanueva solicita 300.000 reales para acabar la obra y que le fueron
denegadas. Otros problemas acuciaban al gobierno como los problemas con los
ingleses que desembocaron en la Batalla de Trafalgar y la posterior invasión
francesa en el año 1808. Con la paralización de las obras del Observatorio, fue
necesario acondicionar una nave en el llamado Altillo de San Pablo para
albergar de manera provisional los instrumentos científicos que se poseía. En
el año 1795, el catedrático José Garriga comenzó las actividades relacionadas con
la Meteorología, la Astronomía, la Geofísica, la Geodesia y la Cartografía. El
Observatorio comenzó a funcionar con un telescopio reflector con un espejo de
60 centímetros de diámetro encargado a William Herschel.
Vista aérea del Observatorio según Google |
Los problemas
del Observatorio continuaron durante la Guerra de la Independencia, los franceses se
instalarán en el Cerro de San Blas, destruyendo las dependencias del
Observatorio de Villanueva, para utilizarlo como polvorín y almacén de armas.
Antes de finalizar la guerra, en el año en 1812, José Bonaparte encargó al
arquitecto Silvestre Pérez la rehabilitación del edificio, pero con la
expulsión de los franceses, Silvestre Pérez no pudo acabar la reconstrucción.
Telescopio Herschel |
Juan de Villanueva
planificó un edificio con planta de cruz
griega cuya entrada principal sería un pórtico formado por diez columnas
corintias, llamando poderosamente la atención la parte superior con cuatro
garitas y rematada por un extraordinario
templete con columnas jónicas. El interior se destinó a
salas de observación, colocación de instrumentos, oficinas y gabinetes, por
cuyo motivo el diseño es de líneas sencillas. Destacar la gran rotonda de la
sala central encargada de dar
continuidad al resto de dependencias.
A la rotonda
central se accede por el pórtico de la fachada principal y el zaguán de la
entrada posterior.
Péndulo de Foucault |
Después de
años de abandono, en el año 1841, se toma la decisión de que el Observatorio se
destine sólo al estudio meteorológico. Será durante los años 1845-1849, cuando
se realice la restauración y finalización de las obras que serían llevadas a
cabo por Narciso Pascual y Colomer, que cerró el templete con una estructura de
hierro y cristal. En 1854, bajo la dirección del arquitecto Antonio Aguilar se
instala el meridiano Repsold y en 1858 el anteojo ecuatorial Mertz, iniciándose
una nueva etapa de trabajos astronómicos, geodésicos y meteorológicos. La
terminación definitiva del Observatorio tuvo lugar en el año 1874.
En 1904 el
Observatorio queda integrado en el Instituto Geográfico Nacional, que había
sido creado en el año 1870.
Círculo Meridiano |
En la
actualidad, el edificio de Juan de Villanueva
es utilizado como Museo de la astronomía, donde podemos contemplar
elementos como: Un Péndulo de Foucault, instalado en el año 1990. La esfera de
acero, pesa unos 100 kilos colgando de
un cable de 15 metros de altura. El Péndulo de Foucault, creado por Jean
Bernard León Foucault, sirvió para comprobar, el movimiento de rotación de la
Tierra en el año 1851.
En el museo
podemos observar dos telescopios del astrónomo alemán William Herschel. Del
primer telescopio instalado en el Observatorio en el año 1796 y fabricado también por el propio William Herschel,
solo queda el espejo de 60 centímetros de diámetro.
En la Sala del Círculo Meridiano, podemos contemplar
el instrumento denominado Circulo Meridiano, construido por el astrónomo alemán
Johann Georg Repsold en 1853, con el fin de medir la posición de los astros y fijar la
hora.
En el espacio
ideado por Villanueva para guardar los instrumentos para la realización de las
mediciones meteorológicas, se encuentra la Biblioteca del Observatorio. En la
Biblioteca se custodia una gran colección de libros, algunos del Siglo XVI.
En el
complejo del Cerrillo de San Blas, se construyeron otra serie de edificios para
completar el Observatorio:
El Edificio denominado
el Gran Ecuatorial, fue construido en el año 1855, por el arquitecto José Aguilar y Vela, con
destino a ser utilizado como vivienda de los astrónomos, también disponía de
una torre giratoria donde se instaló el anteojo dotado de montura ecuatorial de
Merz. Al quedarse anticuado, en el año 1922, se sustituyó por uno de la casa
Grubb.
Observatorio Astronómico año 1928 |
El Edificio
del Astrógrafo debe su nombre por haber albergado en su interior un astrógrafo,
desde su cúpula se realizaron observaciones de asteroides.
En el año
2005 se construyó la Sala de Ciencias de la Tierra y del Universo que fue
llevada a cabo por el arquitecto Antonio Fernández Alba e inaugurada en el año
2010. En su interior podemos contemplar una valiosa colección de instrumentos
utilizados por el Real Observatorio y por el Instituto Geográfico Nacional durante
los siglos XIX y XX para el estudio de
las ramas de la Astronomía, la Cartografía, la Geodesia y la Geofísica.
Por
iniciativa del físico Jesús Gómez,
subdirector general de Astronomía, Geodesia y Geofísica del IGN, se lleva a
cabo la reconstrucción del Telescopio de Herschel, la estructura de madera fue
realizada por el constructor de barcos Francisco Mendieta, en su astillero de
Bermeo, la reconstrucción finalizó en el año 2004.
"La Real
Academia de la Historia" es una
institución encargada del estudio de la Historia de España, desde la antigüedad
hasta nuestros días, recogiendo la evolución en los más diversos campos: Letras,
ciencia, artes, política y militar, en definitiva se hace un recorrido por la
cultura de los pueblos españoles.
La historia
de la Academia, comenzó en el año 1735 cuando un grupo de amigos y amantes de
la literatura se reunían para intercalar conocimientos históricos. Este grupo
de amigos, se dirigió al rey Felipe V
para solicitar su autorización y protección para continuar los estudios.
Edificio de la Real Academia de la Historia |
Felipe V
accedió a la petición y con fecha 17 de Junio de 1738 firmó la Real Célula por
la que se creaba la Real Academia de la Historia.
Las primeras
reuniones de la Academia se realizaron Biblioteca del Palacio Real y posteriormente
en la Casa de la Panadería en la Plaza Mayor. Como consecuencia de la
desamortización de Mendizábal y por Real
Orden de 23 de julio de 1837, la Real Academia de la Historia recibió la orden
de trasladarse al edificio del Nuevo
Rezado, situado en el número 21 de la calle del León, en el actual Barrio de
las Letras. El traslado se demoró hasta el año 1874, después de diversas
reformas efectuadas por el arquitecto Eduardo Saavedra entre 1871 y 1874.
Ya conocemos los comienzos de la Real
Academia, pero lo que nos interesa es continuar con nuestro arquitecto. El
edificio situado en la calle del León número 21, fue encargada su construcción
al arquitecto Juan de Villanueva en el
año 1788 con el fin de albergar la sede de la Casa de Nuevo Rezado de los
monjes jerónimos de El Escorial.
El nombre de
la casa fue debido a la función para la que se construyó, depósito o biblioteca
de los libros de rezo, cuyo privilegio para la venta de los mismos la tenían
los monjes del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Portada de la Real Academia |
El edificio
se construyó en estilo neoclásico, sin ornamentación y con unas proporciones
bastante considerables con gran solidad y materiales de primera calidad. Se
puede considerar un gran cubo de fábrica
con piso bajo, principal y segunda
planta. Los muros de la fachada son de ladrillo visto y las jambas de los
huecos de ventanas de granito. En la fachada principal destaca la portada con
balcón y adornada con un escudo
representando a la parrilla de San Lorenzo.
Las jambas y
el dintel de la puerta principal tuvieron que ser trasladadas hasta el edificio
por carretones tirados por veintiocho pares de bueyes.
En el
interior no existen vigas, sustentándose los pisos por medio de bóvedas de
ladrillo. Como norma habitual, Juan de Villanueva no era partidario de utilizar
madera en sus construcciones por el riesgo de incendio que conllevaba, especialmente
en este tipo de edificios con gran almacenamiento de libros.
Al edificio
original se le anexionaron el antiguo palacio del Marqués de Molins y una casa de la calle
de las Huertas, quedando delimitado el edificio por las calles León, Huertas,
Amor de Dios y Santa María.
Real Academia de la História |
El Marqués de
Molins, don Mariano Roca de Togores, fue ministro con Narváez, participo en la
restauración de la monarquía a favor de Alfonso XII, siendo asimismo embajador
en la Santa Sede y Francia. Su afición a la escritura le llevó a ser director
de la Real Academia Española, por lo tanto no es de extrañar que cediera su
palacio a la Real Academia.
El edificio
sufrió una gran transformación durante los años 1974-1976 para adaptarlo a las
exigencias de la Real Academia, se respetó su fachada en la que destaca la
portada de granito con el balcón principal donde se pueden contemplar las armas
del Marques de Molins. En el interior se conserva la escalera de honor y el
salón de columnas amabas realizadas en mármol. El arquitecto encargado de las
obras fue Fernando Chueca Goitia.
Para terminar
nuestro recorrido, como ya hemos hecho en otras ocasiones, traemos a estas
páginas una breve descripción del gran Mesonero Romanos cuando habla de la zona:
“Entre la
calle de San Juan y la del León hasta la del Calle del Prado está la parte más
interesante del distrito por su caserío, y también por los recuerdos históricos
y literarios que a él van unidos. Empezando a recorrerle por la calle del León,
que le limita en su parte alta, y que (sea dicho de paso) es una de las más
rectas y elegantes de Madrid, hallamos en ella un caserío nuevo, levantado de
pocos años a esta parte, y un bello y suntuoso edificio, titulado el Nuevo
Rezado, que es el principal ornamento de dicha calle, y fue obra, según creemos,
del célebre arquitecto Villanueva, en los últimos años del siglo pasado;
perteneció a los monjes jerónimos del Escorial, que tenían el privilegio de la
impresión de los libros del rezo divino, y hoy al Real Patrimonio, que le cedió
después para habitación del Patriarca de las Indias, y últimamente para colocar
en ella la Academia de la Historia y su preciosa biblioteca. Frente de él, con
entrada por la calle de las Huertas, hay otro gracioso edificio, también
moderno, construido para las juntas y
oficinas del Honrado Concejo de la Mesta, a que hoy ha sustituido la Asociación
general de ganaderos del reino”.
El denominado "Túnel de Bonaparte", se encuentra en los jardines del Campo del Moro y en su
origen conectaba el Palacio Real con la Casa Palacio de los Vargas en la Casa
de Campo.
Será en el
año 1810 cuando José Bonaparte nombrado rey de España por su hermano Napoleón
Bonaparte, encargue a Juan de Villanueva la construcción de un túnel que
permitiera conectar el Palacio Real con la
Casa de los Vargas.
Paseo dentro de los Jardines del Campo del Moro |
Villanueva
construyó un túnel por debajo de la
actual avenida de la Virgen del Puerto antiguamente denominado camino
Viejo de Castilla. La idea del túnel era evitar que José Bonaparte, se
expusiera a la ira de los madrileños en su recorrido desde su residencia
habitual la Casa de los Vargas, hasta el Palacio Real donde se realizaban los
actos oficiales. Para su construcción en estilo neoclásico, Villanueva utilizó
el ladrillo y granito para realizar la bóveda del túnel.
Entrada al túnel, dentro de los Jardines del Campo del Moro |
Durante su
construcción en el año 1811, fallece Juan de Villanueva, haciéndose cargo de
las obras su alumno Isidro González, años después bajo el
reinado de Fernando VII, el propio Isidro González construye en el año 1816 el
puente del Rey para que las personas de la realeza pudieran cruzar el
Manzanares.
Antes de
levantarse el puente, el río se salvaba con un viaducto provisional que
permitía cruzar las antiguas lavanderías y el cauce del río.
En el año 1891
el túnel fue remodelado instalando rocalla en sustitución del ladrillo con el
fin de conseguir un efecto de gruta. El arquitecto Enrique Repullés, fue el
encargado de realizar la reforma.
Interior del túnel, dentro de la jornada de puertas abiertas |
Juan de
Villanueva, también diseño la puerta de entrada a la Casa de los Vargas y que
se conserva en parte aunque con modificaciones realizadas con el transcurrir de
los años
La Puerta del
Rey fue construida en 1812, un año después de la muerte de Villanueva, por cuyo
motivo será su discípulo Isidro González quien lleve a cabo la construcción
bajo los planos diseñados por el propio Juan de Villanueva.
La Puerta original
se encontraba muy próxima al Puente del Rey, formando entre ambas
construcciones un conjunto monumental.
Las columnas que conformaban la puerta estaban montadas formando un
semicírculo.
Salida del túnel antes de Madrid Río foto de Ángela Souto |
En 1933, el
Puente del Rey pasa de los 9 metros de ancho original hasta los 25 metros, y la
Puerta del Rey es desmontada para colocarla junto a la Casa de Campo,
alejándola cerca de 30 metros de su posición original junto al puente. La
modificación se realizó para facilitar el acceso de los madrileños a la Casa de
Campo. La puerta del Rey se monta en disposición lineal y se le añaden dos
nuevas columnas procedentes del Puente del Rey y se colocaron dos garitas a
ambos lados.
Salida actual del túnel a Madrid Río |
Con la
construcción de los túneles de la M-30, se modificó el túnel de Villanueva bajo
el paseo de la Virgen del Puerto, desapareciendo toda la ornamentación de
Repulles.
La Puerta del
Rey volvió a montarse en su posición original junto al Puente del Rey. En la
actualidad el túnel de Villanueva se encuentra cerrado, sin conocerse la fecha
de su posible apertura.
Puente del Rey sólo peatonal |
Entrada a la Casa de Campo por el Puente del Rey |
Seguramente
en algún momento de nuestra vida hemos
oído hablar del Corral de la Pacheca. En el solar que hoy ocupa el
Teatro Español ya se llevaban a cabo actuaciones teatrales a mediados del siglo
XVI. El Corral de la Pacheca, era propiedad de Isabel Pacheco que alquilaba el
espacio a las Cofradías de la Soledad y de la Pasión, que por medio de las
obras de teatro sufragaban los gastos ocasionados
por los hospitales de la Villa de Madrid.
En 1565,
Felipe II y el Consejo de Castilla otorgaron el permiso para la creación de la
Cofradía de la Sagrada Pasión cuyo fin era representar comedias y dedicar un
porcentaje de la recaudación (la sisa) para fines caritativos.
Corrales de la Pacheca y del Príncipe |
En 1567 se
fundó la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad. Ambas Cofradías rivalizaban
por la explotación de los corrales.
En 1579 la
Cofradías llegan a un acuerdo y compran el corral de la calle de la Cruz
(futuro Teatro de la Cruz) y poco después en 1580, la Cofradía de la Pasión y
de la Soledad, adquiere el Corral de la Pacheca, compró dos casas anexas pertenecientes al doctor Álava de Ibarra,
médico de Felipe II y al dramaturgo don Rodrigo de Herrera.
En este
espacio se levantó el nuevo teatro denominado Corral del Príncipe, que comenzaría
las representaciones al público el 21 de
septiembre de 1583.
En el año 1600
se levanta una planta más, y entre los años 1627 y 1636, se levantan dos nuevas
plantas incorporando lo que en el futuro sería los palcos. Disponía de unas 320
entradas de asiento y más de cien asientos especiales para nobles, curas y autoridades que se
ubicaban en los aposentos que más tarde se convertirían en palcos. Como
techado, el Corral del Príncipe disponía de una
lona que se podía retirar a voluntad.
A partir de
1627 el Municipio de Madrid se hizo
cargo de los corrales, adjudicando una cantidad de dinero fija a ambas
cofradías.
Teatro Español |
En 1713 se
realizan reparaciones en el "Corral del Príncipe", siendo responsable de las
mismas Pedro de Ribera y que se
valoraron en 5.960 reales de vellón.
Será en el
año 1735 cuando Pedro de Ribera a petición del Consistorio presente un proyecto
para el nuevo teatro a denominarse Coliseo del Príncipe. Pedro de Ribera
propuso cerrar los accesos que algunos particulares tenían desde sus casas a
los aposentos y balcones del Corral del Príncipe.
Definitivamente
el Consistorio decide construir un nuevo
teatro y se encargará de las obras el arquitecto por Juan Bautista Sachetti y que
fue finalizado por el gran arquitecto Ventura Rodríguez. El teatro quedó
inaugurado en el año 1746.
En 1802 se
produce un gran incendio, quedando en pie solamente la estructura exterior del
teatro. En 1803, el marqués de Hermosilla solicitó del Ayuntamiento la
construcción de un nuevo teatro. El nuevo proyecto es encargado a Juan de
Villanueva.
Juan de
Villanueva, propone adquirir dos casas contiguas para dar mayor amplitud al
escenario. El presupuesto de Villanueva ascendía a un millón y medio de reales.
Las obras finalizaron en el año 1807.
Interior Teatro Español |
Con el
trascurso de los años, la fachada neoclásica de Villanueva ha sufrido continuos
cambios debido a reformas motivadas por varios incendios.
En el año 1840,
el famoso actor Julián Romea se lanzó a realizar una serie de reformas, como la
construcción de palcos y galerías en los cuatro pisos, colocación de butacas en
el patio central, incorporación del Café
del Príncipe a las dependencias del teatro, para permitir mayor espacio para
camerinos.
En el año 1869,
el teatro vuelve a cambiar de nombre denominándose teatro Español, debido a una
nueva ley de 1850 que obligaba a cada teatro a denominarse por el género que se
representaba en sus obras. Como consecuencia de esta ley, surgieron nombres
como Teatro de la Zarzuela, Teatro de la Comedia o Teatro de la Opera.
En el año
1887 nuevos incendios, se dice que provocados dejaron el Español tan
deteriorado, que el Consistorio tomó la decisión de derruir el edificio, pero
una campaña popular impidió el derribo. Ramón Guerrero padre de María Guerrero,
reconstruyó el edificio modernizándolo exterior e interiormente, finalizando
las obras en el año 1895 y abriendo al público con la Compañía de María
Guerrero.
Antigua imagen del Teatro Español |
Ya en el
Siglo XX con la dictadura del General Primo de Rivera, los arquitectos Pablo
Aranda y posteriormente Luis Bellido y Enrique Colás, acometen la enésima
reforma del edificio finalizando las obras en 1929.
Con la
llegada de la Segunda República, el Teatro Español se convirtió en Teatro
Nacional, a la llegada de la dictadura el Teatro pasa a ser administrado por el
Ministerio de Educación y posteriormente por el Ministerio de Información y
Turismo.
Llega la
democracia y con ella se produce un gran incendio en el año 1975 que destruye el
escenario y parte del patio de butacas. Una
vez más es rehabilitado el edificio pasando a ser propiedad del Ayuntamiento de
Madrid en el año 1981.
Unos años
después en 1995, se produce una nueva reforma del teatro con el añadido del
edificio colindante, ya posteriormente en el 2004 y 2006, se incorporan nuevas
reformas.
Es de todos
conocido el hecho de que en las distintas reformas de la "Plaza Mayor de Madrid",
intervinieron los tres juanes: Juan de Herrera, Juan Gómez Mora y Juan de
Villanueva. Traemos a estas páginas unos párrafos de nuestra entrada “PLAZA
MAYOR DE MADRID”.
En la noche
del 16 de agosto de 1790 se produce el tercer incendio de la Plaza siendo el
más devastador de los tres, quedando destruido completamente un tercio del
perímetro, afectando especialmente el lado occidental de la Plaza. En la
reconstrucción de la Plaza después del incendio de 1672 se empleó mucha madera
y esta circunstancia fue decisiva para avivar el fuego. Los medios disponibles
para sofocar el incendio eran muy escasos y
aunque asistieron más de mil hombres, con los medios disponibles,
resultó imposible evitar que desapareciera gran parte de las viviendas, fue
necesario derribar algunos edificios colindantes para realizar cortafuegos. En
los Archivos del Palacio Real se conservan las notas manuscritas de Francisco
Sabatini informando a Carlos IV del
avance de las labores de extinción. El fuego se había iniciado entre el Arco de
Cuchilleros y el Arco de Toledo.
Casa de la Panadería |
Durante los
nueve días que duró el incendio se gastó más de medio millón de reales y se
repartieron más de 46.000 raciones de pan y queso para los que trabajaban en
las labores de extinción.
El rey Carlos
IV puso a disposición de los 1302 madrileños afectados un millón de reales de
los fondos de la realeza.
El incendio,
no solo afecto a la Plaza Mayor, el fuego alcanzó la iglesia de San Miguel de
los Octoes situada en el actual Mercado de San Miguel, quedando destruida por
completo.
A modo de
curiosidad, transcribimos literalmente las noticias sobre el incendio que
fueron publicadas unos días más tarde.
Panorámica de la Plaza Mayor con la Casa de la Carnicería en el centro de la imágen |
D I A R IO
DE M A D R I D, DEL V I E R N ES 20 DE AGOSTO DE I790.
“En la noche
del día 16 del presente mes de Agosto, se advirtió a cosa de las 11 en el
portal de Paños de la Plaza Mayor un fuego, que propagándose pasó el portal de
Paños, y sus subterráneos por todo el lienzo hasta el Arco de la calle de
Toledo y fue ascendiendo hasta las guardillas, y se extendió en las inmediaciones
hasta la Parroquia de S. Miguel, con gran voracidad, por la calidad de los
edificios. Consistiendo estos en un enrejado de madera con muy poco material,
sin paredes divisorias de ladrillo ó piedra que pudiese detener su
progreso solo se detuvo en la casa
propia de Madrid, situada sobre el referido Arco de Toledo, cuyas paredes como más
consistentes, han contribuido eficazmente á que no se extendiese al resto del
lienzo de las Carnicerías.
Fue
recomendable la diligencia de Manuel de Silva, en apagar con tierra el fuego
que se prendió en las guardillas de esta casa. Luego que por la señal de las
campanas se tuvo noticia del paraje en que se había prendido el fuego, se
acudió por todos los que deben cuidar de impedir tales incendios con sus
disposiciones y auxilios, á socorrer esta necesidad, y favorecer á los vecinos,
á quienes comprehendió esta desgracia, dando todas las providencias conducentes
a minorarla en quanto dependía de sus facultades y actividad.
Con la misma
se continúa hasta ahora para atajar la comunicación haciéndose los cortes oportunos baxo la
dirección del Teniente General D. Francisco Sabatini, sin omitirse prevención
ni disposición que pueda contribuir á minorar este daño. El piadoso corazón de
S. M. ha dispensado en favor de los habitantes de las casas incendiadas, de su
Real Erario un millón de reales para que
se distribuya con justificacion entre estas familias , confiando este encargo
al Excmo Sr. Conde de Campomanes, Gobernador del Consejo, atendiendo á la
magnitud, número, y demás calidades de estos vecinos, sin perjuicio de la
demanda general acordada por el Consejo, con Real noticia y aprobación é
iguales objetos, habiéndosele comunicado este generoso socorro de S. M. por el
Excmo. Sr. D. Pedro López de Lerena, con fecha de 18 del corriente”.
Plaza Mayor año 1895 |
La nueva
remodelación de la Plaza Mayor fue encomendada
al Arquitecto Mayor de la Villa Juan de Villanueva. Para evitar en lo
posible nuevos incendios, Villanueva reformó la Plaza sin emplear apenas madera
y construyendo principalmente con piedra y ladrillo. Se mantuvo el diseño
inicial de Juan Gómez de Mora, pero se eliminó el quinto piso adaptando las
viviendas al diseño de la casa de la Panadería. Juan de Villanueva redactó una
orden municipal para la prevención de incendios, las anteriores se remontaban a
Teodoro Ardemans durante el reinado de Felipe V.
La
remodelación contempló el cerramiento completo de la Plaza, incluyendo arcos en
las calles abiertas que desembocaban en la misma. Las labores de reconstrucción
terminaron en el año 1854. Villanueva falleció en 1811 y las obras continuaron
bajo la responsabilidad del arquitecto municipal, Juan José Sánchez Pescador,
con la colaboración de Antonio López Aguado y Custodio Moreno.
Año 1968 construcción del aparcamiento subterraneo en la Plaza Mayor |
La nueva
Plaza de estilo neoclásico, tiene unas dimensiones de 120 por 90 metros,
dispone de 114 arcos incluidos los ocho de acceso, dispone de 377 balcones,
cuatro torres y un total de 76 buhardillas.
A partir de
1822, se instala en Madrid la “Sociedad de Seguros Mutuos de Incendios de Casas
de Madrid” con el fin asegurar los daños ocasionados en las casas dentro de la
cerca de Felipe IV debidos al fuego.
El proyecto se formuló el 27 de abril de 1822,
siendo impreso y publicado su reglamento el 30 de noviembre del mismo año por
valor de 69.501.128 reales y sancionado por el Consejo de Castilla, por Real
Cédula, el 31 de marzo de 1824.
Plaza Mayor año 1956 |
En el
capítulo 5º, artículo 41, según su reglamento dice: Que se cuidará de que se
coloquen en las casas aseguradas en paraje visible una tarjeta o azulejo que
diga “Asegurada de Incendios”.
Después del
último incendio, la plaza dejo de realizar las funciones de mercado,
desplazándose este a la vecina plaza de la Cebada.
El Arco de
Cuchilleros es posiblemente el más famoso de los diez accesos de la plaza Mayor,
situado en la esquina suroeste de la plaza. Desde el Arco de Cuchilleros
podemos contemplar el gran desnivel que existe entre la plaza Mayor, la Cava de
San Miguel y la propia calle de Cuchilleros.
Plaza Mayor año 1930 |
El Arco de
Cuchilleros obra de Juan de Villanueva debe su nombre a la calle de Cuchilleros
donde antiguamente se ubicaban los
talleres del gremio de cuchilleros, y que suministraban los cuchillos al gremio de carniceros que habitualmente
trabajaban en la plaza Mayor.
Para conocer
la historia de la Plaza Mayor, os recomendamos leer nuestra entrada titulada
“Plaza Mayor de Madrid”.