viernes, 4 de enero de 2013

PLAZAS CASTIZAS DE MADRID


Cuando hablamos del Madrid castizo, inevitablemente, vienen a nuestra mente imágenes y expresiones como chulos y chulapas, manolos y manolas, organillo y aguardiente, verbenas, las Vistillas, la Paloma, etc., etc.
Todo este casticismo nace en el Madrid de los Austrias, en el Siglo XVI, época en la que en la periferia de las murallas árabe y cristiana comenzó a formarse la ciudad de Madrid,
En el llamado Madrid de los Austrias, todavía podemos contemplar una serie de plazas que aunque hayan perdido con el transcurrir de los años su función original, merece la pena pasear por ellas y mientras nos tomamos unas cervezas o vinos en sus terrazas, podemos cerrar los ojos para trasladarnos a los orígenes de nuestro Madrid.


Madrid del Siglo XIV, señalado en rojo lugar donde se asientas nuestras plazas
Las plazas que vamos a recorrer son: Plaza de los Carros, Plaza del Humilladero, Plaza de Puerta de Moros, Plaza de San Andrés y Plaza de la Cebada.
Pero antes de recorrer nuestras plazas, creemos necesario recordar un poco la historia de Madrid desde los tiempos de la dominación árabe.
Con la muerte del califa Al-Mansur (Almanzor) en el año 1002 se aceleró la fragmentación del califato de Córdoba en pequeños reinos, llamados taifas.
Esta circunstancia fue aprovechada por los reinos cristianos de León y Castilla para iniciar su expansión sobre los territorios del Islam.
Fernando I inició las conquistas en tierras portuguesas en 1055 y su hijo Alfonso VI las continuó hacia la España meridional con la toma del reino de Toledo en el 1085.
La toma de Toledo implicó que ciudades, castillos y fortalezas como Santa Olalla, Maqueda, Alamín, Canales, Talamanca, Uceda, Hita, Ribas, Guadalajara y el propio Madrid, capitularan sin oponer resistencia. Sin embargo, bajo la dominación cristiana, Madrid siguió desempeñando un papel fronterizo teniendo que resistir durante los siglos XI y XII los ataques de almorávides  y  almohades que pretendían volver a conquistar el reino de Toledo. 


Tejados del antiguo Madrid, en primer término el Palacio de Uceda
Esta circunstancia impidió el crecimiento de Madrid por haber quedado dentro de la muralla cristiana levantada en el Siglo XI. El nuevo recinto amurallado tenía una extensión aproximada de 33 hectáreas aunque no toda la morfología del casco era urbana, pues gran parte de la vaguada de la actual calle de Segovia era suelo agrícola y las  zonas adyacentes al Alcázar, estaban destinadas a usos militares y defensivos. El suelo edificado con sus calles tenía una extensión de unas 20 hectáreas.
En 1561, Felipe II designó a Madrid como sede permanente de la Corte, circunstancia determinante en la evolución de los aspectos históricos, sociales y económicos de Madrid.
Fueron muchos los motivos que indujeron a Felipe II a instalar su corte en Madrid. Su situación geográfica y estratégica en el centro peninsular, la  abundaba el agua, los recursos y los bosques cercanos para cazar. Además, contaba con un palacio cómodo como era el Alcázar, y la ciudad era un territorio virgen en cuanto a otros poderes que  pudieran incomodar al rey, una nobleza débil, y una iglesia poco representativa.
La decisión de trasladar la capital a Madrid tuvo una enorme repercusión para la ciudad, pues además de convertirse en la residencia del rey, su familia y su séquito, también implicaba la llegada a la ciudad de todo el aparato central del Estado y de inmigrantes atraídas por la corte.
La ciudad creció vertiginosamente en poco tiempo, pasando de 72 hectáreas que tenía de extensión en 1535 a 134 hectáreas en 1565 y a 282 a finales del Siglo XVI. De la misma forma, el caserío urbano compuesto en el año 1563 por 2.520 inmuebles, pasó a 4.000 en 1571, y rebasó los 7.590 en las postrimerías del reinado de Felipe II, es decir, el número de casas se multiplicó por 3, lo que suponía que se construían  150 viviendas anuales.
Los datos de la población también son interesantes, en el año 1561 la villa tenía unos 12.700 habitantes, diez años más tarde ascendió a 42.000, en 1584 la ciudad ya tenía 55.000 habitantes y en 1597 alcanzó los 90.000. Madrid se había convertido en una de las 20 ciudades más pobladas de Europa.



La nueva ciudad se fue estableciendo entorno a los caminos que llegaban a la Villa, Alcalá, Carrera de San Jerónimo, Atocha, Embajadores y Toledo y de esta manera, se fueron estructurando los ejes principales que todavía discurren por lo que se ha venido llamando el Madrid de los Austrias.
Las zonas más antiguas de la ciudad fueron objeto de una profunda remodelación, poco a poco se fueron derribando las antiguas murallas medievales y sus puertas para poder ampliar las calles y crear nuevas plazas comerciales.
Después de esta breve información sobre los principios de Madrid, es el momento para recorrer sus emblemáticas plazas en principio un poco complicado delimitarlas  por ser pequeñas y encontrase todas juntas. 



Comenzamos por la Plaza de los Carros, situada entre la Plaza de Puerta de Moros, plaza de San Andrés, Costanilla de San Andrés y la calle Don Pedro. Su nombre se debe a que en ella estacionaban y contrataban estos medios de transporte con dos o tres mulas, durante todo el siglo XIX y primeros años del XX. El estacionar en este lugar los carros se debía fundamentalmente a la cercanía con la plaza de la Cebada.
En excavaciones arqueológicas realizadas en la calle Don Pedro, antigua calle Alcantarilla, se descubrió en perfecto estado uno de los primitivos "viajes de agua" árabes, sistema que estuvo en vigor en Madrid hasta la segunda mitad del Siglo XIX, cuando entraron en funcionamiento las instalaciones del Canal de Isabel II.
La Plaza fue remodelada en el año 1984 siendo alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván.
Plaza de los Carros año 1900 con San Andrés al fondo
La Casa del Infantado después de residir en el palacio de los Lasso de Castilla y en el palacio de los duques de Osuna en las Vistillas, elegirá en Madrid una tercera residencia, la casa-palacio de la calle Don Pedro número 1, con vistas a la plaza de los Carros y a la Carrera de San Francisco.
La casa-palacio de Don Pedro se mantiene en perfecto estado y tiene incoado un expediente como Bien de Interés Cultural desde el año 1977 por parte de la Comunidad de Madrid.
Se trata de una casa de origen incierto levantada posiblemente entre 1758 y 1780. Algunos historiadores, indican que el solar del actual edificio pertenecía a doña Juana Calderón y que se lo disputaron el Concejo de Madrid y la basílica de San Francisco el Grande.
Plaza de Carros junto a San Andrés remodelada en el año 1984
El solar fue subastado y adjudicado al Concejo de Madrid en 1758, el cual a su vez se lo traspaso a los duques del Infantado y Pastrana.
Otras fuentes indican que el solar de la calle Don Pedro estuvo ocupado por el convento de religiosas de Santa Ana y la vivienda del Doctor Baltasar de Lorenzana.
Desde su origen, se concibió como una composición arquitectónica sencilla y equilibrada que se estructura alrededor de un patio cuadrado en un lateral. Tiene planta trapezoidal, tres fachadas, dos pisos más semisótano y buhardillas. En las fachadas utiliza cantería de granito en la planta baja y  sótanos. En la primera planta las ventanas van enrejadas y cantería en su perímetro, la segunda planta incorpora ventanales con balconada y recercados con orejetas.


Antigua Casa del Infantado vista desde la Carrera de San Francisco
La portada principal, desplazada del eje central, tiene el escudo de los Mendoza de la Vega, antepasados del duque del Infantado sobre el dintel del balcón. La cubierta de la casa está realizada a dos aguas y abuhardilladas.
En 1915 el XVII duque del Infantado que había adquirido el Castillo de La Calahorra en Granada traslado desde dicho castillo una portada renacentista que instaló en el zaguán de la puerta principal de la casa de la calle Don Pedro.

Toda la fachada del patio del colegio Virgen de la Paloma es un  trampantojo
Ya en 1951, el arquitecto don Joaquín Núñez Mera, llevo a cabo una reforma en el edificio. La Fundación San Pablo CEU adquiere la propiedad en el año 2000, restaurándola y adaptándola para uso docente y cultural. La restauración fue llevada a cabo por arquitecto José María Marsá.
Detalles del trampantojo visto desde la calle Don Pedro.
Como curiosidad, la medianería con el Colegio Virgen de la Paloma sirve de lienzo a un trampantojo de Alberto Pirongelli. El dibujo simula dos fachadas de viviendas y arbolado junto a una tradicional verbena madrileña con majos, barquillero, títeres y noria, un globo aerostático y las siluetas de edificios como la basílica de San Francisco el Grande, La Almudena y el Pirulí. El trampantojo lo podemos observar desde la Carrera de San Francisco o desde la calle Don Pedro.
Casa del Infantado actual San Pablo CEU y la calle Don Pedro
El Ducado del Infantado siempre ha sido una de las casas más poderosas de España y a modo de recordatorio indicamos su procedencia: El Ducado del Infantado es un título nobiliario  concedido por los Reyes Católicos el 22 de julio de 1475 a Diego Hurtado de Mendoza, II Marqués de Santillana. En paralelo con el Ducado del Infantado, los Reyes Católicos, crearon el condado de Saldaña, para los herederos del ducado del Infantado. Desde entonces los herederos del ducado han sido condes de Saldaña y marqueses de Santillana. En 1520 se le concedió al ducado del Infantado la Grandeza de España de clase inmemorial.
Las propiedades históricas más importantes del Ducado del Infantado son: El Palacio del Infantado en Guadalajara, la casa de Lazcano en Guipúzcoa, el Palacio de Barrena en el pueblo  de Ordizia, de estilo herreriano, el Castillo de Manzanares el Real y el Castillo de la Monclova en Sevilla.
A la izquierda el Colegio de la Paloma, a la derecha la casa del Infantado y al fondo San Francisco el Grande
En la calle Tabernillas, justo enfrente de la plaza de Puerta de Moros y de la Casa-Palacio del Infantado, se encuentra uno de los colegios con más solera de Madrid, el Colegio Virgen de la Paloma. Este Colegio tiene sus orígenes en el antiguo hospicio y asilo de “San Bernardino”, que se encontraba situado en el camino de San Bernardino, actual Isaac Peral. El Colegio de la Paloma, al inicio de la Guerra Civil se encontraba situado en la Dehesa de la Villa, desde donde se trasladó a Barcelona en 1937. Al acabar el conflicto, regresaron a Madrid, pero al no poder instalarse en el mismo edificio, el Colegio que por entonces era un internado, quedó ubicado en la calle Tabernillas número 2. En el año 1985 dejó de ser un internado municipal, pasando a funcionar como Colegio Público Nuestra Señora de la Paloma, dependiente de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.


Como una prolongación de  la Plaza de los Carros, nos encontramos con la Plaza de Puerta de Moros. En Puerta de Moros estuvo uno de los accesos de la muralla cristiana construida a principios del siglo XII, utilizada mayoritariamente por los madrileños de religión musulmana del barrio de Morería. Esta puerta, encarada al sudeste, era muy estrecha, con varias revueltas, y disponía de foso y puente levadizo.


Plaza de Puerta de Moros año 1929, al fondo a la derecha el Mercado de la Cebada
La puerta, se encontraba situada en la parte más baja de la Plaza de los Carros abriendo camino hacia Toledo. La actual Plaza de Puerta de Moros, está delimitada por su vecina Plaza de los Carros, y las calles del Humilladero, Tabernillas y Carrera de San Francisco. En realidad las dos plazas se podrían considerar como una sola.
La palabra trampantojo o lo que es lo mismo trampa ante el ojo, procede de la expresión francesa “trompe l’oeil”. Esta técnica pictórica intenta engañar a la vista jugando con la perspectiva y otros efectos ópticos para intentar suplantar la realidad.
En la Plaza de Puerta de Moros el paseante por un momento le costará distinguir entre los balcones verdaderos y falsos de uno de los edificios de la Plaza.


Edificio que delimita las plazas del Humilladero y Puerta de Moros. Una de las fachadas es un Trampantojo, dejamos que la descubraís cuando realicéis una visita a la zona
En el trampantojo destacan dos hombres, conocidos por algunos vecinos como "los Pacos", que asomados al balcón intentan controlar todo aquello que discurre por su calle.
Según el autor de la obra, Alberto Pirongelli, estos dos hombres eran dos vecinos reales del edificio tan entusiasmados por el proyecto que le pidieron ser inmortalizados allí. En este caso la medianería quedó al descubierto debido al derrumbe de un edificio por un bombardeo durante la Guerra Civil.
El trampantojo de Puerta de Moros en detalle
Junto a las plazas que ya hemos visitado, se encuentra la Plaza de San Andrés, presidida por edificios de gran importancia como la parroquia de San Andrés, construida en el lugar donde estuvo la mezquita principal del Madrid árabe, la Capilla de San Isidro, donde estuvo enterado el Santo y el Museo de los Orígenes o Casa de San Isidro.


Plaza de San Andrés
La Iglesia de San Andrés ya figura en el Fuero de Madrid de 1202. La plaza de San Andrés tenía función de mercado y también de cementerio donde recibió sepultura Isidro halla por el año 1330.
Museo de los Orígenes o Casa de San Isidro en la Plaza de San Andrés
La Iglesia de San Andrés, fue construida a mitad del Siglo XVII. No nos detendremos en aportar datos sobre las tres edificaciones que jalonan la plaza, remiendo al lector interesado en conocer la historia de estos magníficos monumentos, a nuestra entrada sobre la Plaza de la Paja recogida en este mismo Blog.

Junto a la Plaza de San Andrés, se encuentra la plaza del Humilladero, lugar donde terminan las Cavas Alta y Baja. En su origen la Plaza del Humilladero y la calle del mismo nombre se denominaban Humilladero de San Francisco, porque en este lugar había un humilladero creado por San Francisco de Asís como primera estación del Vía Crucis que partiendo de la iglesia de San Francisco el Grande finalizaba en la calle del Calvario en el barrio de Lavapiés.
Comienzo de la calle Humilladero donde se encontraba la iglesia de Santa María de Gracia
Humilladero significa, lugar devoto que solía haber en las entradas o salidas de los pueblos y junto a los caminos, en los que se colocaba una cruz o imagen de algún santo o de la Virgen. Los antiguos cristianos tenían la costumbre de humillarse cuando pasaban inclinando la cabeza o doblando la rodilla ante la imagen o la cruz.


Plaza del Humilladero vista desde la calle del mismo nombre
Sobre el Humilladero original, la Cofradía de la Santa Vera Cruz en el Siglo XVI labró una imagen de la Virgen que se denominó  Santa María de Gracia siendo colocada en el altar mayor de la pequeña iglesia que sustituyó al Humilladero.
La iglesia fue derribada  a finales del siglo XVII y se construye en su lugar la nueva iglesia de Santa María de Gracia.
Fue derribada definitivamente en 1903 para ampliar el nuevo Mercado de la Cebada.


Iglesia de Nuestra Señora de Gracia año 1890 situada en la calle del Humilladero
En nuestro paseo por las plazas castizas de Madrid, hemos alcanzado la Plaza de la Cebada, fue en tiempos del Madrid antiguo a partir del Siglo XVI el verdadero centro comercial de la Villa, una vez que la Plaza Mayor dejo de ser la plaza del mercado.
Este paraje, utilizado desde tiempo inmemorial para aventar las mieses y por ello conocido como plaza del Viento, pasó más tarde, con el nombre de la Cebada, a ser el lugar donde los labriegos vendían sus cereales. No todo eran ganancias, “con la iglesia hemos topado como diría Don Quijote”. Los vendedores, se veían obligados a donar parte de sus ganancias a la cercana parroquia de San Andrés, otra parte se iba para las caballerizas del rey, una pequeña donación para el sacristán de San Pedro, por tocar una campana milagrosa que dicen que alejaba las tormentas, aportaciones para las parroquias de Santa María y de San Justo por supuesto para los frailes de San Francisco.


Año 1901 Plaza de la Cebada
En la Plaza de la Cebada situada extramuros de la Puerta de Moros, se situaba uno de los mercados madrileños para la venta de cereales, legumbres y otros productos. La plaza de la Cebada teniendo en cuenta el carácter agrícola de la sociedad madrileña y pueblos vecinos hasta bien entrado el siglo XIX, fue uno de los puntos económicos más destacados de la ciudad.
La Plaza, como mercado comenzó sus actividades en el siglo XVI y ya en el siglo XVII, fue el lugar donde se instalaron las ferias de Madrid. En el Siglo XIX pasaron a celebrarse allí las ejecuciones públicas, siendo ahorcado en 1824 el general Riego y en 1837 Luis Candelas al garrote vil.
Reproducimos a continuación una descripción de Mesonero Romanos, sobre la Plaza de la Cebada.
“La plazuela de la Cebada, formada en los principios del Siglo XVI en tierras pertenecientes a la encomienda de Moratalaz, del orden de Calatrava, según se ve por escritura otorgada en 1536 por Rodrigo de Coalla, del consejo de Hacienda y del de Castilla (por quien aparece firmado el perdón que el Emperador dio a los comuneros) y por su mujer, que compraron un quiñón de tierras en dicho sitio, es un descampado irregular, más bien que una plaza pública, y desde su principio estuvo dedicada al comercio de granos, de tocino y de legumbres. En el siglo pasado fue también muy famosa por celebrarse en ella las famosas Ferias de Madrid, y el paseo y bullicio consiguiente, de que aún hemos podido ser testigos en algunos años del presente, en que se han continuado en ella; pero a fines del siglo último adquirió esta plazuela más funesta celebridad por haberse trasladado a la misma las ejecuciones de las sentencias de muerte en horca o garrote; a cuyo efecto se levantaba la víspera en el centro de ella el funesto patíbulo, y las campanas de las próximas iglesias de San Millán y Nuestra Señora de Gracia eran las encargadas de transmitir con su lúgubre clamor a toda la población de Madrid el instante supremo de los reos desdichados. Muchos grandes criminales expiaron en aquel sitio una serie de delitos comunes, y cuando, en este siglo, principalmente, se inventó la nueva clasificación de delitos políticos, muchas víctimas del encono de los partidos o de la venganza del poder regaron con su sangre aquel funesto recinto; 1822, 1823 y 1830 son fechas muy marcadas en aquella plazuela”.


Fisonomía de la Plaza de la Cebada según Texeira en el año 1656.
En el Plano con el número XXX, aparece el Convento de la Pasión que estaba situado junto a la iglesia de San Millán que no se sabe porque Pedro Texeira no la dibujó. Con el número 46, aparece la primitiva fuente. Con el número LXXVII, aparece el Humilladero de Nuestra Señora de Gracia. Con los números XXXV y LX aparecen el Convento y Hospital de la Latina. Con el número 50 aparece la fuente de San Francisco y con el número 28 junto a la calle San Andrés, se pueden observar las almenas de la antigua muralla.
El origen de los mercados tenía como fin intercambiar las mercancías y bienes que cada individuo o colectivo ha conseguido cosechar, esta actividad se remonta a tiempos inmemoriales.
El establecimiento  de los mercados  en lugares fijos, favoreció la creación de redes de distribución de productos, bienes y servicios, surgiendo nuevos sistemas de comunicación entre distintas clases sociales y de lugares geográficos dispares.
Las autoridades municipales, comenzaron a preocuparse por la higiene y control de los productos, debido a la denuncia de médicos y científicos por la insalubridad de los mercados al aire libre, que además dificultaban el tráfico rodado y peatonal. En este estado de cosas, a partir de 1870 se comienzan  a construir en la Villa de Madrid los primeros mercados cubiertos municipales fabricados con estructura de hierro: Mercado de los Mostenses y el de la Cebada  en 1875, el de Chamberí en 1876 y el de la Paz 1882. Pese al esfuerzo municipal estos mercados resultaban insuficientes ya que Madrid tenía una población de cerca de medio millón de habitantes y ante la carencia de mercados cubiertos, las plazas públicas continuaron acogiendo los intercambios de mercancías.
La Plaza de la Cebada, se encontraba en un sitio estratégico de la ciudad, debido a que los labradores y agricultores, accedían a la Villa por la Puerta de Toledo. La Plaza se convertía en un lugar de encuentros y fiestas, pero por obra y desgracia de la Santa Inquisición  creada por los Reyes Católicos en 1478, la plaza se convirtió en el lugar en el que salvajemente se torturaba a los condenados por actos de brujería o por actos contra la religión.


Al fondo la calle de San Millán donde se encontraba la iglesia del mismo nombre, en el centro de la la imagen, podemos contemplar la nueva fuente
No cambió mucho con la abolición definitiva de la Inquisición en el año 1834, la Plaza de la Cebada continuó acogiendo la ejecución pública de los reos condenados a la horca o a garrote vil.
La víspera de la ejecución,  las campanas de la iglesia de San Millán demolida en 1869 anunciaban la ejecución para que el pueblo pudiera asistir.


Plaza de la Cebada año 1860, al fondo iglesia de San Millán y a la izquierda el Hospital de la Latina. Mucho ha cambiado la zona si la comparamos con la fotografía anterior.
Mejor olvidar aquellos tiempos y seguir con la historia de la Plaza. En 1837 con la desamortización de Mendizábal y su renovación urbanística el caserío del entorno fue reformado. En el año 1870 se comenzó a construir el Mercado de la  Cebada. Las obras se realizaron bajo la dirección del arquitecto Mariano Calvo Pereira, siguiendo el modelo del mercado de Les Halles en París. Construido con modernas estructuras de hierro y cristal, el edificio estaba compuesto por dos plantas con una superficie de aproximadamente 6.400 metros cuadrados, sus columnas y armaduras metálicas habían sido construidas en Inglaterra. Era el tiempo en que se pusieron de moda después de la torre Eiffel, este tipo de construcciones, fue inaugurado por el Rey Alfonso XII en junio de 1875.


Antiguo Mercado en los primeros años del Siglo XX
En el año 1956, siendo Concejal de Urbanismo, Joaquín Campos Pareja, el consistorio toma la decisión de derribar el emblemático mercado, argumentando que tenía problemas de seguridad.
Un estudio mandado realizar por los comerciantes, demostraron la viabilidad del edificio, pero la sentencia estaba echada y el edificio fue derruido.


Interior del primitivo mercado en proceso de desmontaje
El nuevo mercado fue inaugurado en 1962, gracias a los comerciantes que se agruparon en Cooperativa. Su nueva silueta es inconfundible, el mercado actual posee dos plantas efectivas de uso comercial con una superficie de más de 6000 metros cuadrados. A las dos plantas de uso comercial, se añade una planta que hace de almacén y otra de aparcamiento inaugurado en el año 1992. Curiosamente la construcción del aparcamiento se realizó siendo concejal Angel Matanzos, antiguo carnicero del mercado de la Cebada. Lo que más destaca del mercado, son las seis cubiertas abovedadas de color rojo que cierran el edificio.


Mercado de la Cebada con sus característicos tejados rojos
La Plaza de la Cebada, no era solo mercado, en su entorno, se encontraban las iglesias de San Millán derribada en 1869 y Santa María de Gracia derribada en 1903 para ampliación del Mercado de la Cebada, asimismo en la esquina con la actual calle Maldonadas, se encontraba el Convento-Hospital de la Pasión que fue derribado por José Bonaparte en 1809 para ampliar la Plaza.
Pero quizás, el edificio más emblemático de la Plaza de la Cebada, fue el Convento y Hospital de la Latina, que fue derribado en el año 1904 para ampliar la calle de Toledo. El convento se volvió a construir en el año 1907 y en la actualidad se puede contemplar el edificio aunque gran parte del mismo pertenece a empresas particulares, como Caramelos Paco.
En el solar del antiguo Convento-Hospital, se construyó el teatro de la Latina que todavía podemos admirar.
Como quiera que la historia de todos estos edificios queda recogida en nuestra entrada de este mismo Blog “Calle de Toledo” recomendamos su lectura para conocer un poco mejor la zona.
Uno de los emblemas de la Plaza de la Cebada, fue la fuente que existió en el centro de la misma. Denominada Fuente de la Abundancia, fue diseñada por el arquitecto Juan Gómez Mora y construida en 1624 por el Maestro  Pedro de Pedrosa y el cantero Martín Gortairi, se la denominó fuente de la Abundancia por el conjunto escultórico que la remataba.


Cuadro de la fuente de la Abundancia de Haeret, al fondo la iglesia de San Andrés y detrás de la fuente  la iglesia de Nuestra Señora de Gracia
En el proyecto original de Gómez Mora se contemplaba rematar el conjunto con un pequeño obelisco, pero al final se colocó en la parte más alta la estatua de la abundancia, que el Ayuntamiento de Madrid compró al mercader Ludovico Turchi, en 1617. Representaba a una mujer de pie, con un niño en su lado derecho. La fuente estaba formada por un templete de planta cuadrangular, los frontales estaban decorados con blasones, alusivos a la Villa de Madrid y a la Corona. En el cuerpo principal, destacaban cuatro osos que arrojaban agua sobre cuatro piletas elevadas, las piletas a su vez se encontraban situadas en un gran estanque. La fuente se convirtió en el punto de encuentro de los lugareños, donde se contaban todo tipo de chismes que acaecían en Madrid.


Mercado junto a la Fuente de la Abundancia de Manuel de la Cruz Vázquez
La fuente se surtía del viaje del agua de Alto Abroñigal. En 1677 es sustituida por otra fuente realizada por el Maestro Mayor de Fuentes Manuel del Olmo y demolida en 1840. En su lugar se construyó una tercera fuente diseñada por Pedro Ayegui, también desaparecida.
Por suerte para los viandantes, en la actualidad se puede contemplar una nueva fuente instalada en el año 1999 que poco o nada tiene que ver lo la primitiva fuente. Realizada en hierro fundido, está formada por un vaso circular y un fuste, del que cuelgan ocho surtidores. Fue inaugurada en 1999, en el ensanche que se forma en la Calle de Toledo.


Actual fuente en la Plaza de la Cebada, poco tiene de parecido con la primitiva
En el año 1968, junto al Mercado de la Cebada se construyó el  Polideportivo de La Latina. Disponía de piscina, gimnasio, sala de halterofilia y de musculación.
En Agosto de 2009 el polideportivo fue derribado y es que en el año 2003 el Ayuntamiento lanzo un concurso público para remodelar la Plaza incluido el propio Mercado. El proyecto ganador propuso el derribo del Mercado y la construcción de uno nuevo. En el proyecto se contempla la remodelación de la Plaza de la Cebada para convertirla en un espacio peatonal.


Proyecto ganador para la remodelación de la Plaza de la Cebada, de los arquitectos Carlos Rubio y  Enrique Alvarez Sala
Nos encontramos a principios de 2013 y lo único que podemos contemplar al pasear por la zona es el solar dejado por el Polideportivo.
Año 1933 puestos del Mercado de la Cebada
Convento de la Latina en la actualidad
Mercado de la Cebada año 1914
Año 1929, Mercado de la Cebada
Solar dejado por el derribo del Polideportivo
Teatro de la Latina


Año 1857, antiguo Hospital y Convento de la Latina
Mercado de la Cebada año 1910


    Estamos en una de las zonas de Madrid con más tipismo para comer  o tapear, por esta razón no aconsejaremos un establecimiento determinado para apagar nuestra sed o calmar nuestro apetito, la zona está llena de mesones, tascas, restaurantes y tabernas para pode elegir en función de los gustos de cada uno. No obstante, recomendamos dar un paseo tomando la Cava Baja hasta llegar a Puerta Cerrada, seguro que cada uno encuentra aquello que busca.










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5 comentarios:

  1. enhorabuena!! esta muy completo, gracias por el esfuerzo de recopilar toda esta informacion :)

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  2. enhorabuena!! esta muy completo, gracias por el esfuerzo de recopilar esta informacion :)

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  3. Encantada de leeros y disfrutar de vuestras fotos , hace ya unos cuantos años tuve la suerte d contraer matrimonio en la Real Basilca De Atocha , creo que por entonces el Pabellón de los hombre ilustres no se visitaba o al menos no lo recuerdo , y hace unos cuantos años tuve la suerte de disfrutarlo y desde entonces lo visito de cuando en cuando , como por ejemplo hoy !! es una preciosidad y son merecedores de estar en un sitio tan especial. las fotos son preciosas .., y la lectura muy interesante.
    Gracias por compartir tan magnifico Documento ,,,Una ciudadana de Madrid .. Conchi Hurtado

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  4. Hola,
    Estoy realizando un trabajo de mercados centenarios y quería preguntar si alguien saben donde puedo consultar algún listado de los vendedores que existieron en los años 30.
    Un saludo y gracias
    Email dtorresmico@gmail.com.com

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  5. Estimado josesanpepe me ha resultado muy aleccionador tu blog. Tienes fotografías que ilustran muy bien mis intereses. Estaba buscando fotos de entre 1916 y 1943 para documentar aspectos de la infancia y juventud de Alonso Zamora Vicente que nació el 1 de febrero en el número 10 de la Plaza de la Cebada,justo en la casa que hace chaflán con la Cava Alta de San Francisco.En los fotografía de 1933, la del camión, el diez no sitúo entre dos toldos y el chaflán parece ser que albergó un baile en la terraza, ahora es un bar restaurante. En "Primeras hojas" describe varias veces esta plaza Alonso Zamora Vicente. La de 1929 debe estar tomada de este a oeste justo enfrente del actual número 10 de la Plaza de la Cebada. Si escribo algo te citaré e hipervincularé a tus fotos. Muchísimas gracias. Antonio Viudas Camarasa www.dialectus.es/congreso

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