viernes, 12 de enero de 2018

PLAZA DE FERNANDEZ LADREDA

LEY DE MEMORIA HISTÓRICA 

En cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica aprobada por el Gobierno de Zapatero (Ley 52/2007 de 26 de Diciembre), Ahora Madrid, PSOE y Ciudadanos aprobaron el pasado mes de Abril de 2017 el cambio de nombre a 52 calles madrileñas.
El PP se abstuvo en la votación, alegando que ninguna de las 18 denominaciones propuestas por el Partido Popular había sido aceptada. El PP pretendía recordar a una serie de personas y colectivos como: La fiscal Carmen Tagle, asesinada por ETA, al general republicano Vicente Rojo, Torcuato Fernández Miranda o los  Abogados de Atocha.
Ciudadanos, a pesar de votar a favor, se ha quejado de que de sus 23 alegaciones al cambio de nombre de las calles, 7 no han obtenido respuesta y las otras 16 se han rechazado.
En la actualidad Julio del 2017, el Ayuntamiento de Madrid, dirigido por Manuela Carmena, ha paralizado momentáneamente la sustitución de 52 placas en calles con referencias franquistas, tras recibir seis recursos contencioso-administrativos contra el plan.
La mayoría de los paseantes por las calles de Madrid, desconocen el origen del nombre de las calles, a casi todos nos suenan los nombres de las calles, pero pocos conocen quien se esconde detrás de determinados nombres.

Aprovechando la Ley de Memoria Histórica, realizaremos un pequeño recorrido por algunas de las 52 calles que en breve cambiaran de nombre, conoceremos la historia de las calles, su evolución y trataremos de descubrir el personaje o personajes que dan nombre a la calle en la actualidad y por supuesto intentaremos aclarar quién está detrás del nuevo nombre.

Hoy visitaremos la Plaza de Fernández Ladreda más conocida por Plaza Eliptica y situada en el Distrito de Carabanchel. El distrito, se encuentra situado al Sur de Madrid en la confluencia con el barrio de Usera. Al parecer, el origen del nombre es una derivación “carab” nombre con el que se llamaba al propietario de tierras de cultivo, especialmente el garbanzo.​ 
La primera vez que aparece Carabanchel en los escritos data del año 1181, donde se menciona la venta de la Villa de Carabanchel por parte de sus propietarios Pedro Manrique de Lara y su hermana María por el precio  de 100 maravedíes. El pergamino original se encuentra depositado en el archivo de la catedral de Toledo.

        El actual distrito, está formado los antiguos  municipios de Carabanchel Alto y Carabanchel Bajo, ambos municipios  fueron anexionados a Madrid en 1948 y convertidos en un único distrito denominado Carabanchel.​ Gran parte del término municipal fue propiedad de Eugenia de Montijo, que posteriormente donó los terrenos a órdenes eclesiásticas para que se dedicaran a centros de educación. Posteriormente la mayoría de terrenos fueron urbanizados.
Plaza de Fernández Ladreda en la actualidad, a la izquierda colegio de San Viator


El terreno donde se encuentra situada la Plaza, pertenecía al municipio de Carabanchel Bajo, en el año 1948 pasó a depender administrativamente de Madrid. Por la Plaza, discurría el camino y posteriormente carretera de Madrid a Toledo, que daba comienzo en el  puente de Toledo. El tramo comprendido entre el puente de Toledo y Carabanchel Bajo,  en el año 1928 fue bautizado con el nombre de calle de Antonio Leyva.
La Plaza Elíptica  fue creada como tal en la  década de 1950 a partir del Plan General de Ordenación de Madrid más conocido como Plan Bigador del año 1946 que  preveía la prolongación del paseo de Santa María de la Cabeza hasta su cruce con la carretera de Toledo a través de un nuevo puente que se construiría sobre el Manzanares y denominado puente de Praga, dicho puente fue inaugurado en el año 1952 y desde entonces se convertiría en el puente de entrada a Madrid desde la carretera de Toledo. La plaza Elíptica cambiaría de nombre en el año 1954, año de la muerte del Ministro de Obras Públicas José María Fernández Ladreda.​
Puente de Toledo, comienzo de la antigua carretera de Toledo

La Plaza ha sufrido diversas transformaciones a lo largo de su historia, destacando la llegada de la Línea 6 de Metro  en el año 1981. En 1986  para solucionar los atascos que se generaban en la zona, se construyó un paso subterráneo bajo la Plaza para enlazar directamente la carretera de Toledo con el Paseo  de Santa María de la Cabeza.​
En el año 1998 se abrió la nueva línea 11 de Metro, que unía Plaza Elíptica con Pan Bendito. Entre 2004 y 2007 se construyó un intercambiador subterráneo que sirve de cabecera para múltiples líneas interurbanas de los pueblos de la zona Sur de Madrid.
En la Plaza de Fernández Ladreda confluyen importantes calles como: Marcelo Usera, Avenida de Oporto, Vía Lusitana, Paseo de Santa María de la Cabeza y calle de Antonio Leiva.
En este punto de nuestro recorrido por la Plaza Elíptica, creemos interesante conocer un poco la vida de los personajes que han dado nombre a  algunas de las calles del barrio.

 Marcelo Usera y Sánchez, hijo de Gabriel Usera Jiménez, nació en Madrid en el año 1874. La familia se trasladó   a  Málaga, instalándose en La Caleta barrio costero de Málaga perteneciente a la  Malagueta. En La Caleta, transcurrió la infancia del pequeño Marcelo.
El padre, Gabriel Usera que era Inspector de Ingenieros de Minas fue destinado a Cuba que en esta época seguía perteneciendo a España. En el año 1890 después de desarrollar una gran labor en la isla caribeña, fue ascendido a Inspector General del Cuerpo de Ingenieros, por cuyo motivo tuvo que regresar a España,  falleciendo  a bordo del barco que lo trasladaba.
Fotografía de Marcelo Usera
Marcelo realizó sus estudios universitarios en la  Facultad de Filosofía y Letras.  Con apenas diecinueve años, había terminado las carreras de Filosofía y Letras y Derecho. Marcelo cumplió el Servicio Militar en la Brigada Obrera y Topográfica.
Posteriormente, ingresó en el Colegio Preparatorio Militar de Trujillo y a continuación ingresó en  la Academia de Intervención Militar de Ávila, consiguiendo el grado de alférez en 1902. En el año 1904 se casa con Carmen del Río Fernández y un año después asciende a teniente.
La esposa de Marcelo Usera, había heredado tierras de labor en Madrid y en los pueblos de Carabanchel y Villaverde, Marcelo Usera, como gran emprendedor desarrollo  actividades  en el campo  de la agricultura extensiva y de la ganadería.
En 1912, se celebró  la Exposición Agrícola Ganadera  en el Real Sitio de la Florida, participando Marcelo con una yegua de su propiedad, naciendo un potrillo durante los días de la feria. Esta anécdota fue conocida por Alfonso XIII, que mando llamar a Marcelo para saludarlo. En la recepción, además de como agricultor y ganadero, Marcelo Usera fue presentado como licenciado en Derecho. Marcelo puntualizó que todavía no había obtenido el título por los gastos que conllevaba. El propio Rey corrió con los gastos de la titulación y años después ordenó que se publicase una obra escrita por Marcelo Usera con el título de: “Suministro de los Ejércitos en Operaciones”.
Panificadora año 1930 en la confluencia de Marcelo Usera con Nicolás Sánchez

Como la rentabilidad de las tierras era escasa, Marcelo toma la decisión de urbanizar sus tierras para crear un gran barrio en las afueras de Madrid. El primer paso fue concentrar todas las tierras de su mujer en una misma zona, siendo necesario  permutar terrenos con otros propietarios. Es así como consigue los actuales terrenos que conforman el actual barrio de Usera, dando comienzo a la construcción de las viviendas al comienzo de la década de los años veinte.
Al contrario que el Marqués de Salamanca que construyo un barrio para personas acomodadas, Marcelo Usera a la hora de levantar las viviendas lo hizo pensando en personas de bajo poder adquisitivo.
El nuevo barrio se llamó “La Legión” en reconocimiento de Marcelo Usera al fundador de la Legión, Millan Astray. Las Ordenanzas Municipales de la época, permitían que los vecinos nombrasen a las calles del barrio, de esta forma algunas calles tomaron el nombre de personajes allegados a La Legión como el Teniente Compairet o con los nombres de los miembros de la familia Usera y  trabajadores de la Compañía Inmobiliaria.
Construcción del Colegio San Viator en la Plaza de Férnandez Ladreda año 1961

Amparo Usera, Isabelita Usera, Gabriel Usera, Mariano Usera, Nicolás Usera, Luis Usera, Marina Usera, Gabriel Usera y Antonia Usera son nombres de algunas calles del Distrito, sin olvidar a la calle que lleva el nombre del fundador “Marcelo Usera”.
Mucho ha cambiado la fisonomía del barrio desde su fundación en los años veinte. A principios de este Siglo, Usera se ha convertido en el barrio chino por excelencia, se calcula que cerca de 11.000 ciudadanos chinos residen en el Distrito, formando una comunidad con su propio idioma, costumbres, tradiciones y  negocios.
En el año 1924, Marcelo Usera se retira del ejército con el grado de Teniente Coronel y estando en posesión de la Placa y Cruz de San Hermenegildo.
Al fallecimiento de su mujer Carmen, se casó  con Anita Vindel y Ochoa, no llegando a tener descendencia con ninguna de sus esposas.​
El Colegio Público Marcelo Usera  inaugurado el 14 de abril de 1933, fue una donación realizada por el propio Marcelo Usera, se encuentra en la calle Perales de Tajuña número 1.
Marcelo Usera falleció en Madrid el 28 de Enero de 1955 a la edad de ochenta años.​

Antonio de Leyva, hijo de Juan Martínez de Leiva y de Constanza Hurtado de Mendoza, ambos de procedencia Navarra, nació en el pueblo riojano de Leiva en 1480, otras fuentes indican que nació en un pequeño pueblecito de Navarra. En lo que sí coinciden las distintas fuentes es en el nombre de su progenitor Juan Martínez de Leiva, que a principios del siglo XV había construido un castillo en la villa de Leiva, situado en la provincia de Logroño y muy próxima a  Santo Domingo de la Calzada y  Haro.
Desde joven, se inclinó por la carrera militar y en 1502, tomó parte en la contienda de las Alpujarras, luchando contra los últimos combatientes mudéjares en el reconquistado Reino de Granada.
Un año después, se embarcó en Cartagena al mando de Luis Portocarrero con destino a Calabria en el sur de Italia en apoyo del Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba, que se encontraba luchando contra los franceses  en la guerra de Nápoles.

Continuó luchando contra los franceses en Seminara y más tarde estuvo en Milán y en la campaña de la Provenza en el año 1524.
Fue nombrado gobernador de la ciudad de Pavía, resistiendo el asedio de los ejércitos franceses de Francisco I entre octubre de 1524 y febrero de 1525.
Pavía, escenario de la célebre batalla,  se encuentra situada en el suroeste de la Lombardía, a 35 km al sur de Milán.
Por la defensa de Pavía, se le concedió el gobierno del milanesado y el título de príncipe de Ascoli.
En el año 1525 sucedió a Fernando de Ávalos, marqués de Pescara, como general de los ejércitos imperiales en el ducado de Milán. En el año 1535 a la muerte del último duque de Milán, Francisco II Sforza, el emperador Carlos I en reconocimiento de sus méritos en la defensa de Pavía, designó a Antonio Leyva como gobernador de Milán.
Romería de San Isidro junto al Puente de Toledo año 1906

En 1536, acompañó al emperador durante sus campañas de África contra los turcos. Este mismo año, se reanudan las hostilidades entre Francisco I y Carlos I. Antonio de Leiva se encontraba la mando de las tropas imperiales en Italia, y puso sitio a la plaza de Tossano con 15.000 soldados alemanes, españoles e italianos, rindiéndola  tras un mes de cerco. Después de esta victoria y con el fin de acabar con el ejército francés, Leiva aconsejo al Emperador Carlos I que marchase con las tropas hasta la corte de Francisco I en Paris. En aquella expedición Leiva murió a los 56 años en la localidad de Aix como consecuencia de la gota que padecía desde hacía varios años. El fallecimiento de Antonio de Leiva fue un duro golpe para el propio Carlos I, que le obligó a suspender la campaña militar procediendo a  retirar las tropas de suelo francés en octubre de 1536.
         Antonio de Leiva fue enterrado en la  iglesia de San Dionigi, en Vigevano provincia de Pavía.

         Por último realizaremos un breve recorrido por la vida del personaje que dio nombre a la Plaza.
José María Fernández-Ladreda y Menéndez-Valdés nació en Oviedo el 14 de Marzo de 1885, falleciendo en Siero en 1954.
Hijo de José Fernández Ladreda Miranda, coronel de Artillería y de Clara Menéndez Valdés y Estrada, estudió bachillerato en Oviedo y  en 1903 ingresa siguiendo los pasos de su padre en la Academia de Artillería de Segovia, de la que se graduó en 1908, ​ con el grado de teniente.

Después de diversos destinos acabó en Melilla​ escenario del conflicto militar con las cabilas rifeñas.
En 1910 fue nombrado profesor ayudante de la Academia de Artillería. Participaría en la redacción de varios manuales, que se convirtieron en libros de texto de la Academia.
En 1919 fue pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios, para viajar a Estados Unidos y ampliar sus estudios en la sección metalúrgica del National Bureau of Standards y en las  universidades de Columbia y Nueva York. A la vuelta de Estados Unidos, solicitó la excedencia en el Ejército, completando su formación en Francia y Alemania, licenciándose  en Ciencias Químicas en 1924 por la Universidad de Oviedo.
Ese mismo año,  contrajo matrimonio con Carmen García San Miguel y Uría, hija de los marqueses de Teverga.​ En noviembre de 1924 con Primo de Rivera en el poder, fue nombrado alcalde de Oviedo presentando su dimisión en Septiembre de 1926.
En el año 1927 reingresó en el Ejército, con el grado de Comandante, siguiendo con la redacción de varios trabajos sobre química, electroanálisis y metalurgia. En el año 1928 obtuvo el doctorado en Ciencias Químicas​ y publicó “Las propiedades físicas de los latones”.
Con la proclamación de la Segunda República  se encontró nuevamente en situación de excedencia militar. Fuera del ejército se dedicó a la política  participando activamente en la organización asturiana de Acción Popular, que posteriormente sería el núcleo de la CEDA, partido por el que fue elegido diputado por Oviedo en las elecciones de 1933 y 1936.​
Año 1965, tranvía cruzando el Puente de Toledo destino Carabanchel

Fernández-Ladreda con otros políticos asturianos de la CEDA mantuvieron su compromiso para que en España se volviese a instaurar la monarquía. En el año 1934, se puso al frente de la dirección de El Carbayón diario de ideología conservadora. ​
Cuando se produjo el alzamiento militar de 1936, Fernández-Ladreda se encontraba en  Oviedo, posición controlada por el ejército sublevado al mando del general Aranda. Se incorporó a las tropas de Aranda, cuando la ciudad fue sitiada por las tropas y milicias republicanas que intentaban acabar con la sublevación.​ En el transcurso de la Guerra Civil, ocupó diversos cargos como: Director de la Fábrica de armas de A Coruña,​ Jefe de Fabricación de Asturias, impulsando la producción de las minas de carbón,​ también fue  miembro de la Comisión Militar de Incorporación y Movilización Industrial de Asturias.
En 1937 fue ascendido a teniente coronel y en 1939 alcanzando el grado de coronel. ​ En Octubre de 1939, fue nombrado jefe de la Sección de Armamento y Material de la Dirección General de Industrias del Ministerio del Ejército y en 1940, fue nombrado director de la fábrica de armas de La Vega en Oviedo.​
En 1943 es ascendido a general de Brigada del Cuerpo de Ingenieros de Armamento y Construcción del Ejército, también ejerció  como  Inspector de Ingenieros y director de la Escuela Politécnica del Ejército.​
Este mismo año, fue nombrado Procurador en Cortes, por el Jefe del Estado y en Julio de 1945, es nombrado Ministro de Obras Públicas hasta Julio de 1951. Poco tiempo después fue nombrado vicepresidente primero de las Cortes y en 1952 es nombrado director general de Material y Armamento del Ministerio del Ejército y vocal del Patronato Juan de la Cierva perteneciente al CSIC.​
Fue nombrado  hijo predilecto de Asturias, hijo adoptivo de  localidades como: Gijón, Vegadeo, Salas, Segovia, Candás, Logroño o el Grado.​ Asimismo, diversas ciudades pusieron su nombre a calles y plazas. Finalizada la dictadura y al amparo de la Ley de Memoria Histórica, su nombre ha ido desapareciendo de calles y plazas
En Madrid, la Plaza de Fernández-Ladreda recuperará su antiguo nombre de Plaza Elíptica como se ha estado denominando hasta nuestros días.
  


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